Deuteronomio 4:15-24:

15Guardad pues mucho vuestras almas: pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego:

16Porque no os corrompáis, y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra,

17Figura de algún animal que sea en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire,

18Figura de ningún animal que vaya arrastrando por la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra:

19Y porque alzando tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, no seas incitado, y te inclines a ellos, y les sirvas; que Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.

20Empero a vosotros Jehová os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que le seáis por pueblo de heredad como en este día.

21Y Jehová se enojó contra mí sobre vuestros negocios, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra, que Jehová tu Dios te da por heredad.

22Así que yo voy a morir en esta tierra; y no paso el Jordán: mas vosotros pasaréis, y poseeréis aquella buena tierra.

23Guardaos no os olvidéis del pacto de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y os hagáis escultura o imagen de cualquier cosa, que Jehová tu Dios te ha vedado.

24Porque Jehová tu Dios es fuego que consume, Dios celoso.

Jeremías 17:7-10:

7Bendito el varón que se fía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.

8Porque él será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viniere el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de hacer fruto.

9Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?

10Yo Jehová, que escudriño el corazón, que pruebo los riñones, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.

1 Juan 4:7-12:

7Carísimos, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Cualquiera que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.

8El que no ama, no conoce a Dios; porque Dios es amor.

9En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

10En esto consiste el amor: no que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó a nosotros, y ha enviado a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

11Amados, si Dios así nos ha amado, debemos también nosotros amarnos unos a otros.

12Ninguno vio jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios está en nosotros, y su amor es perfecto en nosotros:

13En esto conocemos que estamos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.

14Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo para ser Salvador del mundo.

Introducción

Imagina a un padre amoroso que cuida tiernamente a sus hijos, pero que al mismo tiempo, no tolera el daño que se hacen entre sí. Así es nuestro Padre Dios: lleno de Amor incondicional, pero también firme en su Santidad y Justicia.

La Biblia nos revela que “Dios es Amor” (1 Juan 4:8), una verdad que abraza nuestro corazón con ternura y esperanza. Sin embargo, no podemos encerrar a Dios en una sola cualidad, como si fuera un ser humano común. Él es mucho más: es majestuoso en Su esencia y perfecto en cada atributo.

Dios es como un fuego que consume (Deuteronomio 4:24), un fuego puro y santo que no puede convivir con el pecado. Su amor ardiente por nosotros lo lleva a ser celoso, no en un sentido posesivo, sino en un deseo apasionado de recibir nuestro amor y devoción en retorno.

Este estudio nos invita a descubrir los matices del carácter divino: Su justicia impecable, Su santidad incomparable y Su soberanía indiscutible. Cada atributo complementa Su Amor, revelando un Dios completo y perfecto.

En este camino de exploración, aprenderemos cómo la Misericordia de Dios se entrelaza con Su Justicia, y cómo Su Amor infinito se manifiesta en juicio sobre la humanidad. Así, descubriremos no solo un Dios amoroso, sino un Dios que demanda nuestra reverencia y obediencia.

Acompáñanos en este viaje de descubrimiento y reflexión, donde encontraremos un amor que transforma vidas pero que también llama al arrepentimiento y a la rendición total. Prepárate para explorar la grandeza de nuestro Dios, quien, siendo amor, nos llama a vivir en Su Temor y a experimentar Su Gracia transformadora.

Dios es Amor y Fuego Consumidor

El concepto de Dios como un “Fuego Consumidor” está arraigado en Su naturaleza Santa y Pura, que no puede tolerar el pecado ni la impureza. Deuteronomio 4:24, dice: “Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.” Este fuego representa Su Juicio sobre el mal y Su Presencia Santificadora. Esta poderosa declaración se encuentra en el contexto del pacto de Dios con Israel. Aquí, el fuego consumidor simboliza la Pasión Divina y la Santidad Absoluta de Dios. Él es Celoso en el sentido de que demanda lealtad exclusiva y pura adoración.

En el Nuevo Testamento, se reafirma el concepto de Dios como un Fuego Consumidor. Hebreos 12:28-29, dice así la Palabra de Dios: “Así que, tomando el reino inmóvil, retengamos la Gracia por la cual sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; Porque nuestro Dios es fuego consumidor.” Esta referencia resalta la Santidad y el Poder Purificador de Dios. Su Presencia es como un Fuego que quema todo lo que no está en línea con Su Voluntad.

En Isaías se describe la Santidad de Dios como el Fuego Consumidor que separa a los justos de los pecadores. Isaías 33:14, dice: “Los pecadores en Sion se asombraron; el temblor sorprendió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros habitará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?”  Solo aquellos que son puros y rectos pueden estar en Su Presencia.

En el capítulo 6 de Isaías, él en una visión se da cuenta de la Santidad de Dios, y se siente indigno debido a sus propios pecados y los del pueblo al que pertenece.  Isaías reconoce su pecado y su condición de impureza, especialmente al haber visto al Rey, Jehová de los ejércitos. Sin embargo, un serafín, un tipo de ángel celestial, toma un carbón encendido del altar con unas tenazas y lo toca sobre los labios de Isaías. Este acto simboliza la purificación de Isaías de su culpa y pecado. El gesto del serafín representa un acto simbólico de limpieza y perdón, mostrando la misericordia de Dios hacia Isaías. Esto indica que Dios está dispuesto a perdonar y restaurar a aquellos que reconocen sus pecados y buscan su perdón. El Fuego de Dios nos purifica y nos libra tal y como libró del pecado al profeta Isaías.

Malaquías utiliza la imagen de un fuego purificador para describir la venida del Señor. Malaquías 3:2-3, dice la Palabra de Dios: “Pero ¿quién soportará el día de su venida? ¿O quién podrá mantenerse en pie cuando él aparezca? Porque él es como fuego purificador y como jabón de lavadores. Se sentará como fundidor y purificador de plata; purificará a los hijos de Leví, los refinando como a oro y plata. Así traerán al Señor ofrendas justas.” Este fuego refina y purifica a Su pueblo, eliminando impurezas y dejando solo lo que es digno del Señor.

Pablo utiliza la imagen del fuego para ilustrar el juicio de Dios sobre las obras de los creyentes. 1 Corintios 3:13-15, dice la Palabra de Dios: “La obra de cada uno se hará evidente; porque el día la dará a conocer, pues con fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permanece la obra de alguno que ha edificado sobre el fundamento, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quema, él sufrirá pérdida; si bien él mismo será salvo, aunque así como a través del fuego.” Aquí vemos cómo el fuego consume lo que no es duradero ni digno del Señor.

Con estas escrituras se demuestra que Dios es un Fuego Consumidor en el sentido de Su Santidad, Juicio y Poder Purificador. Su Presencia no puede coexistir con el pecado o la impureza. Sin embargo, este Fuego también tiene un propósito Redentor: purifica y refina a Su Pueblo para que puedan vivir en comunión con Él. Es importante entender esta verdad para reconocer la necesidad de arrepentimiento y purificación en nuestras vidas, confiando en el perdón y la Gracia de Dios que nos transforma a vasos útiles para Su Gloria.

Dios es Amor y Celoso

El término “celo” cuando se aplica a Dios no implica envidia o inseguridad, como en los seres humanos, sino que refleja Su Exclusividad en el Amor y la Adoración que demanda de Su Pueblo.

Éxodo 34:14 es una declaración poderosa de la exclusividad que Dios demanda en la adoración. “Porque no te inclinarás a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, es Dios celoso.”  Él es Celoso en el sentido de que requiere lealtad total y no tolera el pecado de idolatría. Por más Amor que el Señor sienta por un Hijo Suyo, no le dejará pasar este pecado abominable.

En Deuteronomio 6:15, aquí Dios se presenta como Celoso en defensa de Su Pueblo. “Porque Jehová tu Dios está en medio de ti como Dios celoso; para que no se inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra.” Él desea protegerlos del peligro de apartarse de Él hacia la idolatría y el pecado.

Josué advierte al pueblo sobre la seriedad de servir a un Dios celoso. Esto lo encontramos en Josué 24:19: “Josué dijo al pueblo: No podréis servir a Jehová, porque él es Dios santo, y Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados.” Dios no tolera la rebelión y el pecado, y espera fidelidad absoluta.

En los Diez Mandamientos, Dios revela Su celo por Su pueblo al prohibir la adoración de otros dioses.  Éxodo 20:5, dice: “No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen.” Él desea una relación exclusiva y verdadera con Su pueblo.

Leemos en Zacarías 1:14, en donde se muestra el amor apasionado y protector de Dios por Su pueblo. Su Celo es una expresión de Su profundo amor y cuidado. “Y el ángel me dijo: Clama diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celosamente amo a Sion, me celo por ella con gran celo.”

Por tanto, el Celo de Dios es una manifestación de Su Amor Exclusivo y Su Deseo de una relación íntima con Su Pueblo. Él no comparte Su Gloria con otros dioses ni tolera la infidelidad espiritual. Sin embargo, este Celo también demuestra Su Compromiso de proteger, guiar y bendecir a aquellos que lo aman y lo siguen fielmente. Como resultado, debemos responder a Su Celo con obediencia y devoción, reconociendo que Él es el Único Digno de nuestra adoración y servicio exclusivos.

Dios es Amor y Justo

La Justicia de Dios es fundamental en Su Carácter. Él siempre actúa de acuerdo con lo que es moralmente correcto y verdadero, y Su Justicia es perfecta y sin parcialidad.

Salmo 89:14 se destaca que la justicia es el fundamento del Gobierno de Dios. Su Trono está establecido sobre la base de la rectitud y la verdad. “Justicia y juicio son el cimiento de tu Trono; misericordia y verdad van delante de tu Rostro.”

Aquí en Deuteronomio 32:4 se destaca la perfección y la rectitud de Dios. No hay injusticia ni iniquidad en Él; Sus Caminos son siempre correctos y verdaderos. “Él es la Roca, cuya obra es Perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en Él; es Justo y Recto.” Este versículo describe a Dios como una “Roca”, simbolizando su estabilidad, solidez e inmutabilidad. La declaración de que “su obra es Perfecta” significa que todo lo que Dios hace es completo y sin defectos. Se enfatiza que todos los caminos de Dios son rectos, es decir, justos y correctos. Además, se dice que Dios es “Dios de verdad”, lo que significa que es totalmente veraz y fiable en todas sus acciones y promesas. Finalmente, se afirma que en Dios no hay iniquidad ni injusticia; Él es completamente justo y recto en todo lo que hace.

Este versículo resalta la naturaleza Divina de Dios como el Ser supremamente Justo, Fiable y sin defecto alguno, ofreciendo una imagen de su Carácter y conducta moral impecables.

