Repaso:
"Dios Comisionando a Moisés"
Por: Hno. Francisco Velázquez Cruz
Por: Hno. Francisco Velázquez Cruz
INTRODUCCIÓN
Paz a todos ustedes, amados hermanos y hermanas, y bienvenidos una vez más a su podcast “La Palabra Hablada de Dios”. Es un gozo y un privilegio poder llegar a cada uno de ustedes por estos medios de telecomunicación.
Hoy, con corazones expectantes, abrimos la Palabra para realizar un repaso profundo de un mensaje predicado por el Profeta de Dios para nuestra era, el hermano William Marrion Branham. El sermón se titula: “Dios Comisionando a Moisés”. Este Mensaje fue predicado el miércoles, 3 de junio de 1953, en el Anfiteatro Roberts Park, Connersville, Indiana, Estados Unidos de América.
Al iniciar este tiempo, quiero hacer mías las palabras con las que el mismo Hermano Branham abrió su servicio, estableciendo así una atmósfera de reverencia y propósito. Él oró diciendo y cito: “Nuestro Padre Celestial, en verdad este es un gran privilegio que Tú nos has concedido, un día más de este lado de la Eternidad para reunirnos aquí esta noche en la Presencia del Espíritu Santo, los Ángeles de Dios y esta compañía, para predicar el Evangelio de Jesucristo, Tu Hijo resucitado y amado. Él nos comisionó para ir a todo el mundo y demostrar el poder del Espíritu Santo a los creyentes nacidos de nuevo, y Tú dijiste: ‘Estas señales seguirán a los que creen’.”
Ese es el mismo espíritu con el que nos acercamos hoy: con gratitud por Su Presencia y con el único deseo de exaltar a Jesucristo. El tema central de este mensaje, y de todo el ministerio del Hermano William Marrion Branham, se resume en esta poderosa escritura de Hebreos 13:8, que dice: "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos". Este mensaje, “Dios Comisionando a Moisés”, es una prueba viviente de esa verdad. Nos muestra que el Dios que se le apareció a Moisés en una Columna de Fuego en el desierto es el mismo Señor Jesús que caminó en Galilea y el mismo Espíritu Santo que habita en Su Iglesia hoy, haciendo las mismas obras.
El propósito de repasar estas cintas no es meramente intelectual, sino activar nuestra fe. Como dijo el hermano Branham: “Ese es todo el propósito de estas reuniones, querido amigo Cristiano, no es para otro propósito delante de Dios, sino que su fe en Dios pueda ser estimulada al punto de creerle a Él para la salvación de su alma, y para la sanidad de su cuerpo.”
Así que, con ese fin en mente, acompáñenme en una palabra de oración antes de sumergirnos en la primera sección de este glorioso mensaje.
Oremos: Nuestro Padre Celestial, a Quien amamos y en Quien creemos, venimos ante Tu Presencia reconociendo que Tú eres el mismo ayer, hoy y por los siglos. Te damos gracias por la Revelación de Tu Palabra hablada. Oramos, Señor, para que, al examinar este mensaje, el Poder y la demostración del Espíritu Santo hagan que cada creyente crezca en fe y que aquel que no Te conoce pueda darse cuenta de su condición y recibirte como su Salvador personal. Confirma Tu Palabra en nuestros corazones, porque lo pedimos en el Nombre Amado de nuestro Salvador, Jesucristo. Amén.
Sección 1: El Propósito Divino en la Persecución
Para comprender la profundidad de la comisión de Moisés, el Hermano Branham nos pide que primero entendamos el escenario, la atmósfera espiritual y física en la que Dios estaba a punto de moverse. Nos transporta a un momento de profunda crisis para el Pueblo Escogido de Dios. Israel llevaba unos cuatrocientos años en cautiverio en Egipto.
Pero este sufrimiento no era un accidente de la historia ni una señal de que Dios los había olvidado. Todo lo contrario. El profeta nos recuerda que todo esto era parte de un Plan Soberano y meticuloso. Escuchemos atentamente esta afirmación, citamos del párrafo 6: “Y Dios, todo era propósito Suyo, porque primero, Él ya le había hablado a Abraham, diciendo que su pueblo peregrinaría en tierra extraña por cuatrocientos años, y Él los sacaría con mano poderosa”. (Hasta aquí la cita)
Vemos aquí una lección fundamental: a veces, el camino hacia el cumplimiento de la Promesa de Dios pasa por el valle de la aflicción. No era un castigo sin propósito; era la incubadora de una Promesa. El hermano Branham enfatiza la perfección del Tiempo Divino, diciendo en la parte final del párrafo 6, y cito: “Y todas las obras de Dios, todas Sus promesas, simplemente encajan perfectamente”. (Hasta aquí la cita)
Ahora, aquí es donde la enseñanza se vuelve aún más poderosa. Uno podría pensar que la persecución se intensificó porque Israel estaba en su peor momento. Pero el profeta revela una dinámica sorprendente. Justo antes que llegara el momento de la liberación, los israelitas en realidad gozaban de una posición favorable.
Nos dice el Hermano Branham y cito del párrafo 7: “Y justo en el momento en que la promesa estaba para cumplirse, a los israelitas les estaba yendo espléndidamente allá en Egipto, les estaba yendo muy bien, con el gran prestigio que José tenía ante el rey por salvar a Egipto en los siete años de hambre, y Dios había concedido favor.” (Hasta aquí la cita)
Estaban cómodos. Quizás demasiado cómodos para desear una liberación. Y es precisamente en este punto de comodidad que Dios permite que la situación cambie drásticamente. El catalizador de la liberación no fue la bendición, sino la persecución.
Continuando en el párrafo 7, dice el Hermano Branham y cito: “Pero cuando llegó el tiempo en que la promesa se debía cumplir, se levantó un Faraón quien no conocía a José, y ellos comenzaron una persecución, y la persecución provocó, causó que la gente se juntara y orara". (Hasta aquí la cita)
¡Ahí está la clave! La presión, el dolor y la persecución lograron lo que la prosperidad no pudo: unieron al pueblo y lo pusieron de rodillas en oración. Eliminó la autosuficiencia y creó una dependencia desesperada de Dios. El profeta extrae de esto un principio eterno y universal, nos dice así en la parte final del párrafo 7 y cito: “Y siempre la persecución fortalece a la causa, por las edades ha sido así, la persecución.” (Hasta aquí la cita)
Lejos de ser una fuerza destructiva, la persecución ordenada por Dios se convierte en una fuerza que consolida y fortalece la fe de Su Pueblo. Y el Hermano Branham no deja esta lección en el pasado, sino que la trae directamente a nuestro tiempo, a la Iglesia de hoy. Él expresa su propia fe sobre cómo Dios unirá a Su Novia en los últimos días, cito del párrafo 8: “Tengo una tremenda fe para creer que un día, antes de la Venida del Señor, que nuestras pequeñas diferencias serán resueltas”. Y añade: “…algo sucederá que nos llevará a todos a un solo corazón y unanimidad.” (Hasta aquí la cita)
Así que, el mensaje inicial es claro y poderoso. Cuando veamos que la presión aumenta, no lo interpretemos como que Dios nos ha abandonado. A menudo es la Mano de Dios quitando las comodidades del “Egipto” moderno, resolviendo nuestras pequeñas diferencias y forjándonos en un solo cuerpo, con un solo corazón, y un solo clamor, preparándonos para la Venida de nuestro Señor y la liberación final. Es en la aflicción donde la Iglesia (el Pueblo verdadero de Dios), se purifica y se une, preparándose para encontrarse con su Gran Libertador.
Punto 2: El Ángel del Pacto, la Columna de Fuego que Guía
Habiendo establecido el escenario de la persecución como el catalizador de Dios, el Hermano Branham nos lleva ahora al núcleo mismo de su mensaje, a la Revelación central de la cual todo lo demás depende. La pregunta es: ¿Quién guiaría a Israel fuera de Egipto? ¿A través de qué agencia operaría Dios?
El profeta nos pide que abramos nuestras Biblias y nuestros corazones a la promesa específica que Dios le hizo a Su pueblo. Él lee directamente de la Palabra, y quiero que escuchemos con la misma atención. Esto es Éxodo, capítulo 23, comenzando en el versículo 20 al 23:
20He aquí yo envío el Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.
21Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión: porque mi nombre está en él.
22Pero si en verdad oyeres su voz, é hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo á tus enemigos, y afligiré á los que te afligieren.
Analicemos esto. No era un ángel común. Este ser tenía autoridad para perdonar o no perdonar la rebelión. Y la razón es asombrosa: “...porque mi nombre está en él”. El Nombre, la Naturaleza y la Autoridad de Dios mismo residían en este Ángel.
Ahora, el Hermano Branham conecta esta promesa espiritual con su manifestación física y visible. Nos lleva a Éxodo, capítulo 13, versículo 21:
21Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube, para guiarlos por el camino; y de noche en una columna de fuego para alumbrarles; á fin de que anduviesen de día y de noche.
El Ángel prometido y la Columna de Fuego y Nube eran una y la misma Presencia. Pero la Revelación culminante del profeta es identificar, sin lugar a dudas, esta Presencia. Con claridad y audacia, él declara, y cito del párrafo 26: “Ahora, cualquiera sabe que la Columna de Fuego que guio a los hijos de Israel era el Ángel del pacto. ¿Es así, lectores de la Biblia? El cual era Jesucristo.” (Hasta aquí la cita)
¡Qué declaración tan poderosa! El Ser en la Columna de Fuego era el Cristo pre-encarnado. No era una tercera persona, sino el mismo Jehová-Jesús en Su forma de teofanía, el Logos que salió de Dios. El profeta respalda esto con el Nuevo Testamento, recordándonos que Moisés “tuvo por mayores las riquezas de Cristo que las riquezas de Egipto.” Moisés no podría haber estimado el oprobio de Cristo si Cristo no hubiera estado allí con él.
El Hermano Branham conecta todos los puntos para que no haya confusión, cito más adelante en el párrafo 26: “Era Jesucristo, Él estaba en una Columna de Fuego, Ese fue el mismo Ángel que estuvo en esa zarza ardiendo, esa misma Columna de Fuego.” (Hasta aquí la cita)
Ahora, aquí viene la aplicación vital para nosotros. Esta verdad no es solo una lección de historia. El profeta establece un paralelo directo e inquebrantable, y cito del párrafo 12: “Y la manera en que Dios guio esa Iglesia en lo natural, es un tipo perfecto de la espiritual, Él la está guiando hoy.” (Hasta aquí la cita)
¿Y cuál es esa Manera? ¿Ha cambiado Su Método? ¡Absolutamente no! El profeta continúa, cito del mismo párrafo 12: “Él sacó a Israel, la natural, por señales, prodigios y milagros; Él saca la espiritual en este día: señales, prodigios y milagros.” (Hasta aquí la cita)
Este es el punto crucial del mensaje. El mismo Ser, el Ángel del Pacto, la Columna de Fuego, nuestro Señor Jesucristo, es el que guía a Su Verdadera Iglesia hoy en la forma del Espíritu Santo. Su forma visible puede haber cambiado de carne a Espíritu, pero Su Naturaleza, Su Poder y Sus Métodos son eternamente los mismos. Como concluye el Hermano Branham, y cito del párrafo 26: “Y Él ha sido el Ángel guiador a través de los años, Él ha sido el mismo ayer, hoy, y por los siglos.” (Hasta aquí la cita)
Por lo tanto, no buscamos a un Dios diferente del de Moisés. Esperamos y creemos en el mismo Dios, que se manifiesta de la misma manera sobrenatural, guiando a Su Pueblo hacia la Tierra Prometida Celestial a través del Poder de Jesucristo resucitado.
Punto 3: La Vigencia de lo Sobrenatural en la Iglesia
Una vez que el Hermano Branham establece que el Cristo que guiaba a Israel es el mismo que guía a la Iglesia, procede a demoler una de las murallas de incredulidad más comunes en el mundo religioso: la idea de que lo sobrenatural, y específicamente el ministerio de ángeles, es algo que pertenece exclusivamente al Antiguo Testamento.
Él nos presenta una conversación que tuvo con un hombre de una buena iglesia del evangelio completo, quien le dijo, cito del párrafo 20: “Hermano Branham... Ud. siempre habla de un Ángel que lo visita... hijo, eso es un error.” El argumento de este hombre representa una teología muy extendida. Él afirmaba: “Dios no guía ninguna iglesia hoy por medio de Ángeles... Daniel, y los profetas, y los demás tuvieron Ángeles en el Antiguo Testamento, pero el Espíritu Santo guía a la Iglesia en este día postrero.” Su desafío final fue: “No es una Doctrina del Nuevo Testamento, Hermano Branham.” (Hasta aquí la cita)
Con la Biblia como su única defensa, el profeta desmantela este argumento pieza por pieza, no con su propia opinión, sino con la evidencia irrefutable del Nuevo Testamento, demostrando que el ministerio de ángeles no cesó, sino que continuó floreciendo después de la Venida del Espíritu Santo.
Primer ejemplo: Felipe el Evangelista. El Hermano Branham pregunta si Felipe tenía el Espíritu Santo, a lo cual su interlocutor accede. Luego, presenta el ejemplo, cito del párrafo 21: “Yo dije: ‘¿Quién fue que le dijo allá en Samaria que fuera al desierto de Gaza, al eunuco de Etiopía? ¿Fue el Espíritu Santo o el Ángel del Señor? Fue el Ángel del Señor, no el Espíritu Santo’.” (Hasta aquí la cita) Aquí vemos que el Espíritu Santo y el Ángel del Señor trabajaron en perfecta armonía.
Segundo ejemplo: Pedro el Apóstol. De nuevo, se establece que Pedro estaba lleno del Espíritu Santo. Y entonces, el profeta pregunta, cito del párrafo 22: “Entonces cuando Pedro estaba en prisión, él tuvo una reunión de oración en la casa de Juan Marcos, ¿quién entró por entre los barrotes como una luz y brilló sobre él? El Ángel del Señor.” (Hasta aquí la cita) No fue una impresión subjetiva; fue una intervención angelical física y tangible en la era del Nuevo Testamento.
Tercer ejemplo: Pablo el Apóstol. Sin duda, Pablo tenía el Espíritu Santo. El Hermano Branham pinta la escena dramática en el barco, cito del párrafo 23: “¿Quién fue, Pablo, después de catorce días y noches sin luna, estrellas, o nada que se viera, y toda esperanza de poder ser salvos allá en aquella tormenta se perdió y desvaneció, y Pablo bajó a la bodega y, después de un rato, regresó y dijo: ‘Tened buen ánimo, porque el Ángel de Dios, cuyo siervo soy, estuvo a mi lado, diciendo: “No temas, Pablo, es necesario que te lleven ante César, y he aquí que Dios ha dado a todos…”’; dijo: ‘Por tanto, hermanos, yo Le creo a Dios, y será tal como me fue mostrado’?” (Hasta aquí la cita) El testimonio de Pablo no fue “el Espíritu Santo me dijo”, sino específicamente, “el Ángel de Dios estuvo a mi lado”.
