Introducción

Queridos hermanos y hermanas, al iniciar este repaso del Mensaje titulado “Enfermedades y Aflicciones”, predicado por el Hermano William Marrion Branham en enero de 1950, se nos invita a meditar profundamente en la Obra de Sanidad y Liberación que Dios realiza en medio de Su Pueblo. Este Mensaje nos recuerda que, aunque enfrentemos enfermedades físicas, dolencias emocionales o aflicciones espirituales, existe una respuesta y esperanza en Jesucristo.

El Hermano Branham abre su Mensaje con las palabras del Salmo 103:2-3, una declaración poderosa y eterna, donde dice:

2Bendice, alma mía, á Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.

3El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;

Esta Escritura no solo son palabras inspiradoras, sino una invitación a recordar la Fidelidad y los Beneficios de Dios. En este sermón, el Hermano Branham nos dirige a una verdad crucial: toda enfermedad tiene su origen en el pecado, no necesariamente en el pecado personal, sino en la caída del hombre cuando Satanás introdujo la muerte y las aflicciones al mundo (Génesis 3:17-19).

El Hermano Branham enseña que el enemigo, el diablo, es el autor de las enfermedades y aflicciones. Antes de su entrada, la Creación era perfecta, pero desde la caída, Satanás ha buscado destruir el Plan Divino, atacando la salud y la vida de las personas. Sin embargo, el Mensaje nos asegura que el poder de Jesucristo es suficiente para vencer cualquier dolencia, cualquier tormento y cualquier obra del enemigo.

En los párrafos 25 al 27 de este Mensaje que estamos repasando, nos dice el Hermano Branham y cito:

25Hoy, tenemos los mejores médicos que jamás hemos tenido. Tenemos los mejores avances médicos, los mejores hospitales que jamás hemos tenido; y más enfermedad que jamás hemos tenido. Y en el día cuando tenemos la mejor ciencia médica que jamás hemos tenido, se siguen construyendo instituciones para los desahuciados. Precisamente cuando tenemos la mejor investigación científica sobre aflicciones y enfermedades que jamás hayamos tenido, construimos instituciones, anualmente, para los desahuciados.

26Pero no se ha presentado nada ante Jesucristo, el Hijo de Dios, que Él no fuera más que capaz de vencer. Y Él sigue siendo el mismo hoy como lo fue ayer, y lo será para siempre. Y Él lo prueba. Y Uds. lo verán, noche tras noche. Y si no es así, entonces tienen derecho de dudar. Alguien dijo: “¿Duran las sanidades?”.

27Duran lo que dure la fe. Pero cuando falla la fe, entonces su sanidad fallará. ¿Diría Ud. que toda persona que viene al altar y se convierte será un Cristiano el resto de sus días? Él podría ser un hijo de Dios esta noche, y mañana ser un hijo del diablo. Es cuando él pierde la fe en Dios, lo que lo hace retroceder.

Esta introducción no solo busca establecer el fundamento bíblico de la Sanidad Divina, sino que nos llama a reconocer que la fe es la llave para acceder a los Beneficios de Dios. El Hermano Branham enfatiza que cuando se pierde la fe, se pierde la Sanidad, ya que es la fe la que conecta al Creyente con el Poder Sanador de Dios.

Por lo tanto, este Mensaje es más que un simple sermón sobre enfermedades; es un llamado a cada uno de nosotros para examinar nuestra fe, nuestra Relación con Dios, y nuestra disposición a creer que Jesucristo, a través de Su Sacrificio y Resurrección, ha hecho posible nuestra Sanidad total; física y espiritualmente.

A medida que avancemos en este repaso, rogamos al Espíritu Santo que nos guíe, aumentando nuestra fe y abriendo nuestro entendimiento para recibir la verdad de este Mensaje de esperanza y restauración. ¡Que hoy podamos afirmar en nuestros corazones que Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos!

El Mensaje titulado “ENFERMEDADES Y AFLICCIONES”, fue predicado en el mes de enero del año 1950, en la Iglesia Church Of The Open Door, en Louisville, Kentucky, Estados Unidos de América, en donde nos trajo cuál fue la causa de la enfermedad y la muerte, y además nos cuenta diversos testimonios.  En este Mensaje el Hermano Branham citó del Salmo 103, versos 1 al 3, como ya diéramos lectura, pero para este episodio citaré el Mandato de Dios juntamente con su advertencia y el resultado final de la desobediencia: Génesis 2:16-17 y Génesis 3:16-19:

Génesis 2:16-17:

16Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto comerás;

17Mas del árbol de ciencia del bien y del mal no comerás de él; porque el día que de él comieres, morirás.

Génesis 3:16-19:

16A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera tus dolores y tus preñeces; con dolor parirás los hijos; y a tu marido será tu deseo, y él se enseñoreará de ti.

17Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste á la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo, No comerás de él; maldita será la tierra por amor de ti; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida;

18Espinos y cardos te producirá, y comerás hierba del campo;

19En el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas á la tierra; porque de ella fuiste tomado: pues polvo eres, y al polvo serás tornado.

EL ORIGEN DE LAS ENFERMEDADES Y AFLICCIONES

El Hermano Branham, en este sermón “Enfermedades y Aflicciones”, explica que todas las enfermedades y aflicciones tienen su origen en el pecado, no necesariamente en los pecados personales de quienes las padecen, sino en el pecado original que ingresó al mundo a través de la caída del hombre. Según nos explica el Hermano Branham, antes de la llegada del diablo, no existían enfermedades ni sufrimientos. Fue a partir de la entrada del enemigo que las dolencias se convirtieron en parte de la experiencia humana.

El Hermano Branham dice y cito de los párrafos 23 y 24:

23Las enfermedades y aflicciones todas son resultado del pecado, quizá no en su vida, sino en la vida de alguien antes de Ud. El diablo es el autor de las enfermedades y aflicciones. Antes de que tuviéramos un diablo, no teníamos enfermedades ni aflicciones. Pero, cuando vino Satanás, trajo consigo enfermedades y aflicciones.

24Tantas veces nos referimos a ellas como bendiciones. Yo no creía que Dios pudiera obtener una bendición de una persona enferma; a menos que fuera un pecador, llevándolo a Dios; o un hijo desobediente, trayéndolo a reconciliarse con su Padre. Pero las enfermedades son el resultado del diablo y de la caída.

Este principio encuentra respaldo en la Palabra de Dios. Romanos 5:12 dice:

12De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó á todos los hombres, pues que todos pecaron.

El pecado no solo trajo la muerte espiritual, sino que también permitió que el enemigo tuviera un lugar para causar estragos en el cuerpo humano. Esto se manifiesta a través de enfermedades físicas, dolencias emocionales y tormentos espirituales.

El Hermano Branham enfatiza que Dios no creó al hombre para que sufriera enfermedades. En el principio, la humanidad fue diseñada para vivir en comunión perfecta con Él, disfrutando de salud, paz y prosperidad. Sin embargo, Satanás, al introducir el pecado, también trajo consigo el sufrimiento. El Hermano Branham lo describe así y cito de los párrafos 41 y 42:

41Dios no quería que Ud. estuviera enfermo. Dios lo hizo a Ud. a Su semejanza. Él quiere que Ud. esté bien. Él ha hecho todo lo posible para mantenerlo a Ud. saludable.

42Pero Satanás está en contra suya.

A través de esta enseñanza, se aclara que las enfermedades no provienen de Dios. Aunque a veces se permite que una aflicción nos acerque más a Él o nos lleve a la reconciliación, su origen siempre está en el adversario. Este entendimiento es crucial para que los Creyentes identifiquen al verdadero enemigo y se acerquen al Poder Sanador de Cristo.

La Victoria de Cristo sobre las Enfermedades

Aunque las enfermedades son un resultado del pecado y del ataque de Satanás, el Hermano Branham nos asegura que ninguna dolencia es demasiado grande para Cristo, vuelvo y cito del párrafo 26:

26Pero no se ha presentado nada ante Jesucristo, el Hijo de Dios, que Él no fuera más que capaz de vencer. Y Él sigue siendo el mismo hoy como lo fue ayer, y lo será para siempre.

Isaías 53:4-5 nos recuerda que Cristo tomó nuestras dolencias y cargó con nuestros pecados para darnos sanidad:

4Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

5Mas él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados.

Esta verdad nos lleva a confiar en el Poder de Dios para sanarnos de cualquier dolencia, entendiendo que la Sanidad es parte de la Redención comprada por Cristo en su Misión Redentora.

El Hermano Branham nos enseña que todas las enfermedades y aflicciones tienen su origen en el pecado. No se trata necesariamente de nuestros propios pecados individuales, sino del pecado que entró en el mundo a través de la caída del hombre. Él enfatiza que el diablo es el autor de las enfermedades y aflicciones, y que antes de la entrada del pecado, no existían tales dolencias.

Ahora, ¿qué es la enfermedad? La enfermedad es uno de los atributos del pecado. Antes de que tuviéramos alguna enfermedad, no teníamos pecado. La enfermedad viene como resultado del pecado, quizás no su pecado sino el pecado de sus padres, así como le pasa a aquellos que nacen con algún tipo de enfermedad.

En el Mensaje “CONTENDIENDO POR LA FE”, predicado en el mes de febrero del 1956, en los párrafos 20 y 21, nos dice el Hermano Branham: “La enfermedad es un atributo del pecado. Ahora, quizás Ud. no haya pecado, causándole que esté enfermo. Pero fue por causa del pecado, en primer lugar, que se trajo enfermedad al mundo. Antes de que tuviéramos algún pecado, no teníamos enfermedad. Pero cuando la enfermedad entró, el pecado es un atributo. Y, ahora, no hay manera de Ud. lidiar con el pecado, sin lidiar con enfermedad o con todo atributo que el pecado ha producido. El pecado, cuando lidiamos con el pecado, lidiamos con la muerte. Y la enfermedad es la primera etapa de la muerte, cuando la enfermedad toma su cuerpo.”

Si se fijan detenidamente en Génesis 3:17-18, en donde nos dice la Palabra de Dios de la siguiente manera:

17…maldita será la tierra por amor de ti; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida;

18Espinos y cardos te producirá,…

Si pueden notar, la tierra fue maldita, la tierra de la cual nos alimentamos fue maldita por causa del pecado. Dios no maldijo directamente al hombre Adam, sino que maldijo a la tierra. Esta estando bajo maldición ya no iba a producir con la gloria que producía en el principio. Y es por eso que al principio del verso 18 nos dice: “Espinos y cardos te producirá,…”.

La Palabra de Dios nos muestra que las enfermedades y aflicciones son consecuencias del pecado que entró en el mundo a través de la caída del hombre. Sin embargo, a través de la Fe en Jesucristo y Su Sacrificio, podemos encontrar sanidad y redención.

El Hermano Branham hace una declaración sobre recaer nuevamente en la enfermedad de la cual las personas fueron libradas por la oración de fe, dice y cito en los párrafos 28 y 29: “Y cualquier poder que puede sanarlo a Ud. Aquí en esta plataforma puede mantenerlo sano. Por eso dije esto, que: todo el que viene aquí recibirá liberación. Saliendo de aquí, será conforme a su Fe si la conserva. He visto a personas venir a la plataforma completamente ciegas, y poder leer de esta misma Biblia. Y en menos de cinco días, volver tan ciegas como antes. ¿Por qué leyeron aquí? El poder del diablo reconoció ese don de Dios, y tuvo que salir. Sé que esa es una declaración muy fuerte, pero yo sé dónde estoy parado. Y yo sé en Quién he creído, y conozco Su Poder para sanar.”

Cuando apartamos nuestra mirada de Cristo y todas Sus Promesas, nos va a pasar tal y como al Apóstol Pedro, que, ya caminando sobre las aguas, se desenfocó al observar las circunstancias que le rodeaban y empezó a hundirse. Es por ello por lo que, una vez que hemos sido librados de un mal, mantengamos nuestra Fe enfocada en Su Promesa, manteniendo nuestra mirada al Autor y Consumador de nuestra Fe.

 LA NATURALEZA DE LAS ENFERMEDADES

El Hermano Branham explica que enfermedades como el cáncer, los tumores y otras dolencias son manifestaciones físicas de demonios. Estas enfermedades son ataques del diablo para destruir nuestras vidas y alejarnos de Dios. Él enfatiza que detrás de cada enfermedad hay una fuerza espiritual maligna que busca nuestra destrucción.