Salmo 145:17, dice la Palabra de Dios: “Justo es Jehová en todos sus caminos, y misericordioso en todas sus obras.”  Este versículo destaca dos atributos clave de Dios según el salmista:

• Justicia: El salmista proclama que Jehová es Justo en todos sus caminos. Esto significa que Dios actúa de manera moralmente correcta y conforme a su carácter perfecto. Su Justicia implica que trata a cada persona con equidad y rectitud, cumpliendo sus promesas y castigando el pecado de manera justa.

• Misericordia: Además de ser Justo, Dios es Misericordioso en todas sus obras. La Misericordia de Dios implica compasión, bondad y disposición a perdonar y a mostrar Gracia a aquellos que no merecen. A pesar de nuestra imperfección y pecado, Dios demuestra su Amor y compasión a través de su Misericordia.

Este versículo resalta la combinación perfecta de la Justicia y la Misericordia en el Carácter de Dios. Mientras Dios es Justo y trata con rectitud, también muestra compasión y perdón hacia aquellos que se acercan a Él en humildad y arrepentimiento. Es una declaración de confianza en la Naturaleza Divina de Dios como el Gobernante Supremo cuyos caminos son Perfectos y llenos de Amor.

Romanos 2:5-6, dice la Palabra de Dios: “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el Día de la Ira y de la Revelación del Justo Juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras.” Pablo habla de la Justicia de Dios que se revelará en el Juicio Final. Aquellos que persisten en el pecado enfrentarán Su Justo Juicio.  Por lo tanto, al reflexionar sobre Romanos 2:5-6 desde la perspectiva del Amor de Dios, podemos ver incluso en su Juicio, Dios actúa con Amor y Misericordia. Su Deseo es que nos acerquemos a Él, experimentemos su Gracia y vivamos en obediencia a Su Voluntad, siendo transformados por Su Amor Redentor.

1 Juan 1:9 nos muestra cómo la justicia de Dios se manifiesta en Su Capacidad para perdonar nuestros pecados cuando nos arrepentimos y confesamos. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” Este versículo Él perdona de manera justa y fiel. La Justicia de Dios es inseparable de Su Carácter Amoroso y Misericordioso. Él es el Estándar Supremo de lo que es correcto y verdadero, y siempre actúa de acuerdo con Su Naturaleza Santa. Aunque Su Justicia demanda un castigo por el pecado, Su Misericordia y Gracia se ofrecen a través de Jesucristo, quien pagó el precio por nuestros pecados en la cruz. La respuesta adecuada a la Justicia de Dios es buscar vivir en obediencia y confiar en Su Provisión de Salvación por medio de Cristo.

Dios es Amor y Santo

La Santidad de Dios es otro de sus atributos fundamentales, en el cual se describe Su Pureza, Perfección moral y separación absoluta del pecado. Es un aspecto central de Su Carácter Divino.

Isaías 6:3 este versículo es una visión de Isaías en la que los serafines proclaman la Santidad de Dios. “Y el uno al otro clamaba, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.” La repetición de la palabra “Santo” tres veces resalta la incomparable pureza de Dios, en todas Sus Manifestaciones o Venidas a esta Tierra.

Levítico 19:2, aquí Dios instruye a Su Pueblo a ser santos porque Él es Santo.

“Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque Santo soy Yo Jehová vuestro Dios.” La Santidad es un reflejo de Su Naturaleza Divina.

Este Salmo 99:9 enfatiza la Santidad de Dios como motivo de adoración y reverencia. “Exaltad a Jehová nuestro Dios, y postraos ante Su Santo monte; porque Jehová nuestro Dios es Santo.”

1 Pedro 1:15-16, dice: “Sino, como aquel que os llamó es Santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque Yo soy Santo.” Pedro hace un llamado a los creyentes a vivir vidas santas, siguiendo el ejemplo de Dios que es Santo.

En este próximo pasaje apocalíptico, los seres celestiales proclaman la Santidad Eterna de Dios. Dice Apocalipsis 4:8: “Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.”

La santidad de Dios implica que Él es completamente Puro y libre de cualquier forma de mal. Su Santidad es la base de Su Justicia y Amor. La Biblia nos llama a vivir vidas santas en respuesta a la Santidad de Dios. Esto implica apartarnos del pecado y buscar la comunión con Él. La Santidad de Dios también es un recordatorio de Su incomparable Grandeza y Perfección, que nos lleva a adorarlo con temor y reverencia.

Dios es Amor y Se Aíra

Aunque Dios es Amoroso y Paciente, también es Justo y su Ira se enciende contra el pecado y la maldad. Su Ira es una Manifestación de Su Santidad y Su Juicio sobre el mal.

Romanos 1:18, Pablo explica que la ira de Dios se manifiesta contra la impiedad y la injusticia. “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad.” Dios aborrece el pecado y Su Ira es una respuesta justa a la rebelión humana.

Efesios 5:6, aquí se advierte sobre las consecuencias de la desobediencia: la Ira de Dios. “Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la Ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.”  La Ira Divina es una realidad seria para aquellos que rechazan la verdad y viven en pecado.

Colosenses 3:5-6, estos versículos refuerzan la idea de que la Ira de Dios está dirigida hacia aquellos que persisten en la desobediencia y el pecado. “Amortiguad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, molicie, mala concupiscencia, y avaricia, que es idolatría: Por las cuales cosas la Ira de Dios viene sobre los hijos de rebelión.”

Apocalipsis 6:16-17, este pasaje describe el temor y la angustia de aquellos que enfrentan la Ira final de Dios en el Juicio Final. “Y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?”

Nahúm describe la ira de Dios como parte de Su carácter justo y poderoso. Nahúm 1:2-3, dice: “Dios es Celoso, y Jehová se venga; Jehová se venga, y es lleno de furor; Jehová se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable.” Aunque lento para la ira, Dios finalmente ejecutará Su Juicio sobre los culpables.

La Ira de Dios es un aspecto de Su Justicia y Santidad. Aunque Él es paciente y lento para la Ira, Su Ira se enciende contra el pecado y la maldad. La Biblia nos advierte sobre las consecuencias de vivir en desobediencia y rebelión contra Dios. Sin embargo, también ofrece esperanza: a través de Jesucristo, podemos encontrar perdón y salvación de la ira venidera al arrepentirnos y poner nuestra fe en Él. La Ira de Dios nos recuerda Su Soberanía y Su Carácter Santo, y nos llama a vivir en obediencia y temor reverente del Señor.

Conclusión

Hemos explorado la maravillosa verdad de que Dios es Amor, pero también hemos visto que Su Amor está intrínsecamente ligado a otros atributos sagrados. Dios no es solo Amor; Él es Santo, Justo, Celoso, Fuego Consumidor y también se aíra contra el pecado.

La Santidad de Dios significa que Él es completamente Puro y sin mancha. Su Justicia demanda que el pecado sea confrontado y juzgado. Su Celosía es un reflejo de Su Deseo apasionado por una relación genuina y exclusiva con nosotros. Como Fuego Consumidor, Su Presencia purifica y juzga lo que es impuro. Y Su Ira es una respuesta justa y necesaria ante la rebelión y la maldad.

Sin embargo, no debemos malinterpretar Su Amor infinito como una excusa para vivir en pecado. Como dice Jeremías 17:9, “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” Nuestro corazón puede engañarnos creyendo que podemos abusar de la Gracia de Dios, ignorando Su Santidad y Justicia.

El equilibrio de los Atributos de Dios nos muestra la seriedad de nuestra relación con Él. Su Amor nos llama al arrepentimiento y a una vida santa. No podemos separar Su Amor de Su Justicia, ni Su Gracia de Su Celosía. Dios nos ama tanto que envió a Su Hijo Jesucristo para que muriera por nuestros pecados, pero esto no significa que podemos vivir sin tener en cuenta Su Santa Voluntad.

Por lo tanto, recordemos que el Amor de Dios nos llama a obedecer Su Palabra y vivir de acuerdo con Su Voluntad. No abusamos de Su Amor, sino que respondemos a Él con gratitud y reverencia. Que nuestra vida refleje no solo el gozo de Su Amor, sino también el respeto y la devoción hacia Su Santidad y Justicia. Que busquemos conocerlo más profundamente y amarlo con todo nuestro corazón, mente y fuerzas, sabiendo que Él es digno de toda honra y adoración.

En Dios encontramos el equilibrio perfecto entre Amor y Verdad, entre Gracia y Justicia. Que Su Amor nos inspire a vivir vidas que le honren y glorifiquen en todo momento. Amén.

Que el Señor Jesucristo te continúe bendiciendo hoy, mañana y por siempre. ¡Amén!

Deuteronomy 4:15-24:

15 Therefore guard your souls, for you saw no figure on the day that the LORD spoke to you out of the midst of the fire.

16 For do not be corrupt, but make for yourselves a graven image, an image of any figure, an effigy of male or female,

17 A winged bird in the air, a winged bird in the air,

18 A figure of no beast crawling on the earth, a figure of a fish in the water under the earth.

19 And when you lift up your eyes to heaven, and see the sun and the moon and the stars, and all the host of heaven, do not be stirred up, and bow down to them and serve them; that the LORD your God has granted them to all peoples under all the heavens.

20But the LORD has taken you and brought you out of the iron furnace out of Egypt, that you may be an inheriting people to him as this day.

21 And the LORD was angry with me about your affairs, and swore that I would not cross the Jordan, nor enter the good land, which the LORD your God is giving you as an inheritance.

22So I am going to die in this land; and I do not pass over the Jordan, but you will pass over, and possess that good land.

23Do not forget the covenant of the LORD your God, which he established with you, and make yourselves a graven image or an image of anything, which the LORD your God has forbidden you.

24For the LORD your God is a consuming fire, a jealous God.

Jeremiah 17:7-10:

7Blessed is the man who trusts in the LORD, and whose trust is the LORD.

8For he will be like a tree planted by the waters, which will take root by the stream, and will not see when the heat comes, but its leaf will be green; and in the year of drought it shall not be weary, nor shall it cease to bear fruit.

9The heart is deceitful above all things, and desperately wicked; Who will know him?

10 I am the LORD, who searches the heart, who tests the kidneys, to give to each one according to his way, according to the fruit of his works.

1 John 4:7-12:

7Dearest, let us love one another; for love is from God. Anyone who loves, is born of God, and knows God.

8He who does not love does not know God; because God is love.

9 In this God's love for us was shown, in that God sent his only begotten Son into the world that we might live through him.

10This is love, not that we loved God, but that he loved us, and sent his Son to be the propitiation for our sins.

