INTRODUCCIÓN

Bienvenidos, muy estimados oyentes, a otro episodio de “La Palabra Hablada de Dios”. En el compañerismo más cálido y en el Amor de Cristo, vamos a profundizar en las Escrituras.

En este nuevo episodio de esta ocasión vamos a explorar y a repasar un tema profundo y vital: “Demonología, Reino Religioso”, predicado por el Hermano William Marrion Branham, un domingo en la mañana, 9 de junio de 1953, en el Anfiteatro Roberts Park, Connersville, Indiana. A través de las enseñanzas inspiradas del Hermano Branham, examinaremos cómo las fuerzas espirituales obran en el mundo, a menudo de maneras que no esperamos, especialmente dentro del ámbito de la fe.

Hebreos 6:1-10

1POR tanto, dejando la palabra del comienzo en la doctrina de Cristo, vamos adelante á la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, y de la fe en Dios,

2De la doctrina de bautismos, y de la imposición de manos, y de la resurrección de los muertos, y del juicio eterno.

3Y esto haremos á la verdad, si Dios lo permitiere.

4Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron el don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo.

5Y asimismo gustaron la buena palabra de Dios, y las virtudes del siglo venidero,

6Y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios, y exponiéndole á vituperio.

7Porque la tierra que embebe el agua que muchas veces vino sobre ella, y produce hierba provechosa á aquellos de los cuales es labrada, recibe bendición de Dios:

8Mas la que produce espinas y abrojos, es reprobada, y cercana de maldición; cuyo fin será el ser abrasada.

9Pero de vosotros, oh amados, esperamos mejores cosas, y más cercanas á salud, aunque hablamos así.

10Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado á su nombre, habiendo asistido y asistiendo aún á los santos.

Nuestro punto de partida es una verdad fundamental: vivimos en un mundo que es controlado por Satanás. Por esta razón, el Hermano Branham nos llama a estudiar el poder de los demonios y lo que les hacen a las personas, para que nuestra fe se fortalezca y se obren grandes señales y maravillas para la Gloria de Dios. Mucha gente, al escuchar la palabra “demonio”, piensa inmediatamente en fanatismo. Pero la realidad es que los demonios son tan reales como los Ángeles. Y así como el Cielo es real, el infierno también lo es; tan cierto como hay un Cristiano genuino, tiene que haber un hipócrita para personificarlo.

El Hermano Branham nos enseña que no importa cuán poderosa sea una inspiración o una visión, esta debe estar siempre anclada en la Biblia. Él mismo afirma en el párrafo 29 de este tema que estamos repasando: “29…Mi educación está limitada a séptimo grado. Así que, eso… Y, eso, salí del colegio hace como veinticinco años, así que fue hace mucho tiempo. Y no tengo mucha educación, pero todo lo que sé es lo que recibo por medio de la inspiración. Y si esa inspiración no cuadra con la Biblia, entonces está errada. ¿Ven? Tiene que ser la Biblia. No importa qué inspiración sea, tiene que venir… Aquí está el fundamento de Dios. No se ha puesto otro fundamento aparte de Este.”

La Palabra de Dios es nuestro fundamento inmutable. Cualquier cosa que la contradiga, aunque venga de un ángel, debe ser desechada. Como dijo el apóstol Pablo, si un ángel les dijere algo diferente a lo que está escrito, “Sea él para ustedes una maldición”. Este es nuestro Urim y Tumim hoy, la Biblia; si una profecía o un sueño no hace eco con la Biblia de Dios, entonces es falso.

SECCIÓN 1: LA FALSIFICACIÓN DENTRO DE LA IGLESIA

Uno de los puntos más impactantes que el Hermano Branham comparte para ilustrar este tema es una experiencia personal que tuvo al principio de su caminar con las iglesias pentecostales. En un lugar llamado Mishawaka, Indiana, él observó a dos hombres que, bajo la unción, parecían idénticos en su devoción. Él relata y cito del párrafo 53: “cuando el Espíritu caía, esos hombres se levantaban y hablaban en lenguas y gritaban, y se ponían blancos alrededor de la boca.”  Y añade: “cuando el Espíritu caía, los dos se ponían de pie, y los dos gritaban y clamaban y glorificaban al Señor, y hablaban en lenguas y danzaban.”

Sin embargo, teniendo un don de discernimiento, el Hermano Branham captó el espíritu de cada uno. Del primero, testifica, cito del párrafo 56: “¡un hombre Cristiano! Ese hombre era absolutamente un santo de Dios.” Pero para su asombro, del segundo hombre descubrió algo muy diferente: “Pero la parte extraña, cuando tomé la del otro hombre, era lo contrario. El aún estaba viviendo con una mujer que no era su esposa.”  Era un hipócrita.

Esto le causó una profunda confusión que lo atormentó por años. Él se preguntaba: ¿cómo podía el mismo Espíritu manifestarse en un Creyente verdadero y en un impostor? Su lucha interna era profunda porque, para él, todo debía cuadrar con la Biblia. Él continúa diciendo en el párrafo 58 y cito: “Yo no puedo verlo en la Biblia, donde eso pueda estar correcto... Cuando el Espíritu Santo está cayendo sobre este hombre, el Espíritu Santo cae sobre ese hombre, y uno de ellos es un santo y el otro es un hipócrita; y yo sé que así es.”

La respuesta no llegó de inmediato. Fueron dos o tres años después, mientras estaba en una cueva de oración, que el Señor le dio la Revelación. El Señor lo guio a las Escrituras, específicamente a Hebreos, capítulo 6, versículos 7 y 8, donde leyó:

7Porque la tierra que embebe el agua que muchas veces vino sobre ella, y produce hierba provechosa á aquellos de los cuales es labrada, recibe bendición de Dios:

8Mas la que produce espinas y abrojos, es reprobada, y cercana de maldición; cuyo fin será el ser abrasada.

Ahí estaba la clave. Esta es una parábola poderosa para la Iglesia. La lluvia del Espíritu Santo es enviada para el “trigo”, para los Hijos genuinos de Dios. Pero la “maleza”—los hipócritas, los espinos y abrojos que están en el mismo campo—está tan sedienta como el trigo. El Hermano Branham explica en el párrafo 63: “Y la misma lluvia que cae sobre el trigo cae sobre la maleza. Y esa pequeña maleza vil se pondrá recta así, y contenta y regocijándose, tanto como el pequeño trigo se pondrá de pie y se erguirá.”

El mismo Espíritu Santo puede bendecir al justo y al injusto que se encuentran en la misma congregación. Pero aquí es donde viene el discernimiento Divino. La verdadera prueba no está en la manifestación externa, sino en el fruto. Como dijo el Señor Jesucristo en San Mateo 7:16-20:

16Por sus frutos los conoceréis. ¿Cógense uvas de los espinos, ó higos de los abrojos?

17Así, todo buen árbol lleva buenos frutos; mas el árbol maleado lleva malos frutos.

18No puede el buen árbol llevar malos frutos, ni el árbol maleado llevar frutos buenos.

19Todo árbol que no lleva buen fruto, córtase y échase en el fuego.

20Así que, por sus frutos los conoceréis.

Esto nos enseña una lección crucial y eterna. Nuestra salvación y nuestra posición ante Dios no se basan en gritar, danzar, hablar en lenguas o sentir una emoción. Esas cosas pueden ser genuinas, pero también pueden ser imitadas. El fundamento de nuestra fe es inmóvil. El Hermano Branham lo declara así en el párrafo 67, dice y cito: “Así que, yo no soy salvo hoy porque puedo gritar. Soy salvo no porque sienta que yo soy salvo. Soy salvo porque he cumplido las condiciones de Dios de esta Biblia.”  ¿Y cuál es esa condición? Es la promesa que nos dio nuestro Señor Jesucristo en San Juan 5:24:

24De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá á condenación, mas pasó de muerte á vida.

Esa es la Roca sobre la que nos paramos.

SECCIÓN 2: DISCERNIMIENTO DE LOS DONES Y FALSOS PROFETAS

Para navegar estas aguas espirituales, el Hermano Branham nos advierte sobre una confusión muy común, pero peligrosa, dentro de la iglesia: la diferencia entre los dones espirituales y los oficios ministeriales. Es fundamental entender que existe una diferencia clara y bíblica entre tener el “don de profecía” y ser un “profeta” de Dios, y es en esta confusión donde muchos espíritus engañadores encuentran su lugar.

Él explica que el error de muchos grupos es que están “...haciendo profetas de esos hombres y de cosas que no son profetas.”  El don de profecía es uno de los nueve dones del Espíritu que opera en el Cuerpo de Cristo para edificación. Puede manifestarse a través de cualquier Creyente en cualquier momento. El Hermano Branham lo ilustra así en el párrafo 70 y cito: “Y pudiera estar sobre esta mujer en esta noche, profecía, puede ser que nunca más por el resto de su vida.”  Y Pablo nos enseña en 1 de Corintios que todos pueden profetizar uno por uno. Sin embargo, el hecho de que el don opere a través de alguien no convierte a esa persona en un profeta. Toda profecía, antes de que sea recibida por la iglesia, debe ser juzgada ante dos o tres jueces espirituales.

En un contraste absoluto, el oficio de un profeta es un llamado soberano y preordenado por Dios. No se recibe por la imposición de manos ni por el deseo personal. El Hermano Branham declara enfáticamente en el párrafo 69, y cito: “Los profetas nacen.”  Y añade, citando la Escritura: “‘Dones y llamamientos… sin arrepentimiento’. Es la pre-ordenación de Dios, desde bebé en adelante.” Jamás vemos en la Biblia a alguien parándose frente a profetas como Isaías o Moisés para juzgar su palabra. De hecho, cuando Coré intentó discutir con Moisés, Dios mismo intervino abriendo la tierra. La señal distintiva de este oficio es que “Es la Palabra de Dios que viene al profeta.” Vemos un ejemplo claro en el Nuevo Testamento con Agabo. Él no solo tuvo una Revelación, sino que actuó en su oficio, atando a Pablo con su cinto y declarando con autoridad: “ASÍ DICE EL SEÑOR, el varón que tuviera esto puesto será atado en cadenas cuando llegue a Jerusalén.” Eso es el oficio de un profeta, no simplemente un don en operación.

Y aquí es donde la falsificación se hace evidente. Satanás falsifica cada cosa real que Dios ha establecido. En el Antiguo Testamento, Dios se revelaba de tres maneras: a través de un profeta, un sueño, o el Urim y Tumim (un pectoral sagrado que daba una respuesta directa de Dios). El diablo, en su afán de imitar, tiene su propia trinidad de engaño. El Hermano Branham señala: “Y el diablo falsifica cada uno de esos; el hechicero, el falso profeta, y el que mira el cristal.” El hechicero o adivino es la imitación del profeta de Dios. La bola de cristal del adivino es la copia barata y demoníaca del sagrado Urim y Tumim de Dios.

Entonces, ¿cuál es nuestra salvaguarda hoy? ¿Cuál es nuestro Urim y Tumim infalible para probar los espíritus? La respuesta es clara y poderosa. El Hermano Branham declara en el párrafo 99, y cito: “Ahora, entonces, el Urim y Tumim hoy es esta Biblia.” Así como en la antigüedad una profecía era llevada ante el pectoral del sumo sacerdote y, si era de Dios, una Luz Celestial destellaba sobre él, hoy cualquier revelación debe ser llevada ante la Luz de la Palabra. Si no se alinea perfectamente, es falsa.  Él nos advierte en el párrafo 103, y cito: “Y si un hombre da una interpretación, da un sueño, da algo de la Biblia y, o alguna otra cosa, y eso no cuadra con la Biblia de Dios, eso es falso.”  El Hermano Branham relata la historia de un predicador llamado Víctor, cuya esposa tuvo un sueño que aparentemente justificaba su vida de adulterio. El Hermano Branham le dijo sin rodeos, leemos del párrafo 101, y cito: “Víctor, tu sueño fue muy encantador, pero te lo dio el diablo.” ¿Por qué?, le preguntó el hombre. Y el Hermano Branham le dijo, y continuamos citando del párrafo 102: “No cuadra con la Palabra de Dios.”  Es esta falta de anclaje en la Biblia lo que ha causado tanta división. La gente sigue una visión, un sueño, una lengua, y terminan creando denominaciones y confusión. La solución que nos da el Hermano Branham es, y cito del párrafo 104: “Uds. deberían traerlo de nuevo a un fundamento final, y esa es la Palabra de Dios. Eso es verdad.”

