Estudio Bíblico:
"La Sanidad Divina"
Por: Hno. Francisco Velázquez Cruz
Por: Hno. Francisco Velázquez Cruz
Introducción
La sanidad divina otro tema fundamental en la teología cristiana y ha sido objeto de debate y controversia a lo largo de la historia de la Iglesia. Muchos se han cuestionado si realmente existe la sanidad divina, provocando así muchas reflexiones y opiniones divergentes. En este estudio bíblico, examinaremos las Escrituras para entender la realidad y aplicación de la sanidad divina en nuestras vidas de forma asertiva y efectiva.
La Sanidad en el Antiguo Testamento
Vamos a dar un pequeño paseo por diversas escrituras bíblicas comenzando en el Antiguo Testamento:
Éxodo 15:26, en esta escritura Dios habla al pueblo de Israel después de haberlos liberado milagrosamente de la esclavitud en Egipto y de cruzar el Mar Rojo. Dios declara que, si el pueblo escucha atentamente Su Voz, hace lo que es recto ante Sus Ojos, presta atención a Sus Mandamientos y guarda Sus Estatutos, Él no les enviará ninguna de las enfermedades que envió sobre los egipcios, porque Él es el Señor que sana. Este verso resalta la relación entre la obediencia y la bendición divina, y muestra el carácter Sanador de Dios como una parte esencial de su relación con su pueblo.
Salmos 103:2-3, el salmista exalta al Señor y le bendice. Él le recuerda a su alma que no olvide ninguno de los beneficios de Dios. Entre esos beneficios, se destaca que Dios perdona todas las iniquidades y sana todas las enfermedades. Estos versículos resaltan la naturaleza misericordiosa y sanadora de Dios. El salmista reconoce que no solo Dios perdona nuestros pecados, sino que también está dispuesto a sanar nuestras enfermedades. ¿Puedes creer esto? ¡Pues CREE! Esto es un llamado a confiar en la bondad y el poder sanador de Dios en todas las áreas de nuestras vidas.
El Poder Sanador de Dios a través de profetas
2 Reyes 5:1-14, se relata la historia de Naamán, un valiente general del ejército sirio, quien sufría de lepra. Naamán, a través de una sierva israelita, se entera de un profeta en Samaria, Eliseo, que puede sanar enfermedades. Naamán visita al profeta, pero en lugar de recibir un tratamiento grandioso, Eliseo le envía un mensaje a través de su sirviente, diciéndole que se sumerja siete veces en el río Jordán para ser sanado. Aunque inicialmente Naamán se muestra ofendido y escéptico, finalmente obedece y es completamente sanado. Esta historia destaca la importancia de la humildad, la obediencia y la fe en la sanidad divina.
En Números 21:4-9, el pueblo de Israel estaba en el desierto y comenzó a quejarse contra Dios y Moisés debido a las dificultades que enfrentaban. Como consecuencia de su rebelión, Dios envió serpientes venenosas entre ellos, y muchas personas fueron mordidas y murieron.
Ante la súplica del pueblo, Moisés intercedió por ellos ante Dios. Entonces, el Señor le ordenó a Moisés hacer una serpiente de bronce y ponerla en un asta. Todo aquel que fuera mordido y mirara hacia la serpiente de bronce viviría. Moisés hizo lo que Dios le había mandado, y cualquiera que miraba a la serpiente de bronce era sanado y no moría.
Este episodio ilustra la provisión de Dios para la sanidad divina en medio de una situación de juicio. La serpiente de bronce representa el pecado y el juicio, pero también es un símbolo de salvación y sanidad. Al mirar hacia la serpiente de bronce, el pueblo manifestaba su fe y confianza en la provisión divina, y así experimentaban la sanidad física.
Este acontecimiento en la historia de Israel tiene una relevancia profunda en el contexto bíblico, pues Jesús mismo lo menciona en Juan 3:14-15, señalando que de la misma manera que Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también el Hijo del Hombre sería levantado, brindando la oportunidad de sanidad espiritual y vida eterna a todo aquel que cree en él.
La Sanidad en el Ministerio de Jesús
Vamos a leer en Mateo 4:23, aquí se describe el ministerio de Jesús durante su tiempo en Galilea. Este versículo resume el ministerio integral de Jesús, que incluía enseñar, predicar y sanar enfermedades y dolencias. Jesús no solo estaba comprometido con la proclamación del evangelio y la enseñanza de la Palabra de Dios, sino que también demostraba su poder y compasión sanando a los enfermos. Este verso resalta el poder sanador y redentor de Jesús y su preocupación por el bienestar físico y espiritual de las personas.
Vamos ahora a algunos ejemplos de sanidades realizadas por el Señor Jesús que realizó durante su ministerio terrenal. Cada uno de ellos muestra su compasión, poder y autoridad como el sanador divino.
Sanación del leproso (Mateo 8:1-4)
Sanación del siervo del centurión (Mateo 8:5-13)
Sanación de la suegra de Pedro (Mateo 8:14-15)
Sanación de un paralítico (Mateo 9:1-8)
Sanación de la mujer con flujo de sangre (Mateo 9:20-22)
Sanación de dos ciegos (Mateo 9:27-31)
Sanación del endemoniado mudo (Mateo 9:32-34)
Sanación del siervo de un centurión (Mateo 9:5-13)
Sanación de la hija de Jairo (Mateo 9:18-19, 23-25)
Sanación de dos ciegos en Jericó (Mateo 20:29-34)
Sanación del hombre con la mano paralizada (Mateo 12:9-14)
Sanación del hijo de un funcionario real (Juan 4:46-54)
Sanación de un hombre cojo en la piscina de Betesda (Juan 5:1-9)
Sanación del hombre ciego de nacimiento (Juan 9:1-12)
Sanación de la mujer encorvada (Lucas 13:10-17)
Sanación de diez leprosos (Lucas 17:11-19)
Sanación del siervo de Malco en el huerto de Getsemaní (Lucas 22:50-51)
Sanidad Divina en el Ministerio de los Apóstoles
La Sanidad Divina no fue solamente para el ministerio del Señor Jesús de Nazaret, sino que ésta tuvo continuación en el ministerio de los Apóstoles y todo discípulo de Jesucristo.
Hechos 3:1-10, se relata el milagro de la sanidad de un hombre cojo en la entrada del templo. Pedro y Juan subieron al templo para orar y encontraron a un hombre cojo desde su nacimiento pidiendo limosna. Pedro, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al hombre y le dijo: "No tengo plata ni oro, pero lo que tengo, te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!" Al instante, el hombre fue sanado y comenzó a caminar, saltar y alabar a Dios. Este milagro impactó a la multitud y abrió la puerta para que Pedro proclamara el mensaje del evangelio. El pasaje resalta el poder y autoridad de Jesús, y cómo a través de sus discípulos, se manifestaba la sanidad divina en el nombre de Jesús.
Hechos 9:32-35 se relata la sanidad de Eneas en Lida. Pedro estaba de viaje y llegó a la ciudad donde encontró a un hombre llamado Eneas, quien había estado postrado en una cama durante ocho años debido a una parálisis. Pedro le dijo: "Eneas, Jesucristo te sana; levántate y arregla tu cama". Al instante, Eneas se levantó completamente sano. Este milagro causó un gran impacto en la ciudad y muchos creyeron en el Señor. El pasaje demuestra el poder y la autoridad que Pedro recibió de Jesús para realizar milagros de sanidad, lo que fortaleció la fe de los creyentes y atrajo a otros a la fe en Cristo.