11Beloved, if God has thus loved us, we must also love one another.

12No one ever saw God. If we love one another, God is in us, and His love is perfect in us:

13By this we know that we are in him, and he in us, that he has given us of his Spirit.

14 And we have seen and testify that the Father has sent the Son to be the Savior of the world.

Introduction

Imagine a loving father who tenderly cares for his children, but at the same time, does not tolerate the harm they do to each other. This is our Father God: full of unconditional Love, but also firm in His Holiness and Justice.

The Bible reveals to us that "God is Love" (1 John 4:8), a truth that embraces our hearts with tenderness and hope. However, we cannot enclose God in a single quality, as if He were an ordinary human being. He is so much more: He is majestic in His essence and perfect in every attribute.

God is like a consuming fire (Deuteronomy 4:24), a pure and holy fire that cannot coexist with sin. His burning love for us leads him to be jealous, not in a possessive sense, but in a passionate desire to receive our love and devotion in return.

This study invites us to discover the nuances of divine character: His impeccable justice, His matchless holiness, and His undisputed sovereignty. Each attribute complements His Love, revealing a complete and perfect God.

On this path of exploration, we will learn how God's Mercy is intertwined with His Justice, and how His infinite Love manifests itself in judgment upon humanity. Thus, we will discover not only a loving God, but a God who demands our reverence and obedience.

Join us on this journey of discovery and reflection, where we will find a love that transforms lives but also calls for repentance and total surrender. Get ready to explore the greatness of our God, who, being love, calls us to live in His Fear and experience His transforming Grace.

God is Love and Consuming Fire

The concept of God as a "Consuming Fire" is rooted in His Holy and Pure nature, which cannot tolerate sin or impurity. Deuteronomy 4:24 says, "For the Lord thy God is a consuming fire, a jealous God." This fire represents His Judgment on evil and His Sanctifying Presence. This powerful statement is in the context of God's covenant with Israel. Here, the consuming fire symbolizes the Divine Passion and the Absolute Holiness of God. He is Jealous in the sense that he demands exclusive loyalty and pure worship.

In the New Testament, the concept of God as a Consuming Fire is reaffirmed. Hebrews 12:28-29 says: "Therefore, taking the kingdom standing still, let us retain the grace by which we serve God, pleasing him with fear and reverence; For our God is a consuming fire." This reference highlights God's Holiness and Purifying Power. His Presence is like a Fire that burns everything that is not in line with His Will.

In Isaiah, the Holiness of God is described as the Consuming Fire that separates the righteous from the sinners. Isaiah 33:14 says, "The sinners in Zion were astonished; The tremor surprised the hypocrites. Which of us will dwell with the consuming fire? Which of us will dwell with the eternal flames?"  Only those who are pure and righteous can be in His Presence.

In Isaiah chapter 6, he in a vision realizes the holiness of God, and feels unworthy because of his own sins and those of the people to which he belongs.  Isaiah acknowledges his sin and his uncleanness, especially when he saw the King, Jehovah of hosts. However, a seraphim, a type of heavenly angel, takes a burning coal from the altar with tongs and touches it on Isaiah's lips. This act symbolizes Isaiah's purification of his guilt and sin. The seraphim's gesture represents a symbolic act of cleansing and forgiveness, showing God's mercy toward Isaiah. This indicates that God is willing to forgive and restore those who acknowledge their sins and seek His forgiveness. The Fire of God purifies us and frees us just as it freed the prophet Isaiah from sin.

Malachi uses the image of a cleansing fire to describe the coming of the Lord. Malachi 3:2-3, God's Word says, "But who will endure the day of his coming? Or who will be able to stand when he appears? For he is like a purifying fire and like the soap of washers. He will sit as a smelter and purifier of silver; He will purify the sons of Levi, refining them as gold and silver. In this way they will bring righteous offerings to the Lord." This fire refines and purifies His people, removing impurities and leaving only what is worthy of the Lord.

Paul uses the image of fire to illustrate God's judgment on the works of believers. 1 Corinthians 3:13-15, God's Word says, "Each man's work will be made evident; for the day shall make it known, for it shall be revealed with fire; and the work of every man whatsoever it may be, the fire shall test. If the work of one who has built on the foundation remains, he will receive a reward. If anyone's work is burned, he will suffer loss; yet he himself shall be saved, though as through fire." Here we see how fire consumes that which is neither lasting nor worthy of the Lord.

These scriptures demonstrate that God is a Consuming Fire in the sense of His Holiness, Judgment, and Purifying Power. His Presence cannot coexist with sin or impurity. However, this Fire also has a redemptive purpose: it purifies and refines His People so that they can live in communion with Him. It is important to understand this truth in order to recognize the need for repentance and purification in our lives, trusting in God's forgiveness and Grace that transforms us into useful vessels for His Glory.

God is Love and Jealous

The term "zeal" when applied to God does not imply envy or insecurity, as in human beings, but reflects His Exclusivity in the Love and Worship He demands of His People.

Exodus 34:14 is a powerful statement of the exclusivity God demands in worship. "For thou shalt not bow down to any other god, for the Lord, whose name is Jealous, is a jealous God."  He is Jealous in the sense that He requires total loyalty and does not tolerate the sin of idolatry. No matter how much Love the Lord feels for a Son of His, He will not let this abominable sin pass.

In Deuteronomy 6:15, here God presents Himself as Jealous in defense of His people. "For the Lord thy God is in thee as a jealous God; lest the wrath of the LORD thy God be kindled against thee, and destroy thee from upon the earth." He desires to protect them from the danger of turning away from Him into idolatry and sin.

Joshua warns the people about the seriousness of serving a jealous God. We find this in Joshua 24:19: "Joshua said to the people, 'You will not be able to serve the Lord, for he is a holy God, and a jealous God; He will not suffer your transgressions and your sins." God does not tolerate rebellion and sin, and expects absolute faithfulness.

In the Ten Commandments, God reveals His zeal for His people by forbidding the worship of other gods.  Exodus 20:5 says, "You shall not bow down to them, nor honor them; for I am the LORD your God, strong, jealous, visiting the iniquity of the fathers upon the children to the third and fourth generation of those who hate me." He desires an exclusive and true relationship with His people.

We read in Zechariah 1:14, which shows God's passionate and protective love for His people. His zeal is an expression of His deep love and care. "And the angel said unto me, Cry out, saying, Thus saith the Lord of hosts: I love Zion zealously, and am jealous for her with great zeal."

Therefore, God's Zeal is a manifestation of His Exclusive Love and His Desire for an intimate relationship with His People. He does not share His glory with other gods nor does He tolerate spiritual infidelity. However, this Zeal also demonstrates His Commitment to protect, guide, and bless those who love Him and follow Him faithfully. As a result, we must respond to His Zeal with obedience and devotion, recognizing that He is the One Worthy of our exclusive worship and service.

God is Love and Righteous

God's Justice is fundamental to His Character. He always acts in accordance with what is morally right and true, and His Justice is perfect and unbiased.

Psalm 89:14 emphasizes that righteousness is the foundation of God's government. His Throne is established on the basis of righteousness and truth. "Justice and judgment are the foundation of your Throne; mercy and truth go before your face."

Here in Deuteronomy 32:4 God's perfection and righteousness are highlighted. There is no unrighteousness or iniquity in Him; His Ways are always right and true. "He is the Rock, whose work is Perfect, for all his ways are righteous; God of truth, and without any iniquity in Him; it is Just and Righteous." This verse describes God as a "Rock," symbolizing His stability, solidity, and immutability. The statement that "His work is Perfect" means that everything God does is complete and flawless. It is emphasized that all of God's ways are righteous, that is, just and right. In addition, God is said to be "God of truth," meaning that He is totally truthful and trustworthy in all His actions and promises. Finally, it is affirmed that in God there is neither iniquity nor injustice; He is completely righteous and upright in everything He does.

This verse highlights God's Divine nature as the supremely Just, Trustworthy, and flawless Being, offering a picture of His impeccable Character and moral conduct.

Psalm 145:17, God's Word says, "The Lord is righteous in all his ways, and merciful in all his works."  This verse highlights two key attributes of God according to the psalmist:

• Righteousness: The psalmist proclaims that Jehovah is Righteous in all his ways. This means that God acts morally right and in accordance with His perfect disposition. His Justice implies that He treats each person fairly and righteously, keeping His promises and punishing sin fairly.

• Mercy: In addition to being Just, God is Merciful in all His works. God's Mercy involves compassion, kindness, and a willingness to forgive and show Grace to those who do not deserve it. Despite our imperfection and sin, God demonstrates His Love and compassion through His Mercy.

This verse highlights the perfect combination of Justice and Mercy in God's Character. While God is Just and deals righteously, He also shows compassion and forgiveness toward those who approach Him in humility and repentance. It is a declaration of confidence in the Divine Nature of God as the Supreme Ruler whose ways are Perfect and full of Love.

Romans 2:5-6, God's Word says, "But because of your hardness and your unrepentant heart, you store up for yourself wrath for the Day of Wrath and the Revelation of God's Righteous Judgment, which He will repay to each one according to his works." Paul speaks of God's righteousness that will be revealed at the Last Judgment. Those who persist in sin will face His Righteous Judgment.  Therefore, as we reflect on Romans 2:5-6 from the perspective of God's Love, we can see even in His Judgment, God acts with Love and Mercy. His Desire is for us to draw near to Him, experience His Grace, and live in obedience to His Will, being transformed by His Redeeming Love.

1 John 1:9 shows us how God's justice is manifested in His ability to forgive our sins when we repent and confess. "If we confess our sins, he is faithful and just to forgive us our sins and cleanse us from all unrighteousness." This verse He forgives justly and faithfully. God's Justice is inseparable from His Loving and Merciful Character. He is the Supreme Standard of what is right and true, and He always acts in accordance with His Holy Nature. Although His Justice demands punishment for sin, His Mercy and Grace are offered through Jesus Christ, who paid the price for our sins on the cross. The proper response to God's Justice is to seek to live in obedience and trust in His Provision of Salvation through Christ.

God is Love and Holy

God's holiness is another of His fundamental attributes, which describes His Purity, moral perfection, and absolute separation from sin. It is a central aspect of His Divine Disposition.

Isaiah 6:3 This verse is a vision of Isaiah in which the seraphim proclaim the holiness of God. "And they cried unto one another, saying, Holy, holy, holy, the Lord of hosts; the whole earth is full of his glory." The repetition of the word "Holy" three times highlights the incomparable purity of God, in all His Manifestations or Comings to this Earth.