SECCIÓN 3: EL MUNDO ESPIRITUAL Y LA INFLUENCIA DEMONÍACA

Para comprender la profundidad de la operación demoníaca en la esfera religiosa, el Hermano Branham nos lleva a un pasaje bíblico que ha confundido a muchos: la historia del rey Saúl y la bruja de Endor en 1 Samuel, capítulo 28. Saúl, se había descarriado por la desobediencia. Dios le había dado la espalda. La Escritura dice en 1 Samuel 28:6:

6Y consultó Saúl á Jehová; pero Jehová no le respondió, ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas.

En su absoluta desesperación, ¿a dónde acudió? No a Dios, sino a un canal del diablo, a una mujer con un espíritu de adivinación. Saúl le pidió a esta médium que le hiciera subir al profeta Samuel, quien ya había muerto. Y aquí ocurre algo asombroso. El Hermano Branham es enfático en este punto, contrario a lo que muchos enseñan, cito del párrafo 110: “Pero la Biblia dice que era Samuel, y era Samuel.” No era un demonio personificándolo. Era el profeta Samuel, quien apareció con su manto de profeta puesto, consciente de lo que estaba sucediendo. Esto nos demuestra, como dice el Hermano Branham, en el párrafo 111, y cito: “Así que, hermano, cuando Ud. muere, Ud. no está muerto, Ud. está viviendo en alguna parte, en alguna otra parte.”

Ahora, la pregunta crucial es: ¿cómo pudo una bruja, un agente del diablo, invocar a un profeta justo de Dios? La respuesta se encuentra en la diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Pacto. Eso no se puede hacer hoy. Pues, la sangre de bueyes y cabríos solo era en espera del tiempo del cumplimiento. Cuando un justo moría bajo esa expiación animal, su alma no ascendía directamente a la Gloria de Dios, sino que iba a un lugar de espera llamado el Seno de Abraham. Allí permanecían Abraham, Isaac, Jacob y todos los santos del Antiguo Testamento, esperando el Día de la Redención. La médium, operando en la esfera de los espíritus, pudo irrumpir en ese lugar y contactar a Samuel.

Sin embargo, esto cambió radicalmente, y para siempre, con la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. ¡Escuchen esta gloriosa verdad! Cuando el Señor Jesús murió en la cruz, Él tomó nuestros pecados sobre Sí mismo. Y como portador del pecado, descendió a las partes más bajas de la tierra. Pero no fue derrotado. El Hermano Branham nos pinta un cuadro glorioso, cito del párrafo 202: “Pasó directamente entre los demonios, derecho al infierno, quitándole las llaves de la muerte y del infierno al diablo, se las colgó de Su costado, comenzó de nuevo Su ascenso.”  En Su ascenso, llegó a las puertas del Seno de Abraham. ¡Imaginen esa escena! Los santos de la antigüedad esperando. El Hermano Branham lo describe así entre los párrafos 205 y el párrafo 208: “Puedo oírlo a Él tocar a la puerta. ¡Vamos! Ya raya el alba en Jerusalén; tenemos que salir de aquí. Vamos para arriba, porque Uds. confiaron en la sangre de toros y cabras, esperando el tiempo de Mi Sangre. Pero Mi Sangre ha sido derramada allá en el Calvario... ¡Vamos saliendo!” ¡Aleluya! Y como testifica el libro de San Mateo, cuando el Señor Jesús resucitó, muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron y aparecieron en la santa ciudad. ¡El Señor Jesús llevó cautiva la cautividad y vació el Seno de Abraham!

Esto significa que hoy, un médium o espiritista ya no puede contactar a un santo de Dios.  Los médiums de hoy solo pueden contactar a los espíritus de los injustos, a las almas perdidas que están en prisiones de oscuridad esperando el juicio. Y aquí yace el peligro para nosotros. El Señor Jesús mismo nos advirtió que en los últimos días (...los dos espíritus...) serían tan parecidos que engañarían a los mismos Elegidos si fuera posible: personas religiosas. La falsificación será experta. Por eso debemos examinar cada manifestación espiritual con dos pruebas, como si estuviéramos probando un billete falso.

Primero, examinemos su “valor”. ¿Qué produce? El Hermano Branham lo contrasta en los párrafos 185 y 186, dice así y cito: “Ahora miren, lo primero que uno tiene que notar, todo… Miren su reportaje. En los cincuenta y tantos años de ella adivinar e invocar los espíritus de los muertos, ni una sola vez ha mencionado a Dios, Cristo, Sanidad Divina, liberación, Juicio ni nada. Eso no es sino entretenimiento e insensatez. Pero de este lado, constantemente es Dios, Juicio, la Venida de Jesús, Sanidad Divina, Poder de Dios, liberación. Miren el

valor. Uds. no ven adivinas ni brujas predicando el Evangelio. ¿Qué sucede con la gente? ¡Vaya! ¡Fíjense!”

Segundo, examinamos su “respaldo”. ¿Se alinea con la “casa de la moneda” de la Palabra de Dios? La Biblia es nuestro Libro de la Casa de la Moneda. Cuando usted lleva las obras del espiritismo a la Biblia, encontrará que es la bruja de Endor. Pero cuando usted trae las Obras del Espíritu Santo, encontrará su respaldo en la promesa infalible: “Jesucristo el mismo ayer, hoy, y por los siglos.” [Hebreos 13:8]

SECCIÓN 4: NUESTRA RESPUESTA COMO CREYENTES

Entonces, ¿cómo debemos vivir a la luz de esta realidad tan intensa? Si los demonios obran con tanta sutileza en la esfera religiosa y física, ¿cuál es nuestra postura como Hijos de Dios? El sermón del Hermano Branham concluye con una de las lecciones más poderosas y prácticas: un Llamado Divino a la compasión y a la acción.

El Hermano Branham comparte una historia que transforma esta enseñanza en una realidad palpable. Estando en Toledo, Ohio, entró en un restaurante mundano y su corazón se llenó de indignación al ver la degradación. Describe a una señora mayor, vestida impúdicamente, bebiendo y actuando de una manera que lo afligió profundamente. Su primera reacción fue la de un juicio severo. Él confiesa su pensamiento en ese momento, citamos del párrafo 229: “¡Oh, Dios! Dios, ¿por qué no simplemente borras esta cosa completamente del mapa? ¿Por qué no lo haces?... Pensé: 'Dios ¿cómo puede Tu justicia Santa tolerarlo?’”.

Pero justo en ese momento de condenación, el Ángel del Señor lo corrigió. Y Dios le mostró una visión que debería cambiar nuestra perspectiva para siempre. Él vio que la única razón por la que la justa Ira de Dios no consume al mundo pecador es por un “parachoques” Divino: la Sangre de Jesucristo. Él describe, citamos del párrafo 232: “Y entonces la Sangre de Jesucristo actúa por nosotros como un parachoques. ¿Ven? Que, cuando yo peco, mis pecados lo golpean a Él y estremecían Su preciosa cabeza, y pude ver las lágrimas y la Sangre corriendo. ‘Perdónalo, Padre, él no sabe lo que hace’.”

Al ver que la misma Gracia que lo cubría a él, un pecador salvado, era lo que sostenía a esa mujer, su corazón se quebrantó. El juicio se convirtió en misericordia. Él dice en el párrafo 235: “Eso me cambió de parecer. Yo dije: ‘Señor, ten misericordia’.”  En lugar de irse, se acercó a la mujer y, con humildad, le contó la historia de cómo él mismo la había condenado en su corazón, y cómo Dios le había mostrado su propio error. Le habló de la Sangre que estaba reteniendo la Ira de Dios de ella y de la decisión que tenía que tomar. ¿El resultado de esa compasión? El Hermano Branham dice en el párrafo 240, y cito: “Esa mujer se fue bajando de esa silla allí en ese restaurante. Tuvimos una reunión de oración de la cual Uds. nunca han oído en su vida, y ella vino a Cristo.”

¡Qué lección tan profunda! La conclusión es clara. El Hermano Branham nos dice más adelante en ese mismo párrafo: “No los condene; compártales el Evangelio. Ellos están poseídos por el demonio; ellos son mortales en esta esfera. Ellos son influenciados de por acá. La influencia nuestra viene de Arriba. Veamos lo que nosotros podemos hacer con nuestros talentos, para ganar a otros para Cristo.”  Nuestra misión no es ser jueces, sino ser canales de la misma Gracia que nos rescató. Debemos vivir con humildad, con nuestros corazones fijos en Cristo, permitiendo que Él nos guíe. Y recordemos siempre que, aunque los demonios trabajan incansablemente, el Espíritu de Dios avanza con más fuerza para contraatacar, preparándonos para el gran enfrentamiento final.

CONCLUSIÓN

Hemos llegado al final del episodio de hoy, un viaje profundo al corazón de la batalla espiritual. Hemos visto que los demonios no son solo figuras de mitos antiguos, sino poderes reales que operan sutilmente en nuestro mundo, vistiéndose a menudo con el manto de la religión.

Aprendimos una lección vital sobre el discernimiento: que una manifestación espiritual, como la lluvia que cae sobre el trigo y la cizaña, no es la prueba final. La verdadera prueba es el fruto que se produce y si está en perfecta armonía con la Palabra de Dios, que es nuestro Urim y Tumim infalible. Hemos visto cómo Satanás falsifica cada don y oficio de Dios, pero también hemos sido equipados para reconocer el original verdadero.

Vimos cómo la victoria de Cristo en la cruz alteró para siempre la dinámica del mundo espiritual, llevando cautiva la cautividad y asegurando a Sus santos en la Gloria, fuera del alcance de cualquier hechicería. Y finalmente, esta gran verdad nos lleva, no al orgullo o al temor, sino a una profunda compasión por aquellos que aún están atrapados por el enemigo, llamándonos a ser embajadores de la Gracia que nos salvó.

Que esta palabra nos sirva para estar alertas, para discernir los espíritus y, sobre todo, para amar a nuestro prójimo con el Amor de Cristo, sabiendo que la victoria final ya ha sido ganada en la cruz del Calvario.

ORACIÓN FINAL

Oremos juntos. Nuestro Padre Celestial, venimos ante Ti, Señor, agradecidos por Tu Palabra que es Luz en nuestro camino. Te pedimos perdón, Señor, por cada vez que, como Saúl, hemos buscado respuestas fuera de Ti, o como Caín, hemos ofrecido una adoración religiosa, pero sin la Revelación correcta. Perdónanos, Señor, por las veces que hemos juzgado a otros, olvidando la inmensa Gracia que nos perdonó a nosotros.

Padre, Te pedimos que abras nuestros ojos espirituales para reconocer las tácticas del enemigo, para que no seamos engañados por espíritus seductores vestidos de religiosidad. Quita de nosotros todo orgullo y llénanos de un amor genuino y una compasión que nos impulse a ganar a los perdidos. Sabemos que los demonios de enfermedad y pecado atacan a Tu pueblo, pero creemos que en el Calvario proveíste una expiación completa para todo.

Permite que cada persona que escucha sea humilde, encuentre a Cristo en la plenitud de su corazón y viva una vida sobria y en el Temor de Dios, lista para ser usada por Ti. Te lo pedimos todo en el Nombre precioso y Todopoderoso de nuestro Señor Jesucristo. ¡Amén!

Himno

“LA PALABRA DE DIOS ES MI FUNDAMENTO”

Escrita por: Hno. Francisco Velázquez Cruz

(A)

Dentro de la iglesia crece el trigo y cizaña a su vez,

La lluvia que de Hebreos Seis desciende con poder,

Al justo y al infiel atiende con aparente sencillez,

Mas solo el fruto nos permite ver.

Un alma santa y un hipócrita pueden clamar,

Mas por sus obras se les ha de juzgar.

(Coro)

Mas no es la emoción que siento, ni el grito en la congregación,

La Palabra de Dios es mi Fundamento, mi Urim y Tumim de Revelación.

En Sus Promesas mi fe asiento, es mi única Salvación,

“Quien oye y cree”, dice el Verbo, “ya tiene vida y redención”.

(B)

Confunden el don de profecía con el profeta en su llamar,

Y Saúl en su triste agonía a Endor fue a consultar.

El diablo imita con porfía la Obra de Dios en todo altar,

Mas solo el Verbo es nuestra Guía, la Luz que no puede fallar.

(Coro)

Mas no es la emoción que siento, ni el grito en la congregación,

La Palabra de Dios es mi Fundamento, mi Urim y Tumim de Revelación.

En Sus Promesas mi fe asiento, es mi única Salvación,

“Quien oye y cree”, dice el Verbo, “ya tiene vida y redención”.