En este Mensaje y en el párrafo 32, el Hermano Branham nos dice y cito: “Por ejemplo, tomaremos para hablar por unos momentos sobre el cáncer. Parece ser uno de los enemigos más grandes hoy. ¿Qué es un cáncer? ¿De dónde vino? Tumor, catarata, úlcera, neumonía, tuberculosis, todos esos nombres son nombres médicos que la ciencia médica les dio. La Biblia declara que son demonios. Por ejemplo, el cáncer, ¿qué es un cáncer? Generalmente viene de un golpe.”  Más adelante nos dice el Hermano Branham en los párrafos 38 y 39, lo siguiente: “Y un cáncer, en lo natural… En lo espiritual, es un demonio. Es tipo del animal carroñero, un buitre; come cosas muertas. El cáncer viene de un golpe. Por ejemplo, mi mano, no tiene cáncer. Y en algún momento podría tenerlo. Entonces, ¿qué causa un cáncer? Alguna célula, un germen en mi cuerpo que se descarría, recibe un golpe, o algo entra allí. Y de ese germen o célula, empieza una multiplicación de células, multiplicándose, y forma un cáncer y empieza a comerse el cuerpo.”

El Hermano Branham también señala que el Señor Jesús, durante Su Ministerio terrenal, enfrentó y venció a estos demonios, demostrando Su Poder sobre las fuerzas del mal. El Señor Jesús no solo sanó enfermedades físicas, sino que también liberó a las personas de la opresión demoníaca. Así que, si el demonio puede ser echado fuera, entonces la persona se siente bien. Ahora, el cáncer es un demonio. El tumor es un demonio. La tuberculosis es un demonio. La enfermedad en general es un demonio atormentador y destructor que el diablo produjo para destruir a los Hijos de Dios.

El Hermano Branham enseña que la raíz de todas las enfermedades es espiritual y que la sanidad verdadera solo puede venir a través de la intervención divina; solamente Dios y Su Poder Sanador puede curar nuestras dolencias. La Fe en Jesucristo y la oración ferviente son esenciales para recibir sanidad y liberación de estas fuerzas malignas.

En el Mensaje “CONTENDIENDO POR LA FE”, en el párrafo 19, nos dice el Hermano Branham: “Dios sólo le dio a Cristo la comisión de venir a la tierra, para morir en lugar nuestro, por nuestros pecados y nuestras enfermedades. La Escritura dice: “Él, herido fue por nuestras rebeliones, por Su Llaga nosotros fuimos”, fuimos está en tiempo pasado, “fuimos curados”. Y nosotros creemos que en base a nuestra confesión de fe, que Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, ha muerto y resucitó de nuevo, para quitar el pecado del mundo; y está sentado a la Diestra de Dios, el Padre, intercediendo allí en base a nuestra confesión. Y cuando Él murió por nuestros pecados, Él no podía morir por los pecados sin morir por la enfermedad.”

En esta cita del Hermano Branham hace referencia a Isaías 53:5, en donde dice:

5Mas él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre él; y por su llaga fuimos nosotros curados.

Debemos recordar que debemos tener Fe en las promesas de Dios y confiar en Su Poder para sanar. La incredulidad es un obstáculo para recibir la Sanidad Divina, y debemos combatirla con la Palabra de Dios.

Hebreos 11:1:

1ES pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven.

Hemos visto que la naturaleza de las enfermedades son manifestaciones físicas de demonios y ataques del diablo. Sin embargo, a través de la Fe en Jesucristo y la oración, podemos encontrar sanidad y liberación. La Sanidad Divina es una promesa de Dios y una parte integral de la expiación de Cristo.

LA FE COMO EL CAMINO HACIA LA SANIDAD

Continuando con el repaso del sermón “Enfermedades y Aflicciones”, el Hermano Branham enfatiza que la Fe es el único camino para recibir la Sanidad Divina. Destaca que, aunque Dios es Todopoderoso y capaz de sanar cualquier enfermedad, Su Poder solo se manifiesta plenamente cuando hay fe genuina en el corazón del Creyente. El Hermano Branham dice: “Pero cuando falla la fe, entonces su sanidad fallará. ¿Diría Ud. que toda persona que viene al altar y se convierte será un Cristiano el resto de sus días? Él podría ser un hijo de Dios esta noche, y mañana ser un hijo del diablo. Es cuando él pierde la fe en Dios, lo que lo hace retroceder.”

Esta declaración resalta que la fe no solo es necesaria para recibir la sanidad, sino también para conservarla. El Hermano Branham ilustra este punto mencionando personas que fueron sanadas en una reunión, pero al perder su fe, su enfermedad regresó. Esto nos recuerda las palabras del Señor Jesús en Marcos 11:22-24:

22Y respondiendo Jesús, les dice: Tened fe en Dios.

23Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere á este monte: Quítate, y échate en la mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho.

24Por tanto, os digo que todo lo que orando pidiereis, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

La Fe, un Sentido Espiritual

El Hermano Branham describe la fe como un sentido espiritual que opera más allá de los cinco sentidos naturales: vista, oído, tacto, olfato y gusto. Aunque estos sentidos gobiernan nuestra percepción física, la fe trasciende lo visible y lo tangible. Él nos dice en el párrafo 60:

60…La fe es la sustancia de las cosas que se esperan, la evidencia de las cosas que Ud. no ve, gusta, toca, huele u oye. Es otro sentido. Está en otra esfera. No es nada en lo natural.

Este principio está firmemente basado en Hebreos 11:1, donde la Escritura define la fe como la sustancia de lo que se espera y la demostración de lo que no se ve. La fe no se basa en lo que los sentidos naturales perciben, sino en la confianza plena en la Palabra y el Poder de Dios.

En el párrafo 57, nos dice el Hermano Branham y cito:

57Ahora, la fe es la sustancia de las cosas que se esperan, la evidencia de las cosas que Ud. no ve, gusta, toca, huele, u oye. Pero el sentido de la fe es tan real como lo es su vista, o cualquier otro de sus sentidos. ¿Ven lo que quiero decir? Ud. Lo cree, simplemente… No hay nadie que pueda hacerlo dudar, porque Ud. posee ese sentido que le dice que es así.

Ejemplo de Fe Elevada

El Hermano Branham en este Mensaje “Enfermedades y Aflicciones” comparte testimonios que ilustran cómo la fe puede desencadenar milagros. Relata el caso de una joven con los ojos cruzados que no tenía manera de entrar en la línea de oración. Por consejo de una Hermana en la reunión, la joven decidió creer con todo su corazón que sería sanada. A pesar de no tener contacto directo con el Hermano Branham en ese momento, su fe fue reconocida por Dios, y ella recibió la sanidad sin que se orara específicamente por ella. El Hermano Branham nos dice en los párrafos 71 al 74:

71…Dijo: “¡Si yo tan solo pudiera pasar allí y entrar en esa línea de oración! Pero ni siquiera puedo conseguir una tarjeta”.

72La compasión de la Sra. Bosworth le fue extendida a la muchacha. Le dijo: “Cariño, si regresas directamente allí donde puedas verlo, y realmente… Pues, que no—no sea solo algo imaginado. Sino creyendo con todo tu corazón que ese es un don de Dios, te aseguro que él te llamará en unos minutos”.

73Yo estaba orando por los enfermos en la plataforma, estaba de espaldas a la muchacha. De repente, sentí que eso llegó, la fe actuando. Miré alrededor, no podía distinguirla, había demasiados de pie, muy congestionado. Y supe que venía de allí, y traté de discernir qué clase de espíritu era. ¿Ven?, su fe se había elevado a esa categoría.

74Y cuando me volví, finalmente la encontré. ¡Oh, el doble de la distancia de este edificio!, vi donde estaba. Ella tenía puesto un abrigo verde. Dije: “La joven de pie allá atrás, con los ojos cruzados y un abrigo verde, no tema más; Dios la ha sanado”. Sus ojos se enderezaron perfectamente. Ese solo es uno de los miles de casos que sucedieron así.

Este ejemplo refleja lo que ocurrió con la mujer que tocó el manto del Señor Jesús en Lucas 8:43-48. A pesar de la multitud, su fe la llevó a acercarse y recibir sanidad. El Señor Jesús le dijo: “Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.”

Creer y Actuar en Fe

El Hermano Branham resalta que la fe debe ir acompañada de acción. No basta con decir “yo creo”; es necesario actuar como alguien que ya ha recibido la promesa de Dios. En el párrafo 64 el Hermano Branham dice lo siguiente y cito:

64…Dios no puede hacer nada por Ud. hasta que primero Ud. confiese que Él es. Entonces cuando Ud. lo confiese, luego créalo, actúe sobre aquello y quédese con eso, y Dios lo librará.

Este llamado es consistente con las palabras de Santiago 2:17:

17Así también la fe, si no tuviere obras, es muerta en sí misma.

La Sanidad como Prueba de Fe

También el Hermano Branham enseña que las sanidades milagrosas son una evidencia tangible del Poder de Dios y de Su Fidelidad a Su Palabra. Sin embargo, el mayor milagro es la capacidad de mantener la fe, pues solo aquellos que permanecen firmes en su confianza en Dios pueden experimentar una Sanidad duradera y una Relación más profunda con Dios.

Demonios y Enfermedades

El Hermano Branham explica que muchas enfermedades tienen una raíz espiritual, identificando a los demonios como el verdadero origen de dolencias como el cáncer, los tumores y las cataratas. Según el Hermano Branham, estas afecciones no son simplemente problemas físicos; son manifestaciones de fuerzas espirituales malignas que buscan destruir el cuerpo humano. Él nos dice en el párrafo 43:

43…El germen es una vida. Primero, el germen es una pequeña célula diminuta que contiene vida. Y esa vida solo puede venir de dos fuentes: de Dios o del diablo. Y Ud. vino del germen de vida, de Dios. El cáncer, el tumor y todo eso, vino del germen de vida del diablo. Y él se esfuerza por destruir su vida. Él carcome el torrente sanguíneo y—y lo ataca a Ud. de diferentes maneras. Por lo tanto, yo sé que son demonios. Jesucristo los llamó demonios; y lo que Él dice es la Verdad. Ellos son el diablo. El diablo es un atormentador. Él está aquí para hacer pedazos su cuerpo, para devorarlo, destruirlo a Ud., acortar sus “setenta años”, si puede.

Enfermedades como Agentes del Diablo

El Hermano Branham describe cómo las enfermedades actúan como un enemigo infiltrado que intenta interrumpir el Plan Perfecto de Dios para la salud del hombre. Utiliza el ejemplo del cáncer, explicando que comienza con un golpe o una célula dañada que se multiplica descontroladamente. Él afirma que el cáncer es un tipo de vida perversa que no pertenece al cuerpo humano y que tiene un espíritu maligno detrás, cito del párrafo 42:

42…Por lo tanto, este cáncer que él—él comienza o este tumor, lo que sea, comienza a multiplicarse de ese germen, como un tumor se vuelve maligno, y demás. Es un cuerpo, como Ud. es de un cuerpo. Aquello tiene un espíritu así como Ud. es espíritu, solo que no tiene alma. Pero tiene una vida así como Ud. tiene vida.

Este entendimiento se alinea con las Escrituras. En Marcos 9:25, donde el Señor Jesús reprende al espíritu inmundo que tenía a un niño mudo y sordo diciéndo:

25…Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.

El Poder de Cristo sobre los Demonios

Aunque las enfermedades están influenciadas por demonios, el Hermano Branham nos asegura que Jesucristo tiene poder absoluto sobre estas fuerzas. Él declara que toda vida, sea de origen Divino o maligno, está sujeta al Poder de Dios. Cuando el Espíritu de Dios se manifiesta, los demonios deben someterse y dejar libre a la persona afligida, él nos dice en el párrafo 44:

44Por eso cuando este Ángel de Dios baja a donde estoy… yo no sé nada, de ninguno de Uds. Pero por eso Él les dice la clase de enfermedad que Uds. tienen en su cuerpo, porque esa vida está sujeta a la Vida que Dios ha enviado para que la discierna; como también las cosas que Ud. ha hecho en su vida. Se hace por el poder de Dios, entonces puedo saber si está allí o si ya se ha ido. Y uno puede verlo por los resultados físicos que muestran. Se puede ver en el paciente, cuando su cuerpo se endereza y queda normal, sus ojos se abren, o se abren sus oídos.

Este Poder se evidenció en los milagros de Sanidad realizados por el Señor Jesús. Lucas 13:11-13 relata cómo Jesús sanó a una mujer que estaba encorvada por el espíritu de enfermedad:

11Y he aquí una mujer que tenía espíritu de enfermedad dieciocho años, y andaba agobiada, que en ninguna manera se podía enhestar.

12Y como Jesús la vió, llamóla, y díjole: Mujer, libre eres de tu enfermedad.

13Y puso las manos sobre ella; y luego se enderezó, y glorificaba á Dios.