La sanidad como un don del Espíritu Santo
En 1 Corintios 12:9, el apóstol Pablo menciona uno de los dones del Espíritu Santo: el don de sanidades. Este don se refiere a la capacidad sobrenatural que Dios otorga a algunos creyentes para ser instrumentos de sanidad física y emocional en la vida de las personas. Este verso destaca la diversidad de dones espirituales que el Espíritu Santo distribuye en la iglesia, y subraya la importancia de estos dones para edificar y fortalecer a la comunidad de creyentes. El don de sanidades evidencia la manifestación del poder de Dios en la vida de los creyentes, y su propósito es glorificar a Dios y testimoniar su amor y cuidado por la humanidad.
En Santiago 5:14-15, se enfatizan la importancia de la comunidad de fe y la oración en tiempos de enfermedad. Se anima a los creyentes a buscar a los ancianos de la iglesia, quienes representan la sabiduría y la autoridad espiritual, para orar y ungir con aceite al enfermo en el Nombre del Señor. La oración de fe tiene el poder de sanar al enfermo y el perdón de los pecados es parte del proceso de sanidad. Es importante destacar que este pasaje no garantiza la sanidad en todos los casos, sino que subraya la importancia de la oración, la fe y el poder sanador de Dios en la vida de los creyentes; además el arrepentimiento por los pecados sin confesar delante de Dios. Cabe resaltar que esto no es asunto de ir a algún líder religioso y confesar algún pecado; es ir y confesarte delante de aquellos a los cuales fueron afectados por la mala acción cometida. Un ejemplo sencillo, si cometiste adulterio, confesar este pecado a tu pareja y a la pareja de la otra persona, si la tiene. Y arreglar todo este asunto en amor fraterno. Mientras ese pecado quede en oculto, muy bien la persona pudiera recibir alguna enfermedad y no recibir sanidad hasta que confiese ese horrible pecado.
La Sanidad en el Contexto de la Voluntad o Soberanía de Dios
2 Corintios 12:7-10, el apóstol Pablo habla sobre su "aguijón en la carne", una aflicción o debilidad que le fue dada para mantenerlo humilde. Pablo dice que le rogó al Señor tres veces que lo quitara, pero el Señor le respondió: "Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad". Pablo reconoce que en su debilidad, la gracia de Dios se manifiesta de manera poderosa. Él se gloría en sus debilidades porque cuando es débil, entonces es fuerte en el Señor. Este pasaje resalta el poder transformador de la gracia de Dios y la capacidad de Dios para usar nuestras debilidades y limitaciones como oportunidades para manifestar su poder y gloria.
Filipenses 2:25-27, Pablo menciona a Epafrodito, un colaborador y mensajero de la iglesia en Filipos. Pablo describe a Epafrodito como un hermano, colaborador y compañero de lucha en el ministerio. Epafrodito había sido enviado por la iglesia en Filipos para ministrar a las necesidades de Pablo mientras estaba encarcelado. Sin embargo, durante su servicio, Epafrodito cayó enfermo y estuvo al borde de la muerte. Afortunadamente, Dios tuvo misericordia de él y lo sanó, permitiendo que regresara a Pablo y continuara su ministerio. Este pasaje muestra el valor y la dedicación de Epafrodito en el servicio a Dios y cómo Dios provee sanidad y protección a aquellos que le sirven fielmente.
La fe y la sanidad divina
Marcos 11:24, este versículo destaca la importancia de la fe y la confianza en Dios al orar. Jesús enseña que cuando nos acercamos a Dios en oración, debemos creer y tener la certeza de que recibiremos lo que le pedimos. La fe es clave en la respuesta de Dios a nuestras peticiones. Sin embargo, es importante recordar que nuestra fe debe estar alineada con la voluntad de Dios y en línea con sus propósitos. Cuando oramos con fe genuina y confiamos en Dios, podemos esperar que Él responda nuestras oraciones de acuerdo a su perfecta voluntad y sabiduría.
Tenemos ejemplo de ello cuando nuestro Señor estuvo en el Huerto del Gethsemaní. Él dijo en Lucas 22:42: “Padre, si quieres, pasa este vaso de mí; empero no se haga mi voluntad, sino la tuya.”
Santiago 1:6-8, se habla sobre la importancia de la fe firme y constante al acercarnos a Dios en oración. Este pasaje nos exhorta a orar con fe sin ninguna duda, confiando plenamente en Dios y en su capacidad para responder nuestras oraciones. Aquellos que dudan son comparados con las olas del mar, inconstantes y llevados por el viento. Cuando dudamos, ponemos en duda la fidelidad y el poder de Dios. Por lo tanto, se nos anima a tener una fe firme y constante al orar, confiando en que Dios escucha y responde nuestras peticiones según su voluntad. Una fe inquebrantable es necesaria para recibir las bendiciones y respuestas que Dios tiene para nosotros.
Alcanzar la sanidad divina implica tener una comprensión y una actitud adecuada hacia Dios, así como la aplicación de principios bíblicos en nuestra vida. A continuación, se presentan algunos pasos prácticos que pueden ayudarte a buscar y experimentar la sanidad divina:
Primeramente, Buscar a Dios en oración: Comienza buscando a Dios en oración y pídele que te revele su voluntad para tu situación de sanidad. Dedica tiempo para hablar con Dios y escuchar su voz a través de la guía del Espíritu Santo.
Segundo, Estudiar y meditar en las Escrituras: Dedica tiempo a estudiar las enseñanzas bíblicas sobre la sanidad divina. Lee y medita en los pasajes bíblicos que hablan sobre la sanidad y permite que la Palabra de Dios fortalezca tu fe.
Tercero, Cultivar una fe sólida: La fe es un elemento vital para experimentar la sanidad divina. Cultiva tu fe confiando en la promesa de Dios de ser el sanador. Alimenta tu fe mediante la lectura y meditación en la Palabra de Dios, y busca la comunión con otros creyentes que compartan la misma fe.
Cuarto, Arrepentimiento y confesión de pecados: Asegúrate de que tu corazón esté en un estado de arrepentimiento y confesión de pecados. El pecado es un obstáculo para recibir la sanidad divina, por lo que es importante buscar el perdón de Dios, perdón en nuestra familia y comunidad de la fe, y buscar vivir en obediencia a sus mandamientos.
Quinto, Buscar la sabiduría médica: Si estás enfrentando una enfermedad o dolencia, también es importante buscar la sabiduría médica y seguir los tratamientos y recomendaciones médicas adecuadas. La sanidad divina no excluye el uso de los recursos médicos que Dios ha provisto. Y máxime en estos tiempos de adelantos de la ciencia médica natural, que es la mejor y no invasiva.
Sexto, Comunidad y apoyo espiritual: Busca el apoyo de una comunidad de creyentes comprometidos que puedan orar contigo, animarte y apoyarte en tu búsqueda de la sanidad divina. La comunidad cristiana puede brindar aliento y fortaleza en momentos difíciles.
Séptimo, Perseverancia y confianza en la voluntad de Dios: Recuerda que la sanidad divina puede manifestarse de diferentes maneras, y a veces la respuesta de Dios puede ser diferente a nuestras expectativas. Persevera en la fe y confía en que Dios está obrando en tu vida de acuerdo con su perfecta voluntad.
En última instancia, la sanidad divina está en las manos de Dios. Nuestro papel es buscarlo, confiar en él y vivir en obediencia a su Palabra. La sanidad divina puede manifestarse de diferentes maneras: a través de una curación instantánea, un proceso gradual de sanación o la fortaleza y paz para enfrentar una enfermedad. Confía en que Dios tiene el poder de sanar, y busca su voluntad en todas las circunstancias.