(Puente)

¡Oh, qué victoria en el Calvario! Jesús al infierno descendió,

El Seno de Abraham fue vaciado y a los cautivos liberó.

Los santos por la vía mostraron Su Resurrección,

Y el velo del santuario para siempre se rasgó.

(Coro)

Mas no es la emoción que siento, ni el grito en la congregación,

La Palabra de Dios es mi Fundamento, mi Urim y Tumim de Revelación.

En Sus Promesas mi fe asiento, es mi única Salvación,

“Quien oye y cree”, dice el Verbo, “ya tiene vida y redención”.

(C)

No juzgues, pues, con mano dura al alma en lazo de Satán,

Recuerda la Gracia que te cura y ofrécele de Cristo el Pan.

Por sus frutos se ve la altura y la raíz del árbol que es de Dios,

Que el Amor sea tu armadura y el Evangelio sea tu voz. Amén.

INTRODUCTION

Welcome, dear listeners, to another episode of "The Spoken Word of God." In the warmest fellowship and love of Christ, let's dig deeper into Scripture.

In this new episode of this occasion we are going to explore and review a profound and vital theme: "Demonology, Religious Kingdom," preached by Brother William Marrion Branham, on a Sunday morning, June 9, 1953, at the Roberts Park Amphitheater, Connersville, Indiana. Through the inspired teachings of Brother Branham, we will examine how spiritual forces work in the world, often in ways we do not expect, especially within the realm of faith.

Hebrews 6:1-10

1 Wherefore, leaving the word of the beginning in the doctrine of Christ, we go on to perfection, not laying again the foundation of repentance of dead works, and of faith in God,

2 Of the doctrine of baptisms, and of the laying on of hands, and of the resurrection of the dead, and of eternal judgment.

3 And this we will do indeed, if God permits it.

4For it is impossible for those who were once enlightened and tasted the heavenly gift and were made partakers of the Holy Spirit.

5 And they tasted the good word of God, and the virtues of the age to come,

6 And they fell back, be renewed again to repentance, crucifying the Son of God again to themselves, and exposing him to reproach.

7 For the land that drinks the water that has often come upon it, and brings forth profitable grass to those from whom it is tilled, receives a blessing from God.

8 But that which produces thorns and thistles is reprobate, and is near a curse, whose end will be to be burned.

9 But from you, O beloved, we expect better things, and nearer to health, though we speak thus.

10 For God is not unrighteous to forget your work and the labor of love that you have shown in his name, having attended and still assisting the saints.

Our starting point is a fundamental truth: we live in a world that is controlled by Satan. For this reason, Brother Branham calls us to study the power of demons and what they do to people, so that our faith will be strengthened and great signs and wonders will be worked for the glory of God. Many people, hearing the word "demon," immediately think of fanaticism. But the reality is that demons are just as real as Angels. And just as Heaven is real, so is hell; As surely as there is a genuine Christian, there must be a hypocrite to personify him.

Brother Branham teaches us that no matter how powerful an inspiration or vision is, it must always be anchored in the Bible. He himself states in paragraph 29 of this topic that we are reviewing: "29... My education is limited to seventh grade. So, that... And, that, I left school about twenty-five years ago, so it was a long time ago. And I don't have a lot of education, but all I know is what I get through inspiration. And if that inspiration doesn't square with the Bible, then it's wrong. Come here? It has to be the Bible. No matter what inspiration it is, it has to come... Here is the foundation of God. No other foundation has been laid apart from this."

God's Word is our immutable foundation. Anything that contradicts it, even if it comes from an angel, must be discarded. As the apostle Paul said, if an angel should say anything to you other than what is written, "Let him be a curse to you." This is our Urim and Thummim today, the Bible; if a prophecy or a dream does not echo with God's Bible, then it is false.

SECTION 1: COUNTERFEITING WITHIN THE CHURCH

One of the most striking points that Brother Branham shares to illustrate this theme is a personal experience he had early in his walk with Pentecostal churches. At a place called Mishawaka, Indiana, he observed two men who, under the anointing, seemed identical in their devotion. He relates, and I quote from paragraph 53, "When the Spirit fell, those men would get up and speak in tongues and shout, and they would turn white around their mouths."  And he adds: "When the Spirit fell, they both stood up, and they both shouted and cried and glorified the Lord, and spoke in tongues and danced."

However, having a gift of discernment, Brother Branham caught the spirit of each one. Of the first, he testifies, I quote from paragraph 56: "A Christian man! That man was absolutely a saint of God." But to his amazement, he discovered something very different about the second man: "But the strange part, when I took the other man's, was the opposite. He was still living with a woman who wasn't his wife."  He was a hypocrite.

This caused him a deep confusion that tormented him for years. He wondered, how could the same Spirit manifest Himself in a true Believer and an impostor? His internal struggle was profound because, for him, everything had to fit with the Bible. He goes on to say in paragraph 58 and quote, "I can't see it in the Bible, where that might be right... When the Holy Spirit is falling on this man, the Holy Spirit falls on that man, and one of them is a saint and the other is a hypocrite; and I know that it is so."

The answer did not come immediately. It was two or three years later, while he was in a prayer cave, that the Lord gave him the Revelation. The Lord led him to Scripture, specifically Hebrews, chapter 6, verses 7 and 8, where he read:

7 For the land that drinks the water that has often come upon it, and brings forth profitable grass to those from whom it is tilled, receives a blessing from God.

8 But she that produces thorns and thistles is reprobated, and is near a curse; whose end will be to be burned.

That was the key. This is a powerful parable for the Church. The rain of the Holy Spirit is sent for the "wheat," for the genuine Sons of God. But the "weeds"—the hypocrites, thorns, and thistles that are in the same field—are as thirsty as wheat. Brother Branham explains in paragraph 63: "And the same rain that falls on the wheat falls on the weeds. And that little vile weed will stand straight like this, and be glad and rejoice, just as the little wheat will stand up and stand up."

The same Holy Spirit can bless the righteous and the unrighteous in the same congregation. But this is where Divine discernment comes. The real test is not in the outward manifestation, but in the fruit. As the Lord Jesus Christ said in Matthew 7:16-20:

16 By their fruits you will know them. Are grapes gathered from thorns, or figs from thistles?

17 Thus every good tree bears good fruit; but the wicked tree bears bad fruit.

18 A good tree cannot bear bad fruit, nor can a bad tree bear good fruit.

19 Every tree that does not bear good fruit is cut down and thrown into the fire.

20 Therefore by their fruits you will know them.

This teaches us a crucial and eternal lesson. Our salvation and standing before God are not based on shouting, dancing, speaking in tongues, or feeling an emotion. Those things can be genuine, but they can also be imitated. The foundation of our faith is immovable. Brother Branham states it like this in paragraph 67, he says, " So I'm not saved today because I can scream. I'm saved not because I feel like I'm saved. I am saved because I have fulfilled God's conditions of this Bible."  And what is that condition? It is the promise given to us by our Lord Jesus Christ in St. John 5:24:

24 Verily, verily, I say unto you, He that heareth my word, and believeth upon him that sent me, hath everlasting life: and shall not come into condemnation, but shall pass from death unto life.

That is the Rock on which we stand.

SECTION 2: DISCERNMENT OF GIFTS AND FALSE PROPHETS

To navigate these spiritual waters, Brother Branham warns us about a very common, but dangerous, confusion within the church: the difference between spiritual gifts and ministerial offices. It is critical to understand that there is a clear and biblical difference between having the "gift of prophecy" and being a "prophet" of God, and it is in this confusion that many deceiving spirits find their place.

He explains that the mistake of many groups is that they are "... making prophets of those men and of things that are not prophets."  The gift of prophecy is one of the nine gifts of the Spirit who operates in the Body of Christ for edification. It can manifest through any Believer at any time. Brother Branham illustrates it this way in paragraph 70, and I quote, "And I may be upon this woman tonight, prophecy, it may be never again for the rest of her life."  And Paul teaches us in 1 Corinthians that everyone can prophesy one by one. However, the fact that the gift operates through someone does not make that person a prophet. Every prophecy, before it is received by the church, must be judged before two or three spiritual judges.

In stark contrast, the office of a prophet is a sovereign calling and foreordained by God. It is not received by the laying on of hands or by personal desire. Brother Branham states emphatically in paragraph 69, and I quote, "Prophets are born."  And he adds, quoting Scripture: "'Gifts and callings... without repentance'. It is God's foreordination, from infant onward." We never see in the Bible anyone standing in front of prophets like Isaiah or Moses to judge their word. In fact, when Korah tried to argue with Moses, God Himself intervened by opening up the earth. The distinguishing mark of this office is that "It is the Word of God that comes to the prophet." We see a clear example in the New Testament with Agabus. He not only had a Revelation, but He acted in His office, binding Paul with His girdle and declaring with authority: "THUS SAITH THE LORD, the man that has this on shall be bound in chains when he comes to Jerusalem." That is the office of a prophet, not merely a gift in operation.

And this is where the counterfeit becomes apparent. Satan counterfeits every real thing God has established. In the Old Testament, God revealed Himself in three ways: through a prophet, a dream, or the Urim and Thummim (a sacred breastplate that gave a direct answer from God). The devil, in his eagerness to imitate, has his own trinity of deception. Brother Branham points out, "And the devil counterfeits every one of those; the sorcerer, the false prophet, and the one who looks at the glass." The sorcerer or soothsayer is the imitation of the prophet of God. The fortune teller's crystal ball is the cheap, demonic copy of God's holy Urim and Thummim.

So what is our safeguard today? What is our infallible Urim and Thummim for testing the spirits? The answer is clear and powerful. Brother Branham states in paragraph 99, and I quote, "Now, then, the Urim and Thummim today is this Bible." Just as in ancient times a prophecy was carried before the breastplate of the high priest and, if it was from God, a Heavenly Light flashed upon it, so today any revelation must be brought before the Light of the Word. If it doesn't line up perfectly, it's fake.  He warns us in paragraph 103, and I quote, "And if a man gives an interpretation, gives a dream, gives something from the Bible and, or something else, and that doesn't square with God's Bible, that's false."  Brother Branham tells the story of a preacher named Victor, whose wife had a dream that apparently justified her life of adultery. Brother Branham said bluntly, we read from paragraph 101, and I quote, "Victor, your dream was very charming, but the devil gave it to you." Why? the man asked. And Brother Branham said, and we continue to quote from paragraph 102, "It doesn't square with the Word of God."  It is this lack of anchoring in the Bible that has caused so much division. People follow a vision, a dream, a language, and they end up creating denominations and confusion. The solution that Brother Branham gives us is, and I quote from paragraph 104, "You ought to bring it back to a final foundation, and that's the Word of God. That's true."

SECTION 3: THE SPIRIT WORLD AND DEMONIC INFLUENCE

To understand the depth of the demonic operation in the religious sphere, Brother Branham takes us to a biblical passage that has confused many: the story of King Saul and the witch of Endor in 1 Samuel, chapter 28. Saul had gone astray by disobedience. God had turned his back on him. Scripture says in 1 Samuel 28:6:

6 And Saul inquired of the Lord, but the Lord answered him not by dreams, or by Urim , or by prophets.

In utter desperation, where did he go? Not to God, but to a channel of the devil, to a woman with a spirit of divination. Saul asked this medium to bring up the prophet Samuel, who had already died. And here something amazing happens. Brother Branham is emphatic on this point, contrary to what many teach, I quote from paragraph 110: "But the Bible says it was Samuel, and it was Samuel." It wasn't a demon personifying him. It was the prophet Samuel, who appeared with his prophet's robe on, aware of what was happening. This shows us, as Brother Branham says, in paragraph 111, and I quote, "So, brother, when you die, you're not dead, you're living somewhere, somewhere else."

Now, the crucial question is: how could a witch, an agent of the devil, summon a righteous prophet of God? The answer lies in the difference between the Old and New Covenants. That cannot be done today. For the blood of oxen and goats was only awaiting the time of fulfillment. When a righteous person died under that animal atonement, his soul did not ascend directly to the Glory of God, but went to a place of waiting called the Bosom of Abraham. There Abraham, Isaac, Jacob and all the saints of the Old Testament remained, waiting for the Day of Redemption. The medium, operating in the spirit sphere, was able to break into that place and contact Samuel.