Testimonios de Liberación

El sermón está lleno de testimonios impactantes que ilustran cómo los demonios operan y cómo son derrotados por el Poder de Cristo. El Hermano Branham cuenta la historia de una mujer poseída por un espíritu violento que la llevó a actuar con una fuerza sobrehumana, incluso dañándose a sí misma. A pesar de su condición, Branham oró, y el demonio fue expulsado. La mujer regresó más tarde completamente normal y restaurada, testificando del Poder Liberador de Dios.

El Llamado a la Vigilancia

El Hermano Branham también advierte sobre los peligros de la incredulidad y la crítica, afirmando que estos pueden abrir puertas a la influencia demoníaca. Relata un caso en el que un hombre incrédulo asistió a una reunión y, al rechazar el llamado de Dios, terminó sufriendo ataques epilépticos, siendo finalmente liberado tras una intervención Divina. Este relato refuerza la advertencia bíblica de que la fe y la obediencia son esenciales para resistir al enemigo: Santiago 4:7: “7Someteos pues á Dios; resistid al diablo, y de vosotros huirá.”

La Victoria Final

A través de estos ejemplos, el Hermano Branham reafirma que las enfermedades no son solo un desafío físico, sino una batalla espiritual. Sin embargo, la victoria está asegurada para quienes confían en el Poder de Jesucristo. Como dice 1 Juan 3:8:

8El que hace pecado, es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

EL ROL DEL DON DE SANIDAD

El Hermano Branham destaca el papel esencial del Don de Sanidad como una Manifestación del Poder de Dios para liberar a los enfermos y afligidos. Este Don, según él, no es un mérito humano, sino una Obra del Espíritu Santo que actúa en el tiempo señalado por Dios. El Hermano Branham enfatiza que este Don es una extensión de la Compasión y del Plan Redentor de Cristo para restaurar al hombre en cuerpo, alma y espíritu.

El Don como Herramienta para la Fe

El Hermano Branham señala que el propósito del Don de Sanidad no es glorificar a la persona que lo posee, sino elevar la fe de los Creyentes para que puedan recibir su milagro. Él nos dice en este Mensaje lo que el Ángel del Señor le dijo cuando vino a él, encontramos esto en el párrafo 63:  

63…Cuando el Ángel vino a mí, Él dijo: “Si logras que la gente sea sincera…”. O, “Si tú eres sincero y logras que la gente te crea, nada impedirá tu oración”. Yo lo creo.

La base bíblica de esta afirmación se encuentra en Marcos 16:17-18, donde el Señor Jesús dice:

17Y estas señales seguirán á los que creyeren: En mi nombre echarán fuera demonios; hablaran nuevas lenguas;

18Quitarán serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les dañará; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

El Don de Sanidad es una señal del Evangelio en acción, diseñada para confirmar la Palabra de Dios y fortalecer la fe de los Creyentes.

El Don en Acción: Una Asociación con Dios

El Hermano Branham describe cómo el Don de Sanidad requiere que el ministro actúe en completa dependencia de Dios. Él explica que el discernimiento de enfermedades y dolencias es posible porque el Espíritu Santo revela estas cosas al ministro. EL Hermano Branham afirma, en el párrafo 44, que:

44…Por eso cuando este Ángel de Dios baja a donde estoy… yo no sé nada, de ninguno de Uds. Pero por eso Él les dice la clase de enfermedad que Uds. tienen en su cuerpo, porque esa vida está sujeta a la Vida que Dios ha enviado para que la discierna; como también las cosas que Ud. ha hecho en su vida. Se hace por el poder de Dios, entonces puedo saber si está allí o si ya se ha ido. Y uno puede verlo por los resultados físicos que muestran. Se puede ver en el paciente, cuando su cuerpo se endereza y queda normal, sus ojos se abren, o se abren sus oídos.

Este proceso se ve reflejado en los Ministerios de los Apóstoles, como en Hechos 5:15-16, donde la sombra de Pedro sanaba a los enfermos y liberaba a los atormentados por espíritus inmundos. Esto demuestra que el don de sanidad es un canal por el cual Dios manifiesta Su poder en la Tierra.

La Responsabilidad de Mantener la Fe

El Hermano Branham advierte que, aunque el Don de Sanidad puede traer liberación, la permanencia del milagro depende de la fe continua del receptor. Él ilustra esto con casos de personas que, después de ser sanadas, perdieron su milagro debido a la incredulidad o el descuido espiritual. Esto refleja la enseñanza de Jesús en Juan 5:14, cuando le dice al hombre que fue sanado:

14…He aquí, has sido sanado; no peques más, porque no te venga alguna cosa peor.

El Don de Sanidad, por lo tanto, es un llamado no solo a recibir la Sanidad, sino a perseverar en la fe y en una relación con Dios.

Un Don para la Gloria de Dios

También el Hermano Branham deja claro que el propósito del Don de Sanidad es Glorificar a Cristo y edificar Su Iglesia. No es un espectáculo ni una herramienta para el beneficio personal del Ministro. Él declara en el párrafo 31 y cito:

31…No hay hombre que puede hacer algo. Todo tiene que venir de Dios.

Esto nos recuerda las palabras del Apóstol Pablo en 2 Corintios 4:7:

7Tenemos empero este tesoro en vasos de barro, para que la alteza del poder sea de Dios, y no de nosotros:…

El Don de Sanidad, según el Hermano Branham, no es solo un milagro físico, sino una Señal del Reino de Dios manifestándose entre Su Pueblo.

LA ACCIÓN DE DIOS FRENTE A LA INCREDULIDAD

El Hermano Branham enfatiza que la incredulidad es una barrera que puede limitar la Manifestación del Poder de Dios. Sin embargo, Dios, en Su Misericordia, obra incluso en contextos de incredulidad para mostrar Su Gloria y atraer a las personas hacia la fe. El Hermano Branham relata varias experiencias que ilustran cómo Dios responde a la incredulidad con actos de poder, reafirmando que Su Autoridad no está condicionada por la duda humana, pero sí por la disposición del corazón a creer.

La Incredulidad como Obstáculo

El Hermano Branham señala que muchas personas que asisten a reuniones de sanidad llegan con actitudes críticas o incrédulas, lo que afecta el ambiente espiritual. Él explica que la fe colectiva de la congregación es crucial para que los milagros ocurran de manera efectiva, dice el Hermano así en los párrafos 46 y 47:

46…Si este—si este grupo de personas sentadas aquí, probablemente por los que se ha de orar en esta noche, que vendrán a la plataforma, si estuvieren en un acuerdo y unánimes, en los próximos cinco minutos, no quedaría ni uno de ellos en estas sillas de ruedas o catres; si ellos creen que esta es la Verdad. Y mientras pasan uno por uno esta noche, a la plataforma, si ellos, cada uno, no se levanta de esas sillas de ruedas y catres y cosas, y no sale caminando normalmente de esta plataforma, entonces Uds. pueden decir que yo estoy equivocado.

47Y yo apunto de nuevo a Dios, Quien es infalible. Ud. Será sanado. Ahora, Él está aquí para confirmar Su Palabra. Toda Palabra que Dios dice es verdadera. Pero Ud. no puede creerla a medias; Ud. tiene que estar seguro de Eso.

Esta enseñanza encuentra respaldo en el Evangelio de Mateo 13:58, que dice sobre el Señor Jesús:

58Y no hizo allí muchas maravillas, a causa de la incredulidad de ellos.

La incredulidad no limita el Poder de Dios, pero puede bloquear nuestra capacidad de recibir Su Obra.

Ejemplos de Incredulidad y Juicio

El Hermano Branham relata el caso de un hombre crítico en una reunión en Phoenix, quien se negó a inclinar su rostro durante un momento de oración, a pesar de ser advertido de las consecuencias. Aunque inicialmente no experimentó un cambio, días después comenzó a sufrir ataques epilépticos. Finalmente, tras un acto de intercesión, fue liberado, reconociendo su error y el Poder de Dios. Esto lo relata el Hermano en los párrafos 161 hasta el 173 y cito:

161Ahora quiero que todos recuerden esto: Uds.—Uds. Siempre son bienvenidos a las reuniones, todos. Pero cuando yo les pida que inclinen el rostro, Uds. deben inclinar sus rostros. Y luego cuando yo… no levanten el rostro hasta que me oigan decir por este micrófono, o al Hermano Bosworth aquí de pie, que levanten el rostro. Si lo hacen antes, no seré responsable de lo que ocurra.

162El Sr. Hooper, sentado cerca, él estuvo en una… Me agrada ver a alguien que ha estado en otras reuniones. Él estaba en Phoenix, Arizona, con nosotros, donde uno de los funcionarios de la ciudad estaba en la reunión.

163Él dijo: “Bueno, eso es un buen ejemplo de psicología” dijo, “yo solo… No hay nada cierto en eso”.

164Yo sentía al hombre. Estaba atrás hacia mi derecha. Dije: “Hay alguien a mi derecha que no tiene el rostro inclinado”. Él no quiso inclinar el rostro. Uno de los ujieres le dijo: “Mantenga su rostro inclinado”. Era un funcionario de la ciudad, así que dijo: “No me pueden obligar”. Así que: “Muy bien”. Y él me trajo el recado.

165Yo tenía un niño pequeño allí, y tenía un trapo prendido alrededor con un alfiler de ropa, tratando de… Había tenido un ataque epiléptico; le había dado uno allí mismo en la plataforma en ese momento. A veces cuando pasa un epiléptico, les dan ataques de inmediato. Y le dije: “Está bien, señor, yo se lo pedí; es todo lo que puedo hacer”.

166Oré. Dije: “Dios, no permitas que este niño inocente sufra por la desobediencia de ese hombre”. Salió del niño. El hombre solo sonrió y siguió.

167Unos dos días después, él vino… empezó a tener una sensación extraña, dijo: “¡Oh!, solo me lo estoy imaginando, eso es todo”. Dijo: “Solo—solo es mi imaginación, me está molestando”. Trató de no pensar en eso.

168Un día más tarde o algo así, los oficiales lo recogieron en el centro de la ciudad caminando sin rumbo. Unas seis semanas más tarde, él vino…

169Yo estaba teniendo un servicio donde Charles Fuller… con Charles Fuller, allá en Long Beach. Si alguno de Uds. estuvo, sabe cuántos había allí. Literalmente miles allí, de pie en la playa, por lo que ellos… Él no pudo entrar allí. Fue a Los Ángeles, no pudo entrar allí.

170Y, finalmente, en Modesto. Su esposa, en una noche lluviosa, se postró en el camino. A él le había crecido barba en la cara, horrible, de aspecto espantoso. Y allí estaba. Dijo: “Hermano Branham, hay que hacer algo”. Dijo: “Él—él—él no, ni siquiera come. No podemos hacerle tragar agua”. ¡Oh, se veía horrible!

Allí sentado, sus ojos solo miraban fijamente.

171Yo entré. Él empezó a hacer: “hummmm”, retrocediendo de mí, así.

172Les dije que le pusieran seguro a la puerta. Y estábamos cansados, habíamos estado el sábado en la noche en la sede del club allá, por horas, lidiando con los enfermos. Hice que el Hermano Brown y el Hermano Moore le pusieran seguro a a puerta, para que la gente no entrara. Su esposa estaba embarrada

al haberse postrado en el camino y aferrarse de mi pantalón. Yo no podía ni moverme. No podían arrastrarme, ella estaba aferrada, para que fuera donde su marido.

173 Unos cuarenta y cinco minutos después, aquello lo dejó. Me tomó en sus brazos y me abrazó. Se puso el sombrero en la cabeza así, me dio la mano, se fue a casa un hombre sano.

Este relato recuerda la advertencia de Gálatas 6:7:

7No os engañeis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

La Misericordia de Dios Frente a la Incredulidad

A pesar de las actitudes críticas, el Hermano Branham muestra que Dios, en Su Infinita Misericordia, actúa para llevar a las personas a la fe. Un ejemplo es el de un hombre moreno en Arkansas que, aunque desconocía el Ministerio del Hermano Branham, obedeció una visión de su madre fallecida que le instruía buscar sanidad. La fe del hombre en la visión y en la dirección de Dios lo llevó a recibir la Sanidad inmediata de su ceguera. Nos relata el Hermano Branham y cito de los párrafos 145 al 148:

145Dijo: “Párroco” dijo él, “mi anciana mami era una buena mujer religiosa”. Dijo: “Ella nunca me dijo una mentira en toda su vida”. Dijo: “Hace diez años que partió”. Dijo: “Además, yo no he escuchado de Ud. en mi vida”. Dijo: “Vivo como a ciento sesenta kilómetros de aquí”. Y dijo: “Anoche…”. Dijo: “He estado ciego por muchos años”. Dijo: “Anoche, desperté, y al lado de mi cama estaba parada mi anciana mami. Y me dijo: ‘Cariño, hijito, ve a El Dorado, Arkansas, y pregunta por alguien de nombre Branham’. Dijo: ‘El Señor ha dado un don de sanidad Divina. Vas a recibir tu vista’”. ¡Oh, vaya!, sentí que mi corazón se ponía así de grande. Vi que era Dios hablando.