Por lo tanto, en este estudio bíblico, hemos examinado las Escrituras para entender la realidad y aplicación de la sanidad divina. A lo largo de la Biblia, vemos que Dios es el sanador y que la sanidad es un aspecto de su naturaleza y de su plan redentor. Vemos cómo Jesús y los apóstoles realizaron sanidades como manifestación del reino de Dios y cómo la sanidad es un don del Espíritu Santo.
La sanidad divina está disponible para los creyentes, pero es importante recordar que la soberanía de Dios siempre está presente y que su voluntad es más importante que nuestros deseos. La fe desempeña un papel crucial en la recepción de la sanidad divina, pero también debemos confiar en que Dios conoce lo que es mejor para nosotros en cada situación.
En última instancia, la sanidad divina apunta a la redención y restauración completa que se encuentra en Cristo. Si bien la sanidad física es valiosa, nuestra mayor necesidad es la sanidad espiritual y la reconciliación con Dios a través de Jesucristo. Que este estudio nos anime a buscar a Dios, confiar en su poder sanador y vivir en la plenitud de su redención.
Introduction
Divine healing is another fundamental topic in Christian theology and has been the subject of debate and controversy throughout the history of the Church. Many have questioned whether divine healing really exists, thus provoking many reflections and divergent opinions. In this Bible study, we will examine the Scriptures to understand the reality and application of divine healing in our lives in an assertive and effective way.
Healing in the Old Testament
Let's take a short walk through various biblical scriptures starting in the Old Testament:
Exodus 15:26, in this scripture God speaks to the people of Israel after miraculously freeing them from slavery in Egypt and crossing the Red Sea. God declares that if the people will carefully listen to His Voice, do what is right in His Sight, heed His Commandments, and keep His Statutes, He will not send them any of the diseases that He sent upon the Egyptians, because He is Lord that heals This verse highlights the relationship between obedience and divine blessing, and shows the Healing character of God as an essential part of his relationship with his people.
Psalms 103:2-3, the psalmist exalts the Lord and blesses him. He reminds his soul that he should not forget any of God's benefits. Among these benefits, it stands out that God forgives all iniquities and heals all diseases. These verses highlight the merciful and healing nature of God. The psalmist recognizes that not only does God forgive our sins, but he is also willing to heal our illnesses. Can you believe this? Well BELIEVE! This is a call to trust in the goodness and healing power of God in all areas of our lives.
The Healing Power of God through prophets
2 Kings 5:1-14 tells the story of Naaman, a brave general of the Syrian army, who suffered from leprosy. Naaman, through an Israelite servant, learns of a prophet in Samaria, Elisha, who can heal diseases. Naaman visits the prophet, but instead of receiving grand treatment, Elisha sends him a message through his servant, telling him to dip seven times in the Jordan River to be healed. Although Naaman is initially offended and skeptical, he eventually obeys and is completely healed. This story highlights the importance of humility, obedience, and faith in divine healing.
In Numbers 21:4-9, the people of Israel were in the wilderness and began to complain against God and Moses because of the difficulties they faced. As a result of their rebellion, God sent poisonous snakes among them, and many people were bitten and died.
At the people's plea, Moses interceded for them before God. Then, the Lord ordered Moses to make a bronze serpent and put it on a pole. Anyone who was bitten and looked toward the bronze serpent would live. Moses did what God had commanded him, and anyone who looked at the bronze serpent was healed and did not die.
This episode illustrates God's provision for divine healing in the midst of a judgment situation. The bronze serpent represents sin and judgment, but is also a symbol of salvation and healing. By looking toward the bronze serpent, the people expressed their faith and trust in divine provision, and thus experienced physical healing.
This event in the history of Israel has a profound relevance in the biblical context, since Jesus himself mentions it in John 3:14-15, pointing out that in the same way that Moses lifted up the serpent in the desert, so also the Son of Man would be lifted up, providing the opportunity for spiritual healing and eternal life to all who believe in him.
Healing in the Ministry of Jesus
Let's read in Matthew 4:23, this describes the ministry of Jesus during his time in Galilee. This verse summarizes Jesus' comprehensive ministry, which included teaching, preaching, and healing sickness and disease. Not only was Jesus committed to proclaiming the gospel and teaching the Word of God, but he also demonstrated his power and compassion by healing the sick. This verse highlights the healing and redemptive power of Jesus and his concern for the physical and spiritual well-being of people.
Let us now look at some examples of healings performed by the Lord Jesus during his earthly ministry. Each of them displays the compassion, power and authority of him as the divine healer.
Healing of the leper (Matthew 8:1-4)
Healing of the centurion's servant (Matthew 8:5-13)
Healing of Peter's mother-in-law (Matthew 8:14-15)
Healing of a paralytic (Matthew 9:1-8)
Healing of the woman with an issue of blood (Matthew 9:20-22)
Healing of two blind men (Matthew 9:27-31)
Healing of the mute demon-possessed man (Matthew 9:32-34)
Healing of a centurion's servant (Matthew 9:5-13)
Healing of Jairus' daughter (Matthew 9:18-19, 23-25)
Healing of two blind men in Jericho (Matthew 20:29-34)
Healing of the man with the paralyzed hand (Matthew 12:9-14)
Healing of the son of a royal official (John 4:46-54)
Healing of a lame man at the pool of Bethesda (John 5:1-9)
Healing of the man blind from birth (John 9:1-12)
Healing of the bent woman (Luke 13:10-17)
Healing of ten lepers (Luke 17:11-19)
Healing of Malchus' servant in the garden of Gethsemane (Luke 22:50-51)
Divine Healing in the Ministry of the Apostles
Divine Healing was not only for the ministry of the Lord Jesus of Nazareth, but it continued in the ministry of the Apostles and every disciple of Jesus Christ.
Acts 3:1-10, the miracle of the healing of a lame man at the entrance to the temple is recounted. Peter and John went up to the temple to pray and found a man lame since birth asking for alms. Peter, filled with the Holy Spirit, looked intently at the man and said, "Silver and gold I have not, but what I have I give to you: in the name of Jesus Christ of Nazareth, arise and walk!" Instantly, the man was healed and began to walk, jump and praise God. This miracle shocked the crowd and opened the door for Peter to proclaim the gospel message. The passage highlights the power and authority of Jesus, and how through his disciples, divine healing was manifested in the name of Jesus.
Acts 9:32-35 tells of the healing of Aeneas in Lydda. Peter was traveling and came to the city where he found a man named Aeneas, who had been bedridden for eight years due to paralysis. Peter said to him, "Aeneas, Jesus Christ heals you; get up and make up your bed." Instantly, Aeneas woke up completely healthy. This miracle caused a great impact in the city and many believed in the Lord. The passage demonstrates the power and authority Peter received from Jesus to perform healing miracles, which strengthened the faith of believers and drew others to faith in Christ.
Healing as a gift of the Holy Spirit
In 1 Corinthians 12:9, the apostle Paul mentions one of the gifts of the Holy Spirit: the gift of healings. This gift refers to the supernatural ability that God grants to some believers to be instruments of physical and emotional healing in people's lives. This verse highlights the diversity of spiritual gifts that the Holy Spirit distributes in the church, and underscores the importance of these gifts in building up and strengthening the community of believers. The gift of healing evidences the manifestation of God's power in the lives of believers, and its purpose is to glorify God and witness his love and care for humanity.