Leviticus 19:2, here God instructs His people to be holy because He is holy.

"Speak to all the congregation of the children of Israel, and say to them, 'You shall be holy, for I am the Lord your God.'"Holiness is a reflection of His Divine Nature.

This Psalm 99:9 emphasizes the holiness of God as a cause for worship and reverence. "Exalt the Lord our God, and bow down before His holy mountain; for the LORD our God is holy."

1 Peter 1:15-16 says, "But since he who called you is holy, be ye also holy in all your way of life; for it is written, 'Be holy, for I am holy.'"Peter calls believers to live holy lives, following the example of God who is holy.

In this next apocalyptic passage, heavenly beings proclaim the Eternal Holiness of God. Revelation 4:8 says, "And the four living creatures each had six wings, and round about and within were full of eyes; and they did not cease day and night to say, Holy, holy, holy is the Lord God Almighty, who was, who is, and who is to come.'"

God's holiness implies that He is completely Pure and free from any form of evil. His Holiness is the basis of His Justice and Love. The Bible calls us to live holy lives in response to the holiness of God. This involves turning away from sin and seeking fellowship with Him. God's Holiness is also a reminder of His incomparable Greatness and Perfection, leading us to worship Him with awe and reverence.

God is Love and He Will Be Angry

Although God is Loving and Patient, He is also Righteous and His Wrath is kindled against sin and evil. His Wrath is a Manifestation of His Holiness and His Judgment on evil.

Romans 1:18, Paul explains that God's wrath is manifested against ungodliness and unrighteousness. "For the wrath of God is revealed from heaven against all ungodliness and unrighteousness of men who withhold the truth in unrighteousness." God hates sin and His Wrath is a righteous response to human rebellion.

Ephesians 5:6, here warns of the consequences of disobedience: the Wrath of God. "Let no one deceive you with vain words, for by these things cometh the wrath of God upon the children of disobedience."  Divine Wrath is a serious reality for those who reject the truth and live in sin.

Colossians 3:5-6, these verses reinforce the idea that God's wrath is directed toward those who persist in disobedience and sin. "Deaden therefore your members which are upon the earth: fornication, uncleanness, deceit, evil lust, and covetousness, which is idolatry: whereby the wrath of God cometh upon the children of transgression."

Revelation 6:16-17, this passage describes the fear and anguish of those who face God's final Wrath at the Last Judgment. "And they said unto the mountains and to the rocks, Fall upon us, and hide us from the face of him that sitteth upon the throne, and from the wrath of the Lamb; for the great day of his wrath has come; And who will be able to stand?"

Nahum describes God's wrath as part of His righteous and powerful disposition. Nahum 1:2-3 says: "God is jealous, and the Lord takes vengeance; The LORD takes vengeance, and is full of wrath; Jehovah takes vengeance on his adversaries, and saves wrath for his enemies. The LORD is slow to anger and great in power, and he will not count the guilty innocent." Though slow to anger, God will ultimately execute His judgment on the guilty.

The Wrath of God is an aspect of His Justice and Holiness. Although He is patient and slow to Wrath, His Wrath is kindled against sin and wickedness. The Bible warns us about the consequences of living in disobedience and rebellion against God. However, it also offers hope: through Jesus Christ, we can find forgiveness and salvation from the wrath to come by repenting and putting our faith in Him. God's Wrath reminds us of His Sovereignty and His Holy Character, and calls us to live in obedience and reverent fear of the Lord.

Conclusion

We have explored the wonderful truth that God is Love, but we have also seen that His Love is intrinsically linked to other sacred attributes. God is not just Love; He is Holy, Just, Jealous, Consuming Fire and will also be angry against sin.

The holiness of God means that He is completely pure and blameless. His Justice demands that sin be confronted and judged. His Jealousy is a reflection of His passionate Desire for a genuine and exclusive relationship with us. As a Consuming Fire, His Presence purifies and judges what is impure. And His Wrath is a righteous and necessary response to rebellion and evil.

However, we must not misinterpret His infinite Love as an excuse to live in sin. As Jeremiah 17:9 says, "The heart is deceitful above all things, and desperately wicked; Who will know him?" Our hearts can deceive us into believing that we can abuse God's Grace, ignoring His Holiness and Justice.

The balance of God's Attributes shows us the seriousness of our relationship with Him. His Love calls us to repentance and holy living. We cannot separate His Love from His Justice, nor His Grace from His zeal. God loves us so much that He sent His Son Jesus Christ to die for our sins, but this does not mean that we can live without regard to His Holy Will.

Therefore, let us remember that God's Love calls us to obey His Word and live according to His Will. We do not abuse His Love, but respond to Him with gratitude and reverence. May our lives reflect not only the joy of His Love, but also respect and devotion to His Holiness and Justice. May we seek to know Him more deeply and love Him with all our heart, mind, and strength, knowing that He is worthy of all honor and worship.

In God we find the perfect balance between Love and Truth, between Grace and Justice. May His Love inspire us to live lives that honor and glorify Him at all times. Amen.

May the Lord Jesus Christ continue to bless you today, tomorrow, and forever. Amen!

Deutéronome 4 :15-24 :

15 Garde donc tes âmes, car tu n'as rien vu le jour où Yahvé t'a parlé du milieu du feu.

16 Car ne vous corrompez pas, mais faites-vous une image taillée, une image d'une figure quelconque, une effigie d'homme ou de femme,

17 Un oiseau ailé dans les airs, un oiseau ailé dans les airs,

18 La figure d'une bête rampant sur la terre, la figure d'un poisson dans l'eau sous la terre.

19 Et quand tu lèveras les yeux vers le ciel, et que tu verras le soleil, et la lune, et les étoiles, et toute l'armée du ciel, ne t'agite pas, ne te prosterne pas devant eux et ne les servirai pas ; que l'Eternel, ton Dieu, les a accordés à tous les peuples sous tous les cieux.

20Mais l'Éternel t'a pris, et il t'a fait sortir d'Égypte de la fournaise de fer, afin que tu sois pour lui un peuple héritier comme aujourd'hui.

21 Et l'Éternel s'est irrité contre moi à cause de tes affaires, et il a juré que je ne passerais pas le Jourdain, et que je n'entrerais pas dans le bon pays que l'Éternel, ton Dieu, te donne en héritage.

22Je vais donc mourir dans ce pays ; et je ne passerai pas le Jourdain, mais vous passerez, et vous posséderez ce bon pays.

23N'oublie pas l'alliance de l'Eternel, ton Dieu, qu'il a établie avec toi, et ne te fais pas une image taillée ou une image de quelque chose que l'Eternel, ton Dieu, t'a défendu.

24Car l'Eternel, ton Dieu, est un feu dévorant, un Dieu jaloux.

Jérémie 17 :7-10 :

7Heureux l'homme qui se confie en l'Éternel, et dont la confiance est l'Éternel !

8Car il sera comme un arbre planté près des eaux, qui prendra racine près du torrent, et qui ne verra pas quand viendra la chaleur, mais dont la feuille sera verte ; et dans l'année de la sécheresse, il ne se lassera pas, et il ne cessera pas de porter du fruit.

9Le cœur est trompeur par-dessus tout, et désespérément méchant ; Qui le connaîtra ?

10 Je suis l'Eternel, qui sonde le cœur, qui éprouve les reins, pour donner à chacun selon sa voie, selon le fruit de ses œuvres.

1 Jean 4 :7-12 :

7Bien-aimés, aimons-nous les uns les autres ; car l'amour vient de Dieu. Quiconque aime, est né de Dieu et connaît Dieu.

8Celui qui n'aime pas ne connaît pas Dieu ; parce que Dieu est amour.

9 C'est là que l'amour de Dieu pour nous s'est manifesté, en ce sens que Dieu a envoyé son Fils unique dans le monde pour que nous vivions par lui.

10C'est là l'amour, non pas que nous aimions Dieu, mais qu'il nous a aimés, et qu'il a envoyé son Fils pour être la propitiation de nos péchés.

11Bien-aimés, si Dieu nous a ainsi aimés, il faut aussi que nous nous aimions les uns les autres.

12Personne n'a jamais vu Dieu. Si nous nous aimons les uns les autres, Dieu est en nous, et Son amour est parfait en nous :

13C'est à cela que nous savons que nous sommes en lui, et qu'il est en nous, qu'il nous a donné de son Esprit.

14 Et nous avons vu et nous témoignons que le Père a envoyé le Fils pour être le Sauveur du monde.

Introduction

Imaginez un père aimant qui s'occupe tendrement de ses enfants, mais en même temps, ne tolère pas le mal qu'ils se font l'un à l'autre. C'est notre Dieu Père : plein d'Amour inconditionnel, mais aussi ferme dans Sa Sainteté et Sa Justice.

La Bible nous révèle que « Dieu est Amour » (1 Jean 4 :8), une vérité qui embrasse nos cœurs de tendresse et d'espérance. Cependant, nous ne pouvons pas enfermer Dieu dans une seule qualité, comme s'il était un être humain ordinaire. Il est tellement plus : Il est majestueux dans son essence et parfait dans tous ses attributs.

Dieu est comme un feu dévorant (Deutéronome 4 :24), un feu pur et saint qui ne peut pas coexister avec le péché. Son amour brûlant pour nous l'amène à être jaloux, non pas dans un sens possessif, mais dans un désir passionné de recevoir notre amour et notre dévotion en retour.

Cette étude nous invite à découvrir les nuances du caractère divin : sa justice irréprochable, sa sainteté incomparable et sa souveraineté incontestée. Chaque attribut complète Son Amour, révélant un Dieu complet et parfait.

Sur ce chemin d'exploration, nous apprendrons comment la Miséricorde de Dieu est intimement liée à Sa Justice, et comment Son Amour infini se manifeste dans le jugement de l'humanité. Ainsi, nous découvrirons non seulement un Dieu d'amour, mais un Dieu qui exige notre révérence et notre obéissance.

Rejoignez-nous dans ce voyage de découverte et de réflexion, où nous trouverons un amour qui transforme des vies, mais qui appelle aussi à la repentance et à l'abandon total. Préparez-vous à explorer la grandeur de notre Dieu qui, étant amour, nous appelle à vivre dans sa crainte et à faire l'expérience de sa grâce transformatrice.

Dieu est Amour et Feu Dévorant

Le concept de Dieu en tant que « Feu dévorant » est enraciné dans Sa nature Sainte et Pure, qui ne peut tolérer le péché ou l'impureté. Deutéronome 4 :24 dit : « Car l'Éternel, ton Dieu, est un feu dévorant, un Dieu jaloux. » Ce feu représente Son Jugement sur le mal et Sa Présence Sanctifiante. Cette déclaration puissante s'inscrit dans le contexte de l'alliance de Dieu avec Israël. Ici, le feu dévorant symbolise la Passion Divine et la Sainteté Absolue de Dieu. Il est jaloux en ce sens qu'il exige une loyauté exclusive et une adoration pure.