Ejemplo Final y Definitivo: Juan el Revelador. ¿Tenía Juan, el amado, el bautismo del Espíritu Santo? Por supuesto. Sin embargo, escuchen cómo fue entregado el libro de Apocalipsis, cito del párrafo 24: “Y todo el Libro de Apocalipsis le fue revelado a Juan por un Ángel... Y Él dijo: 'Yo, Jesús, he enviado Mi Ángel para dar testimonio de estas cosas que deben suceder pronto’.” ¡El mismo Jesús testifica que envió a Su Ángel para entregar la Revelación final a Su Iglesia! Después de presentar esta montaña de ejemplos bíblicos, la conclusión del profeta es simple e innegable, continúo citando del párrafo 24: “¡Oh, sí, Cristiano, los Ángeles de Dios son espíritus ministradores enviados de la Presencia de Dios!” (Hasta aquí la cita)
Pero, ¿por qué es tan importante esta verdad? Porque, como enseña el Hermano Branham, la naturaleza misma del ser humano anhela lo sobrenatural. Él afirma en el párrafo 18 y cito: “El hombre es un ser sobrenatural, él tiene hambre de Dios, y si no puede encontrar el verdadero alimento de Dios, él comerá cualquier cosa que pueda hallar porque él es un ser sobrenatural en su interior.” (Hasta aquí la cita)
Cuando la iglesia moderna intenta despojar al Evangelio de su poder y de su naturaleza sobrenatural, deja a la gente hambrienta. Esta es la razón, como explica el profeta, por la que surgen tantos “ismos” y sectas: intentan llenar el vacío que deja una iglesia que predica una forma de piedad pero niega la eficacia de la misma. El verdadero Evangelio de Jesucristo es sobrenatural, y la Iglesia que Él guía hoy, al igual que la del libro de los Hechos, es una Iglesia llena de poder, de milagros y del ministerio activo del Espíritu Santo y Sus ángeles.
Punto 4: El Testimonio de Houston y la Vindicación Científica
Hermanos, las verdades de las que hemos hablado —la guía de Cristo como Columna de Fuego y el continuo ministerio sobrenatural en Su Iglesia— no son meras doctrinas teológicas. En este punto del sermón, el Hermano Branham presenta una de las evidencias más asombrosas y documentadas de nuestro tiempo, un testimonio que saca la presencia de la Columna de Fuego del ámbito de la fe personal y la planta firmemente en el terreno de la prueba científica. Nos lleva a una reunión en Houston, Texas.
La historia comienza con una oposición feroz. Un clérigo local, el Sr. Best, escribió en el periódico, llamando al Hermano Branham “un impostor religioso y que le debían echar de la ciudad, y que él debería ser la persona encargada de hacerlo”.
Después de que el periódico publicara que el Hermano Branham le tenía “miedo” a un debate, el anciano y piadoso Hermano Bosworth aceptó el desafío en su lugar, con la condición de no discutir, sino solo presentar la Palabra. El crítico, lleno de confianza, se preparó para una victoria pública. De hecho, había contratado fotógrafos profesionales, los Estudios Douglas, para capturar su triunfo. Su intención era de una hostilidad extrema; declaró, cito del párrafo 43: “Voy a despellejar a ese anciano, voy a quitarle el pellejo y lo voy a colgar... y le voy a frotar un poco de sal como una conmemoración de la sanidad Divina.” (Hasta aquí la cita)
Durante el evento en el Coliseo Sam Houston, frente a miles de personas, el crítico no pudo refutar ni una sola de las Escrituras del Hermano Bosworth. Finalmente, en un arrebato de frustración, exigió, cito del párrafo 45: “Traigan a ese sanador Divino y déjenme verlo obrar algo; déjenme verlo hacer un milagro.” (Hasta aquí la cita)
Fue en ese momento que la Mano de Dios se movió. El Hermano Branham, que había estado observando en secreto desde el balcón, sintió un llamado sobrenatural. Él lo describe así en el párrafo 48: “...escuché Algo que hizo: '¡Fiuu!'. Y cuando miré, Algo dijo: ‘Levántate’”. (Hasta aquí la cita)
Bajó a la plataforma y, con calma, se dirigió a la multitud. Hizo una declaración que puso toda la responsabilidad en Dios, cito del párrafo 54: “Si yo digo la verdad, Dios testificará de la verdad. Y todos saben que Dios nunca testificaría de una mentira... y si yo estoy diciendo la verdad, Dios testificará de eso; y si Él no testifica, entonces no es la verdad.” (Hasta aquí la cita) Y Dios respondió. El profeta testifica, leo del párrafo 55: “Y en ese momento, aquí vino Él, bajando sobre esa audiencia de miles de personas.” (Hasta aquí la cita) Uno de los fotógrafos, el Sr. Ayers, junto con un reportero llamado Kipperman que había sido muy crítico, vio la Luz sobrenatural y tomó la única fotografía que no había sido encargada por el crítico.
Lo que sucedió después, en el cuarto oscuro, es un milagro en sí mismo. Las seis fotografías brillantes que el crítico había encargado para su propia glorificación salieron completamente en blanco. Pero la séptima fotografía, la que fue tomada en el momento de la intervención Divina, reveló algo asombroso. El Hermano Branham relata en el párrafo 59: “Y cuando sacó la siguiente que tomó, no solo estaba mi foto, sino que allí estaba el Ángel del Señor parado allí.” (Hasta aquí la cita)
El negativo fue tan impactante que fue enviado a Washington, D.C., y se le entregó a la máxima autoridad en documentos cuestionados para su análisis; el Dr. George J. Lacy, quien era contratado por el FBI. El Dr. Lacy, un escéptico, tomó el caso. Examinó la cámara, la película, el lugar, y sometió el negativo a todo tipo de pruebas durante días. Finalmente, convocó a la prensa y a los involucrados para dar un veredicto. Llamó al Reverendo Branham al frente y confesó su propia incredulidad pasada, cito del párrafo 63: “Reverendo Branham, he sido uno de sus críticos. He dicho que eso era psicología, la gente que dice que vieron Eso, y esa Luz y esa Columna de Fuego...” (Hasta aquí la cita)
Pero entonces, entregó su conclusión experta, una que haría historia, continúo la cita del párrafo 63: “Pero, Reverendo Branham, el ojo mecánico de esa cámara no capta la psicología... la Luz dio en el lente.” Y luego, la declaración monumental, continúo la cita: “Es la primera vez en toda la historia del mundo que se fotografía un Ser sobrenatural.” (Hemos citado)
El Dr. Lacy concluyó que el mundo incrédulo ya no podía afirmar que no había prueba científica de la existencia de un ser sobrenatural, porque “aquí hay una fotografía científica que prueba que hay un Ser sobrenatural.”
Este evento, Hermanos, no es solo una historia emocionante. Es la vindicación de Dios para una era científica y escéptica. Es la prueba tangible de que la misma Columna de Fuego, el Ángel del Pacto que guio a Moisés, esa misma Luz que fue fotografiada en Houston, Texas, confirmando la verdad eterna de que Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos.
Punto 5: El Don de Discernimiento para Levantar la Fe
Después de establecer la base bíblica de la guía de Cristo como la Columna de Fuego y de presentar la vindicación científica de Su Presencia hoy, el sermón “Dios Comisionando a Moisés” llega a su culminación: la demostración práctica de este Cristo presente y operante. Aquí, el Hermano Branham explica la mecánica espiritual del ministerio, modelándolo no según su propia idea, sino directamente sobre el patrón establecido por nuestro Señor Jesucristo.
Él explica que, como vidente, él no puede operar por su propia voluntad. Él nos dice en el párrafo 77 y cito: “No puedo ver lo que yo quiera, veo lo que Él me muestra, solo sé lo que Él me muestra; y lo que El me dice, eso hago.” (Hasta aquí la cita)
Este es exactamente el mismo principio bajo el cual operaba Jesús. Para ilustrarlo, el profeta nos lleva a la escena del estanque de Betesda en el libro de Juan. Allí había una gran multitud de personas enfermas —paralíticos, ciegos, cojos— y Jesús, lleno de compasión, pasó entre todos ellos y sanó a un solo hombre. A los ojos humanos, esto parece inexplicable. Pero Jesús mismo dio la razón. Cuando los judíos lo interrogaron, Él les dio la fórmula de Su ministerio, una clave que el Hermano Branham enfatiza como fundamental. Leamos San Juan 5:19, Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que viere hacer al Padre: porque todo lo que él hace, esto también hace el Hijo juntamente.”
El Hermano Branham lo dice en el párrafo 86 y cito: “Ahora miren, Jesús declaró que Él no hacía nada sin que el Padre Se lo mostrara por visión.”
Esta Revelación de los secretos del corazón y de las condiciones de las personas a menudo era criticada como “telepatía mental” o lectura de la mente. El profeta confronta esta acusación directamente, preguntando, cito del párrafo 89: “¿Dice la Biblia que Él percibió sus pensamientos? ¿Cuántos lo dicen? Veamos. Bueno, ¿qué es percibir un pensamiento?” (Hemos citado)
Él explica que el Poder de Dios para discernir es el original verdadero, mientras que las prácticas psíquicas del diablo no son más que una imitación barata para engañar a aquellos que no pueden encontrar el alimento sobrenatural genuino en la iglesia. Entonces, si este don de discernimiento no es para sanar directamente, ¿cuál es su propósito? El Hermano Branham nos lleva de vuelta a su propia comisión, cuando el Ángel del Señor le habló. El propósito de la señal era idéntico al propósito de las señales dadas a Moisés: construir la fe en la gente. Él relata lo que el Ángel le dijo en el párrafo 122: “Como al profeta Moisés le fueron dadas señales... te será dada una señal, y conocerás los mismísimos pensamientos de sus corazones y les dirás estas cosas. Y por medio de estas... para que ellos crean.” (Hasta aquí la cita)
Escuchen nuevamente: ¡“Para que ellos crean”! Ese es el propósito. El don es una vindicación, una confirmación de que el predicador y su Mensaje son enviados por Dios. Es para sacudir al individuo de su duda y anclar su fe en la realidad de un Cristo vivo y presente. Pero la sanidad misma viene a través de un canal diferente. El Hermano Branham lo distingue claramente en el párrafo 110, y cito: “estas cosas solo son un don, ¿ve Ud.?, lo principal es orar por los enfermos, para eso fui enviado, para orar por los enfermos, esto solo es un don, eso no sana a nadie.” (Hasta aquí la cita)
Y le dice a una persona en la línea de oración: “...eso no la sanó a Ud., pero es la oración lo que le sana; ‘La oración de fe salvará al enfermo’.” (Hasta aquí la cita) Aquí se cierra el círculo. El don de discernimiento revela el secreto del corazón, vindicando la Palabra. Esta vindicación crea fe en el oyente. Y esa fe, ahora viva y activa, hace que la oración sea efectiva para recibir la sanidad que Cristo compró en el Calvario. Todo opera según la Palabra escrita, como está en Santiago 5:15: “Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará.”
Así, el sermón demuestra un Evangelio completo: la Palabra predicada, la Palabra vindicada por una señal sobrenatural, y la Palabra aplicada a través de la fe para la salvación y la sanidad del individuo. Es el ministerio de Jesucristo, el mismo ayer, hoy y por los siglos.
Conclusión y Llamado Final
Amados oyentes, al llegar al final de nuestro repaso del mensaje “Dios Comisionando a Moisés”, hemos viajado desde la aflicción de Israel en Egipto hasta la vindicación científica de la Presencia de Cristo en nuestro día. Hemos visto cómo la persecución preparó al pueblo, cómo el Ángel del Pacto se reveló como la Columna de Fuego —nuestro Señor Jesucristo—, y cómo ese mismo poder se manifiesta hoy a través del discernimiento para levantar la fe.
El Mensaje de esta Hora no es una nueva teología, sino la restauración de la verdad original, unificando la Biblia entera en la persona de Jesucristo. El Hermano Branham lo resume de manera magistral, cito del párrafo 77: “...el mismo Jesús que sacó a los hijos de Israel del desierto, el mismo Cristo que fue el Ángel del pacto... el mismo Ser que los guio fue el mismo Ser que caminó aquí en carne humana en la tierra, regresó a Dios, regresó en la forma del Espíritu Santo, guiando a la Iglesia, igual en esta noche.” (Hasta aquí la cita)
Por lo tanto, la conclusión es ineludible y gloriosa. El Dios de la historia no se ha retirado a los cielos para observarnos desde lejos. La Columna de Fuego no es una reliquia del pasado. Es una realidad presente y activa. Escuchemos nuevamente la declaración rotunda del profeta: “Dios, el mismo Dios que guio a los hijos de Israel por una Columna de Fuego en el desierto, está guiando a Su Iglesia hoy de la misma manera, y esa misma Columna de Fuego está con nosotros esta noche.” (Hemos citado)
El profeta estaba tan seguro de la veracidad de este testimonio, vindicado por Dios mismo, que hizo esta solemne declaración y cito: “Y si partiera a casa a la Gloria desde este púlpito esta noche, mi testimonio tendría que permanecer: yo he dicho la verdad.” (Hasta aquí la cita) ¿Qué significa esto para usted y para mí, aquí y ahora? Significa que nuestra fe no puede descansar en una simple afiliación a una iglesia o en un conocimiento intelectual de la Biblia. La verdadera fe salvadora es mucho más profunda. El Hermano Branham la define como: “...no por imaginación, sino por contacto directo con Dios, Quien trae la Vida sobrenatural al ser mortal suyo.”
Es un encuentro personal y transformador con este Cristo vivo y presente. Y este Cristo vivo hizo una promesa asombrosa a todo aquel que tendría ese contacto directo con Él. En San Juan 14:12, Él declaró: “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y mayores que éstas hará; porque yo voy al Padre.”
Las señales y maravillas que hemos repasado son el cumplimiento de esa promesa. Ahora, el llamado final de este mensaje desciende desde el púlpito hasta su corazón. No es suficiente admirar las Obras de Dios; es el momento de ser un receptor de ellas. Si usted está enfermo, si está atado por el pecado, si es un miembro de iglesia sin una experiencia personal de la vida sobrenatural, este Mensaje es su oportunidad. El profeta hace un llamado directo: “Toda persona aquí podría recibir sanidad ahora mismo. Bueno, Ud. está sano, si tan solo lo acepta, tiene que suceder.” (Hemos citado)
La sanidad y la salvación ya fueron compradas en el Calvario. La presencia de la Columna de Fuego hoy es la prueba de que el Sacrificio fue aceptado y que el poder redentor está en operación. Ahora solo se requiere su fe para hacer el “contacto directo”. Por lo tanto, le extendemos el mismo llamado con el que el Hermano Branham cerró su servicio: “Levantemos nuestras manos y demos Gloria a Dios. Cualquiera que quiera ser sano, venga ahora mismo. Pónganse de pie, acepten su sanidad.” (Hasta aquí la cita)
Ahí donde está, haga de ese lugar un altar. Levante sus manos y su corazón, y acepte la obra terminada de Cristo para su alma y para su cuerpo.