In James 5:14-15, the importance of faith community and prayer in times of illness are emphasized. Believers are encouraged to seek out the elders of the church, who represent wisdom and spiritual authority, to pray and anoint the sick with oil in the Name of the Lord. The prayer of faith has the power to heal the sick and the forgiveness of sins is part of the healing process. It is important to note that this passage does not guarantee healing in all cases, but rather highlights the importance of prayer, faith, and the healing power of God in the lives of believers; also repentance for unconfessed sins before God. It should be noted that this is not a matter of going to some religious leader and confessing some sin; It is to go and confess in front of those who were affected by the evil action committed. A simple example, if you committed adultery, confess this sin to your partner and the other person's partner, if he has one. And settle this whole matter in brotherly love. As long as that sin remains hidden, the person could very well receive some illness and not receive healing until he confesses that horrible sin.
Healing in the Context of the Will or Sovereignty of God
In 2 Corinthians 12:7-10, the apostle Paul talks about his “thorn in the flesh,” an affliction or weakness that was given to him to keep him humble. Paul says that he begged the Lord three times to take it away, but the Lord answered, "My grace is sufficient for you, for my power is made perfect in weakness." Paul recognizes that in his weakness, God's grace is powerfully manifested. He glories in his weaknesses because when he is weak, then he is strong in the Lord. This passage highlights the transformative power of God's grace and God's ability to use our weaknesses and limitations as opportunities to manifest his power and glory.
Philippians 2:25-27, Paul mentions Epaphroditus, a collaborator and messenger of the church in Philippi. Paul describes Epaphroditus as a brother, collaborator, and fellow fighter in the ministry. Epaphroditus had been sent by the church at Philippi to minister to Paul's needs while he was imprisoned. However, during his service, Epaphroditus fell ill and was on the verge of death. Fortunately, God had mercy on him and healed him, allowing him to return to Paul and continue his ministry. This passage shows Epaphroditus' courage and dedication in serving God and how God provides healing and protection to those who faithfully serve Him.
Faith and divine healing
Mark 11:24, this verse highlights the importance of faith and trust in God when praying. Jesus teaches that when we approach God in prayer, we must believe and be certain that we will receive what we ask. Faith is key in God's response to our requests. However, it is important to remember that our faith must be aligned with God's will and in line with his purposes. When we pray with genuine faith and trust in God, we can expect Him to answer our prayers according to His perfect will and wisdom.
We have an example of this when our Lord was in the Garden of Gethsemane. He said in Luke 22:42, “Father, if you are willing, take this cup from me; However, not my will, but yours be done.”
James 1:6-8 talks about the importance of firm and constant faith when approaching God in prayer. This passage exhorts us to pray in faith without any doubt, fully trusting God and his ability to answer our prayers. Those who doubt are compared to the waves of the sea, fickle and carried by the wind. When we doubt, we question the faithfulness and power of God. Therefore, we are encouraged to have a firm and constant faith when praying, trusting that God hears and answers our requests according to his will. Unwavering faith is necessary to receive the blessings and answers that God has for us.
Achieving divine healing involves having an understanding and proper attitude toward God, as well as the application of biblical principles in our lives. Below are some practical steps that can help you seek and experience divine healing:
First, Seek God in prayer: Begin by seeking God in prayer and ask Him to reveal His will for your healing situation. Take time to talk to God and listen to his voice through the guidance of the Holy Spirit.
Second, Study and meditate on the Scriptures: Spend time studying the biblical teachings on divine healing. Read and meditate on Bible passages that speak about healing and allow God's Word to strengthen your faith.
Third, Cultivate Strong Faith: Faith is a vital element to experiencing divine healing. Cultivate your faith by trusting in God's promise to be the healer. Feed your faith by reading and meditating on the Word of God, and seek communion with other believers who share the same faith.
Fourth, Repentance and confession of sins: Make sure your heart is in a state of repentance and confession of sins. Sin is an obstacle to receiving divine healing, so it is important to seek forgiveness from God, forgiveness in our family and faith community, and seek to live in obedience to His commandments.
Fifth, Seek medical wisdom: If you are facing an illness or disease, it is also important to seek medical wisdom and follow appropriate medical treatments and recommendations. Divine healing does not exclude the use of the medical resources that God has provided. And especially in these times of advances in natural medical science, which is the best and non-invasive.
Sixth, Community and Spiritual Support: Seek the support of a community of committed believers who can pray with you, encourage you, and support you in your quest for divine healing. Christian community can provide encouragement and strength in difficult times.
Seventh, Perseverance and trust in God's will: Remember that divine healing can manifest itself in different ways, and sometimes God's response may be different from our expectations. Persevere in faith and trust that God is working in your life according to his perfect will.
Ultimately, divine healing is in the hands of God. Our role is to seek Him, trust Him, and live in obedience to His Word. Divine healing can manifest itself in different ways: through instantaneous healing, a gradual healing process, or the strength and peace to face an illness. Trust that God has the power to heal, and seek his will in all circumstances.
Therefore, in this Bible study, we have examined the Scriptures to understand the reality and application of divine healing. Throughout the Bible, we see that God is the healer and that healing is an aspect of his nature and his redemptive plan. We see how Jesus and the apostles performed healings as a manifestation of the kingdom of God and how healing is a gift of the Holy Spirit.
Divine healing is available to believers, but it is important to remember that God's sovereignty is always present and that his will is more important than our desires. Faith plays a crucial role in receiving divine healing, but we must also trust that God knows what is best for us in each situation.
Ultimately, divine healing points to the complete redemption and restoration found in Christ. While physical healing is valuable, our greatest need is spiritual healing and reconciliation with God through Jesus Christ. May this study encourage us to seek God, trust in his healing power, and live in the fullness of his redemption.
Introduction
La guérison divine est un autre sujet fondamental de la théologie chrétienne et a fait l’objet de débats et de controverses tout au long de l’histoire de l’Église. Beaucoup se sont demandé si la guérison divine existait réellement, provoquant ainsi de nombreuses réflexions et opinions divergentes. Dans cette étude biblique, nous examinerons les Écritures pour comprendre la réalité et l’application de la guérison divine dans nos vies de manière affirmée et efficace.
La guérison dans l'Ancien Testament
Faisons une courte promenade à travers diverses écritures bibliques commençant dans l'Ancien Testament :
Exode 15 : 26, dans cette écriture, Dieu parle au peuple d'Israël après l'avoir miraculeusement libéré de l'esclavage en Égypte et avoir traversé la mer Rouge. Dieu déclare que si le peuple écoute attentivement sa voix, fait ce qui est juste à ses yeux, tient compte de ses commandements et respecte ses statuts, il ne leur enverra aucune des maladies qu'il a envoyées sur les Égyptiens, car il est Seigneur. qui guérit Ce verset met en évidence la relation entre l'obéissance et la bénédiction divine et montre le caractère guérisseur de Dieu comme partie essentielle de sa relation avec son peuple.
Psaume 103 : 2-3, le psalmiste exalte le Seigneur et le bénit. Il rappelle à votre âme de n’oublier aucun des bienfaits de Dieu. Parmi ces bienfaits, il faut souligner que Dieu pardonne toutes les iniquités et guérit toutes les maladies. Ces versets mettent en évidence la nature miséricordieuse et guérisseuse de Dieu. Le psalmiste reconnaît que non seulement Dieu pardonne nos péchés, mais qu’il est également disposé à guérir nos maladies. Pouvez-vous croire cela ? Eh bien, CROYEZ ! C’est un appel à faire confiance à la bonté et à la puissance de guérison de Dieu dans tous les domaines de notre vie.
Le pouvoir de guérison de Dieu à travers les prophètes
2 Rois 5 : 1-14 raconte l’histoire de Naaman, un brave général de l’armée syrienne, qui souffrait de la lèpre. Naaman, par l'intermédiaire d'un serviteur israélite, apprend l'existence d'un prophète en Samarie, Élisée, qui peut guérir les maladies. Naaman rend visite au prophète, mais au lieu de recevoir un grand traitement, Élisée lui envoie un message par l'intermédiaire de son serviteur, lui disant de se baigner sept fois dans le Jourdain pour être guéri. Bien que Naaman soit initialement offensé et sceptique, il finit par obéir et est complètement guéri. Cette histoire met en évidence l’importance de l’humilité, de l’obéissance et de la foi dans la guérison divine.