However, this changed radically, and forever, with the death and resurrection of our Lord Jesus Christ. Listen to this glorious truth! When the Lord Jesus died on the cross, He took our sins upon Himself. And as a sin-bearer, he descended to the lowest parts of the earth. But he was not defeated. Brother Branham paints a glorious picture for us, I quote from paragraph 202: "He passed directly among the demons, straight into hell, taking the keys of death and hell from the devil, hanging them on His side, beginning His ascent again."  In His ascent, He came to the gates of Abraham's Bosom. Imagine that scene! The saints of old waiting. Brother Branham describes it this way between paragraphs 205 and paragraph 208: "I can hear Him knocking at the door. Let's go! Dawn is already breaking in Jerusalem; we have to get out of here. Let's go up, because you trusted in the blood of bulls and goats, waiting for the time of My Blood. But My Blood has been shed there on Calvary... We are going out!" Hallelujah! And as the book of St. Matthew testifies, when the Lord Jesus was resurrected, many bodies of saints who had slept arose and appeared in the holy city. The Lord Jesus took captivity captive and emptied Abraham's Bosom!

This means that today, a medium or spiritualist can no longer contact a saint of God.  Today's mediums can only contact the spirits of the unjust, the lost souls who are in prisons of darkness awaiting judgment. And herein lies the danger for us. The Lord Jesus Himself warned us that in the last days (... the two spirits...) they would be so alike that they would deceive the Elect themselves if possible: religious people. The forgery will be expert. That is why we must examine each spiritual manifestation with two proofs, as if we were testing a counterfeit bill.

First, let's examine its "value." What does it produce? Brother Branham contrasts it in paragraphs 185 and 186, it says, "Now, look, the first thing you have to notice, everything... Look at his report. In the fifty-odd years of her divining and invoking the spirits of the dead, she has not once mentioned God, Christ, Divine Healing, deliverance, Judgment, or anything. That is nothing but entertainment and foolishness. But on this side, it's constantly God, Judgment, the Coming of Jesus, Divine Healing, God's Power, deliverance. Look at the value. You don't see fortune tellers or witches preaching the Gospel. What happens to people? Go! Look!"

Second, we examine its "backing." Does it align with the "mint" of God's Word? The Bible is our Mint Book. When you bring the works of spiritualism into the Bible, you will find that it is the witch of Endor. But when you bring in the Works of the Holy Spirit, you will find your backing in the infallible promise: "Jesus Christ the same yesterday, today, and forever." [Hebrews 13:8]

SECTION 4: OUR RESPONSE AS BELIEVERS

So how should we live in light of this intense reality? If demons work with such subtlety in the religious and physical spheres, what is our position as Children of God? Brother Branham's sermon concludes with one of the most powerful and practical lessons: a Divine Call to compassion and action.

Brother Branham shares a story that transforms this teaching into a tangible reality. While in Toledo, Ohio, he walked into a worldly restaurant and his heart was filled with indignation at the sight of the degradation. It describes an old lady, immodestly dressed, drinking, and acting in a way that deeply grieved him. His first reaction was that of a severe judgment. He confesses his thought at that time, we quote from paragraph 229: "Oh, God! God, why don't you just wipe this thing off the map completely? Why don't you do it?... I thought, 'God, how can Your holy justice tolerate it?'"

But just in that moment of condemnation, the Angel of the Lord corrected him. And God showed him a vision that should change our perspective forever. He saw that the only reason God's righteous Wrath does not consume the sinful world is because of a Divine "bumper": the Blood of Jesus Christ. He describes, we quote from paragraph 232: "And then the Blood of Jesus Christ acts for us as a bumper. Come here? That when I sin, my sins strike Him and shake His precious head, and I could see the tears and the Blood flowing. 'Forgive him, Father, he does not know what he is doing.'"

Seeing that the same grace that covered him, a saved sinner, was what sustained that woman, his heart was broken. Judgment turned into mercy. He says in paragraph 235: "That changed my mind. I said, 'Lord, have mercy.'"  Instead of leaving, he approached the woman and humbly told her the story of how he himself had condemned her in his heart, and how God had shown her his own error. He told her about the Blood that was holding God's Wrath from her and the decision she had to make. The result of that compassion? Brother Branham says in paragraph 240, and I quote, "That woman went off that chair there in that restaurant. We had a prayer meeting that you've never heard of in your life, and she came to Christ."

What a profound lesson! The conclusion is clear. Brother Branham tells us later in that same paragraph, "Do not condemn them; Share the gospel with them. They are possessed by the devil; They are mortal in this sphere. They are influenced from here. Our influence comes from Above. Let's see what we can do with our talents, to win others to Christ."  Our mission is not to be judges, but to be channels of the same Grace that rescued us. We must live humbly, with our hearts fixed on Christ, allowing Him to guide us. And let us always remember that, although demons work tirelessly, the Spirit of God advances with greater force to fight back, preparing us for the great final confrontation.

CONCLUSION

We've come to the end of today's episode, a deep journey into the heart of the spiritual battle. We have seen that demons are not just figures from ancient myths, but actual powers that operate subtly in our world, often donning themselves with the cloak of religion.

We learned a vital lesson about discernment: that a spiritual manifestation, such as rain falling on wheat and tares, is not the final test. The true test is the fruit that is produced and whether it is in perfect harmony with the Word of God, which is our infallible Urim and Thummim. We have seen how Satan counterfeits every gift and office of God, but we have also been equipped to recognize the true original.

We saw how Christ's victory on the cross forever altered the dynamics of the spirit world, taking captivity captive and securing His saints in glory, beyond the reach of any sorcery. And finally, this great truth leads us, not to pride or fear, but to a deep compassion for those who are still trapped by the enemy, calling us to be ambassadors of the Grace that saved us.

May this word help us to be alert, to discern spirits and, above all, to love our neighbor with the Love of Christ, knowing that the final victory has already been won on the cross of Calvary.

FINAL PRAYER

Let us pray together. Our Heavenly Father, we come before You, Lord, thankful for Your Word that is Light on our path. We ask Your forgiveness, Lord, for every time we, like Saul, have sought answers outside of You, or like Cain, we have offered religious worship, but without the right Revelation. Forgive us, Lord, for the times we have judged others, forgetting the immense Grace that forgave us.

Father, we ask You to open our spiritual eyes to recognize the tactics of the enemy, so that we will not be deceived by seductive spirits clothed in religiosity. Take away all pride from us and fill us with genuine love and compassion that will drive us to win the lost. We know that the demons of sickness and sin attack Your people, but we believe that at Calvary You provided a complete atonement for everything.

Allow each person who listens to be humble, to find Christ in the fullness of their heart, and to live a sober life in the Fear of God, ready to be used by You. We ask all of you in the precious and Almighty Name of our Lord Jesus Christ. Amen!

Hymn

"THE WORD OF GOD IS MY FOUNDATION"

(A)

Inside the church the wheat and tares grow in turn,

The rain that comes down from Hebrews Six with power,

To the just and the unfaithful he attends with apparent simplicity,

But only the fruit allows us to see.

A holy soul and a hypocrite may cry out,

But by their works they are to be judged.

(Chorus)

But it is not the emotion I feel, nor the cry in the congregation,

The Word of God is my Foundation, my Urim and Thummim of Revelation.

In His Promises my faith I sit, it is my only Salvation,

"Whoever hears and believes," says the Word, "already has life and redemption."

(B)

They confuse the gift of prophecy with the prophet in his calling,

And Saul in his sad agony went to Endor to inquire.

The devil stubbornly imitates the Work of God on every altar,

But the Word alone is our Guide, the Light that cannot fail.

(Chorus)

But it is not the emotion I feel, nor the cry in the congregation,

The Word of God is my Foundation, my Urim and Thummim of Revelation.

In His Promises my faith I sit, it is my only Salvation,

"Whoever hears and believes," says the Word, "already has life and redemption."

(Bridge)

Oh, what a victory at Calvary! Jesus descended into hell,

Abraham's bosom was emptied and the captives were set free.

The saints showed His Resurrection on the way,

And the veil of the sanctuary was torn forever.

(Chorus)

But it is not the emotion I feel, nor the cry in the congregation,

The Word of God is my Foundation, my Urim and Thummim of Revelation.

In His Promises my faith I sit, it is my only Salvation,

"Whoever hears and believes," says the Word, "already has life and redemption."

(C)

Therefore do not judge the soul in the snare of Satan with a strong hand,

Remember the Grace that heals you and offer Him the Bread from Christ.

By its fruits you can see the height and the root of the tree that is God's,

Let Love be your armor and the Gospel be your voice. Amen.

INTRODUCTION

Bienvenue, chers auditeurs et auditrices, à un nouvel épisode de « La parole parlée de Dieu ». Dans la communion la plus chaleureuse et l'amour du Christ, approfondissons les Écritures.

Dans ce nouvel épisode de cette occasion, nous allons explorer et passer en revue un thème profond et vital : « La démonologie, royaume religieux », prêché par le frère William Marrion Branham, un dimanche matin, le 9 juin 1953, à l'amphithéâtre de Roberts Park, à Connersville, dans l'Indiana. À travers les enseignements inspirés de Frère Branham, nous examinerons comment les forces spirituelles fonctionnent dans le monde, souvent d'une manière à laquelle nous ne nous attendons pas, surtout dans le domaine de la foi.

Hébreux 6:1-10

1 C'est pourquoi, laissant la parole du commencement dans la doctrine du Christ, nous avançons vers la perfection, ne posant pas de nouveau le fondement de la repentance des œuvres mortes et de la foi en Dieu,

2 De la doctrine du baptême, de l'imposition des mains, de la résurrection des morts et du jugement éternel.

3 Et c'est ce que nous ferons , si Dieu le permet.

4Car c'est impossible pour ceux qui ont été une fois éclairés, qui ont goûté le don céleste et qui ont été rendus participants du Saint-Esprit.

5 Et ils goûtèrent la bonne parole de Dieu, et les vertus du siècle à venir,

6 Et ils se retirèrent, se reconvertirent de nouveau à la repentance, crucifiant de nouveau le Fils de Dieu pour eux-mêmes, et l'exposant à l'opprobre.

7 Car le pays qui boit l'eau qui y est souvent tombée, et qui produit de l'herbe profitable à ceux dont il est cultivé, reçoit une bénédiction de Dieu.

8 Mais celui qui produit des épines et des chardons est réprouvé, et il est près d'une malédiction, dont la fin sera d'être brûlé.

9 Mais de toi, ô bien-aimés, nous attendons de meilleures choses et plus près de la santé, bien que nous parlions ainsi.

10 Car Dieu n'est pas injuste d'oublier ton œuvre et l'œuvre d'amour que tu as montrée en son nom, ayant assisté et aidant encore les saints.

Notre point de départ est une vérité fondamentale : nous vivons dans un monde qui est contrôlé par Satan. Pour cette raison, Frère Branham nous appelle à étudier la puissance des démons et ce qu'ils font aux gens, afin que notre foi soit fortifiée et que de grands signes et prodiges soient accomplis pour la gloire de Dieu. Beaucoup de gens, en entendant le mot « démon », pensent immédiatement au fanatisme. Mais la réalité est que les démons sont tout aussi réels que les anges. Et tout comme le Ciel est réel, l'enfer l'est aussi ; Aussi sûrement qu'il y a un vrai chrétien, il doit y avoir un hypocrite pour le personnifier.

Frère Branham nous enseigne que, quelle que soit la puissance d'une inspiration ou d'une vision, elle doit toujours être ancrée dans la Bible. Il déclare lui-même au paragraphe 29 de ce sujet que nous sommes en train de revoir : « 29... Mon éducation se limite à la septième année. Et alors... Et ça, j'ai quitté l'école il y a environ vingt-cinq ans, donc c'était il y a longtemps. Et je n'ai pas beaucoup d'éducation, mais tout ce que je sais, c'est ce que j'obtiens grâce à l'inspiration. Et si cette inspiration ne correspond pas à la Bible, alors c'est faux. Viens ici? Ce doit être la Bible. Quelle que soit l'inspiration, elle doit venir... C'est là le fondement de Dieu. Aucune autre base n'a été posée en dehors de celle-ci.

La Parole de Dieu est notre fondement immuable. Tout ce qui la contredit, même s'il vient d'un ange, doit être écarté. Comme l'a dit l'apôtre Paul, si un ange vous dit autre chose que ce qui est écrit : « Qu'il soit une malédiction pour vous ». C'est notre Urim et Thummim aujourd'hui, la Bible ; si une prophétie ou un rêve ne fait pas écho à la Bible de Dieu, alors il est faux.