Oremos: Señor Jesucristo, el Ángel del Pacto, la Columna de Fuego viviente, te damos gracias por Tu Palabra confirmada. Tú has probado que eres el mismo ayer, hoy y por los siglos. Ahora, Señor, oro por cada persona que escucha. Que Tu Espíritu Santo tome esta verdad sembrada y la haga una realidad viviente en ellos. Que cada pecador sea salvo, que cada creyente sea lleno de Tu Espíritu, y que cada enfermo sea sanado por Tu poder. Sellamos este mensaje y la fe que ha producido, en el Nombre de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Amén.
Gracias por habernos acompañado. Que la realidad de este Cristo presente transforme su vida. Que el Señor Jesucristo les bendiga abundantemente. Amén.
INTRODUCTION
Peace to all of you, beloved brothers and sisters, and welcome once again to your podcast "The Spoken Word of God." It is a joy and a privilege to be able to reach each one of you through these means of telecommunication.
Today, with expectant hearts, we open the Word to make a profound review of a message preached by God's Prophet for our age, Brother William Marrion Branham. The sermon is entitled: "God Commissioning Moses." This Message was preached on Wednesday, June 3, 1953, at the Roberts Park Amphitheater, Connersville, Indiana, United States of America.
As I begin this time, I want to make my own the words with which Brother Branham himself opened his service, thus establishing an atmosphere of reverence and purpose. He prayed, saying, " Our Heavenly Father, indeed this is a great privilege that You have granted us, one more day on this side of eternity to gather here tonight in the Presence of the Holy Spirit, the Angels of God, and this company, to preach the gospel of Jesus Christ, Your risen and beloved Son. He commissioned us to go into all the world and demonstrate the power of the Holy Spirit to born-again believers, and You said, 'These signs will follow those who believe.'"
That is the same spirit with which we approach today: with gratitude for His Presence and with the sole desire to exalt Jesus Christ. The central theme of this message, and of the entire ministry of Brother William Marrion Branham, is summed up in this powerful scripture from Hebrews 13:8, which says, "Jesus Christ is the same yesterday, and today, and forever." This message, "God Commissioning Moses," is living proof of that truth. It shows us that the God who appeared to Moses in a Pillar of Fire in the wilderness is the same Lord Jesus who walked in Galilee and the same Holy Spirit who dwells in His Church today, doing the same works.
The purpose of reviewing these tapes is not merely intellectual, but to activate our faith. As Brother Branham said, "That is the whole purpose of these meetings, dear Christian friend, is for no other purpose before God, but that your faith in God may be stimulated to the point of believing Him for the salvation of your soul, and for the healing of your body."
So, with that end in mind, join me in a word of prayer before we dive into the first section of this glorious message.
Let us pray: Our Heavenly Father, Whom we love and believe in, come into Your Presence recognizing that You are the same yesterday, today, and forever. We thank You for the Revelation of Your spoken Word. We pray, Lord, that as we examine this message, the Power and demonstration of the Holy Spirit will cause every believer to grow in faith and that he who does not know You may realize his condition and receive You as his personal Savior. Confirm Your Word in our hearts, for we ask it in the Beloved Name of our Savior, Jesus Christ. Amen.
Section 1: The Divine Purpose in Persecution
To understand the depth of Moses' commission, Brother Branham asks us to first understand the setting, the spiritual and physical atmosphere in which God was about to move. It transports us to a moment of profound crisis for God's Chosen People. Israel had been in captivity in Egypt for about four hundred years.
But this suffering was not an accident of history or a sign that God had forgotten them. Quite the opposite. The prophet reminds us that all of this was part of a meticulous Sovereign Plan. Let's listen carefully to this statement, quoting from paragraph 6: "And God, it was all His purpose, for first, He had already spoken to Abraham, saying that His people would wander in a strange land for four hundred years, and He would bring them out with a mighty hand." (So much for the quote)
We see here a fundamental lesson: sometimes, the path to the fulfillment of God's Promise passes through the valley of affliction. It was not a punishment without purpose; it was the incubator of a Promise. Brother Branham emphasizes the perfection of Divine Timing, saying in the final part of paragraph 6, and I quote, "And all the works of God, all His promises, just fit together perfectly." (So much for the quote)
Now, this is where the teaching becomes even more powerful. One might think that the persecution intensified because Israel was at its worst. But the prophet reveals a surprising dynamic. Just before the time of deliverance, the Israelites actually enjoyed a favorable position.
Brother Branham tells us, and I quote from paragraph 7: "And just at the moment when the promise was about to be fulfilled, the Israelites were doing splendidly there in Egypt, they were doing very well, with the great prestige that Joseph had before the king for saving Egypt in the seven years of famine, and God had granted favor." (So much for the quote)
They were comfortable. Perhaps too comfortable to desire a liberation. And it is precisely at this point of comfort that God allows the situation to change drastically. The catalyst for deliverance was not blessing, but persecution.
Continuing in paragraph 7, Brother Branham says, " But when the time came when the promise was to be fulfilled, there arose a Pharaoh who did not know Joseph, and they began a persecution, and the persecution provoked, caused the people to gather together and pray." (So much for the quote)
That's the key! Pressure, pain, and persecution accomplished what prosperity could not: they united the people and brought them to their knees in prayer. It eliminated self-sufficiency and created a desperate dependence on God. The prophet draws from this an eternal and universal principle, he tells us in the final part of paragraph 7, and I quote: "And persecution always strengthens the cause, persecution has been so for the ages." (So much for the quote)
Far from being a destructive force, God-ordained persecution becomes a force that consolidates and strengthens the faith of His people. And Brother Branham doesn't leave this lesson in the past, but he brings it right into our time, into the church today. He expresses his own faith in how God will unite His Bride in the last days, I quote from paragraph 8: "I have tremendous faith to believe that one day, before the coming of the Lord, that our little differences will be resolved." And he adds: "... something will happen that will bring us all to one heart and one mind." (So much for the quote)
So, the initial message is clear and powerful. When we see the pressure mounting, let's not interpret it as God having abandoned us. Often it is the Hand of God removing the comforts of modern "Egypt," resolving our petty differences, and forging us into one body, with one heart, and one cry, preparing us for our Lord's Coming and final deliverance. It is in affliction that the Church (the true People of God) purifies and unites, preparing to meet its Great Deliverer.
Point 2: The Angel of the Covenant, the Guiding Pillar of Fire
Having set the scene of persecution as God's catalyst, Brother Branham now brings us to the very core of his message, to the central Revelation on which all else depends. The question is: Who would lead Israel out of Egypt? Through what agency would God operate?
The prophet asks us to open our Bibles and our hearts to the specific promise God made to His people. He reads directly from the Word, and I want us to listen just as carefully. This is Exodus, chapter 23, beginning in verses 20 to 23:
20 Behold, I am sending the angel before you to keep you on the way, and to bring you into the place I have prepared.
21 Watch before him, and hear his voice; do not be rebellious to him; for he will not forgive your transgression: for my name is on him.
22 But if you do hear his voice, and do whatever I tell you, I will be an enemy to your enemies, and I will afflict those who afflict you.
Let's break this down. He was no ordinary angel. This being had authority to forgive or not to forgive rebellion. And the reason is amazing: "... for my name is on him." The Name, Nature, and Authority of God Himself resided in this Angel.
Now, Brother Branham connects this spiritual promise with its physical, visible manifestation. It takes us to Exodus, chapter 13, verse 21:
21 And the LORD went before them by day in a pillar of cloud, to lead them on the way; and at night in a pillar of fire to give them light; so that they might walk day and night.
The promised Angel and the Pillar of Fire and Cloud were one and the same Presence. But the culminating Revelation of the prophet is to identify, without a doubt, this Presence. Clearly and boldly, he states, and I quote from paragraph 26: "Now, anyone knows that the Pillar of Fire that led the children of Israel was the Angel of the covenant. Is that so, Bible readers? Who was Jesus Christ." (So much for the quote)
What a powerful statement! The Being in the Pillar of Fire was the pre-incarnate Christ. It was not a third person, but Jehovah-Jesus Himself in His theophany form, the Logos who went forth from God. The prophet backs this up with the New Testament, reminding us that Moses "counted the riches of Christ greater than the riches of Egypt." Moses could not have esteemed Christ's reproach if Christ had not been there with him.
Brother Branham connects all the dots so that there is no confusion, I quote later in paragraph 26: "It was Jesus Christ, He was in a Pillar of Fire, That was the same Angel that was in that burning bush, that same Pillar of Fire." (So much for the quote)
Now, here comes the vital app for us. This truth is not just a history lesson. The prophet draws a direct and unbreakable parallel, and I quote from paragraph 12: "And the way God led that church in the natural is a perfect type of the spiritual, He is leading it today." (So much for the quote)
And what is that Way? Has His Method changed? Absolutely not! The prophet continues, and I quote from the same paragraph 12: "He brought out Israel, the natural one, by signs, wonders, and miracles; He brings out the spiritual on this day: signs, wonders and miracles." (So much for the quote)
This is the crux of the message. The same Being, the Angel of the Covenant, the Pillar of Fire, our Lord Jesus Christ, is the One who guides His True Church today in the form of the Holy Spirit. His visible form may have changed from flesh to Spirit, but His Nature, His Power, and His Methods are eternally the same. As Brother Branham concludes, and I quote from paragraph 26, "And He has been the guiding Angel through the years, He has been the same yesterday, today, and forever." (So much for the quote)
Therefore, we are not looking for a God other than Moses. We hope and believe in the same God, who manifests Himself in the same supernatural way, leading His People into the Heavenly Promised Land through the Power of the resurrected Jesus Christ.
Point 3: The Validity of the Supernatural in the Church
Once Brother Branham establishes that the Christ who led Israel is the same Christ who led the Church, he proceeds to demolish one of the most common walls of unbelief in the religious world: the idea that the supernatural, and specifically the ministry of angels, is something that belongs exclusively to the Old Testament.
He tells us of a conversation he had with a man from a good full-gospel church, who said to him, I quote from paragraph 20, "Brother Branham... You always talk about an Angel visiting you... Son, that's a mistake." This man's argument represents a widespread theology. He stated, "God does not lead any church today by means of angels. Daniel, and the prophets, and the rest had Angels in the Old Testament, but the Holy Spirit guides the Church in this last day." His final challenge was, "It's not a New Testament doctrine, Brother Branham." (So much for the quote)
With the Bible as his only defense, the prophet dismantles this argument piece by piece, not with his own opinion, but with the irrefutable evidence of the New Testament, showing that the ministry of angels did not cease, but continued to flourish after the Coming of the Holy Spirit.
First example: Philip the Evangelist. Brother Branham asks if Philip had the Holy Spirit, to which his interlocutor agrees. Then he gives the example, and I quote from paragraph 21: "I said: 'Who was it that told you back in Samaria to go to the desert of Gaza, to the eunuch of Ethiopia? Was it the Holy Spirit or the Angel of the Lord? It was the Angel of the Lord, not the Holy Spirit.'" (So much for the quote) Here we see that the Holy Spirit and the Angel of the Lord worked in perfect harmony.
Second example: Peter the Apostle. Again, it is established that Peter was filled with the Holy Spirit. And so the prophet asks, I quote from paragraph 22, "Then when Peter was in prison, he had a prayer meeting in John Mark's house, who came through the bars like a light and shone upon him? The Angel of the Lord." (So much for the quote) It was not a subjective impression; it was a physical, tangible angelic intervention in the New Testament era.
Third example: Paul the Apostle. Without a doubt, Paul had the Holy Spirit. Brother Branham paints the dramatic scene on the ship, I quote from paragraph 23: "Who was it, Paul, after fourteen days and nights without moon, stars, or anything to be seen, and all hope of being saved there in that storm was lost and vanished, and Paul went down to the cellar and, after a while, came back and said: 'Be of good cheer, for the Angel of God, whose servant I am, It was to me on the other hand, saying: "Do not be afraid, Paul, you must be brought before Caesar, and behold, God has given to all..."'; said, 'Therefore, brethren, I believe God, and it will be just as it was shown to me'?" Paul's testimony was not "the Holy Spirit said to me," but specifically, "the Angel of God stood by me."
Final and Definitive Example: John the Revelator. Did John, the beloved, have the baptism of the Holy Spirit? Of course. However, listen to how the book of Revelation was delivered, I quote from paragraph 24: "And the whole Book of Revelation was revealed to John by an angel... And He said, 'I, Jesus, have sent My Angel to bear witness to these things that must soon come to pass.'" Jesus Himself testifies that He sent His Angel to deliver the final Revelation to His Church! After presenting this mountain of biblical examples, the prophet's conclusion is simple and undeniable, I go on to quote from paragraph 24: "Oh yes, Christian, the Angels of God are ministering spirits sent from the Presence of God!" (So much for the quote)
But why is this truth so important? Because, as Brother Branham teaches, the very nature of man longs for the supernatural. He states in paragraph 18 and I quote: "Man is a supernatural being, he hungers for God, and if he cannot find the true food of God, he will eat whatever he can find because he is a supernatural being within." (So much for the quote)
When the modern church tries to strip the gospel of its power and supernatural nature, it leaves people hungry. This is the reason, as the prophet explains, why so many "isms" and sects arise: they try to fill the void left by a church that preaches a form of piety but denies its efficacy. The true gospel of Jesus Christ is supernatural, and the Church He leads today, like the Church in the book of Acts, is a Church filled with power, miracles, and the active ministry of the Holy Spirit and His angels.
Point 4: Houston's Testimony and Scientific Vindication
Brethren, the truths of which we have spoken—the leading of Christ as the Pillar of Fire and the continuing supernatural ministry in His Church—are not mere theological doctrines. At this point in the sermon, Brother Branham presents some of the most astounding and documented evidence of our time, a testimony that takes the presence of the Pillar of Fire out of the realm of personal faith and plants it firmly on the ground of scientific proof. He takes us to a meeting in Houston, Texas.
The story begins with fierce opposition. A local clergyman, Mr. Best, wrote in the paper, calling Brother Branham "a religious impostor and that he should be driven out of town, and that he should be the person in charge of doing it."
After the newspaper published that Brother Branham was "afraid" of a debate, the pious old Brother Bosworth accepted the challenge instead, on the condition that he not argue, but only to present the Word. The critic, full of confidence, prepared for a public victory. In fact, he had hired professional photographers, Douglas Studios, to capture his triumph. His intention was one of extreme hostility; stated, quoting from paragraph 43: "I'm going to skin that old man, I'm going to take his skin off and I'm going to hang him... and I'm going to rub some salt on it as a commemoration of Divine healing." (So much for the quote)
During the event at the Sam Houston Coliseum, in front of thousands of people, the critic could not refute a single one of Brother Bosworth's Scriptures. Finally, in a fit of frustration, he demanded, and I quote from paragraph 45: "Bring that Divine healer and let me see him do something; Let me see him perform a miracle." (So much for the quote)
It was at that moment that the Hand of God moved. Brother Branham, who had been secretly watching from the balcony, felt a supernatural call. He describes it this way in paragraph 48: "... I heard Something he did: 'Wow!' And when I looked, Something said, 'Get up.'" (So much for the quote)
He went down to the platform and calmly addressed the crowd. He made a statement that put all the responsibility on God, I quote from paragraph 54: "If I tell the truth, God will testify of the truth. And everyone knows that God would never testify to a lie... and if I am telling the truth, God will testify of that; and if He does not testify, then it is not the truth." (So much for the quote) And God answered. The prophet testifies, I read from paragraph 55, "And at that moment, here He came, coming down upon that audience of thousands." One of the photographers, Mr. Ayers, along with a reporter named Kipperman who had been very critical, saw the supernatural Light and took the only photograph that had not been commissioned by the critic.