Dans le Nouveau Testament, le concept de Dieu comme un feu dévorant est réaffirmé. Hébreux 12 :28-29 dit : "C'est pourquoi, prenant le royaume immobile, conservons la grâce par laquelle nous servons Dieu, lui plaisant avec crainte et révérence ; Car notre Dieu est un feu dévorant. Cette référence met en évidence la sainteté et la puissance purificatrice de Dieu. Sa Présence est comme un Feu qui brûle tout ce qui n'est pas en accord avec Sa Volonté.

Dans Ésaïe, la sainteté de Dieu est décrite comme le feu dévorant qui sépare les justes des pécheurs. Ésaïe 33 :14 dit : « Les pécheurs de Sion furent saisis d'étonnement ; La secousse surprit les hypocrites. Qui d'entre nous habitera avec le feu dévorant ? Lequel d'entre nous habitera avec les flammes éternelles ?  Seuls ceux qui sont purs et justes peuvent être dans Sa Présence.

Dans le chapitre 6 d'Ésaïe, dans une vision, il réalise la sainteté de Dieu et se sent indigne à cause de ses propres péchés et de ceux du peuple auquel il appartient.  Ésaïe reconnaît son péché et son impureté, surtout lorsqu'il vit le Roi, l'Éternel des armées. Cependant, un séraphin, une sorte d'ange céleste, prend un charbon ardent de l'autel avec des pinces et le touche sur les lèvres d'Ésaïe. Cet acte symbolise la purification par Ésaïe de sa culpabilité et de son péché. Le geste du séraphin représente un acte symbolique de purification et de pardon, montrant la miséricorde de Dieu envers Isaïe. Cela indique que Dieu est prêt à pardonner et à restaurer ceux qui reconnaissent leurs péchés et recherchent Son pardon. Le Feu de Dieu nous purifie et nous libère tout comme il a libéré le prophète Isaïe du péché.

Malachie utilise l'image d'un feu purificateur pour décrire la venue du Seigneur. Malachie 3 :2-3, la Parole de Dieu dit : « Mais qui supportera le jour de son avènement ? Ou qui pourra se tenir debout lorsqu'il apparaîtra ? Car il est comme un feu purificateur et comme le savon des laveuses. Il siégera comme fondeur et purificateur d'argent ; Il purifiera les fils de Lévi, les affinant comme de l'or et de l'argent. C'est ainsi qu'ils apporteront des offrandes justes à l'Éternel. Ce feu affine et purifie son peuple, enlevant les impuretés et ne laissant que ce qui est digne du Seigneur.

Paul utilise l'image du feu pour illustrer le jugement de Dieu sur les œuvres des croyants. 1 Corinthiens 3 :13-15, la Parole de Dieu dit : « L'œuvre de chacun sera rendue évidente ; car le jour le fera connaître, car il sera révélé par le feu ; et l'œuvre de tout homme, quelle qu'elle soit, le feu l'éprouvera. Si l'œuvre de celui qui a bâti sur les fondations demeure, il recevra une récompense. Si l'œuvre de quelqu'un est brûlée, il subira une perte ; mais il sera sauvé lui-même, quoique comme par le feu. Nous voyons ici comment le feu consume ce qui n'est ni durable ni digne du Seigneur.

Ces Écritures démontrent que Dieu est un Feu Dévorant dans le sens de Sa Sainteté, de Son Jugement et de Sa Puissance Purificatrice. Sa Présence ne peut pas coexister avec le péché ou l'impureté. Cependant, ce Feu a aussi un but rédempteur : il purifie et affine Son Peuple afin qu'il puisse vivre en communion avec Lui. Il est important de comprendre cette vérité afin de reconnaître la nécessité de la repentance et de la purification dans nos vies, en faisant confiance au pardon et à la Grâce de Dieu qui nous transforme en vases utiles pour Sa Gloire.

Dieu est amour et jaloux

Le terme « zèle », lorsqu'il est appliqué à Dieu, n'implique pas l'envie ou l'insécurité, comme chez les êtres humains, mais reflète son exclusivité dans l'amour et l'adoration qu'il exige de son peuple.

Exode 34 :14 est une déclaration puissante de l'exclusivité que Dieu exige dans l'adoration. « Car tu ne te prosterneras devant aucun autre dieu, car l'Éternel, dont le nom est jaloux, est un Dieu jaloux. »  Il est jaloux en ce sens qu'il exige une loyauté totale et ne tolère pas le péché d'idolâtrie. Peu importe combien d'Amour le Seigneur ressent pour l'un de Ses Fils, Il ne laissera pas passer ce péché abominable.

Dans Deutéronome 6 :15, Dieu se présente ici comme jaloux pour défendre son peuple. « Car l'Eternel, ton Dieu, est en toi comme un Dieu jaloux ; de peur que la colère de l'Eternel, ton Dieu, ne s'enflamme contre toi, et ne te détruise du haut de la terre. Il désire les protéger du danger de se détourner de Lui pour tomber dans l'idolâtrie et le péché.

Josué met le peuple en garde contre le sérieux de servir un Dieu jaloux. Nous trouvons ceci dans Josué 24 :19 : « Josué dit au peuple : Vous ne pourrez pas servir l'Éternel, car c'est un Dieu saint et un Dieu jaloux ; Il ne souffrira pas vos transgressions et vos péchés. Dieu ne tolère pas la rébellion et le péché, et attend une fidélité absolue.

Dans les Dix Commandements, Dieu révèle Son zèle pour Son peuple en interdisant l'adoration d'autres dieux.  Exode 20 :5 dit : « Tu ne te prosterneras pas devant eux, et tu ne les honoreras point ; car je suis l'Eternel, ton Dieu, fort, jaloux, qui punis l'iniquité des pères sur les enfants jusqu'à la troisième et à la quatrième génération de ceux qui me haïssent. Il désire une relation exclusive et vraie avec son peuple.

Nous lisons dans Zacharie 1 :14, qui montre l'amour passionné et protecteur de Dieu pour son peuple. Son zèle est l'expression de son amour et de sa sollicitude profonds. « Et l'ange me dit : Crie, en disant : Ainsi parle l'Éternel des armées : J'aime Sion avec zèle, et je suis jaloux d'elle avec beaucoup de zèle. »

Par conséquent, le zèle de Dieu est une manifestation de son amour exclusif et de son désir d'une relation intime avec son peuple. Il ne partage pas sa gloire avec d'autres dieux et ne tolère pas l'infidélité spirituelle. Cependant, ce zèle démontre également son engagement à protéger, guider et bénir ceux qui l'aiment et le suivent fidèlement. En conséquence, nous devons répondre à Son zèle par l'obéissance et la dévotion, en reconnaissant qu'Il est Celui qui est digne de notre adoration et de notre service exclusifs.

Dieu est Amour et Juste

La Justice de Dieu est fondamentale pour Son Caractère. Il agit toujours conformément à ce qui est moralement juste et vrai, et Sa Justice est parfaite et impartiale.

Le Psaume 89 :14 souligne que la justice est le fondement du gouvernement de Dieu. Son Trône est établi sur la base de la justice et de la vérité. « La justice et le jugement sont le fondement de ton trône ; La miséricorde et la vérité se présentent devant votre face.

Ici, dans Deutéronome 32 :4, la perfection et la justice de Dieu sont mises en évidence. Il n'y a pas d'injustice ou d'iniquité en Lui ; Ses voies sont toujours justes et vraies. « Il est le Rocher, dont l'œuvre est parfaite, car toutes ses voies sont justes ; Dieu de vérité, et sans aucune iniquité en Lui ; c'est Juste et Juste. Ce verset décrit Dieu comme un « rocher », symbolisant sa stabilité, sa solidité et son immuabilité. L'affirmation selon laquelle « Son œuvre est parfaite » signifie que tout ce que Dieu fait est complet et sans faille. Il est souligné que toutes les voies de Dieu sont droites, c'est-à-dire justes et droites. De plus, on dit que Dieu est « Dieu de vérité », ce qui signifie qu'Il est totalement véridique et digne de confiance dans toutes Ses actions et promesses. Enfin, il est affirmé qu'en Dieu il n'y a ni iniquité ni injustice ; Il est complètement juste et droit dans tout ce qu'Il fait.

Ce verset met en évidence la nature divine de Dieu en tant qu'Être suprêmement juste, digne de confiance et sans défaut, offrant une image de Son caractère impeccable et de Sa conduite morale.

Psaume 145 :17, la Parole de Dieu dit : « L'Éternel est juste dans toutes ses voies, et miséricordieux dans toutes ses œuvres. »  Ce verset met en évidence deux attributs clés de Dieu selon le psalmiste :

• Justice : Le psalmiste proclame que Jéhovah est juste dans toutes ses voies. Cela signifie que Dieu agit moralement correctement et conformément à Son tempérament parfait. Sa Justice implique qu'Il traite chaque personne de manière juste et équitable, en tenant Ses promesses et en punissant le péché équitablement.

• Miséricorde : En plus d'être juste, Dieu est miséricordieux dans toutes ses œuvres. La miséricorde de Dieu implique la compassion, la bonté et la volonté de pardonner et de faire preuve de grâce envers ceux qui ne la méritent pas. Malgré notre imperfection et notre péché, Dieu démontre Son Amour et Sa compassion à travers Sa Miséricorde.

Ce verset met en évidence la combinaison parfaite de la Justice et de la Miséricorde dans le Caractère de Dieu. Bien que Dieu soit juste et qu'il agisse avec justice, il fait aussi preuve de compassion et de pardon envers ceux qui s'approchent de lui avec humilité et repentance. C'est une déclaration de confiance dans la Nature Divine de Dieu en tant que Souverain Suprême dont les voies sont parfaites et pleines d'Amour.

Romains 2 :5-6, la Parole de Dieu dit : « Mais à cause de votre dureté et de votre cœur impénitent, vous accumulez pour vous-mêmes la colère pour le Jour de la colère et la révélation du juste jugement de Dieu, qu'Il rendra à chacun selon ses œuvres. » Paul parle de la justice de Dieu qui sera révélée au Jugement dernier. Ceux qui persistent dans le péché feront face à Son Juste Jugement.  Par conséquent, lorsque nous réfléchissons à Romains 2 :5-6 du point de vue de l'Amour de Dieu, nous pouvons voir que même dans Son Jugement, Dieu agit avec Amour et Miséricorde. Son Désir est que nous nous approchions de Lui, que nous fassions l'expérience de Sa Grâce et que nous vivions dans l'obéissance à Sa Volonté, en étant transformés par Son Amour Rédempteur.