146Si el hombre no cree, Dios lo declarará de alguna manera a los de corazón sincero; Él lo hará.

147Coloqué mis manos sobre él, y dije: “Hermano, el Señor Jesús que le envió esta visión está parado aquí ahora para sanarle”. Quité mis manos de él.

148Tomé su mano; la catarata había muerto. Las lágrimas salían y rodaban de su mejilla. Dijo: “Te doy gracias, Señor. Te doy gracias, Señor”.

Este milagro refleja lo que ocurrió en Juan 9:1-7, cuando el Señor Jesús sanó al ciego de nacimiento para que las obras de Dios se manifestaran.

El Llamado a Creer

El Hermano Branham enfatiza que la fe es el punto de partida para experimentar la acción de Dios, pero advierte que esta fe debe ser genuina y persistente, cito de los párrafos 47 y 48:

47Y yo apunto de nuevo a Dios, Quien es infalible. Ud. Será sanado. Ahora, Él está aquí para confirmar Su Palabra. Toda Palabra que Dios dice es verdadera. Pero Ud. no puede creerla a medias; Ud. tiene que estar seguro de Eso.

48Algunas personas vienen, dicen: “Yo creo”. Ellos piensan que creen; pero quizás se encuentre uno en mil que realmente cree. “La fe es la sustancia de lo que se espera, la evidencia de lo que no se ve”.

Este llamado a la fe auténtica está respaldado por Hebreos 11:6:

6Empero sin fe es imposible agradar á Dios; porque es menester que el que á Dios se allega, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

La Respuesta de Dios: Señales y Prodigios

Continuando, el Hermano Branham declara que los milagros y sanidades son evidencia de la Acción de Dios en medio de la incredulidad, como un testimonio para atraer a los corazones incrédulos. Él dice y cito del párrafo 68:

68Ha llegado la hora, pueblo. El momento ha llegado. Diré esto, y Uds. pueden tacharme de fanático si desean: Yo creo que esto indica a la Segunda Venida de Jesucristo. Amén. Pues, habrá señales y prodigios. Y el asunto es que, si Ud. no está en el Reino de Dios, esfuércese por entrar en Él. Yo seguramente debería saber algo de lo que estoy hablando, o Dios no honraría mi oración haciendo lo que Él hace. Y Ud. que no ha entrado en el Reino, busque a Cristo ahora como su refugio, mientras hay tiempo y tiene la oportunidad.

Este énfasis en las Señales como evidencia de la Obra Divina es consistente con Marcos 16:20:

20Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, obrando con ellos el Señor, y confirmando la palabra con las señales que se seguían. Amen.

Dios actúa frente a la incredulidad no solo como un juicio, sino como un llamado a la fe. La Misericordia y el Poder de Cristo siguen estando disponibles para quienes estén dispuestos a creer y recibir.

CONCLUSIÓN

Queridos Hermanos y Hermanas, al reflexionar sobre el repaso del Mensaje “Enfermedades y Aflicciones” que predicó el Hermano y Siervo del Altísimo William Marrion Branham, se nos ha recordado que la Sanidad Divina es una promesa que se encuentra al alcance de aquellos que creen en el Poder de Jesucristo. El Hermano Branham enfatiza que todas las enfermedades tienen su raíz en el pecado y son infligidas por el enemigo, pero nos asegura que nada es demasiado difícil para el Señor.

Jesucristo, quien sanó a los enfermos y liberó a los cautivos durante Su Ministerio terrenal, sigue siendo el mismo ayer, hoy y por los siglos (Hebreos 13:8). Sus Promesas no han cambiado, y Su Poder para sanar está disponible para todo aquel que cree. El Salmo 103:3 nos recuerda que Él es:

3El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;…

El Hermano Branham destaca que la fe es el elemento esencial para recibir la Sanidad Divina. No es suficiente desear la Sanidad; es necesario creer con todo el corazón que Jesucristo tiene el Poder para obrar el milagro. Él dice en el párrafo 64:

64…Dios no puede hacer nada por Ud. hasta que primero Ud. confiese que Él es. Entonces cuando Ud. lo confiese, luego créalo, actúe sobre aquello y quédese con eso, y Dios lo librará.

Así como el Señor Jesús le dijo al ciego Bartimeo en Marcos 10:52: “Tu fe te ha salvado”, hoy también nos dice lo mismo a nosotros. Solo necesitamos acudir a Él con un corazón lleno de fe y confianza en Su Poder.

El Hermano Branham comparte múltiples testimonios de personas que, a pesar de su incredulidad inicial o de situaciones aparentemente imposibles, fueron completamente sanadas al creer en la Obra de Cristo. Desde el hombre ciego que recibió su vista en Arkansas hasta la niña con los ojos cruzados que fue sanada en un instante, cada milagro es un recordatorio del Amor y la Fidelidad de Dios. El Hermano Branham declara con convicción:

41Dios no quería que Ud. estuviera enfermo. Dios lo hizo a Ud. a Su semejanza. Él quiere que Ud. esté bien. Él ha hecho todo lo posible para mantenerlo a Ud. saludable.

Si estás enfrentando enfermedades, dolencias o aflicciones, este es el momento de acudir a Cristo, la Palabra. Él es el mismo Salvador compasivo que sanó a los enfermos y levantó a los oprimidos en los días bíblicos. No permitas que la duda o el temor sean un obstáculo. Como dice Santiago 5:15: “Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si estuviere en pecados, le serán perdonados.”

Hoy te invito a depositar tu confianza plena en Cristo. Él está dispuesto y listo para obrar en tu vida. En este momento, únete en oración y declara con fe que Jesús es tu sanador.

ORACIÓN

Oremos: Padre Celestial, Todopoderoso, venimos ante Tu Trono de Gracia y Misericordia, reconociendo que Tú eres el Dios de lo imposible. Tú eres el Creador de los cielos y la tierra, el Autor de la Vida y el único que tiene el Poder para sanar, restaurar y levantar aun a los muertos. En este momento, Señor, invocamos Tu Nombre que está por encima de todo nombre: el Nombre del Señor Jesucristo.

Oh Dios, como dice Tu Palabra en Hebreos 13:8, Tú eres el mismo ayer, hoy y por los siglos. Así como caminaste entre los hombres sanando a los enfermos, limpiando a los leprosos, abriendo los ojos de los ciegos y resucitando a los muertos, creemos que hoy sigues obrando con ese mismo Poder. Señor, Tú dijiste en Juan 11:25: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.”  En este momento, nos aferramos a esa Promesa y declaramos que Tu Vida está fluyendo hacia nosotros.

Amado Padre, reprendemos todo espíritu de enfermedad, toda dolencia, todo demonio que oprime los cuerpos y las mentes de Tus Hijos. En el Nombre de Jesucristo, ordenamos que toda enfermedad se seque desde su raíz, que todo cáncer, todo tumor, toda parálisis, toda ceguera y toda sordera sea removida por Tu Poder. Reprendemos toda obra del enemigo que ha intentado destruir la salud de Tu Pueblo. Señor, como dice Isaías 53:5, por Tus llagas fuimos nosotros curados. Ahora reclamamos esa Sanidad completa en el Nombre Todopoderoso del Señor Jesucristo.

Padre Santo, declaramos que los huesos secos se llenan de vida, que los órganos enfermos son restaurados, que las células dañadas son renovadas. Pronunciamos vida sobre todo cuerpo que ha estado debilitado y restauración sobre todo lo que el enemigo ha destruido. ¡Oh Señor, el mismo poder que resucitó a Cristo de entre los muertos ahora opera en nosotros! Te pedimos que ese Espíritu vivificador llene cada corazón y cada cuerpo en este momento.

Señor Dios Eterno, clamamos por aquellos que han perdido toda esperanza. Sabemos que cuando Tú hablas, incluso los muertos en sus tumbas escuchan Tu Voz. Así como dijiste a Lázaro: “¡Lázaro, ven fuera!” (Juan 11:43), hoy declaramos en Tu Nombre: ¡Levántate, recibe vida, recibe sanidad y camina en la Plenitud de Cristo!

Padre, llena cada hogar con Tu Gloria. Que la atmósfera sea saturada de Tu Presencia, que todo espíritu de incredulidad sea expulsado y que la fe se levante en cada corazón. Oramos por una Manifestación Sobrenatural de Tu Poder. Oh Dios, toca los cuerpos, las almas y los espíritus ahora mismo. Que los cojos caminen, que los ciegos vean, que los enfermos sean sanados, y que los muertos se levanten para testificar de Tu Poder.

Te damos Gloria y Honra, porque sabemos que Tu Palabra no regresa vacía, sino que cumple todo aquello para lo cual fue enviada. Ahora declaramos que las cadenas están rotas, que las tinieblas se disipan, y que Tu luz brilla poderosamente sobre Tu Pueblo.

Te lo pedimos, Padre, en el Nombre que tiene toda autoridad en los cielos y en la tierra, en el Nombre glorioso de nuestro Señor Jesucristo. ¡Amén y amén!

¡Hoy es el día de tu sanidad! Cree, actúa en fe, y confía en que el Señor Jesucristo es tu Sanador. Dios te bendiga siempre. ¡Amén!

Introduction

Dear brothers and sisters, as we begin this review of the Message entitled "Diseases and Affliction," preached by Brother William Marrion Branham in January 1950, we are invited to meditate deeply on the Work of Healing and Deliverance that God is doing in the midst of His People. This Message reminds us that even if we face physical illness, emotional ailments, or spiritual afflictions, there is an answer and hope in Jesus Christ.

Brother Branham opens his Message with the words of Psalm 103:2-3, a powerful and eternal statement, where he says:

2Bless the Lord, O my soul, and do not forget any of his benefits.

3He is the one who forgives all your iniquities, the one who heals all your infirmities;

This Scripture is not only inspirational words, but an invitation to remember God's Faithfulness and Benefits. In this sermon, Brother Branham directs us to a crucial truth: all sickness has its origin in sin, not necessarily in personal sin, but in the fall of man when Satan introduced death and afflictions into the world (Genesis 3:17-19).

Brother Branham teaches that the enemy, the devil, is the author of sickness and affliction. Before his entrance, Creation was perfect, but since the fall, Satan has sought to destroy the Divine Plan, attacking people's health and lives. However, the Message assures us that the power of Jesus Christ is sufficient to overcome any disease, any torment, and any work of the enemy.

In paragraphs 25 to 27 of this Message that we are reviewing, Brother Branham tells us and I quote:

25Today, we have the best doctors we have ever had. We have the best medical advances, the best hospitals we've ever had; and more illness than we've ever had. And on the day when we have the best medical science we've ever had, institutions continue to be built for the terminally ill. Just when we have the best scientific research on afflictions and illnesses we have ever had, we build institutions, annually, for the homeless.

26 But nothing has been presented to Jesus Christ, the Son of God, that He was only able to overcome. And He is still the same today as He was yesterday, and He will be forever. And He proves it. And you'll see it, night after night. And if not, then they have the right to doubt. Someone said, "Do healings last?"

27 They last as long as faith lasts. But when faith fails, then your healing will fail. Would you say that every person who comes to the altar and converts will be a Christian for the rest of his days? He could be a child of God tonight, and tomorrow be a child of the devil. It is when he loses faith in God that causes him to retreat.

This introduction not only seeks to establish the biblical foundation of Divine Healing, but calls us to recognize that faith is the key to accessing God's Benefits. Brother Branham emphasizes that when faith is lost, Healing is lost, for it is faith that connects the Believer to the Healing Power of God.

Therefore, this Message is more than just a sermon on sickness; it is a call to each of us to examine our faith, our Relationship with God, and our willingness to believe that Jesus Christ, through His Sacrifice and Resurrection, has made our total Healing possible; physically and spiritually.

As we go through this review, we pray to the Holy Spirit to guide us, increasing our faith and opening our understanding to receive the truth of this Message of hope and restoration. May we today affirm in our hearts that Jesus Christ is the same yesterday, today, and forever!

The Message entitled "DISEASES AND AFFLICTIONS", was preached in the month of January 1950, in the Church of The Open Door, in Louisville, Kentucky, United States of America, where he brought us what was the cause of illness and death, and also tells us various testimonies.  In this Message Brother Branham quoted from Psalm 103, verses 1 to 3, as we have already read, but for this episode I will quote God's Command along with its warning and the end result of disobedience: Genesis 2:16-17 and Genesis 3:16-19:

Genesis 2:16-17:

16 And the Lord God commanded the man, saying, Thou shalt eat of every tree of the garden;

17 But of the tree of the knowledge of good and evil you shall not eat of it; for in the day that you eat of it you will die.