SECTION 1 : LA CONTREFAÇON AU SEIN DE L'ÉGLISE

L'un des points les plus frappants que Frère Branham partage pour illustrer ce thème est une expérience personnelle qu'il a eue au début de sa marche avec les églises pentecôtistes. À un endroit appelé Mishawaka, dans l'Indiana, il a observé deux hommes qui, sous l'onction, semblaient identiques dans leur dévotion. Il raconte, et je cite le paragraphe 53 : « Quand l'Esprit descendait, ces hommes se levaient, parlaient en langues et criaient, et ils devenaient blancs autour de leur bouche. »  Et il ajoute : « Quand l'Esprit descendit, tous deux se levèrent, et tous deux crièrent, pleurèrent, glorifièrent le Seigneur, et parlèrent en langues et dansèrent. »

Cependant, ayant un don de discernement, Frère Branham a saisi l'esprit de chacun. Du premier, il témoigne, je cite le paragraphe 56 : « Un chrétien ! Cet homme était absolument un saint de Dieu. Mais à son grand étonnement, il a découvert quelque chose de très différent à propos du deuxième homme : « Mais ce qui est étrange, quand j'ai pris celui de l'autre homme, c'était le contraire. Il vivait toujours avec une femme qui n'était pas sa femme.  C'était un hypocrite.

Cela lui causa une profonde confusion qui le tourmenta pendant des années. Il se demandait comment le même Esprit pouvait se manifester dans un vrai croyant et un imposteur. Sa lutte intérieure était profonde car, pour lui, tout devait s'accorder avec la Bible. Il poursuit en disant au paragraphe 58 et en citant : « Je ne peux pas le voir dans la Bible, où cela pourrait être juste... Quand le Saint-Esprit descend sur cet homme, le Saint-Esprit descend sur cet homme, et l'un d'eux est un saint et l'autre est un hypocrite ; et je sais qu'il en est ainsi.

La réponse n'est pas venue immédiatement. C'est deux ou trois ans plus tard, alors qu'il était dans une grotte de prière, que le Seigneur lui a donné la Révélation. Le Seigneur l'a conduit à l'Écriture, plus précisément à l'épître aux Hébreux, chapitre 6, versets 7 et 8, où il a lu :

7 Car le pays qui boit l'eau qui y est souvent tombée, et qui produit de l'herbe profitable à ceux dont il est cultivé, reçoit une bénédiction de Dieu.

8 Mais celle qui produit des épines et des chardons est réprouvée, et elle est près de la malédiction ; dont la fin sera d'être brûlé.

C'était la clé. C'est une parabole puissante pour l'Église. La pluie de l'Esprit Saint est envoyée pour le « blé », pour les vrais Fils de Dieu. Mais les « mauvaises herbes », les hypocrites, les épines et les chardons qui sont dans le même champ, ont aussi soif que le blé. Frère Branham explique au paragraphe 63 : « Et la même pluie qui tombe sur le blé tombe sur l'ivraie. Et cette petite herbe vile se redressera comme ceci, et elle sera dans l'allégresse et dans l'allégresse, comme le petit blé se lèvera et se lèvera.

Le même Saint-Esprit peut bénir les justes et les injustes dans la même congrégation. Mais c'est là qu'intervient le discernement divin. Le véritable test n'est pas dans la manifestation extérieure, mais dans le fruit. Comme le Seigneur Jésus-Christ l'a dit dans Matthieu 7:16-20 :

16 C'est à leurs fruits que tu les reconnaîtras. Des raisins cueillis sur des épines, Ou des figues sur des chardons ?

17 C'est ainsi que tout bon arbre porte de bons fruits. Mais l'arbre méchant porte de mauvais fruits.

18 Un bon arbre ne peut pas porter de mauvais fruits, ni un mauvais arbre ne peut porter de bons fruits.

19 Tout arbre qui ne porte pas de bons fruits est coupé et jeté au feu.

20 C'est donc à leurs fruits que vous les reconnaîtrez.

Cela nous enseigne une leçon cruciale et éternelle. Notre salut et notre position devant Dieu ne sont pas basés sur des cris, des danses, des paroles en langues ou des émotions. Ces choses peuvent être authentiques, mais elles peuvent aussi être imitées. Le fondement de notre foi est inébranlable. Frère Branham le dit ainsi au paragraphe 67, il dit : «  Je ne suis donc pas sauvé aujourd'hui parce que je peux crier. Je ne suis pas sauvé parce que j'ai l'impression d'être sauvé. Je suis sauvé parce que j'ai accompli les conditions de Dieu dans cette Bible.  Et quelle est cette condition ? C'est la promesse qui nous a été faite par notre Seigneur Jésus-Christ dans Saint Jean 5:24 :

24 En vérité, en vérité, je vous le dis, celui qui écoute ma parole et croit en celui qui m'a envoyé a la vie éternelle, et il ne sera pas condamné, mais il passera de la mort à la vie.

C'est le rocher sur lequel nous nous trouvons.

SECTION 2 : LE DISCERNEMENT DES DONS ET DES FAUX PROPHÈTES

Pour naviguer dans ces eaux spirituelles, Frère Branham nous met en garde contre une confusion très courante, mais dangereuse, au sein de l'église : la différence entre les dons spirituels et les offices ministériels. Il est essentiel de comprendre qu'il y a une différence claire et biblique entre avoir le « don de prophétie » et être un « prophète » de Dieu, et c'est dans cette confusion que beaucoup d'esprits trompeurs trouvent leur place.

Il explique que l'erreur de nombreux groupes est qu'ils sont « ... faire prophètes de ces hommes et de choses qui ne sont pas prophètes.  Le don de prophétie est l'un des neuf dons de l'Esprit qui opère dans le Corps du Christ pour l'édification. Elle peut se manifester à travers n'importe quel croyant à n'importe quel moment. Frère Branham l'illustre de cette façon au paragraphe 70, et je cite : « Et je peux être sur cette femme ce soir, prophétie, il se peut qu'elle ne soit plus jamais pour le reste de sa vie. »  Et Paul nous enseigne dans 1 Corinthiens que tout le monde peut prophétiser un par un. Cependant, le fait que le don opère à travers quelqu'un ne fait pas de cette personne un prophète. Chaque prophétie, avant d'être reçue par l'Église, doit être jugée devant deux ou trois juges spirituels.

En contraste frappant, la fonction d'un prophète est un appel souverain et préordonné par Dieu. Il n'est pas reçu par l'imposition des mains ou par désir personnel. Frère Branham déclare avec insistance au paragraphe 69, et je cite : « Les prophètes sont nés. »  Et il ajoute, citant l'Écriture : « Les dons et les appels... sans repentance ». C'est la préordination de Dieu, dès l'enfant. Nous ne voyons jamais dans la Bible quelqu'un se tenir devant des prophètes comme Isaïe ou Moïse pour juger leur parole. En fait, lorsque Coré a essayé de discuter avec Moïse, Dieu lui-même est intervenu en ouvrant la terre. La marque distinctive de cette fonction est que « c'est la Parole de Dieu qui vient au prophète ». Nous en voyons un exemple clair dans le Nouveau Testament avec Agabus. Non seulement il a eu une révélation, mais il a agi dans son bureau, liant Paul de sa ceinture et déclarant avec autorité : « AINSI PARLE L'ÉTERNEL : celui qui porte cela sera enchaîné quand il viendra à Jérusalem. » C'est l'office d'un prophète, pas simplement un don en opération.

Et c'est là que la contrefaçon devient apparente. Satan contrefait tout ce que Dieu a établi. Dans l'Ancien Testament, Dieu s'est révélé de trois manières : par un prophète, un rêve, ou l'Urim et le Thummim (un pectoral sacré qui donnait une réponse directe de Dieu). Le diable, dans son empressement à imiter, a sa propre trinité de tromperie. Frère Branham souligne : « Et le diable contrefait chacun d'eux ; le sorcier, le faux prophète et celui qui regarde le miroir. Le sorcier ou devin est l'imitation du prophète de Dieu. La boule de cristal de la diseuse de bonne aventure est la copie démoniaque bon marché de l'urim et du thummim sacrés de Dieu.

Alors, quelle est notre sauvegarde aujourd'hui ? Quel est notre urim et notre thummim infaillibles pour éprouver les esprits ? La réponse est claire et puissante. Frère Branham déclare au paragraphe 99, et je cite : « Eh bien, alors, l'Urim et le Thummim d'aujourd'hui, c'est cette Bible. » De même que, dans les temps anciens, une prophétie était portée devant le pectoral du souverain sacrificateur et, si elle venait de Dieu, une lumière céleste brillait sur elle, de même aujourd'hui toute révélation doit être portée devant la lumière de la Parole. S'il ne s'aligne pas parfaitement, c'est qu'il est faux.  Il nous met en garde au paragraphe 103, et je cite : « Et si un homme donne une interprétation, donne un rêve, donne quelque chose de la Bible et, ou quelque chose d'autre, et qui ne s'accorde pas avec la Bible de Dieu, c'est faux. »  Frère Branham raconte l'histoire d'un prédicateur nommé Victor, dont la femme a fait un rêve qui justifiait apparemment sa vie d'adultère. Frère Branham a dit sans ambages, nous lisons le paragraphe 101, et je cite : « Victor, votre rêve était très charmant, mais le diable vous l'a donné. » Pourquoi ? demanda l'homme. Et Frère Branham a dit, et nous continuons à citer le paragraphe 102 : « Cela ne cadre pas avec la Parole de Dieu. »  C'est ce manque d'ancrage dans la Bible qui a causé tant de divisions. Les gens suivent une vision, un rêve, une langue, et ils finissent par créer des dénominations et de la confusion. La solution que Frère Branham nous donne est, et je cite le paragraphe 104 : « Vous devriez ramener cela à un fondement final, et c'est la Parole de Dieu. C'est vrai.

SECTION 3 : LE MONDE DES ESPRITS ET L'INFLUENCE DÉMONIAQUE

Pour comprendre la profondeur de l'opération démoniaque dans le domaine religieux, Frère Branham nous emmène à un passage biblique qui en a dérouté plus d'un : l'histoire du roi Saül et de la sorcière d'Endor dans 1 Samuel, chapitre 28. Saül s'était égaré par désobéissance. Dieu lui avait tourné le dos. L'Écriture dit dans 1 Samuel 28:6 :

6 Et Saül interrogea le Seigneur, mais le Seigneur ne lui répondit ni par des songes, ni par Urim , ni par des prophètes.

En désespoir de cause, où est-il allé ? Non pas à Dieu, mais à un canal du diable, à une femme avec un esprit de divination. Saül demanda à ce médium d'évoquer le prophète Samuel, qui était déjà mort. Et c'est là qu'il se passe quelque chose d'incroyable. Frère Branham est catégorique sur ce point, contrairement à ce que beaucoup enseignent, je cite le paragraphe 110 : « Mais la Bible dit que c'était Samuel, et c'était Samuel. » Ce n'était pas un démon qui le personnifiait. C'était le prophète Samuel, qui est apparu avec sa robe de prophète, conscient de ce qui se passait. Cela nous montre, comme le dit Frère Branham, au paragraphe 111, et je cite : « Alors, frère, quand vous mourez, vous n'êtes pas mort, vous vivez quelque part, ailleurs. »

Maintenant, la question cruciale est la suivante : comment une sorcière, un agent du diable, pourrait-elle invoquer un prophète de Dieu juste ? La réponse réside dans la différence entre l'Ancienne et la Nouvelle Alliance. Cela ne peut pas être fait aujourd'hui. Car le sang des bœufs et des chèvres n'attendait que le temps de l'accomplissement. Lorsqu'une personne juste mourait sous cette expiation animale, son âme ne montait pas directement à la Gloire de Dieu, mais allait dans un lieu d'attente appelé le Sein d'Abraham. C'est là qu'Abraham, Isaac, Jacob et tous les saints de l'Ancien Testament sont restés, attendant le Jour de la Rédemption. Le médium, opérant dans la sphère spirituelle, a pu pénétrer dans cet endroit et contacter Samuel.