1 Jean 1 :9 nous montre comment la justice de Dieu se manifeste dans sa capacité de pardonner nos péchés lorsque nous nous repentons et nous confessons. « Si nous confessons nos péchés, il est fidèle et juste pour nous les pardonner et nous purifier de toute iniquité. » Ce verset, Il le pardonne avec justice et fidélité. La Justice de Dieu est inséparable de Son Caractère Aimant et Miséricordieux. Il est la norme suprême de ce qui est juste et vrai, et il agit toujours en accord avec sa nature sainte. Bien que Sa Justice exige la punition pour le péché, Sa Miséricorde et Sa Grâce sont offertes par Jésus-Christ, qui a payé le prix pour nos péchés sur la croix. La réponse appropriée à la Justice de Dieu est de chercher à vivre dans l'obéissance et la confiance en Sa provision de salut par Christ.

Dieu est Amour et Saint

La sainteté de Dieu est un autre de ses attributs fondamentaux, qui décrit sa pureté, sa perfection morale et sa séparation absolue du péché. C'est un aspect central de Son tempérament divin.

Ésaïe 6 :3 Ce verset est une vision d'Ésaïe dans laquelle les séraphins proclament la sainteté de Dieu. « Et ils criaient l'un à l'autre, disant : Saint, saint, saint, l'Éternel des armées ; toute la terre est remplie de sa gloire. La répétition du mot « Saint » à trois reprises met en évidence l'incomparable pureté de Dieu, dans toutes Ses Manifestations ou Venues sur cette Terre.

Lévitique 19 :2, ici Dieu ordonne à Son peuple d'être saint parce qu'Il est saint.

« Parle à toute l'assemblée des enfants d'Israël, et dis-leur : Vous serez saints, car je suis l'Éternel, votre Dieu. »La sainteté est un reflet de sa nature divine.

Ce Psaume 99 :9 met l'accent sur la sainteté de Dieu comme cause d'adoration et de révérence. « Exaltez l'Éternel, notre Dieu, et prosternez-vous devant sa montagne sainte ; car l'Eternel, notre Dieu, est saint.

1 Pierre 1 :15-16 dit : « Mais puisque celui qui vous a appelés est saint, soyez saints dans toute votre manière de vivre ; car il est écrit : Soyez saints, car je suis saint. Pierre appelle les croyants à vivre une vie sainte, à l'exemple de Dieu qui est saint.

Dans ce prochain passage apocalyptique, les êtres célestes proclament la Sainteté Éternelle de Dieu. Apocalypse 4 :8 dit : « Et les quatre créatures vivantes avaient chacune six ailes, et tout autour et au-dedans étaient pleines d'yeux ; et ils n'ont cessé jour et nuit de dire : Saint, saint, saint est le Seigneur Dieu tout-puissant, qui était, qui est et qui vient.

La sainteté de Dieu implique qu'Il est complètement pur et libre de toute forme de mal. Sa Sainteté est la base de Sa Justice et de Son Amour. La Bible nous appelle à vivre une vie sainte en réponse à la sainteté de Dieu. Cela implique de se détourner du péché et de chercher la communion avec Lui. La Sainteté de Dieu est aussi un rappel de Sa Grandeur et de Sa Perfection incomparables, nous conduisant à L'adorer avec crainte et révérence.

Dieu est amour et il sera en colère

Bien que Dieu soit Aimant et Patient, Il est aussi Juste et Sa Colère est allumée contre le péché et le mal. Sa colère est une manifestation de Sa Sainteté et de Son jugement sur le mal.

Romains 1 :18, Paul explique que la colère de Dieu se manifeste contre l'impiété et l'injustice. « Car la colère de Dieu est révélée du ciel contre toute impiété et toute injustice des hommes qui retiennent la vérité dans l'injustice. » Dieu déteste le péché et Sa colère est une réponse juste à la rébellion humaine.

Éphésiens 5 :6 met ici en garde contre les conséquences de la désobéissance : la colère de Dieu. « Que personne ne vous séduise par de vaines paroles, car c'est par ces choses que vient la colère de Dieu sur les enfants de la désobéissance. »  La colère divine est une réalité sérieuse pour ceux qui rejettent la vérité et vivent dans le péché.

Colossiens 3 :5-6, ces versets renforcent l'idée que la colère de Dieu est dirigée contre ceux qui persistent dans la désobéissance et le péché. « Étouffez donc vos membres qui sont sur la terre : la fornication, l'impureté, la tromperie, la mauvaise convoitise, et la convoitise, qui est l'idolâtrie, par laquelle la colère de Dieu vient sur les enfants de la transgression. »

Apocalypse 6 :16-17, ce passage décrit la peur et l'angoisse de ceux qui font face à la colère finale de Dieu au Jugement dernier. « Et ils dirent aux montagnes et aux rochers : Tombez sur nous, et cachez-nous de la face de celui qui est assis sur le trône, et de la colère de l'Agneau ; car le grand jour de sa colère est venu ; Et qui pourra se tenir debout ?

Nahum décrit la colère de Dieu comme faisant partie de Son tempérament juste et puissant. Nahum 1 :2-3 dit : « Dieu est jaloux, et l'Éternel se venge ; L'Éternel se venge, et il est plein de colère ; Jéhovah se venge de ses adversaires et réserve la colère à ses ennemis. L'Éternel est lent à la colère, et il est grand en puissance, et il ne tiendra pas les coupables pour innocents. Bien qu'il soit lent à la colère, Dieu finira par exécuter Son jugement sur les coupables.

La colère de Dieu est un aspect de Sa Justice et de Sa Sainteté. Bien qu'il soit patient et lent à la colère, sa colère est allumée contre le péché et la méchanceté. La Bible nous met en garde contre les conséquences de la désobéissance et de la rébellion contre Dieu. Cependant, il offre aussi de l'espoir : par Jésus-Christ, nous pouvons trouver le pardon et le salut de la colère à venir en nous repentant et en mettant notre foi en lui. La colère de Dieu nous rappelle sa souveraineté et son caractère saint, et nous appelle à vivre dans l'obéissance et la crainte respectueuse du Seigneur.

Conclusion

Nous avons exploré la merveilleuse vérité que Dieu est Amour, mais nous avons aussi vu que Son Amour est intrinsèquement lié à d'autres attributs sacrés. Dieu n'est pas seulement Amour ; Il est Saint, Juste, Jaloux, Feu Dévorant et sera aussi en colère contre le péché.

La sainteté de Dieu signifie qu'Il est complètement pur et irréprochable. Sa Justice exige que le péché soit affronté et jugé. Sa jalousie est le reflet de son désir passionné d'une relation authentique et exclusive avec nous. Comme un Feu dévorant, Sa Présence purifie et juge ce qui est impur. Et Sa Colère est une réponse juste et nécessaire à la rébellion et au mal.

Cependant, nous ne devons pas mal interpréter Son Amour infini comme une excuse pour vivre dans le péché. Comme le dit Jérémie 17 :9 : « Le cœur est trompeur par-dessus tout, et désespérément méchant ; Qui le connaîtra ? Nos cœurs peuvent nous tromper en nous faisant croire que nous pouvons abuser de la Grâce de Dieu, en ignorant Sa Sainteté et Sa Justice.

L'équilibre des Attributs de Dieu nous montre le sérieux de notre relation avec Lui. Son Amour nous appelle à la repentance et à une vie sainte. Nous ne pouvons pas séparer son amour de sa justice, ni sa grâce de son zèle. Dieu nous aime tellement qu'il a envoyé son Fils Jésus-Christ mourir pour nos péchés, mais cela ne signifie pas que nous pouvons vivre sans égard à sa sainte volonté.

Par conséquent, souvenons-nous que l'Amour de Dieu nous appelle à obéir à Sa Parole et à vivre selon Sa Volonté. Nous n'abusons pas de Son Amour, mais nous Lui répondons avec gratitude et révérence. Que nos vies reflètent non seulement la joie de Son Amour, mais aussi le respect et la dévotion à Sa Sainteté et à Sa Justice. Puissions-nous chercher à le connaître plus profondément et à l'aimer de tout notre cœur, de tout notre esprit et de toute notre force, sachant qu'il est digne de tout honneur et de toute adoration.

En Dieu, nous trouvons l'équilibre parfait entre l'Amour et la Vérité, entre la Grâce et la Justice. Que Son Amour nous inspire à vivre des vies qui L'honorent et Le glorifient en tout temps. Amen.

Que le Seigneur Jésus-Christ continue de vous bénir aujourd'hui, demain et éternellement. Amen!

Deuteronômio 4:15-24:

15 Portanto, guardai as vossas almas, porque não vistes nenhuma figura no dia em que o Senhor vos falou do meio do fogo.

16 Porque não sejais corruptos, mas fazei para vós uma imagem gravada, uma imagem de qualquer figura, uma efígie de homem ou de mulher,

17 Um pássaro alado no ar, um pássaro alado no ar,

18 Uma figura de nenhum animal rastejando sobre a terra, uma figura de um peixe na água sob a terra.

19 E quando levantardes os olhos para o céu, e virdes o sol, a lua, as estrelas e toda a hoste do céu, não vos agiteis, e vos inclineis a eles e os sirva; que o SENHOR, teu Deus, as concedeu a todos os povos debaixo de todos os céus.

20 Mas o Senhor te tirou e te tirou da fornalha de ferro do Egito, para que sejas um povo herdeiro para ele como hoje.

21 E o Senhor zangou-se comigo por causa dos teus assuntos, e jurou que eu não atravessaria o Jordão, nem entraria na boa terra, que o Senhor, teu Deus, te dá como herança.

22 Então eu vou morrer nesta terra; e eu não passo sobre o Jordão, mas tu passarás, e possuirás essa boa terra.

23 Não vos esqueçais da aliança do Senhor, vosso Deus, que Ele vos estabeleceu, e fazeis de vós mesmos uma imagem gravada ou uma imagem de qualquer coisa, que o Senhor, vosso Deus, vos proibiu.

24 Porque o Senhor, o seu Deus, é um fogo consumidor, um Deus ciumento.

Jeremias 17:7-10:

7Bem-aventurado o homem que confia no Senhor, e cuja confiança é no Senhor.

8 Porque ele será como uma árvore plantada pelas águas, que criará raízes junto ao riacho, e não verá quando vier o calor, mas a sua folha será verde; e no ano da seca não se cansará, nem deixará de dar fruto.