What happened next, in the darkroom, is a miracle in itself. The six brilliant photographs that the critic had commissioned for his own glorification came out completely blank. But the seventh photograph, the one taken at the time of the Divine intervention, revealed something astonishing. Brother Branham relates in paragraph 59, "And when he took the next one he took, not only was my picture, but there was the Angel of the Lord standing there." (So much for the quote)
The negative was so shocking that it was sent to Washington, D.C., and given to the highest authority on questioned documents for analysis; Dr. George J. Lacy, who was hired by the FBI. Dr. Lacy, a skeptic, took the case. He examined the camera, the film, the place, and subjected the negative to all kinds of tests for days. Finally, he summoned the press and those involved to give a verdict. He called Reverend Branham to the front and confessed his own past unbelief, I quote from paragraph 63: "Reverend Branham, I have been one of your critics. I've said that was psychology, the people who say they saw That, and that Light and that Pillar of Fire..." (So much for the quote)
But then, he delivered his expert conclusion, one that would make history, he continued the quote from paragraph 63: "But, Reverend Branham, the mechanical eye of that camera does not catch psychology... the Light hit the lens." And then, the monumental statement, I continue the quote: "It is the first time in all the history of the world that a supernatural Being has been photographed." (We have quoted)
Dr. Lacy concluded that the unbelieving world could no longer claim that there was no scientific proof of the existence of a supernatural being, because "here is a scientific photograph that proves that there is a supernatural Being."
This event, Brethren, is not just an exciting story. It is God's vindication for a scientific and skeptical age. It is tangible proof that the same Pillar of Fire, the Angel of the Covenant that guided Moses, that same Light that was photographed in Houston, Texas, confirming the eternal truth that Jesus Christ is the same yesterday, today, and forever.
Point 5: The Gift of Discernment to Lift Faith
After establishing the biblical basis for Christ's guidance as the Pillar of Fire and presenting the scientific vindication of His Presence today, the sermon "God Commissioning Moses" reaches its culmination: the practical demonstration of this present and working Christ. Here, Brother Branham explains the spiritual mechanics of ministry, modeling it not after his own idea, but directly on the pattern set by our Lord Jesus Christ.
He explains that, as a seer, he cannot operate of his own free will. He tells us in paragraph 77 and I quote: "I cannot see what I want, I see what He shows me, I only know what He shows me; and what He tells me, that I do." (So much for the quote)
This is exactly the same principle under which Jesus operated. To illustrate this, the prophet takes us to the scene of the pool of Bethesda in the book of John. There was a great crowd of sick people there—paralyzed, blind, lame—and Jesus, full of compassion, passed through them all and healed one man. To human eyes, this seems inexplicable. But Jesus himself proved right. When the Jews questioned Him, He gave them the formula of His ministry, a key that Brother Branham emphasizes as fundamental. Let's read John 5:19, Jesus said, "Truly, truly, I say to you, the Son can do nothing of himself, except what he sees the Father doing: for whatever he does, the Son also does with him."
Brother Branham says it in paragraph 86, and I quote, "Now look, Jesus declared that He did nothing without the Father showing Him by vision."
This Revelation of the secrets of the heart and of people's conditions was often criticized as "mental telepathy" or mind reading. The prophet confronts this accusation directly, asking, I quote from paragraph 89: "Does the Bible say that He perceived your thoughts? How many say so? See. Well, what is perceiving a thought?" (We have quoted)
He explains that God's Power to discern is the true original, while the psychic practices of the devil are nothing more than a cheap imitation to deceive those who cannot find the genuine supernatural food in the church. So if this gift of discernment is not to heal directly, what is its purpose? Brother Branham takes us back to his own commission, when the Angel of the Lord spoke to him. The purpose of the sign was identical to the purpose of the signs given to Moses: to build faith in the people. He relates what the Angel told him in paragraph 122: "As to the prophet Moses were given signs... a sign will be given to you, and you will know the very thoughts of their hearts and tell them these things. And by means of these... so that they may believe." (So much for the quote)
Listen again: "That they may believe"! That is the purpose. The gift is a vindication, a confirmation that the preacher and his Message are sent by God. It is to shake the individual out of his doubt and anchor his faith in the reality of a living and present Christ. But healing itself comes through a different channel. Brother Branham distinguishes it clearly in paragraph 110, and I quote, "These things are just a gift, you see, the main thing is to pray for the sick, that's what I was sent for, to pray for the sick, this is just a gift, it doesn't heal anybody." (So much for the quote)
And he says to a person in the prayer line, "... that didn't heal you, but it's prayer that heals you; 'The prayer of faith will save the sick.'" (So much for the quote) Here the circle is closed. The gift of discernment reveals the secret of the heart, vindicating the Word. This vindication creates faith in the listener. And that faith, now alive and active, makes prayer effective in receiving the healing that Christ purchased on Calvary. Everything works according to the written Word, as it is in James 5:15: "And the prayer of faith will save the sick, and the Lord will raise him up."
Thus, the sermon demonstrates a complete Gospel: the Word preached, the Word vindicated by a supernatural sign, and the Word applied through faith for the salvation and healing of the individual. It is the ministry of Jesus Christ, the same yesterday, today, and forever.
Conclusion and Final Call
Dear listeners, as we come to the end of our review of the message "God Commissioning Moses," we have journeyed from Israel's affliction in Egypt to the scientific vindication of Christ's Presence in our day. We have seen how persecution prepared the people, how the Angel of the Covenant revealed himself as the Pillar of Fire—our Lord Jesus Christ—and how that same power is manifested today through discernment to raise up faith.
The Message of this Hour is not a new theology, but the restoration of original truth, unifying the entire Bible in the person of Jesus Christ. Brother Branham sums it up masterfully, I quote from paragraph 77: "... the same Jesus who brought the children of Israel out of the wilderness, the same Christ who was the Angel of the covenant... the same Being that led them was the same Being that walked here in human flesh on earth, returned to God, returned in the form of the Holy Spirit, leading the Church, just like tonight." (So much for the quote)
Therefore, the conclusion is inescapable and glorious. The God of history has not retreated to the heavens to observe us from afar. The Pillar of Fire is not a relic of the past. It is a present and active reality. Let's listen again to the prophet's resounding statement: "God, the same God who led the children of Israel by a Pillar of Fire in the wilderness, is leading His Church today in the same way, and that same Pillar of Fire is with us tonight." (We have quoted)
The prophet was so sure of the truthfulness of this testimony, vindicated by God Himself, that he made this solemn declaration, and I quote, "And if I were to go home to glory from this pulpit tonight, my testimony would have to stand: I have spoken the truth." (So much for the quote) What does this mean for you and me, here and now? It means that our faith cannot rest on a simple church affiliation or on an intellectual knowledge of the Bible. True saving faith is much deeper. Brother Branham defines it as: "... not by imagination, but by direct contact with God, Who brings supernatural Life into His mortal being."
It is a personal and transforming encounter with this living and present Christ. And this living Christ made an amazing promise to everyone who would have that direct contact with Him. In John 14:12, He declared, "Verily, verily, I say unto you, He that believeth in me, the works which I do, he shall do also; and greater than these he shall make; for I am going to the Father."
The signs and wonders we have reviewed are the fulfillment of that promise. Now, the final call of this message comes down from the pulpit to your heart. It is not enough to admire the Works of God; it is time to be a recipient of them. If you are sick, if you are bound by sin, if you are a church member without a personal experience of the supernatural life, this Message is your opportunity. The prophet makes a direct call: "Every person here could receive healing right now. Well, you're healthy, if you'll just accept it, it's got to happen." (We have quoted)
Healing and salvation were already purchased at Calvary. The presence of the Pillar of Fire today is proof that the Sacrifice was accepted and that the redemptive power is at work. Now only your faith is required to make the "direct contact." Therefore, we extend to him the same call with which Brother Branham closed his service: "Let us lift up our hands and give glory to God. Anyone who wants to be healthy, come right now. Stand up, accept your healing." (So much for the quote)
Where you are, make that place an altar. Lift up your hands and your heart, and accept the finished work of Christ for your soul and body.
Let us pray: Lord Jesus Christ, the Angel of the Covenant, the living Pillar of Fire, we thank You for Your confirmed Word. You have proven that you are the same yesterday, today, and forever. Now, Lord, I pray for every person who listens. May Your Holy Spirit take this sown truth and make it a living reality in them. May every sinner be saved, may every believer be filled with Your Spirit, and may every sick person be healed by Your power. We seal this message and the faith it has produced, in the Name of our Lord and Savior, Jesus Christ. Amen.
Thank you for joining us. May the reality of this present Christ transform your life. May the Lord Jesus Christ bless you abundantly. Amen.
INTRODUCTION
Paix à vous tous, frères et sœurs bien-aimés, et bienvenue une fois de plus dans votre podcast « La parole parlée de Dieu ». C'est une joie et un privilège de pouvoir rejoindre chacun d'entre vous grâce à ces moyens de télécommunication.
Aujourd'hui, c'est avec un cœur plein d'expectative que nous ouvrons la Parole pour faire une révision profonde d'un message prêché par le prophète de Dieu pour notre époque, le frère William Marrion Branham. Le sermon s'intitule : « Dieu donne sa mission à Moïse ». Ce message a été prêché le mercredi 3 juin 1953 à l'amphithéâtre Roberts Park, Connersville, Indiana, États-Unis d'Amérique.
Alors que je commence cette période, je veux faire miennes les paroles par lesquelles Frère Branham lui-même a ouvert son service, établissant ainsi une atmosphère de révérence et de détermination. Il a prié en disant : « Notre Père céleste, c'est vraiment un grand privilège que Tu nous as accordé, un jour de plus de ce côté-ci de l'éternité pour nous rassembler ici ce soir en présence du Saint-Esprit, des anges de Dieu et de cette compagnie, pour prêcher l'Évangile de Jésus-Christ, Ton Fils ressuscité et bien-aimé. Il nous a chargés d'aller dans le monde entier et de démontrer la puissance du Saint-Esprit aux croyants nés de nouveau, et Tu as dit : 'Ces miracles accompagneront ceux qui croient.'
C'est dans ce même esprit que nous abordons aujourd'hui : avec gratitude pour sa présence et avec le seul désir d'exalter Jésus-Christ. Le thème central de ce message, et de tout le ministère de Frère William Marrion Branham, est résumé dans cette puissante écriture d'Hébreux 13:8, qui dit : « Jésus-Christ est le même hier, aujourd'hui et éternellement. » Ce message, « Dieu donne mission à Moïse », est la preuve vivante de cette vérité. Cela nous montre que le Dieu qui est apparu à Moïse dans une Colonne de Feu dans le désert est le même Seigneur Jésus qui a marché en Galilée et le même Saint-Esprit qui habite dans Son Église aujourd'hui, faisant les mêmes œuvres.
Le but de la révision de ces enregistrements n'est pas simplement intellectuel, mais d'activer notre foi. Comme l'a dit Frère Branham : « C'est tout le but de ces réunions, cher ami chrétien, il n'y a pas d'autre but devant Dieu, si ce n'est que votre foi en Dieu soit stimulée au point de croire en Lui pour le salut de votre âme et pour la guérison de votre corps. »
Alors, avec cette fin à l'esprit, joignez-vous à moi dans une parole de prière avant de plonger dans la première section de ce message glorieux.
Prions : Notre Père céleste, que nous aimons et en qui nous croyons, entre dans Ta Présence en reconnaissant que Tu es le même hier, aujourd'hui et pour toujours. Nous Te remercions pour la Révélation de Ta Parole parlée. Nous Te prions, Seigneur, qu'en examinant ce message, la puissance et la démonstration du Saint-Esprit amènent chaque croyant à grandir dans la foi et que celui qui ne Te connaît pas puisse se rendre compte de sa condition et Te recevoir comme son Sauveur personnel. Confirme Ta Parole dans nos cœurs, car nous la demandons au Nom bien-aimé de notre Sauveur, Jésus-Christ. Amen.
Section 1 : Le dessein divin dans la persécution
Pour comprendre la profondeur de la mission de Moïse, Frère Branham nous demande de comprendre d'abord le cadre, l'atmosphère spirituelle et physique dans laquelle Dieu était sur le point d'agir. Il nous transporte à un moment de crise profonde pour le peuple élu de Dieu. Israël était en captivité en Égypte depuis environ quatre cents ans.
Mais cette souffrance n'était pas un accident de l'histoire ou un signe que Dieu les avait oubliés. Bien au contraire. Le prophète nous rappelle que tout cela faisait partie d'un plan souverain méticuleux. Écoutons attentivement cette déclaration, citant le paragraphe 6 : « Et Dieu, c'était tout Son dessein, car d'abord, Il avait déjà parlé à Abraham, disant que Son peuple errerait dans un pays étranger pendant quatre cents ans, et qu'Il le ferait sortir d'une main puissante. » (Voilà pour la citation)
Nous voyons ici une leçon fondamentale : parfois, le chemin vers l'accomplissement de la promesse de Dieu passe par la vallée de l'affliction. Ce n'était pas une punition sans but ; c'était l'incubateur d'une promesse. Frère Branham met l'accent sur la perfection du Temps Divin, en disant dans la dernière partie du paragraphe 6, et je cite : « Et toutes les œuvres de Dieu, toutes Ses promesses, s'accordent parfaitement. » (Voilà pour la citation)
Maintenant, c'est là que l'enseignement devient encore plus puissant. On pourrait penser que la persécution s'est intensifiée parce qu'Israël était au plus mal. Mais le prophète révèle une dynamique surprenante. Juste avant le moment de la délivrance, les Israélites jouissaient en fait d'une position favorable.
Frère Branham nous dit, et je cite le paragraphe 7 : « Et juste au moment où la promesse était sur le point de s'accomplir, les Israélites se portaient magnifiquement là-bas en Égypte, ils se portaient très bien, avec le grand prestige que Joseph avait devant le roi pour avoir sauvé l'Égypte pendant les sept années de famine, et Dieu avait accordé la faveur. (Voilà pour la citation)
Ils étaient confortables. Peut-être trop à l'aise pour désirer une libération. Et c'est précisément à ce point de réconfort que Dieu permet que la situation change radicalement. Le catalyseur de la délivrance n'était pas la bénédiction, mais la persécution.