Cependant, cela a radicalement changé, et pour toujours, avec la mort et la résurrection de notre Seigneur Jésus-Christ. Écoutez cette vérité glorieuse ! Quand le Seigneur Jésus est mort sur la croix, Il a pris nos péchés sur Lui. Et en tant que porteur du péché, il est descendu dans les parties les plus basses de la terre. Mais il n'a pas été vaincu. Frère Branham nous brosse un tableau glorieux, je cite le paragraphe 202 : « Il passa directement parmi les démons, droit dans l'enfer, prenant les clés de la mort et de l'enfer des mains du diable, les suspendant à son côté, recommençant son ascension. »  Dans Son ascension, Il est venu aux portes du Sein d'Abraham. Imaginez cette scène ! Les saints de l'attente d'autrefois. Frère Branham le décrit ainsi entre les paragraphes 205 et 208 : « Je l'entends frapper à la porte. Allons-y! L'aube se lève déjà à Jérusalem ; Nous devons sortir d'ici. Montons, parce que vous avez mis votre confiance dans le sang des taureaux et des boucs, en attendant le temps de Mon Sang. Mais Mon Sang a été versé là-bas sur le Calvaire... Nous sortons ! Alléluia! Et comme l'atteste le livre de saint Matthieu, lorsque le Seigneur Jésus est ressuscité, de nombreux corps de saints qui avaient dormi se sont levés et sont apparus dans la ville sainte. Le Seigneur Jésus a pris la captivité en captivité et a vidé le sein d'Abraham !

Cela signifie qu'aujourd'hui, un médium ou un spiritualiste ne peut plus contacter un saint de Dieu.  Les médiums d'aujourd'hui ne peuvent contacter que les esprits des injustes, des âmes perdues qui sont dans des prisons de ténèbres en attente de jugement. Et c'est là que réside le danger pour nous. Le Seigneur Jésus Lui-même nous a avertis que dans les derniers jours (... les deux esprits...) ils se ressembleraient tellement qu'ils tromperaient les élus eux-mêmes si possible : les religieux. La contrefaçon sera experte. C'est pourquoi nous devons examiner chaque manifestation spirituelle avec deux preuves, comme si nous testions un faux billet.

Tout d'abord, examinons sa « valeur ». Que produit-il ? Frère Branham contraste cela aux paragraphes 185 et 186, il dit : « Maintenant, regardez, la première chose que vous devez remarquer, tout... Regardez son rapport. Au cours des quelque cinquante années où elle a deviné et invoqué les esprits des morts, elle n'a pas une seule fois mentionné Dieu, le Christ, la guérison divine, la délivrance, le jugement ou quoi que ce soit. Ce n'est rien d'autre que du divertissement et de la bêtise. Mais de ce côté-ci, c'est constamment Dieu, le Jugement, la Venue de Jésus, la Guérison Divine, la Puissance de Dieu, la délivrance. Regardez le valeur. Vous ne voyez pas de diseurs de bonne aventure ou de sorcières prêcher l'Évangile. Qu'arrive-t-il aux gens ? Aller! Regardez !

Deuxièmement, nous examinons son « soutien ». S'aligne-t-il avec la « monnaie » de la Parole de Dieu ? La Bible est notre livre de la menthe. Lorsque vous apportez les œuvres du spiritisme dans la Bible, vous découvrirez qu'il s'agit de la sorcière d'Endor. Mais lorsque vous apportez les œuvres du Saint-Esprit, vous trouverez votre soutien dans la promesse infaillible : « Jésus-Christ est le même hier, aujourd'hui et éternellement. » [Hébreux 13:8]

SECTION 4 : NOTRE RÉPONSE EN TANT QUE CROYANTS

Alors, comment devrions-nous vivre à la lumière de cette réalité intense ? Si les démons travaillent avec tant de subtilité dans les sphères religieuses et physiques, quelle est notre position en tant qu'enfants de Dieu ? Le sermon de Frère Branham se termine par l'une des leçons les plus puissantes et les plus pratiques : un appel divin à la compassion et à l'action.

Frère Branham partage une histoire qui transforme cet enseignement en une réalité tangible. Alors qu'il était à Toledo, dans l'Ohio, il est entré dans un restaurant mondain et son cœur s'est rempli d'indignation à la vue de la dégradation. Il décrit une vieille dame, habillée de manière impudique, buvant et agissant d'une manière qui l'a profondément attristé. Sa première réaction fut celle d'un jugement sévère. Il avoue ce qu'il pensait à l'époque, nous citons le paragraphe 229 : « Oh, mon Dieu ! Mon Dieu, pourquoi ne rayes-tu pas complètement cette chose de la carte ? Pourquoi ne le faites-vous pas ?... Je me suis dit : 'Dieu, comment ta sainte justice peut-elle tolérer cela ?'"

Mais juste au moment de la condamnation, l'Ange du Seigneur l'a corrigé. Et Dieu lui a montré une vision qui devrait changer notre perspective pour toujours. Il a vu que la seule raison pour laquelle la juste colère de Dieu ne consume pas le monde pécheur est à cause d'un « pare-chocs » divin : le sang de Jésus-Christ. Il décrit, nous citons le paragraphe 232 : « Et alors le sang de Jésus-Christ agit pour nous comme un pare-chocs. Viens ici? Que lorsque je pèche, mes péchés Le frappent et secouent Sa précieuse tête, et je pouvais voir les larmes et le Sang couler. « Pardonne-lui, Père, il ne sait pas ce qu'il fait. »

Voyant que la même grâce qui le couvrait, lui qui était un pécheur sauvé, était ce qui soutenait cette femme, son cœur était brisé. Le jugement s'est transformé en miséricorde. Il dit au paragraphe 235 : « Cela m'a fait changer d'avis. J'ai dit : 'Seigneur, aie pitié.'  Au lieu de partir, il s'approcha de la femme et lui raconta humblement comment il l'avait lui-même condamnée dans son cœur, et comment Dieu lui avait montré sa propre erreur. Il lui parla du Sang qui retenait la colère de Dieu et de la décision qu'elle devait prendre. Le résultat de cette compassion ? Frère Branham dit au paragraphe 240, et je cite : « Cette femme est tombée de sa chaise là dans ce restaurant. Nous avons eu une réunion de prière dont vous n'avez jamais entendu parler de votre vie, et elle est venue à Christ.

Quelle leçon profonde ! La conclusion est sans appel. Frère Branham nous dit plus loin dans ce même paragraphe : « Ne les condamnez pas ; Partagez l'Évangile avec eux. Ils sont possédés par le diable ; Ils sont mortels dans ce domaine. C'est à partir d'ici qu'ils sont influencés. Notre influence vient d'en haut. Voyons ce que nous pouvons faire avec nos talents, pour gagner les autres à Christ.  Notre mission n'est pas d'être des juges, mais d'être des canaux de la même Grâce qui nous a sauvés. Nous devons vivre humblement, le cœur fixé sur le Christ, en nous laissant guider par lui. Et souvenons-nous toujours que, bien que les démons travaillent sans relâche, l'Esprit de Dieu avance avec plus de force pour riposter, nous préparant à la grande confrontation finale.

CONCLUSION

Nous sommes arrivés à la fin de l'épisode d'aujourd'hui, un voyage profond au cœur de la bataille spirituelle. Nous avons vu que les démons ne sont pas seulement des figures de mythes anciens, mais de véritables pouvoirs qui opèrent subtilement dans notre monde, se revêtant souvent du manteau de la religion.

Nous avons appris une leçon vitale sur le discernement : qu'une manifestation spirituelle, comme la pluie tombant sur le blé et l'ivraie, n'est pas l'épreuve finale. Le vrai test est le fruit qui est produit et s'il est en parfaite harmonie avec la Parole de Dieu, qui est notre urim et notre thummim infaillibles. Nous avons vu comment Satan contrefait tous les dons et tous les offices de Dieu, mais nous avons aussi été équipés pour reconnaître le véritable original.

Nous avons vu comment la victoire du Christ sur la croix a changé à jamais la dynamique du monde des esprits, emmenant la captivité en captivité et sécurisant ses saints dans la gloire, hors de portée de toute sorcellerie. Et finalement, cette grande vérité nous conduit, non pas à l'orgueil ou à la peur, mais à une profonde compassion pour ceux qui sont encore piégés par l'ennemi, nous appelant à être des ambassadeurs de la Grâce qui nous a sauvés.

Que cette parole nous aide à être vigilants, à discerner les esprits et, surtout, à aimer notre prochain de l'amour du Christ, sachant que la victoire finale a déjà été remportée sur la croix du Calvaire.

PRIÈRE FINALE

Prions ensemble. Notre Père céleste, nous venons devant Toi, Seigneur, reconnaissants pour Ta Parole qui est Lumière sur notre chemin. Nous Te demandons pardon, Seigneur, car chaque fois que, comme Saul, nous avons cherché des réponses en dehors de Toi, ou comme Caïn, nous avons offert un culte religieux, mais sans la bonne Révélation. Pardonne-nous, Seigneur, pour les fois où nous avons jugé les autres, oubliant l'immense Grâce qui nous a pardonné.

Père, nous Te demandons d'ouvrir nos yeux spirituels pour reconnaître la tactique de l'ennemi, afin que nous ne soyons pas trompés par des esprits séducteurs revêtus de religiosité. Enlevez-nous tout orgueil et remplissez-nous d'un amour et d'une compassion authentiques qui nous pousseront à gagner ceux qui sont perdus. Nous savons que les démons de la maladie et du péché attaquent ton peuple, mais nous croyons qu'au Calvaire, tu as fourni une expiation complète pour tout.

Permets à chaque personne qui écoute d'être humble, de trouver Christ dans la plénitude de son cœur, et de vivre une vie sobre dans la crainte de Dieu, prête à être utilisée par Toi. Nous vous le demandons à tous dans le Nom précieux et Tout-Puissant de notre Seigneur Jésus-Christ. Amen!

Hymne

« LA PAROLE DE DIEU EST MON FONDEMENT »

(A)

À l'intérieur de l'église, le blé et l'ivraie poussent tour à tour,

La pluie qui tombe avec puissance d'Hébreux six,

Aux justes et aux infidèles, il s'adresse avec une apparente simplicité,

Mais seul le fruit nous permet de voir.

Une âme sainte et un hypocrite peuvent s'écrier :

Mais c'est par leurs œuvres qu'il faut les juger.

(Refrain)

Mais ce n'est pas l'émotion que je ressens, ni le cri dans l'assemblée,

La Parole de Dieu est mon Fondement, mon Urim et mon Thummim de Révélation.

Dans Ses Promesses je suis ma foi, c'est mon seul Salut,

« Celui qui entend et croit, dit la Parole, a déjà la vie et la rédemption. »

(B)

Ils confondent le don de prophétie avec le prophète dans son appel,

Et Saül, dans sa triste agonie, alla trouver Endor pour s'informer.

Le diable imite obstinément l'Œuvre de Dieu sur chaque autel,

Mais la Parole seule est notre Guide, la Lumière qui ne peut pas faillir.

(Refrain)

Mais ce n'est pas l'émotion que je ressens, ni le cri dans l'assemblée,

La Parole de Dieu est mon Fondement, mon Urim et mon Thummim de Révélation.

Dans Ses Promesses je suis ma foi, c'est mon seul Salut,

« Celui qui entend et croit, dit la Parole, a déjà la vie et la rédemption. »

(Pont)

Oh, quelle victoire au Calvaire ! Jésus est descendu aux enfers,

Le sein d'Abraham fut vidé et les captifs furent libérés.

Les saints ont montré Sa Résurrection sur le chemin,

Et le voile du sanctuaire fut déchiré pour toujours.

(Refrain)

Mais ce n'est pas l'émotion que je ressens, ni le cri dans l'assemblée,

La Parole de Dieu est mon Fondement, mon Urim et mon Thummim de Révélation.

Dans Ses Promesses je suis ma foi, c'est mon seul Salut,

« Celui qui entend et croit, dit la Parole, a déjà la vie et la rédemption. »

(C)

Ne jugez donc pas l'âme dans le piège de Satan d'une main forte,

Souvenez-vous de la Grâce qui vous guérit et offrez-Lui le Pain du Christ.

Par ses fruits, vous pouvez voir la hauteur et la racine de l'arbre qui est à Dieu,

Que l'Amour soit votre armure et que l'Évangile soit votre voix. Amen.

INTRODUÇÃO

Bem-vindos, queridos ouvintes, a mais um episódio de "A Palavra Falada de Deus". Na mais calorosa comunhão e amor de Cristo, vamos nos aprofundar nas Escrituras.

Neste novo episódio desta ocasião, vamos explorar e revisar um tema profundo e vital: "Demonologia, Reino Religioso", pregado pelo irmão William Marrion Branham, em uma manhã de domingo , 9 de junho de 1953, no Anfiteatro Roberts Park, Connersville, Indiana. Através dos ensinamentos inspirados do irmão Branham, examinaremos como as forças espirituais trabalham no mundo, muitas vezes de maneiras que não esperamos, especialmente no reino da fé.