Dans Nombres 21 : 4-9, le peuple d’Israël se trouvait dans le désert et a commencé à se plaindre contre Dieu et Moïse à cause des difficultés auxquelles ils étaient confrontés. À la suite de leur rébellion, Dieu envoya parmi eux des serpents venimeux, et de nombreuses personnes furent mordues et moururent.
À la demande du peuple, Moïse intercède pour lui devant Dieu. Ensuite, le Seigneur ordonna à Moïse de fabriquer un serpent de bronze et de le placer sur un poteau. Quiconque serait mordu et regarderait vers le serpent de bronze vivrait. Moïse fit ce que Dieu lui avait commandé, et quiconque regardait le serpent d'airain était guéri et ne mourait pas.
Cet épisode illustre la provision de Dieu pour la guérison divine au milieu d'une situation de jugement. Le serpent de bronze représente le péché et le jugement, mais est aussi un symbole de salut et de guérison. En regardant vers le serpent de bronze, le peuple exprimait sa foi et sa confiance dans la provision divine et expérimentait ainsi la guérison physique.
Cet événement de l'histoire d'Israël a une profonde pertinence dans le contexte biblique, puisque Jésus lui-même le mentionne dans Jean 3 : 14-15, soulignant que de la même manière que Moïse a élevé le serpent dans le désert, de même le Fils de l'Homme serait élevé, offrant ainsi l'opportunité d'une guérison spirituelle et d'une vie éternelle à tous ceux qui croient en lui.
La guérison dans le ministère de Jésus
Lisons dans Matthieu 4 :23, cela décrit le ministère de Jésus pendant son séjour en Galilée. Ce verset résume le ministère complet de Jésus, qui comprenait l'enseignement, la prédication et la guérison des maladies. Jésus s’était non seulement engagé à proclamer l’Évangile et à enseigner la Parole de Dieu, mais il a également démontré sa puissance et sa compassion en guérissant les malades. Ce verset met en évidence le pouvoir de guérison et de rédemption de Jésus et son souci du bien-être physique et spirituel des gens.
Examinons maintenant quelques exemples de guérisons opérées par le Seigneur Jésus au cours de son ministère terrestre. Chacun d’eux montre sa compassion, sa puissance et son autorité en tant que guérisseur divin.
Guérison du lépreux (Matthieu 8 : 1-4)
Guérison du serviteur du centurion (Matthieu 8 : 5-13)
Guérison de la belle-mère de Pierre (Matthieu 8 : 14-15)
Guérison d'un paralytique (Matthieu 9 : 1-8)
Guérison de la femme ayant une perte de sang (Matthieu 9 :20-22)
Guérison de deux aveugles (Matthieu 9 :27-31)
Guérison de l'homme muet possédé par un démon (Matthieu 9 : 32-34)
Guérison du serviteur d'un centurion (Matthieu 9 : 5-13)
Guérison de la fille de Jaïrus (Matthieu 9 : 18-19, 23-25)
Guérison de deux aveugles à Jéricho (Matthieu 20 : 29-34)
Guérison de l'homme à la main paralysée (Matthieu 12 :9-14)
Guérison du fils d'un fonctionnaire royal (Jean 4 :46-54)
Guérison d'un boiteux à la piscine de Béthesda (Jean 5 : 1-9)
Guérison de l'aveugle de naissance (Jean 9 : 1-12)
Guérison de la femme courbée (Luc 13 : 10-17)
Guérison de dix lépreux (Luc 17 : 11-19)
Guérison du serviteur de Malchus dans le jardin de Gethsémani (Luc 22 :50-51)
La guérison divine dans le ministère des Apôtres
La guérison divine n'était pas seulement destinée au ministère du Seigneur Jésus de Nazareth, mais elle se poursuivait dans le ministère des Apôtres et de chaque disciple de Jésus-Christ.
Actes 3 : 1-10, le miracle de la guérison d’un boiteux à l’entrée du temple est raconté. Pierre et Jean montèrent au temple pour prier et trouvèrent un homme boiteux de naissance qui demandait l'aumône. Pierre, rempli du Saint-Esprit, regarda attentivement l'homme et dit : « Je n'ai ni argent ni or, mais ce que j'ai, je vous le donne : au nom de Jésus-Christ de Nazareth, lève-toi et marche ! » Instantanément, l’homme fut guéri et commença à marcher, sauter et louer Dieu. Ce miracle a choqué la foule et a ouvert la porte à Pierre pour proclamer le message de l'Évangile. Le passage met en évidence la puissance et l’autorité de Jésus et comment, à travers ses disciples, la guérison divine s’est manifestée au nom de Jésus.
Actes 9 : 32-35 raconte la guérison d’Énée à Lydda. Pierre était en voyage et arriva dans la ville où il trouva un homme nommé Énée, alité depuis huit ans à cause de la paralysie. Pierre lui dit : « Énée, Jésus-Christ te guérit ; lève-toi et fais ton lit. » Instantanément, Enée se réveilla en parfaite santé. Ce miracle a eu un grand impact dans la ville et beaucoup ont cru au Seigneur. Le passage démontre le pouvoir et l’autorité que Pierre a reçus de Jésus pour accomplir des miracles de guérison, qui ont renforcé la foi des croyants et ont attiré les autres à la foi en Christ.
La guérison comme don du Saint-Esprit
Dans 1 Corinthiens 12 :9, l’apôtre Paul mentionne l’un des dons du Saint-Esprit : le don des guérisons. Ce don fait référence à la capacité surnaturelle que Dieu accorde à certains croyants d'être des instruments de guérison physique et émotionnelle dans la vie des gens. Ce verset met en évidence la diversité des dons spirituels que le Saint-Esprit distribue dans l'Église et souligne l'importance de ces dons dans la construction et le renforcement de la communauté des croyants. Le don des guérisons témoigne de la manifestation de la puissance de Dieu dans la vie des croyants, et son but est de glorifier Dieu et de témoigner de son amour et de son souci de l'humanité.
Dans Jacques 5 : 14-15, l’importance de la communauté de foi et de la prière en période de maladie est soulignée. Les croyants sont encouragés à rechercher les anciens de l'Église, qui représentent la sagesse et l'autorité spirituelle, pour prier et oindre les malades avec de l'huile au nom du Seigneur. La prière de la foi a le pouvoir de guérir les malades et le pardon des péchés fait partie du processus de guérison. Il est important de noter que ce passage ne garantit pas la guérison dans tous les cas, mais souligne plutôt l'importance de la prière, de la foi et de la puissance de guérison de Dieu dans la vie des croyants ; aussi la repentance pour les péchés non confessés devant Dieu. Il convient de noter qu’il ne s’agit pas d’aller voir un chef religieux et de confesser un péché ; C’est aller se confesser devant ceux qui ont été touchés par l’action maléfique commise. Un exemple simple, si vous avez commis un adultère, confessez ce péché à votre partenaire et au partenaire de l'autre personne, si elle en a un. Et réglez toute cette affaire dans l’amour fraternel. Tant que ce péché reste caché, la personne pourrait très bien tomber malade et ne pas recevoir de guérison tant qu’elle n’aura pas confessé cet horrible péché.