Poursuivant au paragraphe 7, Frère Branham dit : « Mais quand vint le temps où la promesse devait s'accomplir, il se leva un Pharaon qui ne connaissait pas Joseph, et ils commencèrent une persécution, et la persécution provoquée fit que le peuple se rassembla et pria. » (Voilà pour la citation)
C'est la clé ! La pression, la douleur et la persécution ont accompli ce que la prospérité n'a pas pu accomplir : elles ont uni le peuple et l'ont mis à genoux dans la prière. Il a éliminé l'autosuffisance et a créé une dépendance désespérée de Dieu. Le prophète en tire un principe éternel et universel, il nous le dit dans la dernière partie du paragraphe 7, et je cite : « Et la persécution fortifie toujours la cause, la persécution l'a été pendant des siècles. » (Voilà pour la citation)
Loin d'être une force destructrice, la persécution ordonnée par Dieu devient une force qui consolide et fortifie la foi de son peuple. Et frère Branham ne laisse pas cette leçon dans le passé, mais il l'apporte directement à notre époque, dans l'église d'aujourd'hui. Il exprime sa propre foi dans la façon dont Dieu unira Son Épouse dans les derniers jours, je cite le paragraphe 8 : « J'ai une foi immense pour croire qu'un jour, avant la venue du Seigneur, nos petits différends seront résolus. » Et il ajoute : « ... Quelque chose se produira qui nous amènera tous à un seul cœur et à un seul esprit. (Voilà pour la citation)
Le message initial est donc clair et puissant. Lorsque nous voyons la pression monter, n'interprétons pas cela comme si Dieu nous avait abandonnés. Souvent, c'est la main de Dieu qui enlève le confort de l'Égypte moderne, résout nos petits différends et nous forge en un seul corps, avec un seul cœur et un seul cri, nous préparant à la venue de notre Seigneur et à la délivrance finale. C'est dans l'affliction que l'Église (le vrai peuple de Dieu) se purifie et s'unit, se préparant à rencontrer son Grand Libérateur.
Point 2 : L'ange de l'alliance, la colonne de feu qui le guide
Après avoir planté le décor de la persécution en tant que catalyseur de Dieu, Frère Branham nous amène maintenant au cœur même de son message, à la Révélation centrale dont tout le reste dépend. La question est la suivante : qui conduirait Israël hors d'Égypte ? Par quel moyen Dieu opère-t-il agir ?
Le prophète nous demande d'ouvrir nos Bibles et nos cœurs à la promesse spécifique que Dieu a faite à son peuple. Il lit directement à partir de la Parole, et je veux que nous l'écoutions tout aussi attentivement. Voici Exode, chapitre 23, commençant aux versets 20 à 23 :
20 Voici, j'envoie l'ange devant toi pour te garder sur le chemin, et pour te conduire dans le lieu que j'ai préparé.
21 Veille devant lui, et entends sa voix ; ne vous rebelle pas à lui ; Car il ne te pardonnera pas ta transgression, car mon nom est sur lui.
22 Mais si vous entendez sa voix, et si vous faites tout ce que je vous dirai, je serai l'ennemi de vos ennemis, et j'affligerai ceux qui vous affligent.
Décomposons cela. Il n'était pas un ange ordinaire. Cet être avait le pouvoir de pardonner ou de ne pas pardonner la rébellion. Et la raison est étonnante : « ... car mon nom est sur lui. Le Nom, la Nature et l'Autorité de Dieu Lui-même résidaient dans cet Ange.
Maintenant, Frère Branham relie cette promesse spirituelle à sa manifestation physique et visible. Cela nous amène à l'Exode, chapitre 13, verset 21 :
21 Et l'Éternel les précéda le jour, dans une colonne de nuée, pour les conduire sur le chemin ; et la nuit, dans une colonne de feu pour leur donner la lumière ; afin qu'ils puissent marcher jour et nuit.
L'Ange promis et la Colonne de Feu et de Nuée étaient une seule et même Présence. Mais la Révélation culminante du prophète est d'identifier, sans aucun doute, cette Présence. Il déclare clairement et hardiment, et je cite le paragraphe 26 : « Or, tout le monde sait que la colonne de feu qui conduisait les enfants d'Israël était l 'Ange de l'alliance. Est-ce vrai, lecteurs de la Bible ? Qui était Jésus-Christ. (Voilà pour la citation)
Quelle déclaration puissante ! L'Être dans la Colonne de Feu était le Christ pré-incarné. Ce n'était pas une troisième personne, mais Jéhovah-Jésus Lui-même sous Sa forme de théophanie, le Logos qui est sorti de Dieu. Le prophète étaye cela par le Nouveau Testament, nous rappelant que Moïse « regarda les richesses du Christ comme plus grandes que les richesses de l'Égypte ». Moïse n'aurait pas pu estimer l'opprobre du Christ si le Christ n'avait pas été là avec lui.
Frère Branham relie tous les points pour qu'il n'y ait pas de confusion, je cite plus loin au paragraphe 26 : « C'était Jésus-Christ, Il était dans une Colonne de Feu, C'était le même Ange qui était dans ce buisson ardent, cette même Colonne de Feu. » (Voilà pour la citation)
Maintenant, voici l'application vitale pour nous. Cette vérité n'est pas seulement une leçon d'histoire. Le prophète établit un parallèle direct et incassable, et je cite le paragraphe 12 : « Et la manière dont Dieu a conduit cette Église dans le naturel est un type parfait du spirituel, Il la dirige aujourd'hui. » (Voilà pour la citation)
Et qu'est-ce que c'est que cette Méthode ? Sa Méthode a-t-elle changé ? Absolument pas ! Le prophète continue, et je cite le même paragraphe 12 : « Il a fait sortir Israël, l'Israël naturel, par des signes, des prodiges et des miracles ; Il fait ressortir ce jour-là le spirituel : des signes, des prodiges et des miracles. (Voilà pour la citation)
C'est le cœur du message. Le même Être, l'Ange de l'Alliance, la Colonne de Feu, notre Seigneur Jésus-Christ, est Celui qui guide Sa Véritable Église aujourd'hui sous la forme de l'Esprit Saint. Sa forme visible est peut-être passée de chair à Esprit, mais Sa Nature, Sa Puissance et Ses Méthodes sont éternellement les mêmes. Comme le conclut Frère Branham, et je cite le paragraphe 26 : « Et Il a été l'Ange qui guide pendant toutes les années, Il a été le même hier, aujourd'hui et éternellement. » (Voilà pour la citation)
Par conséquent, nous ne cherchons pas un autre Dieu que Moïse. Nous espérons et croyons au même Dieu, qui se manifeste de la même manière surnaturelle, conduisant son peuple dans la Terre Promise Céleste par la puissance de Jésus-Christ ressuscité.
Point 3 : La validité du surnaturel dans l'Église
Une fois que Frère Branham établit que le Christ qui a conduit Israël est le même Christ qui a dirigé l'Église, il procède à la démolition de l'un des murs les plus courants de l'incrédulité dans le monde religieux : l'idée que le surnaturel, et plus particulièrement le ministère des anges, est quelque chose qui appartient exclusivement à l'Ancien Testament.
Il nous raconte une conversation qu'il a eue avec un homme d'une bonne église du Plein Évangile, qui lui a dit, je cite le paragraphe 20 : « Frère Branham... Vous parlez toujours d'un ange qui vous rend visite... Mon fils, c'est une erreur. L'argument de cet homme représente une théologie très répandue. Il a déclaré : « Dieu ne dirige aucune église aujourd'hui par le biais d'anges. Daniel, les prophètes et les autres avaient des anges dans l'Ancien Testament, mais le Saint-Esprit guide l'Église en ce dernier jour. Son dernier défi a été : « Ce n'est pas une doctrine du Nouveau Testament, Frère Branham. » (Voilà pour la citation)
Avec la Bible comme seule défense, le prophète démonte cet argument morceau par morceau, non pas avec sa propre opinion, mais avec les preuves irréfutables du Nouveau Testament, montrant que le ministère des anges n'a pas cessé, mais a continué à prospérer après la venue du Saint-Esprit.
Premier exemple : Philippe l'évangéliste. Frère Branham demande si Philippe avait le Saint-Esprit, ce à quoi son interlocuteur est d'accord. Puis il donne l'exemple, et je cite le paragraphe 21 : « J'ai dit : 'Qui t'a dit, en Samarie, d'aller dans le désert de Gaza, chez l'eunuque d'Ethiopie ? Était-ce le Saint-Esprit ou l'Ange du Seigneur ? C'était l'Ange du Seigneur, pas le Saint-Esprit. (Voilà pour la citation) Ici, nous voyons que le Saint-Esprit et l'Ange du Seigneur ont travaillé en parfaite harmonie.
Deuxième exemple : l'apôtre Pierre. Encore une fois, il est établi que Pierre était rempli du Saint-Esprit. Et donc le prophète demande, je cite le paragraphe 22 : « Alors, quand Pierre était en prison, il avait une réunion de prière dans la maison de Jean Marc, qui passa par les barreaux comme une lumière et brilla sur lui ? L'Ange du Seigneur. Ce n'était pas une impression subjective, c'était une intervention angélique physique et tangible à l'époque du Nouveau Testament.
Troisième exemple : l'apôtre Paul. Sans aucun doute, Paul avait le Saint-Esprit. Frère Branham dépeint la scène dramatique sur le navire, je cite le paragraphe 23 : « Qui était-ce, Paul, après quatorze jours et quatorze nuits sans lune, sans étoiles, sans rien voir, et tout espoir d'être sauvé là-bas dans cette tempête s'est perdu et s'est évanoui, et Paul est descendu à la cave et, après un certain temps, il est revenu et a dit : 'Prends courage, pour l'Ange de Dieu, dont je suis le serviteur, C'était pour moi d'autre part, en disant : « N'aie pas peur, Paul, il faut que tu sois amené devant César, et voici, Dieu a donné à tous... » ; a dit : 'C'est pourquoi, frères, je crois en Dieu, et il en sera exactement comme il m'a été montré' ? Le témoignage de Paul n'était pas « le Saint-Esprit m'a dit », mais plus précisément : « L'ange de Dieu s'est tenu près de moi ».
Exemple final et définitif : Jean le Révélateur. Jean, le bien-aimé, a-t-il reçu le baptême du Saint-Esprit ? Bien sûr. Cependant, écoutez comment le livre de l'Apocalypse a été remis, je cite le paragraphe 24 : « Et tout le livre de l'Apocalypse fut révélé à Jean par un ange... Et Il a dit : 'Moi, Jésus, j'ai envoyé mon Ange pour rendre témoignage à ces choses qui doivent bientôt arriver.' Jésus lui-même témoigne qu'il a envoyé son ange pour livrer la révélation finale à son Église ! Après avoir présenté cette montagne d'exemples bibliques, la conclusion du prophète est simple et indéniable, je continue en citant le paragraphe 24 : « Oh oui, chrétien, les anges de Dieu sont des esprits tutélaires envoyés de la Présence de Dieu ! » (Voilà pour la citation)
Mais pourquoi cette vérité est-elle si importante ? Parce que, comme l'enseigne Frère Branham, la nature même de l'homme aspire au surnaturel. Il déclare au paragraphe 18 et je cite : « L'homme est un être surnaturel, il a faim de Dieu, et s'il ne peut pas trouver la vraie nourriture de Dieu, il mangera tout ce qu'il peut trouver parce qu'il est un être surnaturel à l'intérieur. » (Voilà pour la citation)
Lorsque l'Église moderne essaie de dépouiller l'Évangile de sa puissance et de sa nature surnaturelle, elle laisse les gens affamés. C'est la raison, comme l'explique le prophète, pour laquelle tant de « ismes » et de sectes surgissent : ils essaient de combler le vide laissé par une Église qui prêche une forme de piété mais nie son efficacité. Le véritable Évangile de Jésus-Christ est surnaturel, et l'Église qu'il dirige aujourd'hui, comme l'Église du livre des Actes, est une Église remplie de puissance, de miracles et du ministère actif du Saint-Esprit et de ses anges.
Point 4 : Témoignage de Houston et justification scientifique
Frères, les vérités dont nous avons parlé – la conduite du Christ comme la Colonne de Feu et le ministère surnaturel continu dans Son Église – ne sont pas de simples doctrines théologiques. À ce stade du sermon, Frère Branham présente certaines des preuves les plus étonnantes et les plus documentées de notre époque, un témoignage qui retire la présence de la Colonne de Feu du domaine de la foi personnelle et la plante fermement sur le terrain de la preuve scientifique. Il nous emmène à une réunion à Houston, au Texas.
L'histoire commence par une opposition féroce. Un ecclésiastique local, M. Best, a écrit dans le journal, qualifiant Frère Branham d'« imposteur religieux et qu'il devrait être chassé de la ville, et qu'il devrait être la personne chargée de le faire ».
Après que le journal ait publié que Frère Branham avait « peur » d'un débat, le vieux et pieux Frère Bosworth a accepté le défi à la place, à condition qu'il ne discute pas, mais seulement qu'il présente la Parole. Le critique, plein de confiance, se préparait à une victoire publique. En fait, il avait engagé des photographes professionnels, Douglas Studios, pour capturer son triomphe. Son intention était celle d'une hostilité extrême ; a déclaré, citant le paragraphe 43 : "Je vais écorcher ce vieil homme, je vais lui enlever la peau et je vais le pendre... et je vais y mettre du sel en guise de commémoration de la guérison divine. (Voilà pour la citation)
Lors de l'événement au Sam Houston Coliseum, devant des milliers de personnes, le critique n'a pas pu réfuter une seule des Écritures de frère Bosworth. Finalement, dans un accès de frustration, il a exigé, et je cite le paragraphe 45 : « Amenez ce guérisseur divin et laissez-moi le voir faire quelque chose ; Laissez-moi le voir accomplir un miracle. (Voilà pour la citation)
C'est à ce moment-là que la main de Dieu s'est mise en mouvement. Frère Branham, qui observait secrètement depuis le balcon, a ressenti un appel surnaturel. Il le décrit ainsi au paragraphe 48 : « ... J'ai entendu quelque chose qu'il a fait : « Wow ! » Et quand j'ai regardé, Quelque Chose m'a dit : 'Lève-toi.' (Voilà pour la citation)
Il descendit sur l'estrade et s'adressa calmement à la foule. Il a fait une déclaration qui a mis toute la responsabilité sur Dieu, je cite le paragraphe 54 : « Si je dis la vérité, Dieu rendra témoignage de la vérité. Et tout le monde sait que Dieu ne témoignerait jamais d'un mensonge... et si je dis la vérité, Dieu en témoignera ; et s'il ne témoigne pas, ce n'est pas la vérité. (Voilà pour la citation) Et Dieu a répondu. Le prophète témoigne, j'ai lu au paragraphe 55 : « Et à ce moment-là, le voici qui descendit sur cet auditoire de milliers de personnes. » L'un des photographes, M. Ayers, ainsi qu'un journaliste nommé Kipperman qui avait été très critique, ont vu la lumière surnaturelle et ont pris la seule photographie qui n'avait pas été commandée par le critique.