Genesis 3:16-19:

16 To the woman he said, "I will greatly multiply your pains and your pregnancy; in sorrow you will give birth to children; and your desire shall be thy husband, and he shall have dominion over thee.

17 And he said to the man, Because you obeyed the voice of your wife, and ate of the tree of which I commanded you, saying, You shall not eat of it; cursed shall the earth be for your sake; in pain you shall eat of it all the days of your life;

18 It will bring thorns and thistles to you, and you will eat grass of the field;

19In the sweat of your face you shall eat bread until you return to the earth; for you were taken from it: for dust you are, and to dust you will be returned.

THE ORIGIN OF DISEASES AND AFFLICTIONS

Brother Branham, in this sermon "Sickness and Affliction," explains that all sickness and affliction has its origin in sin, not necessarily in the personal sins of those who suffer from them, but in the original sin that entered the world through the fall of man. As Brother Branham explains, before the devil came, there was no sickness or suffering. It was from the entry of the enemy that ailments became part of the human experience.

Brother Branham says, and I quote from paragraphs 23 and 24:

23Sickness and affliction are all the result of sin, perhaps not in your life, but in the life of someone before you. The devil is the author of diseases and afflictions. Before we had a devil, we had no sickness or afflictions. But when Satan came, he brought sickness and afflictions with him.

24 So often we refer to them as blessings. I didn't believe that God could get a blessing from a sick person. unless he was a sinner, leading him to God; or a disobedient son, bringing him to be reconciled to his Father. But sickness is the result of the devil and the fall.

This principle finds support in God's Word. Romans 5:12 says,

12 Therefore reconciliation came through one, just as sin entered into the world through one man, and death through sin, and death so passed on to all men, for all sinned.

Sin not only brought spiritual death, but it also allowed the enemy to have a place to wreak havoc on the human body. This manifests itself through physical illnesses, emotional ailments, and spiritual torments.

Brother Branham emphasizes that God did not create man to suffer from disease. In the beginning, mankind was designed to live in perfect communion with Him, enjoying health, peace, and prosperity. However, Satan, by introducing sin, also brought suffering with him. Brother Branham describes it this way, and I quote from paragraphs 41 and 42:

41God didn't want you to be sick. God made you in His likeness. He wants you to be alright. He's done everything He can to keep you healthy.

42 But Satan is against him.

Through this teaching, it is made clear that diseases do not come from God. Although affliction is sometimes allowed to draw us closer to Him or lead us to reconciliation, it always comes from the adversary. This understanding is crucial for Believers to identify the true enemy and approach the Healing Power of Christ.

Christ's Victory over Disease

Although sickness is a result of sin and Satan's attack, Brother Branham assures us that no disease is too great for Christ, I go back and quote from paragraph 26:

26 But nothing has been presented to Jesus Christ, the Son of God, that He was only able to overcome. And He is still the same today as He was yesterday, and He will be forever.

Isaiah 53:4-5 reminds us that Christ took our infirmities and bore our sins to give us healing:

4 Surely he bore our infirmities, and bore our sorrows; and we considered him stricken, smitten of God, and afflicted.

5 But he was wounded for our transgressions, he was crushed for our iniquities: the chastisement of our peace upon him; and by his stripes we were healed.

This truth leads us to trust in the Power of God to heal us of any ailment, understanding that Healing is part of the Redemption purchased by Christ in His Redemptive Mission.

Brother Branham teaches us that all sickness and affliction has its origin in sin. It is not necessarily our own individual sins, but the sin that entered the world through the fall of man. He emphasizes that the devil is the author of diseases and afflictions, and that before the entrance of sin, there were no such diseases.

Now, what is disease? Sickness is one of the attributes of sin. Before we had any sickness, we had no sin. Sickness comes as a result of sin, perhaps not your sin but the sin of your parents, just as it happens to those who are born with some kind of sickness.

In the Message "CONTENDING FOR THE FAITH," preached in February, 1956, in paragraphs 20 and 21, Brother Branham tells us: "Sickness is an attribute of sin. Now, maybe you haven't sinned, causing you to be sick. But it was because of sin in the first place that sickness was brought into the world. Before we had any sin, we had no sickness. But when sickness came in, sin is an attribute. And now, there's no way for you to deal with sin without dealing with sickness or every attribute that sin has produced. Sin, when we deal with sin, we deal with death. And disease is the first stage of death, when disease takes over its body."

If you look closely at Genesis 3:17-18, where God's Word tells us as follows:

17… cursed shall the earth be for your sake; in pain you shall eat of it all the days of your life;

18He will bring thorns and thistles to you,...

If you can notice, the earth was cursed, the earth that we feed on was cursed because of sin. God did not directly curse the man Adam, but He cursed the earth. Being under a curse, it was no longer going to produce with the glory it produced in the beginning. And that's why at the beginning of verse 18 he tells us, "He will bring forth thorns and thistles for you,...."

God's Word shows us that sickness and affliction are consequences of sin that entered the world through the fall of man. However, through Faith in Jesus Christ and His Sacrifice, we can find healing and redemption.

Brother Branham makes a statement about relapsing back into the disease from which people were delivered by the prayer of faith, he says, and I quote in paragraphs 28 and 29: "And any power that can heal you. Here on this platform you can keep it healthy. That is why I said this, that: everyone who comes here will receive deliverance. Going out from here, it will be according to his faith if he keeps it. I've seen people come to the platform completely blind, and be able to read from this very Bible. And in less than five days, they will return as blind as before. Why did you read here? The power of the devil recognized that gift of God, and he had to leave. I know that's a very strong statement, but I know where I stand. And I know Whom I have believed, and I know His Power to heal."

When we turn our gaze away from Christ and all His Promises, it will happen to us just like the Apostle Peter, who, already walking on water, became unfocused when he observed the circumstances around him and began to sink. That is why, once we have been delivered from evil, let us keep our Faith focused on His Promise, keeping our gaze to the Author and Finisher of our Faith.

 THE NATURE OF DISEASES

Brother Branham explains that diseases such as cancer, tumors, and other ailments are physical manifestations of demons. These diseases are attacks by the devil to destroy our lives and take us away from God. He emphasizes that behind every disease there is an evil spiritual force that seeks our destruction.

In this Message and in paragraph 32, Brother Branham tells us, " For example, we will take a moment to talk about cancer. It seems to be one of the biggest enemies today. What is cancer? Where did it come from? Tumor, cataract, ulcer, pneumonia, tuberculosis, all these names are medical names that medical science gave them. The Bible declares that they are demons. For example, cancer, what is cancer? It usually comes in one fell swoop."  Later Brother Branham tells us in paragraphs 38 and 39, the following: "And a cancer, in the natural... Spiritually, he is a demon. It is a type of the scavenger animal, a vulture; eat dead things. Cancer comes from a blow. For example, my hand does not have cancer. And at some point I might. So, what causes cancer? Some cell, a germ in my body that goes astray, gets hit, or something gets in there. And from that germ or cell, a multiplication of cells begins, multiplying, and forms a cancer and begins to eat the body."

Brother Branham also points out that the Lord Jesus, during His earthly ministry, faced and overcame these demons, demonstrating His Power over the forces of evil. The Lord Jesus not only healed physical illnesses, but He also delivered people from demonic oppression. So, if the demon can be cast out, then the person feels good. Now, cancer is a demon. The tumor is a demon. Tuberculosis is a demon. Sickness in general is a tormenting and destructive demon that the devil produced to destroy the Children of God.

Brother Branham teaches that the root of all disease is spiritual and that true healing can only come through divine intervention. only God and His Healing Power can cure our ailments. Faith in Jesus Christ and fervent prayer are essential to receiving healing and deliverance from these evil forces.

In the Message "CONTENDING FOR THE FAITH," in paragraph 19, Brother Branham tells us, "God only gave Christ the commission to come to earth, to die in our place, for our sins and our sicknesses. Scripture says, "He was wounded for our transgressions, for His stripe we were," we were in the past tense, "we were healed." And we believe that based on our confession of faith, that Jesus, our High Priest, has died and rose again, to take away the sin of the world; and he is seated at the right hand of God, the Father, interceding there on the basis of our confession. And when He died for our sins, He could not die for sins without dying for sickness."

In this quote from Brother Branham he refers to Isaiah 53:5, where he says:

5 But he was wounded for our transgressions, he was crushed for our iniquities: the chastisement of our peace upon him; and by his stripes we were healed.

We must remember that we must have faith in God's promises and trust in His power to heal. Unbelief is an obstacle to receiving Divine Healing, and we must combat it with God's Word.

Hebrews 11:1:

1 Faith is therefore the substance of things hoped for, the demonstration of things not seen.

We have seen that the nature of diseases are physical manifestations of demons and attacks of the devil. However, through Faith in Jesus Christ and prayer, we can find healing and deliverance. Divine healing is a promise from God and an integral part of Christ's Atonement.

FAITH AS THE PATH TO HEALING

Continuing with the review of the sermon "Sickness and Affliction," Brother Branham emphasizes that Faith is the only way to receive Divine Healing. He emphasizes that although God is Almighty and able to heal any disease, His Power is only fully manifested when there is genuine faith in the heart of the Believer. Brother Branham says, "But when faith fails, then your healing will fail. Would you say that every person who comes to the altar and converts will be a Christian for the rest of his days? He could be a child of God tonight, and tomorrow be a child of the devil. It's when he loses faith in God that makes him go backwards."

This statement emphasizes that faith is not only necessary to receive healing, but also to preserve it. Brother Branham illustrates this point by mentioning people who were healed in a meeting, but when they lost their faith, their sickness returned. This reminds us of the Lord Jesus' words in Mark 11:22-24:

22 And Jesus answered and said to them, "Have faith in God."

23 For verily I say unto you, Whosoever shall say unto this mountain, Be ye withdrawn, and cast thyself into the sea, and shall not doubt in his heart, but shall believe that what he saith shall be done, that which he shall say shall be done unto him.

24 Therefore I say to you, whatever you ask for in prayer, believe that you will receive it, and it will come to you.

Faith, a Spiritual Sense

Brother Branham describes faith as a spiritual sense that operates beyond the five natural senses: sight, hearing, touch, smell, and taste. Although these senses govern our physical perception, faith transcends the visible and the tangible. He tells us in paragraph 60:

60… Faith is the substance of things that are hoped for, the evidence of things that you don't see, taste, touch, smell, or hear. It is another sense. It is in another sphere. It is nothing natural.

This principle is firmly grounded in Hebrews 11:1, where Scripture defines faith as the substance of things hoped for and the demonstration of things not seen. Faith is not based on what the natural senses perceive, but on full trust in God's Word and Power.

In paragraph 57, Brother Branham tells us, and I quote:

E-57 Now, faith is the substance of things that are hoped for, the evidence of things that you don't see, taste, touch, smell, or hear. But the sense of faith is as real as is its sight, or any other of its senses. See what I mean? You. He believes it, simply... There's no one that can make you doubt, because you've got that sense that tells you it's so.

Example of High Faith

Brother Branham in this Message "Sickness and Affliction" shares testimonies that illustrate how faith can trigger miracles. He relates the case of a young woman with her eyes crossed who had no way to enter the prayer line. On the advice of a Sister at the meeting, the young woman decided to believe with all her heart that she would be healed. Despite having no direct contact with Brother Branham at the time, her faith was recognized by God, and she received healing without being specifically prayed for. Brother Branham tells us in paragraphs 71 to 74:

71… Said, "If I could just walk through there and get into that prayer line! But I can't even get a card."

72Mrs. Bosworth's compassion was extended to the girl. He said, "Honey, if you go right back there where you can see it, and really... Well, no—don't just be imagined. But believing with all your heart that this is a gift from God, I assure you that he will call you in a few minutes."

73 I was praying for the sick on the platform, I was with my back to the girl. Suddenly, I felt that come, faith at work. I looked around, I couldn't make it out, there were too many standing, very congested. And I knew it came from there, and I tried to discern what kind of spirit it was. See, his faith had

elevated to that category.

74And when I turned, I finally found her. Oh, twice the distance of this building, I saw where it was. She was wearing a green coat. I said, "The young lady standing back there, with her eyes crossed and a green coat, fear no more; God has healed her." His eyes straightened perfectly. That's just one of the

thousands of cases that happened like this.

This example reflects what happened to the woman who touched the Lord Jesus' garment in Luke 8:43-48. Despite the crowd, her faith led her to reach out and receive healing. The Lord Jesus said to her, "Daughter, your faith has saved you; Go in peace."