Guérison dans le contexte de la volonté ou de la souveraineté de Dieu
Dans 2 Corinthiens 12 : 7-10, l’apôtre Paul parle de son « écharde dans la chair », une affliction ou une faiblesse qui lui a été donnée pour le maintenir humble. Paul dit qu'il a supplié le Seigneur à trois reprises de l'enlever, mais le Seigneur a répondu : « Ma grâce vous suffit, car ma puissance s'accomplit dans la faiblesse. » Paul reconnaît que dans sa faiblesse, la grâce de Dieu se manifeste de manière puissante. Il se glorifie de ses faiblesses, car lorsqu'il est faible, alors il est fort dans le Seigneur. Ce passage met en évidence le pouvoir transformateur de la grâce de Dieu et la capacité de Dieu à utiliser nos faiblesses et nos limites comme opportunités pour manifester sa puissance et sa gloire.
Philippiens 2 : 25-27, Paul mentionne Épaphrodite, collaborateur et messager de l’église de Philippes. Paul décrit Epaphrodite comme un frère, un collaborateur et un compagnon de combat dans le ministère. Épaphrodite avait été envoyé par l'église de Philippes pour subvenir aux besoins de Paul pendant qu'il était emprisonné. Cependant, pendant son service, Epaphroditus tomba malade et était sur le point de mourir. Heureusement, Dieu a eu pitié de lui et l’a guéri, lui permettant de retourner auprès de Paul et de continuer son ministère. Ce passage montre le courage et le dévouement d'Épaphrodite au service de Dieu et comment Dieu apporte guérison et protection à ceux qui le servent fidèlement.
Foi et guérison divine
Marc 11 : 24, ce verset souligne l’importance de la foi et de la confiance en Dieu lors de la prière. Jésus enseigne que lorsque nous nous approchons de Dieu dans la prière, nous devons croire et être certains que nous recevrons ce que nous demandons. La foi est la clé dans la réponse de Dieu à nos demandes. Cependant, il est important de se rappeler que notre foi doit être alignée sur la volonté de Dieu et conforme à ses desseins. Lorsque nous prions avec une foi authentique et une confiance en Dieu, nous pouvons nous attendre à ce qu’il réponde à nos prières selon sa volonté et sa sagesse parfaites.
Nous en avons un exemple lorsque notre Seigneur était dans le jardin de Gethsémani. Il a dit dans Luc 22 :42 : « Père, si tu le veux, éloigne de moi cette coupe ; Cependant, ce n'est pas ma volonté, mais la vôtre.
Jacques 1 : 6-8 parle de l’importance d’une foi ferme et constante lorsqu’on s’approche de Dieu dans la prière. Ce passage nous exhorte à prier avec foi sans aucun doute, en faisant pleinement confiance à Dieu et à sa capacité à répondre à nos prières. Ceux qui doutent sont comparés aux vagues de la mer, inconstantes et portées par le vent. Lorsque nous doutons, nous remettons en question la fidélité et la puissance de Dieu. Par conséquent, nous sommes encouragés à avoir une foi ferme et constante lorsque nous prions, confiants que Dieu entend et répond à nos demandes selon sa volonté. Une foi inébranlable est nécessaire pour recevoir les bénédictions et les réponses que Dieu a pour nous.
Parvenir à la guérison divine implique d’avoir une compréhension et une attitude appropriée envers Dieu, ainsi que l’application des principes bibliques dans nos vies. Vous trouverez ci-dessous quelques étapes pratiques qui peuvent vous aider à rechercher et à expérimenter la guérison divine :
Tout d’abord, cherchez Dieu dans la prière : commencez par chercher Dieu dans la prière et demandez-lui de révéler sa volonté pour votre situation de guérison. Prenez le temps de parler à Dieu et d’écouter sa voix sous la direction du Saint-Esprit.
Deuxièmement, étudiez et méditez les Écritures : passez du temps à étudier les enseignements bibliques sur la guérison divine. Lisez et méditez des passages bibliques qui parlent de guérison et permettent à la Parole de Dieu de renforcer votre foi.
Troisièmement, cultivez une foi forte : la foi est un élément essentiel pour expérimenter la guérison divine. Cultivez votre foi en faisant confiance à la promesse de Dieu d'être le guérisseur. Nourrissez votre foi en lisant et en méditant la Parole de Dieu et recherchez la communion avec d’autres croyants qui partagent la même foi.
Quatrièmement, Repentir et confession des péchés : Assurez-vous que votre cœur est dans un état de repentance et de confession des péchés. Le péché est un obstacle à la guérison divine. Il est donc important de rechercher le pardon de Dieu, le pardon de notre famille et de notre communauté de foi, et de chercher à vivre dans l’obéissance à ses commandements.
Cinquièmement, recherchez la sagesse médicale : Si vous êtes confronté à une maladie, il est également important de rechercher la sagesse médicale et de suivre les traitements et recommandations médicaux appropriés. La guérison divine n’exclut pas l’utilisation des ressources médicales que Dieu a fournies. Et surtout en ces temps de progrès dans les sciences médicales naturelles, qui sont les meilleures et non invasives.
Sixièmement, soutien communautaire et spirituel : recherchez le soutien d’une communauté de croyants engagés qui peuvent prier avec vous, vous encourager et vous soutenir dans votre quête de guérison divine. La communauté chrétienne peut apporter encouragement et force dans les moments difficiles.
Septièmement, persévérance et confiance dans la volonté de Dieu : rappelez-vous que la guérison divine peut se manifester de différentes manières et que parfois la réponse de Dieu peut être différente de nos attentes. Persévérez dans la foi et ayez confiance que Dieu travaille dans votre vie selon sa volonté parfaite.
En fin de compte, la guérison divine est entre les mains de Dieu. Notre rôle est de le chercher, de lui faire confiance et de vivre dans l’obéissance à sa Parole. La guérison divine peut se manifester de différentes manières : par une guérison instantanée, un processus de guérison progressif ou la force et la paix nécessaires pour faire face à une maladie. Ayez confiance que Dieu a le pouvoir de guérir et recherchez sa volonté en toutes circonstances.
C’est pourquoi, dans cette étude biblique, nous avons examiné les Écritures pour comprendre la réalité et l’application de la guérison divine. Tout au long de la Bible, nous voyons que Dieu est le guérisseur et que la guérison est un aspect de sa nature et de son plan rédempteur. Nous voyons comment Jésus et les apôtres ont opéré des guérisons comme manifestation du royaume de Dieu et comment la guérison est un don du Saint-Esprit.
La guérison divine est accessible aux croyants, mais il est important de se rappeler que la souveraineté de Dieu est toujours présente et que sa volonté est plus importante que nos désirs. La foi joue un rôle crucial dans la guérison divine, mais nous devons également croire que Dieu sait ce qui est le mieux pour nous dans chaque situation.
En fin de compte, la guérison divine indique la rédemption et la restauration complètes trouvées en Christ. Même si la guérison physique est précieuse, notre plus grand besoin est la guérison spirituelle et la réconciliation avec Dieu par Jésus-Christ. Puisse cette étude nous encourager à rechercher Dieu, à avoir confiance en son pouvoir de guérison et à vivre dans la plénitude de sa rédemption.
Introdução
A cura divina é outro tema fundamental na teologia cristã e tem sido objeto de debate e controvérsia ao longo da história da Igreja. Muitos têm questionado se a cura divina realmente existe, provocando assim muitas reflexões e opiniões divergentes. Neste estudo bíblico examinaremos as Escrituras para compreender a realidade e a aplicação da cura divina em nossas vidas de forma assertiva e eficaz.