9 O coração é enganoso acima de todas as coisas, e desesperadamente mau; Quem o conhecerá?

10 Eu sou o Senhor, que examina o coração, que testa os rins, para dar a cada um segundo o seu caminho, segundo o fruto das suas obras.

1 João 4:7-12:

7Queridos, amemo-nos uns aos outros; pois o amor é de Deus. Quem ama, é nascido de Deus e conhece a Deus.

8 Quem não ama não conhece a Deus; porque Deus é amor.

9 Nisto se mostrou o amor de Deus por nós, na medida em que Deus enviou o seu Filho unigênito ao mundo para que vivêssemos através dele.

10 Isto é amor, não que amássemos a Deus, mas que Ele nos amou e enviou seu Filho para ser a propiciação de nossos pecados.

11 Amados, se Deus assim nos amou, devemos também amar-nos uns aos outros.

12 Ninguém jamais viu a Deus. Se nos amarmos uns aos outros, Deus está em nós, e Seu amor é perfeito em nós:

13 Com isto sabemos que estamos nele, e ele em nós, que nos deu o seu Espírito.

14 E vimos e testificamos que o Pai enviou o Filho para ser o Salvador do mundo.

Introdução

Imagine um pai amoroso que cuida carinhosamente de seus filhos, mas, ao mesmo tempo, não tolera o mal que eles fazem um ao outro. Este é o nosso Deus Pai: cheio de Amor incondicional, mas também firme em Sua Santidade e Justiça.

A Bíblia nos revela que "Deus é Amor" (1 João 4:8), uma verdade que abraça nossos corações com ternura e esperança. No entanto, não podemos envolver Deus em uma única qualidade, como se Ele fosse um ser humano comum. Ele é muito mais: Ele é majestoso em Sua essência e perfeito em todos os atributos.

Deus é como um fogo que consome (Deuteronômio 4:24), um fogo puro e santo que não pode coexistir com o pecado. Seu amor ardente por nós o leva a ser ciumento, não em um sentido possessivo, mas em um desejo apaixonado de receber nosso amor e devoção em troca.

Este estudo nos convida a descobrir as nuances do caráter divino: Sua justiça impecável, Sua santidade incomparável e Sua soberania incontestável. Cada atributo complementa Seu Amor, revelando um Deus completo e perfeito.

Neste caminho de exploração, aprenderemos como a Misericórdia de Deus está entrelaçada com Sua Justiça e como Seu Amor infinito se manifesta no julgamento sobre a humanidade. Assim, descobriremos não apenas um Deus amoroso, mas um Deus que exige nossa reverência e obediência.

Junte-se a nós nesta jornada de descoberta e reflexão, onde encontraremos um amor que transforma vidas, mas também pede arrependimento e entrega total. Prepare-se para explorar a grandeza de nosso Deus, que, sendo amor, nos chama a viver em Seu Temor e experimentar Sua Graça transformadora.

Deus é Amor e Fogo Consumista

O conceito de Deus como um "Fogo Consumidor" está enraizado em Sua natureza Santa e Pura, que não pode tolerar o pecado ou a impureza. Deuteronômio 4:24 diz: "Porque o Senhor teu Deus é um fogo consumidor, um Deus ciumento". Este fogo representa Seu Julgamento sobre o mal e Sua Presença Santificante. Esta declaração poderosa está no contexto da aliança de Deus com Israel. Aqui, o fogo consumidor simboliza a Paixão Divina e a Santidade Absoluta de Deus. Ele é ciumento no sentido de que exige lealdade exclusiva e adoração pura.

No Novo Testamento, o conceito de Deus como Fogo Consumidor é reafirmado. Hebreus 12:28-29 diz: "Portanto, tomando o reino parado, conservemos a graça pela qual servimos a Deus, agradando-lhe com temor e reverência; Porque o nosso Deus é um fogo que consome". Esta referência destaca a Santidade e o Poder Purificador de Deus. Sua Presença é como um Fogo que queima tudo o que não está de acordo com Sua Vontade.

Em Isaías, a Santidade de Deus é descrita como o Fogo Consumidor que separa os justos dos pecadores. Isaías 33:14 diz: "Os pecadores em Sião ficaram atônitos; O tremor surpreendeu os hipócritas. Qual de nós habitará com o fogo consumidor? Qual de nós habitará com as chamas eternas?"  Somente aqueles que são puros e justos podem estar em Sua Presença.

Em Isaías, capítulo 6, ele em uma visão percebe a santidade de Deus e se sente indigno por causa de seus próprios pecados e do povo ao qual pertence.  Isaías reconhece seu pecado e sua impureza, especialmente quando viu o Rei, Jeová dos Exércitos. No entanto, um serafim, uma espécie de anjo celestial, pega uma brasa ardente do altar com pinças e a toca nos lábios de Isaías. Este ato simboliza a purificação de Isaías de sua culpa e pecado. O gesto do serafim representa um ato simbólico de purificação e perdão, mostrando a misericórdia de Deus para com Isaías. Isso indica que Deus está disposto a perdoar e restaurar aqueles que reconhecem seus pecados e buscam Seu perdão. O Fogo de Deus nos purifica e nos liberta assim como libertou o profeta Isaías do pecado.

Malaquias usa a imagem de um fogo purificador para descrever a vinda do Senhor. Malaquias 3:2-3, a Palavra de Deus diz: "Mas quem suportará o dia da sua vinda? Ou quem será capaz de ficar de pé quando ele aparecer? Pois ele é como um fogo purificador e como o sabão das anilhas. Ele se sentará como fundição e purificador de prata; Ele purificará os filhos de Levi, refinando-os como ouro e prata. Assim trarão ofertas justas ao Senhor." Este fogo refina e purifica Seu povo, removendo impurezas e deixando apenas o que é digno do Senhor.

Paulo usa a imagem do fogo para ilustrar o julgamento de Deus sobre as obras dos crentes. 1 Coríntios 3:13-15, a Palavra de Deus diz: "A obra de cada um será evidenciada; porque o dia o dará a conhecer, porque será revelado com fogo; e a obra de todo homem, seja ela qual for, o fogo provará. Se o trabalho de alguém que construiu sobre o alicerce permanecer, ele receberá uma recompensa. Se o trabalho de alguém for queimado, ele sofrerá perda; mas ele mesmo será salvo, embora como pelo fogo". Aqui vemos como o fogo consome aquilo que não é duradouro nem digno do Senhor.

Essas escrituras demonstram que Deus é um Fogo Consumidor no sentido de Sua Santidade, Julgamento e Poder Purificador. Sua Presença não pode coexistir com o pecado ou a impureza. No entanto, este Fogo também tem um propósito redentor: purifica e refina o Seu Povo para que possa viver em comunhão com Ele. É importante entender essa verdade para reconhecer a necessidade de arrependimento e purificação em nossas vidas, confiando no perdão e na Graça de Deus que nos transforma em vasos úteis para Sua Glória.

Deus é Amor e Ciúme

O termo "zelo" quando aplicado a Deus não implica inveja ou insegurança, como nos seres humanos, mas reflete Sua Exclusividade no Amor e Adoração que Ele exige de Seu Povo.

Êxodo 34:14 é uma declaração poderosa da exclusividade que Deus exige na adoração. "Porque não te curvarás a nenhum outro deus, porque o Senhor, cujo nome é Ciumento, é um Deus ciumento."  Ele é ciumento no sentido de que exige lealdade total e não tolera o pecado da idolatria. Não importa quanto Amor o Senhor sinta por um Filho Seu, Ele não deixará esse pecado abominável passar.

Em Deuteronômio 6:15, aqui Deus se apresenta como ciumento em defesa de seu povo. "Porque o Senhor teu Deus está em ti como um Deus ciumento; para que a ira do Senhor, teu Deus, não se acenda contra ti, e te destrua da terra." Ele deseja protegê-los do perigo de se afastarem Dele para a idolatria e o pecado.

Josué adverte o povo sobre a seriedade de servir a um Deus ciumento. Encontramos isso em Josué 24:19: "Josué disse ao povo: 'Não podereis servir ao Senhor, porque ele é um Deus santo e um Deus ciumento; Ele não sofrerá suas transgressões e seus pecados". Deus não tolera rebelião e pecado, e espera fidelidade absoluta.

Nos Dez Mandamentos, Deus revela Seu zelo por Seu povo, proibindo a adoração de outros deuses.  Êxodo 20:5 diz: "Não te curvarás a eles, nem os honrarás; porque eu sou o SENHOR, teu Deus, forte, ciumento, visitando a iniquidade dos pais sobre os filhos até a terceira e quarta geração dos que me odeiam". Ele deseja um relacionamento exclusivo e verdadeiro com Seu povo.

Lemos em Zacarias 1:14, que mostra o amor apaixonado e protetor de Deus por Seu povo. Seu zelo é uma expressão de Seu profundo amor e cuidado. "E o anjo me disse: Clama, dizendo: Assim diz o Senhor dos Exércitos: Amo Sião com zelo e tenho ciúmes dela com grande zelo."

Portanto, o Zelo de Deus é uma manifestação de Seu Amor Exclusivo e Seu Desejo de um relacionamento íntimo com Seu Povo. Ele não compartilha Sua glória com outros deuses nem tolera a infidelidade espiritual. No entanto, esse zelo também demonstra Seu compromisso de proteger, guiar e abençoar aqueles que O amam e O seguem fielmente. Como resultado, devemos responder ao Seu Zelo com obediência e devoção, reconhecendo que Ele é o Único Digno de nossa adoração e serviço exclusivos.

Deus é Amor e Justo

A Justiça de Deus é fundamental para o Seu Caráter. Ele sempre age de acordo com o que é moralmente correto e verdadeiro, e Sua Justiça é perfeita e imparcial.

Salmos 89:14 enfatiza que a justiça é o fundamento do governo de Deus. Seu Trono é estabelecido com base na justiça e na verdade. "A justiça e o juízo são o fundamento do vosso Trono; a misericórdia e a verdade estão diante da tua face".

Aqui em Deuteronômio 32:4 a perfeição e a justiça de Deus são destacadas. Nele não há injustiça ou iniquidade; Seus Caminhos são sempre corretos e verdadeiros. "Ele é a Rocha, cuja obra é Perfeita, pois todos os seus caminhos são justos; Deus de verdade, e sem nenhuma iniquidade nele; é Justo e Justo". Este versículo descreve Deus como uma "Rocha", simbolizando Sua estabilidade, solidez e imutabilidade. A afirmação de que "Sua obra é Perfeita" significa que tudo o que Deus faz é completo e impecável. É enfatizado que todos os caminhos de Deus são justos, isto é, justos e corretos. Além disso, Deus é dito ser "Deus da verdade", o que significa que Ele é totalmente verdadeiro e confiável em todas as Suas ações e promessas. Finalmente, afirma-se que em Deus não há iniquidade nem injustiça; Ele é completamente justo e reto em tudo o que faz.