Believing and Acting in Faith

Brother Branham stresses that faith must be accompanied by action. It is not enough to say "I believe"; it is necessary to act like someone who has already received God's promise. In paragraph 64 Brother Branham says the following, and I quote:

64… God can't do anything for you until you first confess that He is. Then when you confess it, then believe it, act on it and keep it, and God will deliver you.

This call is consistent with the words of James 2:17:

17 So also faith, if it does not have works, is dead in itself.

Healing as a Test of Faith

Brother Branham also teaches that miraculous healings are tangible evidence of God's Power and His Faithfulness to His Word. However, the greatest miracle is the ability to keep the faith, for only those who remain steadfast in their trust in God can experience lasting healing and a deeper relationship with God.

Demons and Diseases

Brother Branham explains that many diseases have a spiritual root, identifying demons as the true origin of ailments such as cancer, tumors, and cataracts. According to Brother Branham, these conditions are not simply physical problems. They are manifestations of evil spiritual forces that seek to destroy the human body. He tells us in paragraph 43:

43… The germ is a life. First, the germ is a tiny tiny cell that contains life. And that life can only come from two sources: from God or from the devil. And you come from the germ of life, from God. The cancer, the tumor and all that, came from the devil's germ of life. And he strives to destroy her life. He eats away at the bloodstream and--and attacks you in different ways. Therefore, I know that they are demons. Jesus Christ called them demons; and what He says is the Truth. They are the devil. The devil is a tormentor. He's here to tear your body to pieces, to devour you, destroy you, shorten your "seventy years," if He can.

Diseases as Agents of the Devil

Brother Branham describes how disease acts as an infiltrating enemy attempting to disrupt God's Perfect Plan for man's health. He uses the example of cancer, explaining that it starts with a blow or a damaged cell that multiplies uncontrollably. He states that cancer is a kind of evil life that does not belong to the human body and that has an evil spirit behind it, I quote from paragraph 42:

42… Therefore, this cancer that he--he starts or this tumor, whatever it is, begins to multiply from that germ, like a tumor becomes malignant, and so forth. It's a body, like you're of a body. That has a spirit just like you are spirit, only you don't have a soul. But you have a life like you have life.

This understanding aligns with Scripture. In Mark 9:25, where the Lord Jesus rebukes the unclean spirit that had a dumb and deaf child saying:

25… Dumb and deaf spirit, I command you, come out of it, and enter no more into it.

The Power of Christ over Demons

Although diseases are influenced by demons, Brother Branham assures us that Jesus Christ has absolute power over these forces. He declares that all life, whether of Divine or evil origin, is subject to the Power of God. When the Spirit of God is manifested, the demons must submit and let the afflicted person go free, he tells us in paragraph 44:

44 Therefore when this angel of God comes down to where I am... I don't know anything about any of you. But that's why He tells you the kind of sickness that you have in your body, because that life is subject to the Life that God has sent for you to discern. as well as the things that you've done in your life. It's done by the power of God, so I can tell if it's there or if it's already gone. And you can tell by the physical results they show. It can be seen in the patient, when his body straightens and becomes normal, his eyes open, or his ears open.

This Power was evidenced in the miracles of Healing performed by the Lord Jesus. Luke 13:11-13 relates how Jesus healed a woman who was bent over by the spirit of sickness:

11 And behold, a woman who had the spirit of sickness eighteen years old, and was burdened, that she could not thread herself at all.

12 And when Jesus saw her, he called to her, and said to her, "Woman, you are free from your infirmity."

13 And he laid his hands on her; and then straightened up, and glorified God.

Deliverance Testimonies

The sermon is filled with shocking testimonies that illustrate how demons operate and how they are defeated by the Power of Christ. Brother Branham tells the story of a woman possessed by a violent spirit that led her to act with superhuman strength, even harming herself. Despite his condition, Branham prayed, and the demon was cast out. The woman later returned fully normal and restored, testifying to God's Liberating Power.

The Call for Vigilance

Brother Branham also warns of the dangers of unbelief and criticism, stating that these can open doors to demonic influence. He relates a case in which an unbelieving man attended a meeting and, rejecting God's call, ended up suffering epileptic seizures, finally being released after Divine intervention. This account reinforces the biblical warning that faith and obedience are essential to resisting the enemy: James 4:7: "7Submit yourselves therefore to God; resist the devil, and he will flee from you."

The Final Victory

Through these examples, Brother Branham reaffirms that illness is not just a physical challenge, but a spiritual battle. However, victory is assured for those who trust in the Power of Jesus Christ. As 1 John 3:8 says:

8He who commits sin is of the devil; because the devil sins from the beginning. For this purpose the Son of God appeared, to undo the works of the devil.

THE ROLE OF THE GIFT OF HEALING

Brother Branham highlights the essential role of the Gift of Healing as a Manifestation of God's Power to deliver the sick and afflicted. This gift, according to him, is not a human merit, but a Work of the Holy Spirit who acts at the time appointed by God. Brother Branham emphasizes that this Gift is an extension of Christ's Compassion and Redemptive Plan to restore man in body, soul, and spirit.

The Gift as a Tool for Faith

Brother Branham points out that the purpose of the Gift of Healing is not to glorify the person who possesses it, but to elevate the faith of Believers so that they can receive His miracle. He tells us in this Message what the Angel of the Lord said to him when he came to him, we find this in paragraph 63: 

63… When the Angel came to me, He said, "If you can get people to be sincere..." Or, "If you are sincere and can get people to believe you, nothing will stop your prayer." I believe it.

The biblical basis for this statement is found in Mark 16:17-18, where the Lord Jesus says:

17 And these signs will follow those who believe: In my name they will cast out demons; they will speak new languages;

18 They shall remove serpents, and if they drink anything deadly, it shall not harm them; On the sick they will lay their hands, and they will heal.

The Gift of Healing is a sign of the Gospel in action, designed to confirm God's Word and strengthen the faith of Believers.

The Gift in Action: A Partnership with God

Brother Branham describes how the Gift of Healing requires the minister to act in complete dependence on God. He explains that discernment of sickness and disease is possible because the Holy Spirit reveals these things to the minister. Brother Branham states, in paragraph 44, that:

44… That is why when this Angel of God comes down to where I am... I don't know anything about any of you. But that's why He tells you the kind of sickness that you have in your body, because that life is subject to the Life that God has sent for you to discern. as well as the things that you've done in your life. It's done by the power of God, so I can tell if it's there or if it's already gone. And you can tell by the physical results they show. It can be seen in the patient, when his body straightens and becomes normal, his eyes open, or his ears open.

This process is reflected in the Ministries of the Apostles, such as in Acts 5:15-16, where the shadow of Peter healed the sick and delivered those tormented by unclean spirits. This shows that the gift of healing is a channel through which God manifests His power on earth.

The Responsibility to Keep the Faith

Brother Branham warns that although the Gift of Healing can bring deliverance, the permanence of the miracle depends on the continued faith of the recipient. He illustrates this with cases of people who, after being healed, lost their miracle due to unbelief or spiritual carelessness. This mirrors Jesus' teaching in John 5:14, when he tells the man who was healed:

14… Behold, you have been healed; sin no more, lest something worse come to you.

The Gift of Healing, therefore, is a call not only to receive Healing, but to persevere in faith and in a relationship with God.

A Gift for the Glory of God

Brother Branham also makes it clear that the purpose of the Gift of Healing is to glorify Christ and build His Church. It is not a spectacle or a tool for the personal benefit of the Minister. He states in paragraph 31 and I quote:

31… There is no man who can do anything. Everything has to come from God.

This reminds us of the words of the Apostle Paul in 2 Corinthians 4:7:

7 But we have this treasure in earthen vessels, so that the highness of power may be God's, and not ours.

The Gift of Healing, according to Brother Branham, is not just a physical miracle, but a Sign of the Kingdom of God manifesting itself among His People.

GOD'S ACTION IN THE FACE OF UNBELIEF

Brother Branham emphasizes that unbelief is a barrier that can limit the Manifestation of God's Power. However, God, in His Mercy, works even in contexts of unbelief to show His Glory and draw people to faith. Brother Branham relates several experiences that illustrate how God responds to unbelief with acts of power, reaffirming that His Authority is not conditioned by human doubt but by the heart's willingness to believe.

Unbelief as an Obstacle

Brother Branham points out that many people who attend healing meetings arrive with judgmental or unbelieving attitudes, which affects the spiritual environment. He explains that the collective faith of the congregation is crucial for miracles to occur effectively, Brother says in paragraphs 46 and 47:

46… If this--if this group of people setting here, probably the ones to be prayed for tonight, that will come to the platform, if they were in agreement and unanimous, in the next five minutes, there wouldn't be one of them left in these wheelchairs or cots; if they believe that this is the Truth. And as you walk one by one tonight, to the platform, if they, every one, don't get up from those wheelchairs and cots and things, and walk out of this platform normally, then you can say I'm wrong.

47 And I point again to God, Who is infallible. You'll be healed. Now, He's here to confirm His Word. Every Word that God says is true. But you can't half-believe it; You've got to be sure of That.

This teaching finds support in the Gospel of Matthew 13:58, which says of the Lord Jesus:

58 And he did not do many wonders there, because of their unbelief.

Unbelief does not limit God's Power, but it can block our ability to receive His Work.

Examples of Unbelief and Judgment

Brother Branham relates the case of a critical man at a meeting in Phoenix who refused to bow his head during a moment of prayer, despite being warned of the consequences. Although she initially did not experience a change, days later she began to suffer epileptic seizures. Finally, after an act of intercession, he was released, acknowledging his error and the Power of God. This is related by the Brother in paragraphs 161 to 173 and I quote:

E-161 Now I want everybody to remember this: You--you. Everyone is always welcome to meetups. But when I ask you to bow your head, you should bow your head. And then when I... Don't lift your face until you hear me say into this microphone, or Brother Bosworth standing here, to lift up your face. If they do it sooner, I won't be responsible for what happens.

162Mr. Hooper, sitting nearby, he was in a... I like to see someone who has been to other meetings. He was in Phoenix, Arizona, with us, where one of the city officials was at the meeting.

He said, "Well, that's a good example of psychology," he said, "I just... There's nothing true about that."

164I felt the man. It was behind to my right. I said, "There's someone on my right who doesn't have his head bowed." He didn't want to bow his face. One of the ushers told him, "Keep your head bowed." He was a city official, so he said, "You can't force me." So: "Very good." And he brought me the message.

E-165I had a little boy there, and he had a rag pinned around it with a clothespin, trying to... He had had an epileptic seizure; I had given him one right there on the platform at that time. Sometimes when an epileptic passes by, they have seizures right away. And I said, "Okay, sir, I asked you; it's all I can do."

I prayed. I said, "God, don't let this innocent child suffer because of that man's disobedience." He came out of the child. The man just smiled and went on.

167About two days later, he came... He started to have a strange feeling, he said, "Oh, I'm just imagining it, that's all." Said, "Just—it's just my imagination, it's bothering me." He tried not to think about it.

168A day or so later, the officers picked him up in the center of the city walking aimlessly. About six weeks later, he came...

169I was having a service where Charles Fuller... with Charles Fuller, back in Long Beach. If any of you were, you know how many were there. Literally thousands there, standing on the beach, so they... He couldn't get in there. He went to Los Angeles, he couldn't get in there.

170 And, finally, in Modesto. His wife, on a rainy night, prostrated herself on the road. He had grown a beard on his face, horrible, dreadful-looking. And there it was. Said, "Brother Branham, something's got to be done." Said, "He--he--he doesn't, he doesn't even eat. We can't make him swallow water." Oh, it looked awful!

As he sat there, his eyes were just staring.

171I went in. He started doing, "hummmm," backing away from me, like that.

172 I told them to lock the door. And we were tired, we'd been Saturday night at the clubhouse there, for hours, dealing with the sick. I had Brother Brown and Brother Moore lock the door, so people wouldn't come in. His wife was muddy

having prostrated himself on the road and clinging to my pants. I couldn't even move. They couldn't drag me, she was holding on, so that I could go to her husband.

E-173 About forty-five minutes later, it left him. He took me in his arms and hugged me. He put his hat on his head like this, shook my hand, went home a healthy man.

This account recalls the warning of Galatians 6:7:

7 Do not be deceived: God cannot be mocked, for whatever a man sows, that he will also reap.

God's Mercy in the Face of Unbelief

Despite critical attitudes, Brother Branham shows that God, in His Infinite Mercy, acts to bring people to faith. One example is that of a brown man in Arkansas who, although unaware of Brother Branham's ministry, obeyed a vision from his deceased mother instructing him to seek healing. Man's faith in God's vision and direction led him to receive immediate healing from his blindness. Brother Branham relates to us and I quote from paragraphs 145 to 148:

145 He said, "Parish priest," he said, "my old mother was a good religious woman." He said, "She never told me a lie in her entire life." He said, "It's been ten years since he left." Said, "Besides, I haven't heard of you in my life." He said, "I live about a hundred miles from here." And he said: "Last night..." He said, "I've been blind for many years." He said, "Last night, I woke up, and by my bedside stood my old mommy. And he said, 'Honey, son, go to El Dorado, Arkansas, and ask for someone named Branham.' He said, 'The Lord has given a gift of Divine healing. You're going to get your sight.'" Oh my, I felt my heart get this big. I saw that it was God speaking.