Ce qui s'est passé ensuite, dans la chambre noire, est un miracle en soi. Les six photographies brillantes que le critique avait commandées pour sa propre glorification sont sorties complètement vierges. Mais la septième photographie, celle prise au moment de l'intervention divine, a révélé quelque chose d'étonnant. Frère Branham raconte au paragraphe 59 : « Et quand il prit la suivante, ce n'était pas seulement ma photo, mais il y avait là l'Ange du Seigneur. » (Voilà pour la citation)
Le négatif était si choquant qu'il a été envoyé à Washington, D.C., et remis à la plus haute autorité sur les documents douteux pour analyse, le Dr George J. Lacy, qui a été embauché par le FBI. Le Dr Lacy, un sceptique, s'est emparé de l'affaire. Il a examiné l'appareil photo, le film, l'endroit, et a soumis le négatif à toutes sortes de tests pendant des jours. Finalement, il a convoqué la presse et les parties concernées pour rendre un verdict. Il a appelé le révérend Branham à l'avant et a confessé sa propre incrédulité passée, je cite le paragraphe 63 : « Révérend Branham, j'ai été l'un de vos critiques. J'ai dit que c'était de la psychologie, les gens qui disent qu'ils ont vu Cela, et cette Lumière et cette Colonne de Feu... (Voilà pour la citation)
Mais ensuite, il a livré sa conclusion d'expert, une conclusion qui allait entrer dans l'histoire, il a poursuivi la citation du paragraphe 63 : « Mais, révérend Branham, l'œil mécanique de cette caméra ne saisit pas la psychologie... la lumière a frappé l'objectif. Et puis, l'affirmation monumentale, je continue la citation : « C'est la première fois dans toute l'histoire du monde qu'un être surnaturel a été photographié. » (Nous avons cité)
Le Dr Lacy a conclu que le monde incrédule ne pouvait plus prétendre qu'il n'y avait pas de preuve scientifique de l'existence d'un être surnaturel, parce que « voici une photographie scientifique qui prouve qu'il y a un être surnaturel ».
Cet événement, frères, n'est pas seulement une histoire passionnante. C'est la justification de Dieu pour une époque scientifique et sceptique. C'est la preuve tangible que la même Colonne de Feu, l'Ange de l'Alliance qui a guidé Moïse, cette même Lumière qui a été photographiée à Houston, au Texas, confirmant la vérité éternelle que Jésus-Christ est le même hier, aujourd'hui et éternellement.
Point 5 : Le don du discernement pour élever la foi
Après avoir établi la base biblique de la direction du Christ en tant que Colonne de Feu et présenté la justification scientifique de Sa Présence aujourd'hui, le sermon « Dieu chargeant Moïse » atteint son point culminant : la démonstration pratique de ce Christ présent et en action. Ici, Frère Branham explique la mécanique spirituelle du ministère, en le modelant non pas sur sa propre idée, mais directement sur le modèle établi par notre Seigneur Jésus-Christ.
Il explique qu'en tant que voyant, il ne peut pas agir de son plein gré. Il nous le dit au paragraphe 77 et je cite : « Je ne vois pas ce que je veux, je vois ce qu'Il me montre, je ne sais que ce qu'Il me montre ; et ce qu'il me dit, je le fais. (Voilà pour la citation)
C'est exactement le même principe selon lequel Jésus a agi. Pour illustrer cela, le prophète nous emmène sur la scène de la piscine de Béthesda dans le livre de Jean. Il y avait là une grande foule de malades, paralysés, aveugles, boiteux, et Jésus, plein de compassion, les a tous traversés et a guéri un seul homme. À l'œil humain, cela semble inexplicable. Mais Jésus lui-même a prouvé qu'il avait raison. Quand les Juifs l'ont interrogé, Il leur a donné la formule de Son ministère, une clé que Frère Branham souligne comme fondamentale. Lisons Jean 5:19, Jésus a dit : « En vérité, en vérité, je vous le dis, le Fils ne peut rien faire de lui-même, si ce n'est ce qu'il voit faire au Père : car tout ce qu'il fait, le Fils le fait aussi avec lui. »
Frère Branham le dit au paragraphe 86, et je cite : « Maintenant, regardez, Jésus a déclaré qu'Il n'a rien fait sans que le Père ne Le lui montre par vision. »
Cette révélation des secrets du cœur et de l'état des gens a souvent été critiquée comme de la « télépathie mentale » ou de la lecture des pensées. Le prophète s'oppose directement à cette accusation en demandant, je cite le paragraphe 89 : « La Bible dit-elle qu'Il a perçu vos pensées ? Combien le disent ? Voir. Eh bien, qu'est-ce que percevoir une pensée ? (Nous avons cité)
Il explique que le pouvoir de discernement de Dieu est le véritable original, tandis que les pratiques psychiques du diable ne sont rien de plus qu'une imitation bon marché pour tromper ceux qui ne peuvent pas trouver la véritable nourriture surnaturelle dans l'église. Donc, si ce don de discernement n'est pas de guérir directement, quel est son but ? Frère Branham nous ramène à sa propre commission, lorsque l'Ange du Seigneur lui a parlé. Le but du signe était identique à celui des signes donnés à Moïse : édifier la foi dans le peuple. Il rapporte ce que l'Ange lui a dit au paragraphe 122 : « Quant au prophète, Moïse a reçu des signes... Un signe vous sera donné, et vous connaîtrez les pensées mêmes de leurs cœurs, et vous leur direz ces choses. Et grâce à ceux-ci... afin qu'ils croient. (Voilà pour la citation)
Écoutez encore : « Qu'ils croient » ! C'est le but. Le don est une justification, une confirmation que le prédicateur et son Message sont envoyés par Dieu. Il s'agit de sortir l'homme de son doute et d'ancrer sa foi dans la réalité d'un Christ vivant et présent. Mais la guérison elle-même passe par un canal différent. Frère Branham le distingue clairement au paragraphe 110, et je cite : « Ces choses ne sont qu'un cadeau, voyez-vous, l'essentiel est de prier pour les malades, c'est pour cela que j'ai été envoyé, de prier pour les malades, c'est juste un don, cela ne guérit personne. » (Voilà pour la citation)
Et il dit à une personne dans la ligne de prière : « ... qui ne vous a pas guéri, mais c'est la prière qui vous guérit ; « La prière de la foi sauvera les malades. » (Voilà pour la citation) Ici, la boucle est bouclée. Le don du discernement révèle le secret du cœur, confirmant la Parole. Cette justification crée la foi chez l'auditeur. Et cette foi, maintenant vivante et active, rend la prière efficace pour recevoir la guérison que le Christ a acquise sur le Calvaire. Tout fonctionne selon la Parole écrite, comme c'est le cas dans Jacques 5:15 : « Et la prière de la foi sauvera le malade, et le Seigneur le ressuscitera. »
Ainsi, le sermon démontre un Évangile complet : la Parole prêchée, la Parole confirmée par un signe surnaturel, et la Parole appliquée par la foi pour le salut et la guérison de l'individu. C'est le ministère de Jésus-Christ, le même hier, aujourd'hui et éternellement.
Conclusion et décision finale
Chers auditeurs, alors que nous arrivons à la fin de notre critique du message « Dieu chargeant Moïse », nous sommes passés de l'affliction d'Israël en Égypte à la justification scientifique de la présence du Christ à notre époque. Nous avons vu comment la persécution a préparé le peuple, comment l'Ange de l'Alliance s'est révélé comme la Colonne de Feu – notre Seigneur Jésus-Christ – et comment cette même puissance se manifeste aujourd'hui par le discernement pour élever la foi.
Le Message de cette Heure n'est pas une nouvelle théologie, mais la restauration de la vérité originelle, en unifiant toute la Bible en la personne de Jésus-Christ. Frère Branham le résume magistralement, je cite le paragraphe 77 : « ... le même Jésus qui a fait sortir les enfants d'Israël du désert, le même Christ qui était l'Ange de l'alliance... le même Être qui les conduisait était le même Être qui marchait ici dans la chair humaine sur la terre, qui est revenu à Dieu, qui est revenu sous la forme du Saint-Esprit, qui dirigeait l'Église, tout comme ce soir. (Voilà pour la citation)
Par conséquent, la conclusion est inéluctable et glorieuse. Le Dieu de l'histoire ne s'est pas retiré dans les cieux pour nous observer de loin. La Colonne de Feu n'est pas une relique du passé. C'est une réalité présente et active. Écoutons à nouveau la déclaration retentissante du prophète : « Dieu, le même Dieu qui a conduit les enfants d'Israël par une colonne de feu dans le désert, dirige aujourd'hui son Église de la même manière, et cette même colonne de feu est avec nous ce soir. » (Nous avons cité)
Le prophète était si sûr de la véracité de ce témoignage, confirmé par Dieu Lui-même, qu'il a fait cette déclaration solennelle, et je cite : « Et si je devais rentrer chez moi pour la gloire de cette chaire ce soir, mon témoignage devrait tenir : j'ai dit la vérité. » Qu'est-ce que cela signifie pour vous et moi, ici et maintenant ? Cela signifie que notre foi ne peut pas reposer sur une simple appartenance à l'église ou sur une connaissance intellectuelle de la Bible. La vraie foi salvatrice est beaucoup plus profonde. Frère Branham le définit comme suit : « ... non pas par l'imagination, mais par le contact direct avec Dieu, qui apporte la Vie surnaturelle dans son être mortel.
C'est une rencontre personnelle et transformatrice avec ce Christ vivant et présent. Et ce Christ vivant a fait une promesse étonnante à tous ceux qui auraient ce contact direct avec Lui. Dans Jean 14:12, Il a déclaré : « En vérité, en vérité, je vous le dis : Celui qui croit en moi, les œuvres que je fais, il les fera aussi ; et il en fera plus que ceux-ci ; car je vais au Père.
Les signes et les prodiges que nous avons examinés sont l'accomplissement de cette promesse. Maintenant, l'appel final de ce message descend de la chaire vers votre cœur. Il ne suffit pas d'admirer les Œuvres de Dieu ; Il est temps d'en être le bénéficiaire. Si vous êtes malade, si vous êtes lié par le péché, si vous êtes membre d'église sans expérience personnelle de la vie surnaturelle, ce Message est votre opportunité. Le prophète lance un appel direct : « Chaque personne ici pourrait recevoir la guérison dès maintenant. Eh bien, vous êtes en bonne santé, si vous l'acceptez, il faut que cela se produise. (Nous avons cité)
La guérison et le salut étaient déjà achetés au Calvaire. La présence de la Colonne de Feu aujourd'hui est la preuve que le Sacrifice a été accepté et que la puissance rédemptrice est à l'œuvre. Maintenant, seule votre foi est requise pour établir le « contact direct ». C'est pourquoi nous lui adressons le même appel par lequel Frère Branham a clôturé son service : « Levons nos mains et rendons gloire à Dieu. Tous ceux qui veulent être en bonne santé, venez tout de suite. Levez-vous, acceptez votre guérison. (Voilà pour la citation)
Là où vous êtes, faites de cet endroit un autel. Levez vos mains et votre cœur, et acceptez l'œuvre achevée du Christ pour votre âme et votre corps.
Prions : Seigneur Jésus-Christ, l'Ange de l'Alliance, la Colonne de Feu vivante, nous Te remercions pour Ta Parole confirmée. Vous avez prouvé que vous êtes les mêmes hier, aujourd'hui et pour toujours. Maintenant, Seigneur, je prie pour chaque personne qui écoute. Que Ton Esprit Saint prenne cette vérité semée et en fasse une réalité vivante en eux. Que chaque pécheur soit sauvé, que chaque croyant soit rempli de Ton Esprit et que chaque personne malade soit guérie par Ta puissance. Nous scellons ce message et la foi qu'il a produite, au Nom de notre Seigneur et Sauveur, Jésus-Christ. Amen.
Merci de vous joindre à nous. Que la réalité de ce Christ présent transforme votre vie. Que le Seigneur Jésus-Christ vous bénisse abondamment. Amen.
INTRODUÇÃO
Paz a todos vocês, amados irmãos e irmãs, e bem-vindos mais uma vez ao seu podcast "A Palavra Falada de Deus". É uma alegria e um privilégio poder chegar a cada um de vocês através desses meios de telecomunicação.
Hoje, com o coração expectante, abrimos a Palavra para fazer uma revisão profunda de uma mensagem pregada pelo Profeta de Deus para a nossa era, o irmão William Marrion Branham. O sermão é intitulado: "Deus comissionando Moisés". Esta Mensagem foi pregada na quarta-feira, 3 de junho de 1953, no Anfiteatro Roberts Park, Connersville, Indiana, Estados Unidos da América.
Ao começar desta vez, quero fazer minhas as palavras com as quais o próprio irmão Branham abriu seu culto, estabelecendo assim uma atmosfera de reverência e propósito. Ele orou, dizendo: " Nosso Pai Celestial, de fato, este é um grande privilégio que Tu nos concedeste, mais um dia deste lado da eternidade, nos reunirmos aqui esta noite na Presença do Espírito Santo, dos Anjos de Deus e desta companhia, para pregar o evangelho de Jesus Cristo, Seu Filho ressuscitado e amado. Ele nos comissionou a ir por todo o mundo e demonstrar o poder do Espírito Santo aos crentes nascidos de novo, e Tu disseste: 'Estes sinais seguirão os que crerem.'"
Esse é o mesmo espírito com o qual nos aproximamos hoje: com gratidão por Sua Presença e com o único desejo de exaltar Jesus Cristo. O tema central desta mensagem, e de todo o ministério do irmão William Marrion Branham, é resumido nesta poderosa escritura de Hebreus 13:8, que diz: "Jesus Cristo é o mesmo ontem, hoje e eternamente". Esta mensagem, "Deus comissionando Moisés", é a prova viva dessa verdade. Isso nos mostra que o Deus que apareceu a Moisés em uma Coluna de Fogo no deserto é o mesmo Senhor Jesus que andou na Galiléia e o mesmo Espírito Santo que habita em Sua Igreja hoje, fazendo as mesmas obras.
O propósito de revisar essas fitas não é meramente intelectual, mas para ativar nossa fé. Como o irmão Branham disse: "Esse é todo o propósito dessas reuniões, querido amigo cristão, não é para nenhum outro propósito diante de Deus, mas para que sua fé em Deus possa ser estimulada a ponto de crer nEle para a salvação de sua alma e para a cura de seu corpo".
Então, com esse fim em mente, junte-se a mim em uma palavra de oração antes de mergulharmos na primeira seção desta gloriosa mensagem.
Oremos: Nosso Pai Celestial, a quem amamos e acreditamos, entra em Tua Presença reconhecendo que Tu és o mesmo ontem, hoje e eternamente. Nós Te agradecemos pela Revelação da Tua Palavra falada. Oramos, Senhor, para que, ao examinarmos esta mensagem, o Poder e a demonstração do Espírito Santo façam com que todo crente cresça na fé e que aquele que não Te conhece possa perceber sua condição e recebê-Lo como seu Salvador pessoal. Confirme Sua Palavra em nossos corações, pois a pedimos no Amado Nome de nosso Salvador, Jesus Cristo. Amém.
Seção 1: O Propósito Divino na Perseguição
Para entender a profundidade da comissão de Moisés, o irmão Branham nos pede para primeiro entender o cenário, a atmosfera espiritual e física em que Deus estava prestes a se mover. Transporta-nos para um momento de profunda crise para o povo eleito de Deus. Israel estava em cativeiro no Egito por cerca de quatrocentos anos.