Cura no Antigo Testamento
Vamos dar uma breve caminhada por várias escrituras bíblicas começando no Antigo Testamento:
Êxodo 15:26, nesta escritura Deus fala ao povo de Israel depois de libertá-los milagrosamente da escravidão no Egito e cruzar o Mar Vermelho. Deus declara que se o povo ouvir atentamente a Sua Voz, fizer o que é certo aos Seus Olhos, obedecer aos Seus Mandamentos e guardar os Seus Estatutos, Ele não lhes enviará nenhuma das doenças que enviou sobre os egípcios, porque Ele é o Senhor. isso cura Este versículo destaca a relação entre obediência e bênção divina, e mostra o caráter curador de Deus como parte essencial de seu relacionamento com seu povo.
Salmos 103:2-3, o salmista exalta o Senhor e o abençoa. Ele lembra a sua alma de não esquecer nenhum dos benefícios de Deus. Dentre esses benefícios, destaca-se que Deus perdoa todas as iniqüidades e cura todas as doenças. Esses versículos destacam a natureza misericordiosa e curativa de Deus. O salmista reconhece que Deus não apenas perdoa os nossos pecados, mas também está disposto a curar as nossas doenças. Você acredita nisso? Bem, ACREDITE! Este é um chamado para confiar na bondade e no poder curador de Deus em todas as áreas de nossas vidas.
O poder de cura de Deus através dos profetas
2 Reis 5:1-14 conta a história de Naamã, um bravo general do exército sírio, que sofria de lepra. Naamã, por meio de um servo israelita, fica sabendo de um profeta em Samaria, Eliseu, que pode curar doenças. Naamã visita o profeta, mas em vez de receber tratamento grandioso, Eliseu lhe envia uma mensagem através de seu servo, dizendo-lhe para mergulhar sete vezes no rio Jordão para ser curado. Embora Naamã inicialmente ficasse ofendido e cético, ele finalmente obedeceu e foi completamente curado. Esta história destaca a importância da humildade, obediência e fé na cura divina.
Em Números 21:4-9, o povo de Israel estava no deserto e começou a reclamar contra Deus e Moisés por causa das dificuldades que enfrentavam. Como resultado de sua rebelião, Deus enviou cobras venenosas entre eles, e muitas pessoas foram mordidas e morreram.
A pedido do povo, Moisés intercedeu por eles diante de Deus. Então, o Senhor ordenou a Moisés que fizesse uma serpente de bronze e a colocasse num poste. Qualquer um que fosse mordido e olhasse para a serpente de bronze viveria. Moisés fez o que Deus lhe havia ordenado, e quem olhasse para a serpente de bronze seria curado e não morreria.
Este episódio ilustra a provisão de Deus para a cura divina em meio a uma situação de julgamento. A serpente de bronze representa o pecado e o julgamento, mas também é um símbolo de salvação e cura. Ao olhar para a serpente de bronze, o povo expressou a sua fé e confiança na provisão divina e, assim, experimentou a cura física.
Este acontecimento na história de Israel tem uma profunda relevância no contexto bíblico, pois o próprio Jesus o menciona em João 3,14-15, apontando que da mesma forma que Moisés levantou a serpente no deserto, também o Filho do Homem seria exaltado, proporcionando a oportunidade de cura espiritual e vida eterna a todos os que nele crêem.
Cura no Ministério de Jesus
Vamos ler Mateus 4:23, que descreve o ministério de Jesus durante seu tempo na Galiléia. Este versículo resume o ministério abrangente de Jesus, que incluía ensino, pregação e cura de doenças e enfermidades. Jesus não estava apenas comprometido em proclamar o evangelho e ensinar a Palavra de Deus, mas também demonstrou seu poder e compaixão curando os enfermos. Este versículo destaca o poder curador e redentor de Jesus e sua preocupação com o bem-estar físico e espiritual das pessoas.
Vejamos agora alguns exemplos de curas realizadas pelo Senhor Jesus durante seu ministério terreno. Cada um deles mostra sua compaixão, poder e autoridade como curador divino.
Cura do leproso (Mateus 8:1-4)
Cura do servo do centurião (Mateus 8:5-13)
Cura da sogra de Pedro (Mateus 8:14-15)
Cura de um paralítico (Mateus 9:1-8)
Cura da mulher com fluxo de sangue (Mateus 9:20-22)
Cura de dois cegos (Mateus 9:27-31)
Cura do homem mudo possuído por demônios (Mateus 9:32-34)
Cura do servo de um centurião (Mateus 9:5-13)
Cura da filha de Jairo (Mateus 9:18-19, 23-25)
Cura de dois cegos em Jericó (Mateus 20:29-34)
Cura do homem com a mão paralisada (Mateus 12:9-14)
Cura do filho de um oficial real (João 4:46-54)
Cura de um coxo no tanque de Betesda (João 5:1-9)
Cura do cego de nascença (João 9:1-12)
Cura da mulher curvada (Lucas 13:10-17)
Cura de dez leprosos (Lucas 17:11-19)
Cura do servo de Malco no jardim do Getsêmani (Lucas 22:50-51)
Cura Divina no Ministério dos Apóstolos
A Cura Divina não foi apenas para o ministério do Senhor Jesus de Nazaré, mas continuou no ministério dos Apóstolos e de cada discípulo de Jesus Cristo.
Atos 3:1-10, é narrado o milagre da cura de um coxo na entrada do templo. Pedro e João subiram ao templo para orar e encontraram um homem coxo de nascença pedindo esmola. Pedro, cheio do Espírito Santo, olhou atentamente para o homem e disse: “Não tenho prata nem ouro, mas o que tenho isso te dou: em nome de Jesus Cristo de Nazaré, levanta-te e anda!” Instantaneamente, o homem foi curado e começou a andar, pular e louvar a Deus. Este milagre chocou a multidão e abriu a porta para Pedro proclamar a mensagem do evangelho. A passagem destaca o poder e a autoridade de Jesus, e como através de seus discípulos, a cura divina foi manifestada em nome de Jesus.
Atos 9:32-35 fala da cura de Eneias em Lida. Pedro estava viajando e chegou à cidade onde encontrou um homem chamado Enéias, que estava acamado há oito anos devido à paralisia. Pedro lhe disse: “Eneias, Jesus Cristo te cura; levanta-te e arranja a tua cama”. Instantaneamente, Enéias acordou completamente saudável. Este milagre causou um grande impacto na cidade e muitos acreditaram no Senhor. A passagem demonstra o poder e a autoridade que Pedro recebeu de Jesus para realizar milagres de cura, o que fortaleceu a fé dos crentes e atraiu outros à fé em Cristo.
A cura como dom do Espírito Santo
Em 1 Coríntios 12:9, o apóstolo Paulo menciona um dos dons do Espírito Santo: o dom de curar. Este dom refere-se à capacidade sobrenatural que Deus concede a alguns crentes para serem instrumentos de cura física e emocional na vida das pessoas. Este versículo destaca a diversidade de dons espirituais que o Espírito Santo distribui na igreja e sublinha a importância destes dons na construção e fortalecimento da comunidade dos crentes. O dom das curas evidencia a manifestação do poder de Deus na vida dos crentes, e o seu propósito é glorificar a Deus e testemunhar o seu amor e cuidado pela humanidade.
Em Tiago 5:14-15, é enfatizada a importância da comunidade de fé e da oração em tempos de doença. Os crentes são encorajados a procurar os presbíteros da igreja, que representam a sabedoria e a autoridade espiritual, para orar e ungir os enfermos com óleo em Nome do Senhor. A oração da fé tem o poder de curar os enfermos e o perdão dos pecados faz parte do processo de cura. É importante notar que esta passagem não garante a cura em todos os casos, mas antes destaca a importância da oração, da fé e do poder curador de Deus na vida dos crentes; também arrependimento por pecados não confessados diante de Deus. Deve-se notar que não se trata de ir a algum líder religioso e confessar algum pecado; É ir confessar-se diante daqueles que foram afetados pela má ação cometida. Um exemplo simples, se você cometeu adultério, confesse esse pecado ao seu parceiro e ao parceiro da outra pessoa, se ele tiver. E resolva todo esse assunto com amor fraternal. Enquanto esse pecado permanecer oculto, a pessoa poderá muito bem contrair alguma doença e não receber cura até confessar aquele pecado horrível.