146If man does not believe, God will somehow declare it to the sincere in heart; He will.

I laid my hands on him, and said, "Brother, the Lord Jesus who sent you this vision is standing here now to heal you." I took my hands off him.

148I took his hand; The waterfall had died. Tears were streaming down and rolling down her cheek. He said, "I thank You, Lord. I thank you, Lord."

This miracle mirrors what happened in John 9:1-7, when the Lord Jesus healed the man born blind so that the works of God might be revealed.

The Call to Believe

Brother Branham emphasizes that faith is the starting point for experiencing God's action, but he warns that this faith must be genuine and persistent, I quote from paragraphs 47 and 48:

47 And I point again to God, Who is infallible. You'll be healed. Now, He's here to confirm His Word. Every Word that God says is true. But you can't half-believe it; You've got to be sure of That.

48Some people come and say, "I believe." They think they believe; but perhaps there is one in a thousand who really believes. "Faith is the substance of things hoped for, the evidence of things not seen."

This call to authentic faith is supported by Hebrews 11:6:

6 But without faith it is impossible to please God; for he who comes to God must believe that he is, and that he is a rewarder of those who seek him.

God's Answer: Signs and Wonders

Continuing, Brother Branham declares that miracles and healings are evidence of God's Action in the midst of unbelief, as a testimony to attract unbelieving hearts. He says, and I quote from paragraph 68:

68The hour has come, people. The time has come. I'll say this, and you can call me a fanatic if you like: I believe this points to the Second Coming of Jesus Christ. Amen. Well, there will be signs and wonders. And the thing is, if you're not in the kingdom of God, strive to get into it. I surely should know something I'm talking about, or God wouldn't honor my prayer by doing what He does. And you that hasn't come into the kingdom, look to Christ now as your refuge, while there's time and opportunity.

This emphasis on the Signs as evidence of the Divine Work is consistent with Mark 16:20:

20 And they went out and preached everywhere, the Lord working with them, and confirming the word by the signs that followed. Love.

God acts in the face of unbelief not only as a judgment, but as a call to faith. The Mercy and Power of Christ continue to be available to those who are willing to believe and receive.

CONCLUSION

Dear Brothers and Sisters, as we reflect on the review of the "Sickness and Affliction"  Message preached by the Brother and Servant of the Most High William Marrion Branham, we have been reminded that Divine Healing is a promise available to those who believe in the Power of Jesus Christ. Brother Branham emphasizes that all diseases are rooted in sin and inflicted by the enemy, but he assures us that nothing is too hard for the Lord.

Jesus Christ, who healed the sick and set captives free during His mortal ministry, remains the same yesterday, today, and forever (Hebrews 13:8). His Promises have not changed, and His Power to heal is available to all who believe. Psalm 103:3 reminds us that He is:

3He is the one who forgives all your iniquities, the one who heals all your diseases.

Brother Branham emphasizes that faith is the essential element in receiving Divine Healing. It is not enough to desire Health; it is necessary to believe with all our hearts that Jesus Christ has the Power to work the miracle. He says in paragraph 64:

64… God can't do anything for you until you first confess that He is. Then when you confess it, then believe it, act on it and keep it, and God will deliver you.

Just as the Lord Jesus said to blind Bartimaeus in Mark 10:52, "Your faith has saved you," so today he also says the same thing to us. We need only come to Him with a heart full of faith and trust in His Power.

Brother Branham shares multiple testimonies of people who, despite their initial unbelief or seemingly impossible situations, were completely healed by believing in the Work of Christ. From the blind man who received his sight in Arkansas to the cross-eyed girl who was healed in an instant, every miracle is a reminder of God's Love and Faithfulness. Brother Branham states with conviction:

41God didn't want you to be sick. God made you in His likeness. He wants you to be alright. He's done everything He can to keep you healthy.

If you are facing sickness, sickness, or affliction, this is the time to turn to Christ, the Word. He is the same compassionate Savior who healed the sick and raised up the oppressed in biblical days. Don't let doubt or fear be an obstacle. As James 5:15 says, "And the prayer of faith will save the sick, and the Lord will raise him up; and if he be in sins, they shall be forgiven him."

Today I invite you to place your full trust in Christ. He is willing and ready to work in your life. At this time, join in prayer and declare in faith that Jesus is your healer.

PRAYER

Let us pray: Heavenly Father, Almighty, we come before Your Throne of Grace and Mercy, recognizing that You are the God of the impossible. You are the Creator of the heavens and the earth, the Author of Life, and the only One who has the Power to heal, restore, and raise even the dead. At this time, Lord, we call on Your Name that is above every name: the Name of the Lord Jesus Christ.

O God, as Your Word says in Hebrews 13:8, You are the same yesterday, today, and forever. Just as you walked among men healing the sick, cleansing lepers, opening the eyes of the blind, and raising the dead, we believe that you are still working with that same Power today. Lord, You said in John 11:25, "I am the resurrection and the life; he who believes in me, even if he is dead, will live."  In this moment, we hold on to that Promise and declare that Your Life is flowing to us.

Dear Father, we rebuke every spirit of sickness, every disease, every demon that oppresses the bodies and minds of Your Children. In the Name of Jesus Christ, we command that every disease be dried up at its root, that every cancer, every tumor, every paralysis, every blindness, and every deafness be removed by Your Power. We rebuke every work of the enemy who has attempted to destroy the health of Your people. Lord, as Isaiah 53:5 says, by Your stripes we are healed. Now we claim that complete healing in the Almighty Name of the Lord Jesus Christ.

Holy Father, we declare that dry bones are filled with life, that diseased organs are restored, that damaged cells are renewed. We pronounce life on every body that has been weakened and restoration on all that the enemy has destroyed. O Lord, the same power that raised Christ from the dead is now at work in us! We pray that that life-giving Spirit will fill every heart and every body at this time.

Lord Eternal God, we cry out for those who have lost all hope. We know that when You speak, even the dead in their graves hear Your Voice. Just as you said to Lazarus, "Lazarus, come forth!" (John 11:43), today we declare in Your Name: Arise, receive life, receive healing, and walk in the Fullness of Christ!

Father, fill every home with Your glory. May the atmosphere be saturated with Your Presence, may every spirit of unbelief be cast out, and may faith be lifted up in every heart. We pray for a Supernatural Manifestation of Your Power. Oh God, touch bodies, souls, and spirits right now. May the lame walk, may the blind see, may the sick be healed, and may the dead rise to testify of Your Power.

We give You Glory and Honor, because we know that Your Word does not return empty, but fulfills all that it was sent for. Now We declare that the chains are broken, that the darkness is dispelled, and that Your light shines mightily upon Your People.

We ask you, Father, in the Name that has all authority in heaven and on earth, in the glorious Name of our Lord Jesus Christ. Amen and amen!

Today is your healing day! Believe, act in faith, and trust that the Lord Jesus Christ is your Healer. God bless you always. Amen!

Introduction

Chers frères et sœurs, alors que nous commençons cette revue du Message intitulé « Maladie et Affliction », prêché par le Frère William Marrion Branham en janvier 1950, nous sommes invités à méditer profondément sur l'Œuvre de Guérison et de Délivrance que Dieu accomplit au milieu de Son Peuple. Ce message nous rappelle que même si nous faisons face à une maladie physique, à des maux émotionnels ou à des afflictions spirituelles, il y a une réponse et de l'espoir en Jésus-Christ.

Frère Branham commence son Message par les paroles du Psaume 103:2-3, une déclaration puissante et éternelle, où il dit :

2Bénis le Seigneur, ô mon âme, et n'oublie aucun de ses bienfaits.

3C'est Lui qui pardonne toutes vos iniquités, Celui qui guérit toutes vos infirmités ;

Cette Écriture n'est pas seulement des paroles inspirantes, mais une invitation à se souvenir de la fidélité et des bienfaits de Dieu. Dans ce sermon, Frère Branham nous dirige vers une vérité cruciale : toute maladie a son origine dans le péché, pas nécessairement dans le péché personnel, mais dans la chute de l'homme lorsque Satan a introduit la mort et les afflictions dans le monde (Genèse 3:17-19).

Frère Branham enseigne que l'ennemi, le diable, est l'auteur de la maladie et de l'affliction. Avant son entrée, la Création était parfaite, mais depuis la chute, Satan a cherché à détruire le Plan Divin, attaquant la santé et la vie des gens. Cependant, le Message nous assure que la puissance de Jésus-Christ est suffisante pour vaincre toute maladie, tout tourment et toute œuvre de l'ennemi.

Dans les paragraphes 25 à 27 de ce Message que nous sommes en train de revoir, Frère Branham nous dit et je cite :

25Aujourd'hui, nous avons les meilleurs médecins que nous ayons jamais eus. Nous avons les meilleures avancées médicales, les meilleurs hôpitaux que nous ayons jamais eus ; et plus de maladies que nous n'en avons jamais eues. Et le jour où nous aurons la meilleure science médicale que nous ayons jamais eue, des institutions continueront d'être construites pour les malades en phase terminale. Juste au moment où nous avons les meilleures recherches scientifiques sur les afflictions et les maladies que nous ayons jamais eues, nous construisons des institutions, chaque année, pour les sans-abri.

26 Mais rien n'a été présenté à Jésus-Christ, le Fils de Dieu, qu'il ait été le seul à pouvoir vaincre. Et Il est toujours le même aujourd'hui qu'Il l'était hier, et Il le sera éternellement. Et Il le prouve. Et vous le verrez, soir après soir. Et si ce n'est pas le cas, ils ont le droit de douter. Quelqu'un a dit : « Les guérisons durent-elles ? »

27 Ils durent aussi longtemps que dure la foi. Mais quand la foi échoue, alors votre guérison échouera. Diriez-vous que toute personne qui vient à l'autel et se convertit sera chrétienne pour le reste de ses jours ? Il pourrait être un enfant de Dieu ce soir, et demain être un enfant du diable. C'est lorsqu'il perd la foi en Dieu qui le fait reculer.

Cette introduction ne cherche pas seulement à établir le fondement biblique de la guérison divine, mais nous appelle à reconnaître que la foi est la clé pour accéder aux bienfaits de Dieu. Frère Branham insiste sur le fait que lorsque la foi est perdue, la guérison est perdue, car c'est la foi qui relie le croyant à la puissance de guérison de Dieu.

Par conséquent, ce Message est plus qu'un simple sermon sur la maladie ; c'est un appel à chacun d'entre nous à examiner notre foi, notre relation avec Dieu et notre volonté de croire que Jésus-Christ, par son sacrifice et sa résurrection, a rendu possible notre guérison totale ; physiquement et spirituellement.

Alors que nous traversons cet examen, nous prions le Saint-Esprit de nous guider, d'augmenter notre foi et d'ouvrir notre compréhension pour recevoir la vérité de ce Message d'espoir et de restauration. Puissions-nous aujourd'hui affirmer dans nos cœurs que Jésus-Christ est le même hier, aujourd'hui et pour toujours !

Le Message intitulé « MALADIES ET AFFLICTIONS », a été prêché au mois de janvier 1950, dans l'église de la Porte Ouverte, à Louisville, Kentucky, États-Unis d'Amérique, où il nous a apporté ce qui a été la cause de la maladie et de la mort, et nous rapporte aussi divers témoignages.  Dans ce message, Frère Branham a cité le Psaume 103, versets 1 à 3, comme nous l'avons déjà lu, mais pour cet épisode, je citerai le commandement de Dieu avec son avertissement et le résultat final de la désobéissance : Genèse 2:16-17 et Genèse 3:16-19 :

Genèse 2:16-17 :

16 Et le Seigneur Dieu donna cet ordre à cet homme, en disant : Tu mangeras de tous les arbres du jardin ;

17 Mais tu ne mangeras pas de l'arbre de la connaissance du bien et du mal ; car le jour où tu en mangeras, tu mourras.

Genèse 3:16-19 :

16 Il dit à la femme : « Je multiplierai beaucoup tes douleurs et ta grossesse ; c'est dans la douleur que tu enfanteras des enfants ; et ton désir sera ton époux, et il dominera sur toi.