Mas esse sofrimento não foi um acidente da história ou um sinal de que Deus os havia esquecido. Muito pelo contrário. O profeta nos lembra que tudo isso fazia parte de um meticuloso Plano Soberano. Vamos ouvir atentamente esta declaração, citando o parágrafo 6: "E Deus, era todo o Seu propósito, pois primeiro, Ele já havia falado a Abraão, dizendo que Seu povo vagaria por uma terra estranha por quatrocentos anos, e Ele os tiraria com mão poderosa. " (Tanto para a citação)
Vemos aqui uma lição fundamental: às vezes, o caminho para o cumprimento da Promessa de Deus passa pelo vale da aflição. Não foi um castigo sem propósito; era a incubadora de uma promessa. O irmão Branham enfatiza a perfeição do Tempo Divino, dizendo na parte final do parágrafo 6, e cito: "E todas as obras de Deus, todas as Suas promessas, se encaixam perfeitamente". (Tanto para a citação)
Agora, é aqui que o ensino se torna ainda mais poderoso. Pode-se pensar que a perseguição se intensificou porque Israel estava no seu pior. Mas o profeta revela uma dinâmica surpreendente. Pouco antes do tempo da libertação, os israelitas realmente usufruíam uma posição favorável.
O irmão Branham nos diz, e cito o parágrafo 7: "E exatamente no momento em que a promessa estava prestes a ser cumprida, os israelitas estavam indo esplendidamente lá no Egito, eles estavam indo muito bem, com o grande prestígio que José tinha diante do rei por salvar o Egito nos sete anos de fome, e Deus concedeu favor." (Tanto para a citação)
Eles estavam confortáveis. Talvez confortável demais para desejar uma libertação. E é precisamente neste ponto de conforto que Deus permite que a situação mude drasticamente. O catalisador para a libertação não foi a bênção, mas a perseguição.
Continuando no parágrafo 7, o irmão Branham diz: " Mas quando chegou o tempo em que a promessa deveria ser cumprida, levantou-se um Faraó que não conhecia José, e eles começaram uma perseguição, e a perseguição provocada, fez com que o povo se reunisse e orasse". (Tanto para a citação)
Essa é a chave! Pressão, dor e perseguição realizaram o que a prosperidade não conseguiu: uniram o povo e o colocaram de joelhos em oração. Eliminou a autossuficiência e criou uma dependência desesperada de Deus. O profeta extrai disso um princípio eterno e universal, ele nos diz na parte final do parágrafo 7, e cito: "E a perseguição sempre fortalece a causa, a perseguição tem sido assim por séculos". (Tanto para a citação)
Longe de ser uma força destrutiva, a perseguição ordenada por Deus torna-se uma força que consolida e fortalece a fé de Seu povo. E o irmão Branham não deixa esta lição no passado, mas ele a traz direto para o nosso tempo, para a igreja hoje. Ele expressa sua própria fé em como Deus unirá Sua Noiva nos últimos dias, cito o parágrafo 8: "Tenho uma fé tremenda para acreditar que um dia, antes da vinda do Senhor, nossas pequenas diferenças serão resolvidas". E acrescenta: "... algo acontecerá que nos levará a todos a um coração e uma mente." (Tanto para a citação)
Portanto, a mensagem inicial é clara e poderosa. Quando vemos a pressão aumentando, não vamos interpretá-la como Deus nos abandonou. Muitas vezes é a Mão de Deus removendo os confortos do "Egito" moderno, resolvendo nossas diferenças mesquinhas e nos forjando em um só corpo, com um só coração e um só clamor, preparando-nos para a Vinda de nosso Senhor e a libertação final. É na aflição que a Igreja (o verdadeiro Povo de Deus) purifica e une, preparando-se para encontrar seu Grande Libertador.
Ponto 2: O Anjo da Aliança, a Coluna Guia de Fogo
Tendo definido o cenário da perseguição como catalisador de Deus, o irmão Branham agora nos leva ao cerne de sua mensagem, à Revelação central da qual tudo o mais depende. A questão é: quem tiraria Israel do Egito? Por meio de que agência Deus operaria?
O profeta nos pede para abrir nossas Bíblias e nossos corações para a promessa específica que Deus fez ao Seu povo. Ele lê diretamente da Palavra, e eu quero que ouçamos com a mesma atenção. Este é Êxodo, capítulo 23, começando nos versículos 20 a 23:
20 Eis que envio o anjo adiante de vós para vos guardar no caminho, e para vos levar ao lugar que vos preparei.
21 Vigiai diante dele, e ouvi a sua voz; não seja rebelde para com ele; porque ele não perdoará a vossa transgressão, porque o meu nome está sobre ele.
22 Mas, se ouvirdes a sua voz e fizerdes tudo o que eu vos disser, serei inimigo dos vossos inimigos, e afligirei os que vos afligem.
Vamos detalhar isso. Ele não era um anjo comum. Este ser tinha autoridade para perdoar ou não perdoar a rebelião. E o motivo é incrível: "... porque o meu nome está sobre ele." O Nome, a Natureza e a Autoridade do Próprio Deus residiam neste Anjo.
Agora, o irmão Branham conecta essa promessa espiritual com sua manifestação física e visível. Isso nos leva a Êxodo, capítulo 13, versículo 21:
21 E o SENHOR ia adiante deles de dia numa coluna de nuvem, para os guiar pelo caminho; e à noite em uma coluna de fogo para iluminá-los; para que andassem dia e noite.
O Anjo prometido e a Coluna de Fogo e Nuvem eram uma e a mesma Presença. Mas a Revelação culminante do profeta é identificar, sem dúvida, essa Presença. De forma clara e ousada, ele afirma, e cito o parágrafo 26: "Agora, qualquer um sabe que a Coluna de Fogo que guiava os filhos de Israel era o Anjo da aliança. É assim, leitores da Bíblia? Quem foi Jesus Cristo." (Tanto para a citação)
Que declaração poderosa! O Ser na Coluna de Fogo era o Cristo pré-encarnado. Não era uma terceira pessoa, mas o próprio Jeová-Jesus em Sua forma de teofania, o Logos que saiu de Deus. O profeta apóia isso com o Novo Testamento, lembrando-nos que Moisés "teve por maiores as riquezas de Cristo do que as riquezas do Egito". Moisés não poderia ter estimado o opróbrio de Cristo se Cristo não estivesse lá com ele.
O irmão Branham conecta todos os pontos para que não haja confusão, cito mais adiante no parágrafo 26: "Foi Jesus Cristo, Ele estava em uma Coluna de Fogo, Esse era o mesmo Anjo que estava naquela sarça ardente, essa mesma Coluna de Fogo". (Tanto para a citação)
Agora, aqui vem o aplicativo vital para nós. Essa verdade não é apenas uma lição de história. O profeta traça um paralelo direto e inquebrável, e cito o parágrafo 12: "E a maneira como Deus conduziu aquela igreja no natural é um tipo perfeito do espiritual, Ele a está liderando hoje". (Tanto para a citação)
E qual é esse Caminho? Seu Método mudou? Absolutamente não! O profeta continua, e cito o mesmo parágrafo 12: "Ele tirou Israel, o natural, por sinais, maravilhas e milagres; Ele traz à tona o espiritual neste dia: sinais, maravilhas e milagres. (Tanto para a citação)
Este é o ponto crucial da mensagem. O mesmo Ser, o Anjo do Pacto, a Coluna de Fogo, nosso Senhor Jesus Cristo, é Aquele que guia hoje a Sua Verdadeira Igreja na forma do Espírito Santo. Sua forma visível pode ter mudado de carne para Espírito, mas Sua Natureza, Seu Poder e Seus Métodos são eternamente os mesmos. Como o irmão Branham conclui, e cito o parágrafo 26: "E Ele tem sido o Anjo guia através dos anos, Ele tem sido o mesmo ontem, hoje e eternamente". (Tanto para a citação)
Portanto, não estamos procurando um Deus diferente de Moisés. Esperamos e cremos no mesmo Deus, que se manifesta da mesma forma sobrenatural, conduzindo Seu Povo à Terra Prometida Celestial através do Poder de Jesus Cristo ressuscitado.
Ponto 3: A validade do sobrenatural na Igreja
Uma vez que o irmão Branham estabelece que o Cristo que liderou Israel é o mesmo Cristo que liderou a Igreja, ele passa a demolir um dos muros mais comuns de incredulidade no mundo religioso: a ideia de que o sobrenatural, e especificamente o ministério dos anjos, é algo que pertence exclusivamente ao Antigo Testamento.
Ele nos conta sobre uma conversa que teve com um homem de uma boa igreja do evangelho pleno, que lhe disse, cito o parágrafo 20: "O irmão Branham... Você sempre fala sobre um anjo visitando você... Filho, isso é um erro." O argumento desse homem representa uma teologia difundida. Ele afirmou: "Deus não lidera nenhuma igreja hoje por meio de anjos. Daniel, e os profetas, e os demais tinham anjos no Antigo Testamento, mas o Espírito Santo guia a Igreja neste último dia." Seu desafio final foi: "Não é uma doutrina do Novo Testamento, irmão Branham". (Tanto para a citação)
Tendo a Bíblia como sua única defesa, o profeta desmonta esse argumento peça por peça, não com sua própria opinião, mas com a evidência irrefutável do Novo Testamento, mostrando que o ministério dos anjos não cessou, mas continuou a florescer após a Vinda do Espírito Santo.
Primeiro exemplo: Filipe, o Evangelista. O irmão Branham pergunta se Filipe tinha o Espírito Santo, com o que seu interlocutor concorda. Em seguida, ele dá o exemplo, e cito o parágrafo 21: "Eu disse: 'Quem foi que lhe disse em Samaria para ir ao deserto de Gaza, ao eunuco da Etiópia? Foi o Espírito Santo ou o Anjo do Senhor? Foi o Anjo do Senhor, não o Espírito Santo.'" (Chega de citação) Aqui vemos que o Espírito Santo e o Anjo do Senhor trabalharam em perfeita harmonia.
Segundo exemplo: Pedro, o Apóstolo. Novamente, é estabelecido que Pedro foi cheio do Espírito Santo. E então o profeta pergunta, cito o parágrafo 22: "Então, quando Pedro estava na prisão, ele teve uma reunião de oração na casa de João Marcos, que passou pelas grades como uma luz e brilhou sobre ele? O Anjo do Senhor." (Tanto para a citação) Não foi uma impressão subjetiva; foi uma intervenção angelical física e tangível na era do Novo Testamento.
Terceiro exemplo: Paulo, o Apóstolo. Sem dúvida, Paulo tinha o Espírito Santo. O irmão Branham pinta a cena dramática no navio, cito o parágrafo 23: "Quem foi, Paulo, depois de quatorze dias e noites sem lua, estrelas ou qualquer coisa para ser vista, e toda a esperança de ser salvo ali naquela tempestade foi perdida e desapareceu, e Paulo desceu ao porão e, depois de um tempo, voltou e disse: 'Tenha bom ânimo, pelo Anjo de Deus, de quem sou servo, Foi para mim por outro lado, dizendo: "Não temas, Paulo, tens de ser levado à presença de César, e eis que Deus deu a todos..."'; disse: 'Portanto, irmãos, creio em Deus, e será exatamente como me foi mostrado'?" O testemunho de Paulo não foi "o Espírito Santo me disse", mas especificamente, "o Anjo de Deus esteve ao meu lado".
Exemplo final e definitivo: João, o Revelador. João, o amado, teve o batismo do Espírito Santo? É claro. No entanto, ouça como o livro de Apocalipse foi entregue, cito o parágrafo 24: "E todo o livro de Apocalipse foi revelado a João por um anjo ... E Ele disse: 'Eu, Jesus, enviei o meu anjo para dar testemunho destas coisas que em breve devem acontecer.'" O próprio Jesus testifica que enviou Seu Anjo para entregar a Revelação final à Sua Igreja! Depois de apresentar esta montanha de exemplos bíblicos, a conclusão do profeta é simples e inegável, passo a citar o parágrafo 24: "Oh sim, cristão, os anjos de Deus são espíritos ministradores enviados da presença de Deus!" (Tanto para a citação)
Mas por que essa verdade é tão importante? Porque, como o irmão Branham ensina, a própria natureza do homem anseia pelo sobrenatural. Ele afirma no parágrafo 18 e cito: "O homem é um ser sobrenatural, ele tem fome de Deus, e se ele não consegue encontrar o verdadeiro alimento de Deus, ele comerá tudo o que puder encontrar porque ele é um ser sobrenatural por dentro". (Tanto para a citação)
Quando a igreja moderna tenta despojar o evangelho de seu poder e natureza sobrenatural, isso deixa as pessoas com fome. Esta é a razão, como explica o profeta, por que surgem tantos "ismos" e seitas: eles tentam preencher o vazio deixado por uma igreja que prega uma forma de piedade, mas nega sua eficácia. O verdadeiro evangelho de Jesus Cristo é sobrenatural, e a Igreja que Ele lidera hoje, como a Igreja no livro de Atos, é uma Igreja cheia de poder, milagres e o ministério ativo do Espírito Santo e de Seus anjos.
Ponto 4: Testemunho e Vindicação Científica de Houston
Irmãos, as verdades das quais falamos - a liderança de Cristo como a Coluna de Fogo e o contínuo ministério sobrenatural em Sua Igreja - não são meras doutrinas teológicas. Neste ponto do sermão, o irmão Branham apresenta algumas das evidências mais surpreendentes e documentadas de nosso tempo, um testemunho que tira a presença da Coluna de Fogo do reino da fé pessoal e a planta firmemente no terreno da prova científica. Ele nos leva a uma reunião em Houston, Texas.
A história começa com uma oposição feroz. Um clérigo local, o Sr. Best, escreveu no jornal, chamando o irmão Branham de "um impostor religioso e que ele deveria ser expulso da cidade, e que ele deveria ser a pessoa encarregada de fazê-lo".
Depois que o jornal publicou que o irmão Branham estava "com medo" de um debate, o piedoso e velho irmão Bosworth aceitou o desafio, com a condição de que ele não discutisse, mas apenas apresentasse a Palavra. O crítico, cheio de confiança, preparou-se para uma vitória pública. Na verdade, ele contratou fotógrafos profissionais, Douglas Studios, para capturar seu triunfo. Sua intenção era de extrema hostilidade; declarou, citando o parágrafo 43:
"Vou esfolar aquele velho, vou tirar a pele dele e vou enforcá-lo... e vou esfregar um pouco de sal nele como uma comemoração da cura divina. (Tanto para a citação)
Durante o evento no Sam Houston Coliseum, diante de milhares de pessoas, o crítico não conseguiu refutar uma única das Escrituras do irmão Bosworth. Finalmente, em um acesso de frustração, ele exigiu, e cito o parágrafo 45: "Traga aquele curador divino e deixe-me vê-lo fazer alguma coisa; Deixe-me vê-lo realizar um milagre." (Tanto para a citação)
Foi nesse momento que a Mão de Deus se moveu. O irmão Branham, que estivera secretamente observando da varanda, sentiu um chamado sobrenatural. Ele descreve desta forma no parágrafo 48: "... Eu ouvi algo que ele fez: 'Uau!' E quando olhei, Algo disse: 'Levante-se'". (Tanto para a citação)
Ele desceu até a plataforma e calmamente se dirigiu à multidão. Ele fez uma declaração que colocou toda a responsabilidade em Deus, cito o parágrafo 54: "Se eu disser a verdade, Deus testificará da verdade. E todo mundo sabe que Deus nunca testemunharia uma mentira... e se eu estiver dizendo a verdade, Deus testificará disso; e se Ele não testifica, então não é a verdade." (Tanto para a citação) E Deus respondeu. O profeta testifica, li no parágrafo 55: "E naquele momento, aqui veio Ele, descendo sobre aquela audiência de milhares". Um dos fotógrafos, o Sr. Ayers, junto com um repórter chamado Kipperman, que havia sido muito crítico, viu a Luz sobrenatural e tirou a única fotografia que não havia sido encomendada pelo crítico.