Hebreus 6:1-10

1 Portanto, deixando a palavra do princípio na doutrina de Cristo, prosseguimos para a perfeição, não lançando de novo o fundamento do arrependimento de obras mortas e da fé em Deus,

2 Da doutrina dos batismos, e da imposição de mãos, e da ressurreição dos mortos, e do juízo eterno.

3 E isso faremos , de fato, se Deus permitir.

4Pois é impossível para aqueles que uma vez foram iluminados e provaram o dom celestial e se tornaram participantes do Espírito Santo.

5 E provaram a boa palavra de Deus e as virtudes do mundo vindouro,

6 E eles recuaram, renovando-se novamente para o arrependimento, crucificando novamente o Filho de Deus para si mesmos, e expondo-o ao opróbrio.

7 Pois a terra que bebe a água que muitas vezes caiu sobre ela, e produz erva proveitosa para aqueles de quem é lavrada, recebe uma bênção de Deus.

8 Mas o que produz espinhos e abrolhos é perverso, e está perto de uma maldição, cujo fim será ser queimado.

9 Mas de ti, ó amados, esperamos coisas melhores e mais próximas da saúde, embora assim falemos.

10 Pois Deus não é injusto para se esquecer de sua obra e do trabalho de amor que você mostrou em seu nome, tendo assistido e ainda ajudando os santos.

Nosso ponto de partida é uma verdade fundamental: vivemos em um mundo controlado por Satanás. Por esta razão, o irmão Branham nos chama a estudar o poder dos demônios e o que eles fazem com as pessoas, para que nossa fé seja fortalecida e grandes sinais e maravilhas sejam realizados para a glória de Deus. Muitas pessoas, ouvindo a palavra "demônio", imediatamente pensam em fanatismo. Mas a realidade é que os demônios são tão reais quanto os anjos. E assim como o céu é real, o inferno também é; Tão certo quanto há um cristão genuíno, deve haver um hipócrita para personificá-lo.

O irmão Branham nos ensina que não importa quão poderosa seja uma inspiração ou visão, ela deve sempre estar ancorada na Bíblia. Ele mesmo afirma no parágrafo 29 deste tópico que estamos revisando: "29... Minha educação é limitada à sétima série. De forma que... E isso, eu deixei a escola há cerca de vinte e cinco anos, então foi há muito tempo. E eu não tenho muita educação, mas tudo o que sei é o que recebo através da inspiração. E se essa inspiração não se encaixa com a Bíblia, então está errada. Vem cá? Tem que ser a Bíblia. Não importa qual seja a inspiração, ela tem que vir... Aqui está o fundamento de Deus. Nenhum outro fundamento foi estabelecido além disso.

A Palavra de Deus é nosso fundamento imutável. Qualquer coisa que a contradiga, mesmo que venha de um anjo, deve ser descartada. Como disse o apóstolo Paulo, se um anjo vos disser outra coisa além do que está escrito: "Que ele vos seja maldição". Este é o nosso Urim e Tumim hoje, a Bíblia; se uma profecia ou um sonho não ecoa com a Bíblia de Deus, então é falso.

SEÇÃO 1: FALSIFICAÇÃO DENTRO DA IGREJA

Um dos pontos mais marcantes que o irmão Branham compartilha para ilustrar esse tema é uma experiência pessoal que ele teve no início de sua caminhada com as igrejas pentecostais. Em um lugar chamado Mishawaka, Indiana, ele observou dois homens que, sob a unção, pareciam idênticos em sua devoção. Ele relata, e cito o parágrafo 53: "Quando o Espírito caiu, aqueles homens se levantavam e falavam em línguas e gritavam, e ficavam brancos ao redor de suas bocas".  E acrescenta: "Quando o Espírito caiu, ambos se levantaram, e ambos gritaram, clamaram e glorificaram ao Senhor, falaram em línguas e dançaram".

No entanto, tendo um dom de discernimento, o irmão Branham captou o espírito de cada um. Do primeiro, ele testifica, cito o parágrafo 56: "Um homem cristão! Aquele homem era absolutamente um santo de Deus. Mas, para sua surpresa, ele descobriu algo muito diferente sobre o segundo homem: "Mas a parte estranha, quando peguei a do outro homem, foi o oposto. Ele ainda estava morando com uma mulher que não era sua esposa.  Ele era um hipócrita.

Isso lhe causou uma profunda confusão que o atormentou por anos. Ele se perguntou, como poderia o mesmo Espírito se manifestar em um verdadeiro crente e um impostor? Sua luta interna foi profunda porque, para ele, tudo tinha que se encaixar na Bíblia. Ele continua dizendo no parágrafo 58 e cita: "Não consigo ver isso na Bíblia, onde isso pode estar certo ... Quando o Espírito Santo está caindo sobre este homem, o Espírito Santo cai sobre aquele homem, e um deles é um santo e o outro é um hipócrita; e eu sei que é assim.

A resposta não veio imediatamente. Foi dois ou três anos depois, enquanto ele estava em uma caverna de oração, que o Senhor lhe deu a Revelação. O Senhor o levou às Escrituras, especificamente Hebreus, capítulo 6, versículos 7 e 8, onde ele leu:

7 Pois a terra que bebe a água que muitas vezes caiu sobre ela, e produz erva proveitosa para aqueles de quem é lavrada, recebe uma bênção de Deus.

8 Mas a que produz espinhos e abrolhos é reprovada e está perto da maldição; cujo fim será ser queimado.

Essa foi a chave. Esta é uma parábola poderosa para a Igreja. A chuva do Espírito Santo é enviada para o "trigo", para os genuínos Filhos de Deus. Mas o "joio" - os hipócritas, espinhos e abrolhos que estão no mesmo campo - estão tão sedentos quanto o trigo. O irmão Branham explica no parágrafo 63: "E a mesma chuva que cai sobre o trigo cai sobre o joio. E aquela pequena erva daninha vil ficará em pé assim, e se alegrará e se alegrará, assim como o pequeno trigo se levantará e se levantará.

O mesmo Espírito Santo pode abençoar os justos e os injustos na mesma congregação. Mas é aqui que vem o discernimento divino. O verdadeiro teste não está na manifestação externa, mas no fruto. Como o Senhor Jesus Cristo disse em Mateus 7:16-20:

16 Pelos seus frutos os conhecereis; são colhidas uvas dos espinhos, ou figos dos abrolhos?

17 Assim, toda árvore boa dá bons frutos; mas a árvore perversa dá frutos ruins.

18 Uma árvore boa não pode dar frutos ruins, nem uma árvore ruim pode dar bons frutos.

19 Toda árvore que não dá bom fruto é cortada e lançada no fogo.

20 Portanto, pelos seus frutos os conhecereis.

Isso nos ensina uma lição crucial e eterna. Nossa salvação e posição diante de Deus não se baseiam em gritar, dançar, falar em línguas ou sentir uma emoção. Essas coisas podem ser genuínas, mas também podem ser imitadas. O fundamento de nossa fé é imutável. O irmão Branham afirma assim no parágrafo 67, ele diz: " Então eu não estou salvo hoje porque posso gritar. Eu sou salvo não porque eu sinto que estou salvo. Estou salvo porque cumpri as condições de Deus desta Bíblia."  E qual é essa condição? É a promessa que nos foi dada por nosso Senhor Jesus Cristo em São João 5:24:

24 Em verdade, em verdade vos digo que quem ouve a minha palavra e crê naquele que me enviou tem a vida eterna, e não entrará em condenação, mas passará da morte para a vida.

Essa é a Rocha em que estamos.

SEÇÃO 2: DISCERNIMENTO DE DONS E FALSOS PROFETAS

Para navegar nessas águas espirituais, o irmão Branham nos adverte sobre uma confusão muito comum, mas perigosa, dentro da igreja: a diferença entre dons espirituais e ofícios ministeriais. É fundamental entender que há uma diferença clara e bíblica entre ter o "dom de profecia" e ser um "profeta" de Deus, e é nessa confusão que muitos espíritos enganadores encontram seu lugar.

Ele explica que o erro de muitos grupos é que eles são "... fazendo profetas daqueles homens e de coisas que não são profetas."  O dom de profecia é um dos nove dons do Espírito que opera no Corpo de Cristo para edificação. Pode se manifestar através de qualquer crente a qualquer momento. O irmão Branham ilustra isso desta forma no parágrafo 70, e cito: "E eu posso estar sobre esta mulher esta noite, profecia, pode nunca mais ser pelo resto de sua vida".  E Paulo nos ensina em 1 Coríntios que todos podem profetizar um por um. No entanto, o fato de o dom operar por meio de alguém não faz dessa pessoa um profeta. Toda profecia, antes de ser recebida pela igreja, deve ser julgada diante de dois ou três juízes espirituais.

Em contraste, o ofício de profeta  é um chamado soberano e preordenado por Deus. Não é recebido pela imposição de mãos ou por desejo pessoal. O irmão Branham afirma enfaticamente no parágrafo 69, e cito: "Profetas nascem".  E acrescenta, citando as Escrituras: "'Dons e chamados... sem arrependimento'. É a preordenação de Deus, desde a infância." Nunca vemos na Bíblia alguém diante de profetas como Isaías ou Moisés para julgar sua palavra. De fato, quando Corá tentou argumentar com Moisés, o próprio Deus interveio abrindo a terra. A marca distintiva deste ofício é que "É a Palavra de Deus que vem ao profeta". Vemos um exemplo claro no Novo Testamento com Ágabo. Ele não apenas tinha uma Revelação, mas agiu em Seu ofício, amarrando Paulo com Seu cinto e declarando com autoridade: "ASSIM DIZ O SENHOR: O homem que o vestir será acorrentado quando chegar a Jerusalém." Esse é o ofício de um profeta, não apenas um dom em operação.

E é aqui que a falsificação se torna aparente. Satanás falsifica todas as coisas reais que Deus estabeleceu. No Antigo Testamento, Deus se revelou de três maneiras: por meio de um profeta, um sonho ou o Urim e Tumim (um peitoral sagrado que deu uma resposta direta de Deus). O diabo, em sua ânsia de imitar, tem sua própria trindade de engano. O irmão Branham aponta: "E o diabo falsifica cada um deles; o feiticeiro, o falso profeta e aquele que olha para o espelho." O feiticeiro ou adivinho é a imitação do profeta de Deus. A bola de cristal da cartomante é a cópia barata e demoníaca do santo Urim e Tumim de Deus.

Então, qual é a nossa salvaguarda hoje? Qual é o nosso infalível Urim e Tumim para testar os espíritos? A resposta é clara e poderosa. O irmão Branham afirma no parágrafo 99, e cito: "Agora, então, o Urim e Tumim hoje é esta Bíblia". Assim como nos tempos antigos uma profecia era levada diante do peitoral do sumo sacerdote e, se era de Deus, uma Luz Celestial brilhava sobre ela, hoje qualquer revelação deve ser trazida diante da Luz da Palavra. Se não se alinhar perfeitamente, é falso.  Ele nos adverte no parágrafo 103, e cito: "E se um homem dá uma interpretação, dá um sonho, dá algo da Bíblia e, ou outra coisa, e isso não se encaixa com a Bíblia de Deus, isso é falso".  O irmão Branham conta a história de um pregador chamado Victor, cuja esposa teve um sonho que aparentemente justificou sua vida de adultério. O irmão Branham disse sem rodeios, lemos o parágrafo 101, e cito: "Victor, seu sonho foi muito encantador, mas o diabo o deu a você". Por quê? o homem perguntou. E o irmão Branham disse, e continuamos a citar o parágrafo 102: "Não se enquadra com a Palavra de Deus".  É essa falta de ancoragem na Bíblia que causou tanta divisão. As pessoas seguem uma visão, um sonho, uma linguagem, e acabam criando denominações e confusão. A solução que o irmão Branham nos dá é, e cito o parágrafo 104: "Você deve trazê-lo de volta a um fundamento final, e essa é a Palavra de Deus. Isso é verdade."

SEÇÃO 3: O MUNDO ESPIRITUAL E A INFLUÊNCIA DEMONÍACA

Para entender a profundidade da operação demoníaca na esfera religiosa, o irmão Branham nos leva a uma passagem bíblica que tem confundido muitos: a história do rei Saul e da feiticeira de Endor em 1 Samuel, capítulo 28. Saul havia se desviado pela desobediência. Deus lhe deu as costas. A Escritura diz em 1 Samuel 28:6:

6 E Saul consultou o Senhor, mas o Senhor não lhe respondeu por sonhos, nem por Urim , nem por profetas.

Em total desespero, para onde ele foi? Não para Deus, mas para um canal do diabo, para uma mulher com espírito de adivinhação. Saul pediu a esse médium que mencionasse o profeta Samuel, que já havia morrido. E aqui algo incrível acontece. O irmão Branham é enfático neste ponto, ao contrário do que muitos ensinam, cito o parágrafo 110: "Mas a Bíblia diz que foi Samuel, e foi Samuel." Não era um demônio personificando-o. Era o profeta Samuel, que apareceu com seu manto de profeta, ciente do que estava acontecendo. Isso nos mostra, como diz o irmão Branham, no parágrafo 111, e cito: "Então, irmão, quando você morre, você não está morto, você está vivendo em algum lugar, em outro lugar".