Este versículo destaca a natureza Divina de Deus como o Ser supremamente Justo, Confiável e impecável, oferecendo uma imagem de Seu caráter impecável e conduta moral.

Salmos 145:17, a Palavra de Deus diz: "O Senhor é justo em todos os seus caminhos e misericordioso em todas as suas obras".  Este versículo destaca dois atributos fundamentais de Deus de acordo com o salmista:

• Justiça: O salmista proclama que Jeová é Justo em todos os seus caminhos. Isso significa que Deus age moralmente correto e de acordo com Seu perfeito caráter. Sua Justiça implica que Ele trata cada pessoa de forma justa e justa, cumprindo Suas promessas e punindo o pecado de forma justa.

• Misericórdia: Além de ser Justo, Deus é Misericordioso em todas as Suas obras. A Misericórdia de Deus envolve compaixão, bondade e disposição para perdoar e mostrar Graça àqueles que não a merecem. Apesar de nossa imperfeição e pecado, Deus demonstra Seu Amor e compaixão através de Sua Misericórdia.

Este versículo destaca a combinação perfeita de Justiça e Misericórdia no Caráter de Deus. Embora Deus seja justo e lide com retidão, Ele também mostra compaixão e perdão para com aqueles que se aproximam Dele em humildade e arrependimento. É uma declaração de confiança na Natureza Divina de Deus como o Governante Supremo cujos caminhos são Perfeitos e cheios de Amor.

Romanos 2:5-6, a Palavra de Deus diz: "Mas, por causa da vossa dureza e do vosso coração impenitente, guardais para vós a ira para o Dia da Ira e a Revelação do Justo Juízo de Deus, que Ele retribuirá a cada um segundo as suas obras." Paulo fala da justiça de Deus que será revelada no Juízo Final. Aqueles que persistirem no pecado enfrentarão Seu Justo Julgamento.  Portanto, ao refletirmos sobre Romanos 2:5-6 da perspectiva do Amor de Deus, podemos ver até mesmo em Seu Juízo, Deus age com Amor e Misericórdia. Seu Desejo é que nos aproximemos Dele, experimentemos Sua Graça e vivamos em obediência à Sua Vontade, sendo transformados por Seu Amor Redentor.

1 João 1:9 nos mostra como a justiça de Deus se manifesta em Sua capacidade de perdoar nossos pecados quando nos arrependemos e confessamos. "Se confessarmos nossos pecados, Ele é fiel e justo para nos perdoar nossos pecados e nos purificar de toda injustiça." Este versículo Ele perdoa com justiça e fidelidade. A Justiça de Deus é inseparável do Seu Caráter Amoroso e Misericordioso. Ele é o Padrão Supremo do que é certo e verdadeiro, e Ele sempre age de acordo com Sua Santa Natureza. Embora Sua Justiça exija punição pelo pecado, Sua Misericórdia e Graça são oferecidas por meio de Jesus Cristo, que pagou o preço por nossos pecados na cruz. A resposta adequada à Justiça de Deus é procurar viver em obediência e confiar em Sua Provisão de Salvação por meio de Cristo.

Deus é Amor e Santo

A santidade de Deus é outro de Seus atributos fundamentais, que descreve Sua pureza, perfeição moral e separação absoluta do pecado. É um aspecto central de Seu Caráter Divino.

Isaías 6:3 Este versículo é uma visão de Isaías na qual os serafins proclamam a santidade de Deus. "E clamaram uns aos outros, dizendo: Santo, santo, santo, Senhor dos exércitos; toda a terra está cheia de sua glória". A repetição da palavra "Santo" três vezes destaca a pureza incomparável de Deus, em todas as Suas Manifestações ou Vindas a esta Terra.

Levítico 19:2, aqui Deus instrui Seu povo a ser santo porque Ele é santo.

"Fale a toda a congregação dos filhos de Israel e diga-lhes: Sereis santos, porque eu sou o Senhor teu Deus'."A santidade é um reflexo de Sua Natureza Divina.

Este Salmo 99:9 enfatiza a santidade de Deus como causa de adoração e reverência. "Exaltai o Senhor, nosso Deus, e inclinai-vos diante do Seu santo monte; porque o SENHOR, nosso Deus, é santo".

1 Pedro 1:15-16 diz: "Mas porque aquele que vos chamou é santo, sede também santos em todo o vosso modo de vida; porque está escrito: 'Sede santos, porque eu sou santo'".Pedro chama os crentes a viverem vidas santas, seguindo o exemplo de Deus que é santo.

Nesta próxima passagem apocalíptica, os seres celestiais proclamam a Santidade Eterna de Deus. Apocalipse 4:8 diz: "E os quatro seres vivos tinham, cada um, seis asas, e ao redor e dentro estavam cheios de olhos; e não cessaram dia e noite para dizer: Santo, santo, santo é o Senhor Deus Todo-Poderoso, que foi, que é e que há de vir'".

A santidade de Deus implica que Ele é completamente Puro e livre de qualquer forma de mal. Sua Santidade é a base de Sua Justiça e Amor. A Bíblia nos chama a viver vidas santas em resposta à santidade de Deus. Isso envolve afastar-se do pecado e buscar comunhão com Ele. A Santidade de Deus é também um lembrete de Sua Grandeza e Perfeição incomparáveis, levando-nos a adorá-Lo com admiração e reverência.

Deus é Amor e Ele Ficará Irado

Embora Deus seja Amoroso e Paciente, Ele também é Justo e Sua Ira é acesa contra o pecado e o mal. Sua Ira é uma Manifestação de Sua Santidade e Seu Julgamento sobre o mal.

Romanos 1:18, Paulo explica que a ira de Deus se manifesta contra a impiedade e a injustiça. "Porque a ira de Deus é revelada do céu contra toda impiedade e injustiça dos homens que retêm a verdade na injustiça." Deus odeia o pecado e Sua Ira é uma resposta justa à rebelião humana.

Efésios 5:6, aqui adverte sobre as consequências da desobediência: a Ira de Deus. "Ninguém vos engane com palavras vãs, porque por estas coisas vem a ira de Deus sobre os filhos da desobediência."  A Ira Divina é uma realidade séria para aqueles que rejeitam a verdade e vivem em pecado.

Colossenses 3:5-6, esses versículos reforçam a ideia de que a ira de Deus é dirigida àqueles que persistem na desobediência e no pecado. "Amortecei, pois, os vossos membros que estão sobre a terra:, impureza, engano, má concupiscência e cobiça, que é idolatria: pela qual a ira de Deus vem sobre os filhos da transgressão."

Apocalipse 6:16-17, esta passagem descreve o medo e a angústia daqueles que enfrentam a ira final de Deus no Juízo Final. "E disseram aos montes e às rochas: Caem sobre nós, e escondam-nos da face daquele que está assentado no trono, e da ira do Cordeiro; porque chegou o grande dia da sua ira; E quem será capaz de aguentar?"

Naum descreve a ira de Deus como parte de Seu caráter justo e poderoso. Naum 1:2-3 diz: "Deus é ciumento, e o Senhor se vinga; O SENHOR vinga-se e está cheio de ira; Jeová se vinga de seus adversários e salva a ira de seus inimigos. O SENHOR é lento para se irritar e grande em poder, e não contará os culpados inocentes." Embora demore a se irritar, Deus acabará executando Seu julgamento sobre os culpados.

A Ira de Deus é um aspecto de Sua Justiça e Santidade. Embora Ele seja paciente e lento para a Ira, Sua Ira é acesa contra o pecado e a maldade. A Bíblia nos adverte sobre as consequências de viver em desobediência e rebelião contra Deus. No entanto, também oferece esperança: por meio de Jesus Cristo, podemos encontrar o perdão e a salvação da ira vindoura, arrependendo-nos e colocando nossa fé Nele. A Ira de Deus nos lembra de Sua Soberania e Seu Santo Caráter, e nos chama a viver em obediência e temor reverente ao Senhor.

Conclusão

Exploramos a maravilhosa verdade de que Deus é Amor, mas também vimos que Seu Amor está intrinsecamente ligado a outros atributos sagrados. Deus não é apenas Amor; Ele é Santo, Justo, Ciumento, Consumindo Fogo e também ficará irado contra o pecado.

A santidade de Deus significa que Ele é completamente puro e irrepreensível. Sua Justiça exige que o pecado seja confrontado e julgado. Seu Ciúme é um reflexo de Seu desejo apaixonado por um relacionamento genuíno e exclusivo conosco. Como Fogo Consumidor, Sua Presença purifica e julga o que é impuro. E Sua Ira é uma resposta justa e necessária à rebelião e ao mal.

No entanto, não devemos interpretar erroneamente Seu Amor infinito como uma desculpa para viver em pecado. Como diz Jeremias 17:9: "O coração é enganoso acima de todas as coisas, e desesperadamente mau; Quem o conhecerá?" Nossos corações podem nos enganar a acreditar que podemos abusar da Graça de Deus, ignorando Sua Santidade e Justiça.

O equilíbrio dos Atributos de Deus nos mostra a seriedade de nosso relacionamento com Ele. Seu Amor nos chama ao arrependimento e à vida santa. Não podemos separar Seu Amor de Sua Justiça, nem Sua Graça de Seu zelo. Deus nos ama tanto que enviou Seu Filho Jesus Cristo para morrer por nossos pecados, mas isso não significa que podemos viver sem levar em conta Sua Santa Vontade.

Portanto, lembremo-nos de que o Amor de Deus nos chama a obedecer à Sua Palavra e a viver de acordo com a Sua Vontade. Não abusamos de Seu Amor, mas respondemos a Ele com gratidão e reverência. Que nossas vidas reflitam não apenas a alegria de Seu Amor, mas também o respeito e a devoção a Sua Santidade e Justiça. Que busquemos conhecê-Lo mais profundamente e amá-Lo de todo o coração, mente e força, sabendo que Ele é digno de toda honra e adoração.

Em Deus encontramos o equilíbrio perfeito entre o Amor e a Verdade, entre a Graça e a Justiça. Que Seu Amor nos inspire a viver vidas que O honrem e glorifiquem em todos os momentos. Amém.

Que o Senhor Jesus Cristo continue a abençoá-los hoje, amanhã e sempre. Amém!