O que aconteceu a seguir, na câmara escura, é um milagre em si. As seis fotografias brilhantes que o crítico encomendou para sua própria glorificação saíram completamente em branco. Mas a sétima fotografia, a tirada no momento da intervenção divina, revelou algo surpreendente. O irmão Branham relata no parágrafo 59: "E quando ele pegou a próxima, ele tirou, não apenas estava a minha foto, mas lá estava o Anjo do Senhor em pé ali". (Tanto para a citação)
O negativo foi tão chocante que foi enviado para Washington, D.C., e entregue à mais alta autoridade em documentos questionados para análise; Dr. George J. Lacy, que foi contratado pelo FBI. O Dr. Lacy, um cético, assumiu o caso. Ele examinou a câmera, o filme, o local e submeteu o negativo a todos os tipos de testes por dias. Finalmente, ele convocou a imprensa e os envolvidos para dar um veredicto. Ele chamou o reverendo Branham para a frente e confessou sua própria incredulidade passada, cito o parágrafo 63: "Reverendo Branham, eu tenho sido um de seus críticos. Eu disse que era psicologia, as pessoas que dizem que viram Isso, e aquela Luz e aquela Coluna de Fogo..." (Tanto para a citação)
Mas então, ele entregou sua conclusão especializada, que faria história, ele continuou a citação do parágrafo 63: "Mas, reverendo Branham, o olho mecânico daquela câmera não capta a psicologia... a luz atingiu a lente. E então, a declaração monumental, continuo a citação: "É a primeira vez em toda a história do mundo que um Ser sobrenatural foi fotografado". (Nós citamos)
O Dr. Lacy concluiu que o mundo incrédulo não podia mais alegar que não havia prova científica da existência de um ser sobrenatural, porque "aqui está uma fotografia científica que prova que existe um Ser sobrenatural".
Este evento, irmãos, não é apenas uma história emocionante. É a vindicação de Deus para uma era científica e cética. É uma prova tangível de que a mesma Coluna de Fogo, o Anjo da Aliança que guiou Moisés, essa mesma Luz que foi fotografada em Houston, Texas, confirmando a verdade eterna de que Jesus Cristo é o mesmo ontem, hoje e eternamente.
Ponto 5: O Dom do Discernimento para Elevar a Fé
Depois de estabelecer a base bíblica para a orientação de Cristo como a Coluna de Fogo e apresentar a vindicação científica de Sua Presença hoje, o sermão "Deus Comissionando Moisés" atinge seu ponto culminante: a demonstração prática deste Cristo presente e operante. Aqui, o irmão Branham explica a mecânica espiritual do ministério, modelando-a não segundo sua própria ideia, mas diretamente no padrão estabelecido por nosso Senhor Jesus Cristo.
Ele explica que, como vidente, não pode operar por sua própria vontade. Ele nos diz no parágrafo 77 e cito: "Não consigo ver o que quero, vejo o que Ele me mostra, só sei o que Ele me mostra; e o que Ele me diz, isso eu faço." (Tanto para a citação)
Este é exatamente o mesmo princípio sob o qual Jesus operou. Para ilustrar isso, o profeta nos leva à cena do tanque de Betesda no livro de João. Havia uma grande multidão de doentes lá - paralíticos, cegos, coxos - e Jesus, cheio de compaixão, passou por todos eles e curou um homem. Aos olhos humanos, isso parece inexplicável. Mas o próprio Jesus mostrou que estava certo. Quando os judeus O questionaram, Ele lhes deu a fórmula de Seu ministério, uma chave que o irmão Branham enfatiza como fundamental. Vamos ler João 5:19, Jesus disse: "Em verdade, em verdade vos digo que o Filho nada pode fazer de si mesmo, senão o que vê o Pai fazer; porque tudo o que faz, também o Filho o faz por meio dele."
O irmão Branham diz isso no parágrafo 86, e cito: "Agora veja, Jesus declarou que Ele não fez nada sem que o Pai O mostrasse por visão".
Esta Revelação dos segredos do coração e das condições das pessoas foi freqüentemente criticada como "telepatia mental" ou leitura da mente. O profeta confronta essa acusação diretamente, perguntando, cito o parágrafo 89: "A Bíblia diz que Ele percebeu seus pensamentos? Quantos dizem isso? Ver. Bem, o que é perceber um pensamento?" (Nós citamos)
Ele explica que o poder de Deus para discernir é o verdadeiro original, enquanto as práticas psíquicas do diabo nada mais são do que uma imitação barata para enganar aqueles que não conseguem encontrar o genuíno alimento sobrenatural na igreja. Então, se esse dom de discernimento não é para curar diretamente, qual é o seu propósito? O irmão Branham nos leva de volta à sua própria comissão, quando o Anjo do Senhor falou com ele. O propósito do sinal era idêntico ao propósito dos sinais dados a Moisés: edificar a fé no povo. Ele relata o que o Anjo lhe disse no parágrafo 122: "Quanto ao profeta Moisés receberam sinais... Um sinal será dado a você, e você conhecerá os próprios pensamentos de seus corações e lhes dirá essas coisas. E por meio desses... para que creiam". (Tanto para a citação)
Ouça novamente: "Para que eles possam acreditar"! Esse é o propósito. O dom é uma vindicação, uma confirmação de que o pregador e sua Mensagem são enviados por Deus. É sacudir o indivíduo de sua dúvida e ancorar sua fé na realidade de um Cristo vivo e presente. Mas a cura em si vem por um canal diferente. O irmão Branham distingue isso claramente no parágrafo 110, e cito: "Essas coisas são apenas um presente, veja, o principal é orar pelos enfermos, foi para isso que fui enviado, orar pelos enfermos, isso é apenas um presente, não cura ninguém". (Tanto para a citação)
E ele diz a uma pessoa na fila de oração: "... Isso não te curou, mas é a oração que te cura; 'A oração da fé salvará os enfermos'". (Tanto para a citação) Aqui o círculo está fechado. O dom do discernimento revela o segredo do coração, vindicando a Palavra. Essa reivindicação cria fé no ouvinte. E essa fé, agora viva e ativa, torna a oração eficaz para receber a cura que Cristo comprou no Calvário. Tudo funciona de acordo com a Palavra escrita, como está em Tiago 5:15: "E a oração da fé salvará o enfermo, e o Senhor o levantará".
Assim, o sermão demonstra um Evangelho completo: a Palavra pregada, a Palavra vindicada por um sinal sobrenatural e a Palavra aplicada pela fé para a salvação e cura do indivíduo. É o ministério de Jesus Cristo, o mesmo ontem, hoje e eternamente.
Conclusão e Chamada Final
Queridos ouvintes, ao chegarmos ao final de nossa revisão da mensagem "Deus comissionando Moisés", viajamos da aflição de Israel no Egito para a vindicação científica da Presença de Cristo em nossos dias. Vimos como a perseguição preparou o povo, como o Anjo da Aliança se revelou como a Coluna de Fogo – nosso Senhor Jesus Cristo – e como esse mesmo poder se manifesta hoje através do discernimento para elevar a fé.
A Mensagem desta Hora não é uma nova teologia, mas a restauração da verdade original, unificando toda a Bíblia na pessoa de Jesus Cristo. O irmão Branham resume com maestria, cito o parágrafo 77: "... o mesmo Jesus que tirou os filhos de Israel do deserto, o mesmo Cristo que era o Anjo da aliança... o mesmo Ser que os guiou foi o mesmo Ser que andou aqui em carne humana na terra, voltou para Deus, voltou na forma do Espírito Santo, liderando a Igreja, assim como esta noite." (Tanto para a citação)
Portanto, a conclusão é inevitável e gloriosa. O Deus da história não se retirou para os céus para nos observar de longe. A Coluna de Fogo não é uma relíquia do passado. É uma realidade presente e ativa. Vamos ouvir novamente a declaração retumbante do profeta: "Deus, o mesmo Deus que guiou os filhos de Israel por uma Coluna de Fogo no deserto, está liderando Sua Igreja hoje da mesma maneira, e essa mesma Coluna de Fogo está conosco esta noite." (Nós citamos)
O profeta estava tão certo da veracidade desse testemunho, vindicado pelo próprio Deus, que fez esta declaração solene, e cito: "E se eu fosse para casa para a glória deste púlpito esta noite, meu testemunho teria que permanecer: Eu falei a verdade. "(Tanto para a citação) O que isso significa para você e para mim, aqui e agora? Isso significa que nossa fé não pode se basear em uma simples afiliação à igreja ou em um conhecimento intelectual da Bíblia. A verdadeira fé salvadora é muito mais profunda. O irmão Branham o define como: "... não pela imaginação, mas pelo contato direto com Deus, que traz Vida sobrenatural ao Seu ser mortal."
É um encontro pessoal e transformador com este Cristo vivo e presente. E esse Cristo vivo fez uma promessa incrível a todos que tivessem esse contato direto com Ele. Em João 14:12, Ele declarou: "Em verdade, em verdade vos digo que aquele que crê em mim, as obras que eu faço, também fará; e maior do que estes fará; porque vou para o Pai."
Os sinais e maravilhas que analisamos são o cumprimento dessa promessa. Agora, o chamado final desta mensagem desce do púlpito para o seu coração. Não basta admirar as obras de Deus; é hora de ser um destinatário deles. Se você está doente, se você está preso pelo pecado, se você é um membro da igreja sem uma experiência pessoal da vida sobrenatural, esta Mensagem é a sua oportunidade. O profeta faz um apelo direto: "Cada pessoa aqui pode receber cura agora. Bem, você está saudável, se você apenas aceitar, tem que acontecer." (Nós citamos)
A cura e a salvação já foram compradas no Calvário. A presença da Coluna de Fogo hoje é a prova de que o Sacrifício foi aceito e que o poder redentor está em ação. Agora, apenas sua fé é necessária para fazer o "contato direto". Portanto, estendemos a ele o mesmo chamado com o qual o irmão Branham encerrou seu culto: "Levantemos nossas mãos e demos glória a Deus. Quem quer ser saudável, venha agora mesmo. Levante-se, aceite sua cura." (Tanto para a citação)
Onde você estiver, faça desse lugar um altar. Levante suas mãos e seu coração e aceite a obra consumada de Cristo para sua alma e corpo.
Oremos: Senhor Jesus Cristo, o Anjo do Pacto, a Coluna de Fogo viva, nós Te agradecemos por Tua Palavra confirmada. Você provou que é o mesmo ontem, hoje e para sempre. Agora, Senhor, eu oro por cada pessoa que ouve. Que o Teu Espírito Santo tome esta verdade semeada e a torne uma realidade viva neles. Que todo pecador seja salvo, que todo crente seja cheio do Seu Espírito e que todo doente seja curado pelo Seu poder. Selamos esta mensagem e a fé que ela produziu, em Nome de nosso Senhor e Salvador, Jesus Cristo. Amém.
Obrigado por se juntar a nós. Que a realidade deste Cristo presente transforme sua vida. Que o Senhor Jesus Cristo os abençoe abundantemente. Amém.
Escrita por: Hno. Francisco Velázquez Cruz
(A)
En tierra de aflicción, en yugo opresor,
Un pueblo en cautiverio alzó su clamor.
Mas Dios prometió con potente Voz
Que el tiempo llegaba de Su gran favor.
Permitió la prueba, el fuego y dolor
Para unir sus almas en un solo amor.
(Coro)
¡Oh, Columna de Fuego, que se manifestó!
El Ángel del Pacto, mi amado Cristo.
Ayer con Moisés, y hoy sobre mí,
El mismo por siempre, te adoro a Ti.
Tu Nombre en el Ángel, Tu gloria sin par,
Guiando a Tu pueblo a su eterno hogar.
(B)
“Mi Ángel envío,” el Padre juró,
“Mi Nombre en Él está, oíd Su Voz”.
No era un ser creado, un siervo no más,
¡Era el mismo Cristo, el Verbo veraz!
En Zarza Ardiente, Su gloria se vio,
La misma Columna que los redimió.
(Coro)
¡Oh, Columna de Fuego, que se manifestó!
El Ángel del Pacto, mi amado Cristo.
Ayer con Moisés, y hoy sobre mí,
El mismo por siempre, te adoro a Ti.
Tu Nombre en el Ángel, Tu gloria sin par,
Guiando a Tu pueblo a su eterno hogar.
[Interludio]
(C)
El que anduvo en carne por la Galilea
Es el Santo Espíritu que a Su Novia moldea.
Con las mismas señales, la misma virtud,
Sanando al enfermo, dando plenitud.
Y envía Sus ángeles con fiel comisión,
Cumpliendo en Su Iglesia Su gran redención.
(Coro)
¡Oh, Columna de Fuego, que se manifestó!
El Ángel del Pacto, mi amado Cristo.
Ayer con Moisés, y hoy sobre mí,
El mismo por siempre, te adoro a Ti.
Tu Nombre en el Ángel, Tu gloria sin par,
Guiando a Tu pueblo a su eterno hogar.
(D)
El mundo moderno, en su altivez,
Pidió una prueba, por última vez.
Y el ojo mecánico, sin fe ni emoción,
Captó de Tu Gloria la fiel radiación.
La ciencia se postra, no puede negar
Que el Ser Sobrenatural se dejó retratar.
(Coro)
¡Oh, Columna de Fuego, que se manifestó!
El Ángel del Pacto, mi amado Cristo.
Ayer con Moisés, y hoy sobre mí,
El mismo por siempre, te adoro a Ti.
Tu Nombre en el Ángel, Tu gloria sin par,
Guiando a Tu pueblo a su eterno hogar.
¡Amén!
Click para escuchar
NOTA SOBRE LOS DERECHOS DE AUTOR
Este sitio web posee contenido con derechos reservados. Puede ser compartido de forma gratuita para propagar el Evangelio de Jesucristo. Se permite su reproducción en masa, publicarlo en sitios web, redes sociales, traducir a otros idiomas dando el crédito al escritor de este contenido. Se prohíbe la venta o recaudación de fondos de cualquier contenido en este sitio web. Para más información puede escribirnos a:
LA PALABRA HABLADA DE DIOS
PO Box 2017 PMB 345
Las Piedras, PR 00771