Agora, a questão crucial é: como poderia uma bruxa, um agente do diabo, convocar um profeta justo de Deus? A resposta está na diferença entre a Antiga e a Nova Aliança. Isso não pode ser feito hoje. Pois o sangue de bois e bodes estava apenas esperando o tempo de cumprimento. Quando uma pessoa justa morria sob essa expiação animal, sua alma não ascendia diretamente à Glória de Deus, mas ia para um lugar de espera chamado Seio de Abraão. Ali permaneceram Abraão, Isaac, Jacó e todos os santos do Antigo Testamento, esperando o Dia da Redenção. O médium, operando na esfera espiritual, conseguiu invadir aquele lugar e entrar em contato com Samuel.

No entanto, isso mudou radicalmente, e para sempre, com a morte e ressurreição de nosso Senhor Jesus Cristo. Ouça esta gloriosa verdade! Quando o Senhor Jesus morreu na cruz, Ele levou nossos pecados sobre Si mesmo. E como portador de pecados, ele desceu às partes mais baixas da terra. Mas ele não foi derrotado. O irmão Branham pinta um quadro glorioso para nós, cito o parágrafo 202: "Ele passou diretamente entre os demônios, direto para o inferno, tomando as chaves da morte e do inferno do diabo, pendurando-as ao Seu lado, começando Sua ascensão novamente."  Em Sua ascensão, Ele chegou às portas do seio de Abraão. Imagine essa cena! Os santos da velha espera. O irmão Branham descreve desta forma entre os parágrafos 205 e 208: "Eu posso ouvi-lo batendo à porta. Vamos! O amanhecer já está rompendo em Jerusalém; temos que sair daqui. Subamos, porque confiaste no sangue de touros e de bodes, esperando o tempo do Meu Sangue. Mas o Meu Sangue foi derramado lá no Calvário... Nós vamos sair!" Aleluia! E como o livro de São Mateus testifica, quando o Senhor Jesus ressuscitou, muitos corpos de santos que haviam dormido se levantaram e apareceram na cidade santa. O Senhor Jesus levou cativo o cativeiro e esvaziou o seio de Abraão!

Isso significa que hoje, um médium ou espírita não pode mais entrar em contato com um santo de Deus.  Os médiuns de hoje só podem entrar em contato com os espíritos dos injustos, as almas perdidas que estão nas prisões das trevas aguardando julgamento. E aqui reside o perigo para nós. O próprio Senhor Jesus nos advertiu que nos últimos dias (... os dois espíritos...) eles seriam tão parecidos que enganariam os próprios eleitos, se possível: pessoas religiosas. A falsificação será especializada. É por isso que devemos examinar cada manifestação espiritual com duas provas, como se estivéssemos testando uma nota falsa.

Primeiro, vamos examinar seu "valor". O que ele produz? O irmão Branham contrasta isso nos parágrafos 185 e 186, diz: "Agora, veja, a primeira coisa que você tem que notar, tudo... Olhe para o relatório dele. Nos cinquenta e tantos anos de sua adivinhação e invocação dos espíritos dos mortos, ela não mencionou uma única vez Deus, Cristo, Cura Divina, libertação, Julgamento ou qualquer coisa. Isso não passa de entretenimento e tolice. Mas deste lado, é constantemente Deus, Julgamento, a Vinda de Jesus, Cura Divina, o Poder de Deus, libertação. Olhe para o valor. Você não vê adivinhos ou bruxas pregando o Evangelho. O que acontece com as pessoas? Ir! Olhe!"

Em segundo lugar, examinamos seu "apoio". Ele se alinha com a "hortelã" da Palavra de Deus? A Bíblia é o nosso Livro da Casa da Moeda. Quando você traz as obras do espiritismo para a Bíblia, você descobrirá que é a bruxa de Endor. Mas quando você traz as Obras do Espírito Santo, você encontrará seu apoio na promessa infalível: "Jesus Cristo é o mesmo ontem, hoje e eternamente". [Hebreus 13:8]

SEÇÃO 4: NOSSA RESPOSTA COMO CRENTES

Então, como devemos viver à luz dessa realidade intensa? Se os demônios trabalham com tanta sutileza nas esferas religiosa e física, qual é a nossa posição como Filhos de Deus? O sermão do irmão Branham termina com uma das lições mais poderosas e práticas: um Chamado Divino à compaixão e à ação.

O irmão Branham compartilha uma história que transforma esse ensinamento em uma realidade tangível. Enquanto estava em Toledo, Ohio, ele entrou em um restaurante mundano e seu coração se encheu de indignação ao ver a degradação. Descreve uma senhora idosa, vestida de forma imodesta, bebendo e agindo de uma maneira que o entristeceu profundamente. Sua primeira reação foi a de um julgamento severo. Ele confessa seu pensamento naquela época, citamos do parágrafo 229: "Oh, Deus! Deus, por que você simplesmente não apaga essa coisa do mapa completamente? Por que você não faz isso?... Eu pensei: 'Deus, como pode Sua santa justiça tolerar isso?'"

Mas justamente naquele momento de condenação, o Anjo do Senhor o corrigiu. E Deus mostrou a ele uma visão que deve mudar nossa perspectiva para sempre. Ele viu que a única razão pela qual a justa ira de Deus não consome o mundo pecaminoso é por causa de um "pára-choque" divino: o Sangue de Jesus Cristo. Ele descreve, citamos o parágrafo 232: "E então o Sangue de Jesus Cristo age por nós como um pára-choques. Vem cá? Que quando eu peco, meus pecados O atingem e balançam Sua preciosa cabeça, e eu pude ver as lágrimas e o Sangue fluindo. 'Perdoe-o, Pai, ele não sabe o que está fazendo.'"

Vendo que a mesma graça que o cobria, um pecador salvo, era o que sustentava aquela mulher, seu coração estava partido. O julgamento se transformou em misericórdia. Ele diz no parágrafo 235: "Isso mudou minha mente. Eu disse: 'Senhor, tenha misericórdia.'"  Em vez de sair, ele se aproximou da mulher e humildemente contou-lhe a história de como ele mesmo a condenara em seu coração, e como Deus lhe mostrara seu próprio erro. Ele contou a ela sobre o Sangue que estava segurando a Ira de Deus e a decisão que ela teve que tomar. O resultado dessa compaixão? O irmão Branham diz no parágrafo 240, e cito: "Aquela mulher saiu daquela cadeira ali naquele restaurante. Tivemos uma reunião de oração da qual você nunca ouviu falar em sua vida, e ela veio a Cristo."

Que lição profunda! A conclusão é clara. O irmão Branham nos diz mais tarde no mesmo parágrafo: "Não os condene; Compartilhe o evangelho com eles. Eles estão possuídos pelo diabo; Eles são mortais nesta esfera. Eles são influenciados a partir daqui. Nossa influência vem do Alto. Vamos ver o que podemos fazer com nossos talentos, para ganhar outros para Cristo."  Nossa missão não é ser juízes, mas ser canais da mesma Graça que nos resgatou. Devemos viver humildemente, com o coração fixo em Cristo, permitindo que Ele nos guie. E lembremo-nos sempre de que, embora os demônios trabalhem incansavelmente, o Espírito de Deus avança com maior força para revidar, preparando-nos para o grande confronto final.

CONCLUSÃO

Chegamos ao final do episódio de hoje, uma jornada profunda no coração da batalha espiritual. Vimos que os demônios não são apenas figuras de mitos antigos, mas poderes reais que operam sutilmente em nosso mundo, muitas vezes se vestindo com o manto da religião.

Aprendemos uma lição vital sobre discernimento: que uma manifestação espiritual, como a chuva caindo sobre o trigo e o joio, não é o teste final. O verdadeiro teste é o fruto que é produzido e se está em perfeita harmonia com a Palavra de Deus, que é o nosso infalível Urim e Tumim. Vimos como Satanás falsifica todos os dons e ofícios de Deus, mas também fomos equipados para reconhecer o verdadeiro original.

Vimos como a vitória de Cristo na cruz alterou para sempre a dinâmica do mundo espiritual, levando cativo o cativeiro e protegendo Seus santos na glória, além do alcance de qualquer feitiçaria. E, finalmente, esta grande verdade nos leva, não ao orgulho ou ao medo, mas a uma profunda compaixão por aqueles que ainda estão presos pelo inimigo, chamando-nos a ser embaixadores da Graça que nos salvou.

Que esta palavra nos ajude a estar alertas, a discernir os espíritos e, sobretudo, a amar o próximo com o Amor de Cristo, sabendo que a vitória final já foi conquistada na cruz do Calvário.

ORAÇÃO FINAL

Rezemos juntos. Nosso Pai Celestial, viemos diante de Ti, Senhor, agradecidos por Tua Palavra que é Luz em nosso caminho. Pedimos perdão, Senhor, pois toda vez que nós, como Saulo, buscamos respostas fora de Ti, ou como Caim, oferecemos adoração religiosa, mas sem a Revelação correta. Perdoe-nos, Senhor, pelas vezes em que julgamos os outros, esquecendo a imensa Graça que nos perdoou.

Pai, pedimos-Te que abras os nossos olhos espirituais para reconhecer as táticas do inimigo, para que não sejamos enganados por espíritos sedutores revestidos de religiosidade. Tire todo o orgulho de nós e encha-nos de amor e compaixão genuínos que nos levarão a ganhar os perdidos. Sabemos que os demônios da doença e do pecado atacam o Teu povo, mas cremos que no Calvário Tu providenciaste uma expiação completa por tudo.

Permita que cada pessoa que ouve seja humilde, encontre Cristo na plenitude de seu coração e viva uma vida sóbria no Temor de Deus, pronta para ser usada por Ti. Pedimos a todos vocês no precioso e Todo-Poderoso Nome de nosso Senhor Jesus Cristo. Amém!

Hino

"A PALAVRA DE DEUS É O MEU FUNDAMENTO"

(UMA)

Dentro da igreja, o trigo e o joio crescem por sua vez,

A chuva que desce de Hebreus Seis com poder,

Aos justos e aos infiéis ele atende com aparente simplicidade,

Mas só o fruto nos permite ver.

Uma alma santa e um hipócrita podem clamar,

Mas por suas obras eles devem ser julgados.

(Refrão)

Mas não é a emoção que sinto, nem o clamor na congregação,

A Palavra de Deus é meu Fundamento, meu Urim e Tumim de Revelação.

Em Suas promessas minha fé eu me sento, é minha única salvação,

"Quem ouve e crê", diz a Palavra, "já tem vida e redenção".

(B)

Eles confundem o dom de profecia com o profeta em seu chamado,

E Saul, em sua triste agonia, foi a Endor para perguntar.

O demônio teimosamente imita a Obra de Deus em cada altar,

Mas somente a Palavra é nosso Guia, a Luz que não pode falhar.

(Refrão)

Mas não é a emoção que sinto, nem o clamor na congregação,

A Palavra de Deus é meu Fundamento, meu Urim e Tumim de Revelação.

Em Suas promessas minha fé eu me sento, é minha única salvação,

"Quem ouve e crê", diz a Palavra, "já tem vida e redenção".

(Ponte)

Oh, que vitória no Calvário! Jesus desceu ao inferno,

O seio de Abraão foi esvaziado e os cativos foram libertados.

Os santos mostraram Sua Ressurreição no caminho,

E o véu do santuário foi rasgado para sempre.

(Refrão)

Mas não é a emoção que sinto, nem o clamor na congregação,

A Palavra de Deus é meu Fundamento, meu Urim e Tumim de Revelação.

Em Suas promessas minha fé eu me sento, é minha única salvação,

"Quem ouve e crê", diz a Palavra, "já tem vida e redenção".

(C)

Portanto, não julgueis a alma no laço de Satanás com mão forte,

Recorda-te da Graça que te cura e oferece-Lhe o Pão de Cristo.

Pelos seus frutos podeis ver a altura e a raiz da árvore que é de Deus,

Deixe o Amor ser sua armadura e o Evangelho seja sua voz. Amém.