Cura no Contexto da Vontade ou Soberania de Deus
Em 2 Coríntios 12:7-10, o apóstolo Paulo fala sobre o seu “espinho na carne”, uma aflição ou fraqueza que lhe foi dada para mantê-lo humilde. Paulo diz que implorou três vezes ao Senhor que o tirasse, mas o Senhor respondeu: “A minha graça te basta, porque o meu poder se aperfeiçoa na fraqueza”. Paulo reconhece que na sua fraqueza a graça de Deus se manifesta de forma poderosa. Ele se gloria em suas fraquezas porque quando está fraco, então ele é forte no Senhor. Esta passagem destaca o poder transformador da graça de Deus e a capacidade de Deus de usar as nossas fraquezas e limitações como oportunidades para manifestar o seu poder e glória.
Filipenses 2:25-27, Paulo menciona Epafrodito, um colaborador e mensageiro da igreja em Filipos. Paulo descreve Epafrodito como irmão, colaborador e companheiro de luta no ministério. Epafrodito foi enviado pela igreja de Filipos para ministrar às necessidades de Paulo enquanto ele estava preso. No entanto, durante o seu serviço, Epafrodito adoeceu e esteve à beira da morte. Felizmente, Deus teve misericórdia dele e o curou, permitindo-lhe voltar para Paulo e continuar seu ministério. Esta passagem mostra a coragem e dedicação de Epafrodito em servir a Deus e como Deus proporciona cura e proteção àqueles que O servem fielmente.
Fé e cura divina
Marcos 11:24, este versículo destaca a importância da fé e da confiança em Deus ao orar. Jesus ensina que quando nos aproximamos de Deus em oração, devemos acreditar e ter certeza de que receberemos o que pedimos. A fé é a chave na resposta de Deus aos nossos pedidos. Porém, é importante lembrar que a nossa fé deve estar alinhada com a vontade de Deus e em sintonia com os seus propósitos. Quando oramos com fé genuína e confiança em Deus, podemos esperar que Ele responda às nossas orações de acordo com Sua perfeita vontade e sabedoria.
Temos um exemplo disso quando nosso Senhor estava no Jardim do Getsêmani. Ele disse em Lucas 22:42: “Pai, se queres, passa de mim este cálice; No entanto, não seja feita a minha vontade, mas a sua.”
Tiago 1:6-8 fala sobre a importância da fé firme e constante ao nos aproximarmos de Deus em oração. Esta passagem nos exorta a orar com fé, sem qualquer dúvida, confiando plenamente em Deus e na sua capacidade de responder às nossas orações. Quem duvida é comparado às ondas do mar, inconstantes e levadas pelo vento. Quando duvidamos, questionamos a fidelidade e o poder de Deus. Por isso, somos incentivados a ter uma fé firme e constante na hora de orar, confiando que Deus ouve e atende nossos pedidos conforme a sua vontade. É necessária uma fé inabalável para recebermos as bênçãos e respostas que Deus tem para nós.
Alcançar a cura divina envolve ter compreensão e atitude adequada para com Deus, bem como a aplicação de princípios bíblicos em nossas vidas. Abaixo estão alguns passos práticos que podem ajudá-lo a buscar e experimentar a cura divina:
Primeiro, busque a Deus em oração: comece buscando a Deus em oração e peça a Ele que revele Sua vontade para sua situação de cura. Reserve um tempo para conversar com Deus e ouvir sua voz através da orientação do Espírito Santo.
Segundo, Estude e medite nas Escrituras: Passe algum tempo estudando os ensinamentos bíblicos sobre a cura divina. Leia e medite em passagens bíblicas que falam sobre cura e permita que a Palavra de Deus fortaleça sua fé.
Terceiro, Cultive uma Fé Forte: A fé é um elemento vital para experimentar a cura divina. Cultive sua fé confiando na promessa de Deus de ser o curador. Alimente a sua fé lendo e meditando na Palavra de Deus, e busque a comunhão com outros crentes que compartilham a mesma fé.
Quarto, Arrependimento e confissão de pecados: Certifique-se de que seu coração esteja em estado de arrependimento e confissão de pecados. O pecado é um obstáculo para receber a cura divina, por isso é importante buscar o perdão de Deus, o perdão em nossa família e comunidade de fé, e procurar viver em obediência aos Seus mandamentos.
Quinto, busque sabedoria médica: Se você estiver enfrentando uma doença ou enfermidade, também é importante buscar sabedoria médica e seguir tratamentos e recomendações médicas apropriadas. A cura divina não exclui o uso dos recursos médicos que Deus providenciou. E principalmente nestes tempos de avanços na ciência médica natural, que é a melhor e não invasiva.
Sexto, Apoio Comunitário e Espiritual: Busque o apoio de uma comunidade de crentes comprometidos que possam orar com você, encorajá-lo e apoiá-lo em sua busca pela cura divina. A comunidade cristã pode fornecer encorajamento e força em tempos difíceis.
Sétimo, Perseverança e confiança na vontade de Deus: Lembre-se que a cura divina pode manifestar-se de diferentes maneiras, e às vezes a resposta de Deus pode ser diferente das nossas expectativas. Persevere na fé e confie que Deus está trabalhando em sua vida de acordo com sua perfeita vontade.
Em última análise, a cura divina está nas mãos de Deus. Nosso papel é buscá-Lo, confiar Nele e viver em obediência à Sua Palavra. A cura divina pode se manifestar de diferentes maneiras: através da cura instantânea, de um processo de cura gradual ou da força e paz para enfrentar uma doença. Confie que Deus tem o poder de curar e busque sua vontade em todas as circunstâncias.
Portanto, neste estudo bíblico, examinamos as Escrituras para compreender a realidade e a aplicação da cura divina. Ao longo da Bíblia, vemos que Deus é o curador e que a cura é um aspecto da sua natureza e do seu plano redentor. Vemos como Jesus e os apóstolos realizaram curas como uma manifestação do reino de Deus e como a cura é um dom do Espírito Santo.
A cura divina está disponível aos crentes, mas é importante lembrar que a soberania de Deus está sempre presente e que a sua vontade é mais importante do que os nossos desejos. A fé desempenha um papel crucial na recepção da cura divina, mas também devemos confiar que Deus sabe o que é melhor para nós em cada situação.
Em última análise, a cura divina aponta para a completa redenção e restauração encontrada em Cristo. Embora a cura física seja valiosa, a nossa maior necessidade é a cura espiritual e a reconciliação com Deus através de Jesus Cristo. Que este estudo nos encoraje a buscar a Deus, confiar em seu poder de cura e viver na plenitude de sua redenção.
NOTA SOBRE LOS DERECHOS DE AUTOR
Este sitio web posee contenido con derechos reservados. Puede ser compartido de forma gratuita para propagar el Evangelio de Jesucristo. Se permite su reproducción en masa, publicarlo en sitios web, redes sociales, traducir a otros idiomas dando el crédito al escritor de este contenido. Se prohíbe la venta o recaudación de fondos de cualquier contenido en este sitio web. Para más información puede escribirnos a:
LA PALABRA HABLADA DE DIOS
PO Box 2017 PMB 345
Las Piedras, PR 00771