17 Et il dit à l'homme : Parce que tu as obéi à la voix de ta femme, et que tu as mangé de l'arbre que je t'avais commandé, en disant : Tu n'en mangeras pas ; La terre sera maudite à cause de toi ; dans la douleur, tu en mangeras tous les jours de ta vie ;

18 Il te donnera des épines et des chardons, et tu mangeras de l'herbe des champs.

19À la sueur de ton visage, tu mangeras du pain jusqu'à ce que tu reviennes à la terre ; Car tu en as été tiré, car tu es poussière, et tu seras retourné à la poussière.

L'ORIGINE DES MALADIES ET DES AFFLICTIONS

Frère Branham, dans ce sermon « Maladie et affliction », explique que toute maladie et affliction a son origine dans le péché, pas nécessairement dans les péchés personnels de ceux qui en souffrent, mais dans le péché originel qui est entré dans le monde par la chute de l'homme. Comme l'explique Frère Branham, avant l'arrivée du diable, il n'y avait ni maladie ni souffrance. C'est à partir de l'entrée de l'ennemi que les maux sont devenus partie intégrante de l'expérience humaine.

Frère Branham dit, et je cite les paragraphes 23 et 24 :

23La maladie et l'affliction sont toutes le résultat du péché, peut-être pas dans votre vie, mais dans la vie de quelqu'un avant vous. Le diable est l'auteur des maladies et des afflictions. Avant d'avoir un démon, nous n'avions ni maladie ni afflictions. Mais quand Satan est venu, il a apporté avec lui la maladie et les afflictions.

24 C'est pourquoi nous les appelons des bénédictions. Je ne croyais pas que Dieu pouvait obtenir une bénédiction d'une personne malade. à moins qu'il ne soit un pécheur, le conduisant à Dieu ; ou un fils désobéissant, l'amenant à se réconcilier avec son Père. Mais la maladie est le résultat du diable et de la chute.

Ce principe trouve son soutien dans la Parole de Dieu. Romains 5:12 dit :

12 C'est pourquoi la réconciliation est venue par un seul, comme le péché est entré dans le monde par un seul homme, et la mort par le péché, et la mort ainsi transmise à tous les hommes, car tous ont péché.

Le péché n'a pas seulement apporté la mort spirituelle, mais il a également permis à l'ennemi d'avoir un endroit pour faire des ravages sur le corps humain. Cela se manifeste par des maladies physiques, des maux émotionnels et des tourments spirituels.

Frère Branham insiste sur le fait que Dieu n'a pas créé l'homme pour qu'il souffre de la maladie. Au commencement, l'humanité a été conçue pour vivre en parfaite communion avec Lui, jouissant de la santé, de la paix et de la prospérité. Cependant, Satan, en introduisant le péché, a également apporté la souffrance avec lui. Frère Branham le décrit de cette façon, et je cite les paragraphes 41 et 42 :

41Dieu n'a pas voulu que tu sois malade. Dieu vous a créé à sa ressemblance. Il veut que vous alliez bien. Il a fait tout ce qu'il pouvait pour vous garder en bonne santé.

42 Mais Satan est contre lui.

À travers cet enseignement, il est clair que les maladies ne viennent pas de Dieu. Bien que l'affliction soit parfois laissée nous rapprocher de lui ou nous conduire à la réconciliation, elle vient toujours de l'adversaire. Cette compréhension est cruciale pour que les croyants identifient le véritable ennemi et s'approchent de la puissance de guérison du Christ.

La victoire du Christ sur la maladie

Bien que la maladie soit le résultat du péché et de l'attaque de Satan, Frère Branham nous assure qu'aucune maladie n'est trop grande pour Christ, je reviens en arrière et je cite le paragraphe 26 :

26 Mais rien n'a été présenté à Jésus-Christ, le Fils de Dieu, qu'il ait été le seul à pouvoir vaincre. Et Il est toujours le même aujourd'hui qu'Il l'était hier, et Il le sera éternellement.

Ésaïe 53:4-5 nous rappelle que Christ a pris nos infirmités et porté nos péchés pour nous donner la guérison :

4 Il a porté nos infirmités et nos douleurs. et nous le considérions comme frappé, frappé de Dieu et affligé.

5 Mais il a été blessé à cause de nos transgressions, il a été écrasé à cause de nos iniquités, du châtiment de notre paix sur lui ; et c'est par ses meurtrissures que nous avons été guéris.

Cette vérité nous amène à faire confiance à la puissance de Dieu pour nous guérir de toute maladie, en comprenant que la guérison fait partie de la rédemption acquise par le Christ dans sa mission rédemptrice.

Frère Branham nous enseigne que toute maladie et affliction a son origine dans le péché. Ce ne sont pas nécessairement nos propres péchés individuels, mais le péché qui est entré dans le monde par la chute de l'homme. Il insiste sur le fait que le diable est l'auteur des maladies et des afflictions, et qu'avant l'entrée du péché, il n'y avait pas de telles maladies.

Maintenant, qu'est-ce que la maladie ? La maladie est l'un des attributs du péché. Avant d'avoir la maladie, nous n'avions pas de péché. La maladie est le résultat du péché, peut-être pas le vôtre, mais le péché de vos parents, tout comme cela arrive à ceux qui naissent avec une sorte de maladie.

Dans le Message « LUTTER POUR LA FOI », prêché en février 1956, aux paragraphes 20 et 21, Frère Branham nous dit : « La maladie est un attribut du péché. Maintenant, peut-être que vous n'avez pas péché, ce qui vous a rendu malade. Mais c'est à cause du péché en premier lieu que la maladie a été introduite dans le monde. Avant d'avoir le moindre péché, nous n'avions pas de maladie. Mais quand la maladie est arrivée, le péché est un attribut. Et maintenant, il n'y a aucun moyen pour vous de faire face au péché sans vous occuper de la maladie ou de tous les attributs que le péché a produits. Le péché, quand nous traitons avec le péché, nous nous occupons de la mort. Et la maladie est la première étape de la mort, lorsque la maladie s'empare de son corps.

Si vous regardez attentivement Genèse 3:17-18, où la Parole de Dieu nous dit ce qui suit :

17… La terre sera maudite à cause de toi ; dans la douleur, tu en mangeras tous les jours de ta vie ;

18Il te fera apporter des épines et des chardons,...

Si vous pouvez remarquer, la terre a été maudite, la terre dont nous nous nourrissons a été maudite à cause du péché. Dieu n'a pas maudit directement l'homme Adam, mais Il a maudit la terre. Étant sous une malédiction, il n'allait plus produire avec la gloire qu'il produisait au commencement. Et c'est pourquoi, au début du verset 18, il nous dit : « Il vous fera sortir des épines et des chardons,.... »

La Parole de Dieu nous montre que la maladie et l'affliction sont des conséquences du péché qui est entré dans le monde par la chute de l'homme. Cependant, grâce à la foi en Jésus-Christ et en son sacrifice, nous pouvons trouver la guérison et la rédemption.

Frère Branham fait une déclaration sur le fait de retomber dans la maladie dont les gens ont été délivrés par la prière de la foi, il dit, et je cite aux paragraphes 28 et 29 : « Et toute puissance qui peut vous guérir. Ici, sur cette plateforme, vous pouvez le garder en bonne santé. C'est pourquoi j'ai dit ceci, que tous ceux qui viennent ici recevront la délivrance. En sortant d'ici, ce sera selon sa foi s'il la garde. J'ai vu des gens venir sur l'estrade complètement aveugles et être capables de lire cette même Bible. Et dans moins de cinq jours, ils reviendront aussi aveugles qu'avant. Pourquoi avez-vous lu ici ? La puissance du diable a reconnu ce don de Dieu, et il a dû partir. Je sais que c'est une déclaration très forte, mais je sais où j'en suis. Et je sais Qui j'ai cru, et je connais Sa Puissance de guérir.

Lorsque nous détournons notre regard du Christ et de toutes ses promesses, cela nous arrivera tout comme l'apôtre Pierre, qui, marchant déjà sur l'eau, s'est perdu de sa concentration en observant les circonstances autour de lui et a commencé à sombrer. C'est pourquoi, une fois que nous avons été délivrés du mal, gardons notre foi centrée sur sa promesse, en gardant notre regard sur l'Auteur et le Consommateur de notre foi.

 LA NATURE DES MALADIES

Frère Branham explique que les maladies telles que le cancer, les tumeurs et d'autres maux sont des manifestations physiques des démons. Ces maladies sont des attaques du diable pour détruire nos vies et nous éloigner de Dieu. Il souligne que derrière chaque maladie, il y a une force spirituelle maléfique qui cherche à nous détruire.

Dans ce Message et au paragraphe 32, Frère Branham nous dit : « Par exemple, nous prendrons un moment pour parler du cancer. Il semble être l'un des plus grands ennemis aujourd'hui. Qu'est-ce que le cancer ? D'où vient-il ? Tumeur, cataracte, ulcère, pneumonie, tuberculose, tous ces noms sont des noms médicaux que la science médicale leur a donnés. La Bible déclare qu'ils sont des démons. Par exemple, le cancer, qu'est-ce que le cancer ? Cela se fait généralement d'un seul coup. Plus tard, Frère Branham nous dit ce qui suit aux paragraphes 38 et 39 : « Et un cancer, dans le naturel... Spirituellement, c'est un démon. C'est un type d'animal charognard, un vautour ; Mangez des choses mortes. Le cancer vient d'un coup. Par exemple, ma main n'a pas de cancer. Et à un moment donné, je pourrais le faire. Alors, qu'est-ce qui cause le cancer ? Une cellule, un germe dans mon corps qui s'égare, qui est touché, ou quelque chose qui s'y trouve. Et à partir de ce germe ou de cette cellule, une multiplication de cellules commence, se multiplie, et forme un cancer et commence à manger le corps.

Frère Branham souligne également que le Seigneur Jésus, au cours de Son ministère terrestre, a affronté et vaincu ces démons, démontrant Sa Puissance sur les forces du mal. Le Seigneur Jésus n'a pas seulement guéri les maladies physiques, mais Il a aussi délivré les gens de l'oppression démoniaque. Donc, si le démon peut être chassé, alors la personne se sent bien. Or, le cancer est un démon. La tumeur est un démon. La tuberculose est un démon. La maladie en général est un démon tourmenteur et destructeur que le diable a produit pour détruire les enfants de Dieu.

Frère Branham enseigne que la racine de toute maladie est spirituelle et que la véritable guérison ne peut venir que par l'intervention divine. seuls Dieu et Sa Puissance de Guérison peuvent guérir nos maux. La foi en Jésus-Christ et la prière fervente sont essentielles pour recevoir la guérison et la délivrance de ces forces du mal.

Dans le Message « LUTTER POUR LA FOI », au paragraphe 19, Frère Branham nous dit : « Dieu a seulement donné à Christ la mission de venir sur terre, de mourir à notre place, pour nos péchés et nos maladies. L'Écriture dit : « Il a été blessé à cause de nos transgressions, à cause de Sa meurtrissure », nous étions au passé, « nous avons été guéris ». Et nous croyons que, sur la base de notre confession de foi, Jésus, notre Grand Prêtre, est mort et est ressuscité, pour enlever le péché du monde ; et il est assis à la droite de Dieu, le Père, intercédant là sur la base de notre confession. Et quand Il est mort pour nos péchés, Il n'a pas pu mourir pour les péchés sans mourir pour la maladie.

Dans cette citation de Frère Branham, il fait référence à Ésaïe 53:5, où il dit :

5 Mais il a été blessé à cause de nos transgressions, il a été écrasé à cause de nos iniquités, du châtiment de notre paix sur lui ; et c'est par ses meurtrissures que nous avons été guéris.

Nous devons nous rappeler que nous devons avoir foi dans les promesses de Dieu et avoir confiance en sa puissance de guérison. L'incrédulité est un obstacle à la réception de la guérison divine, et nous devons la combattre avec la Parole de Dieu.

Hébreux 11:1 :

1 La foi est donc la substance des choses qu'on espère, la démonstration des choses qu'on ne voit pas.

Nous avons vu que la nature des maladies est une manifestation physique des démons et des attaques du diable. Cependant, par la foi en Jésus-Christ et la prière, nous pouvons trouver la guérison et la délivrance. La guérison divine est une promesse de Dieu et fait partie intégrante de l'expiation du Christ.

LA FOI COMME CHEMIN DE GUÉRISON

Poursuivant la révision du sermon « Maladie et affliction », Frère Branham insiste sur le fait que la foi est la seule façon de recevoir la guérison divine. Il insiste sur le fait que, bien que Dieu soit Tout-Puissant et capable de guérir n'importe quelle maladie, Sa puissance ne se manifeste pleinement que lorsqu'il y a une foi authentique dans le cœur du croyant. Frère Branham dit : « Mais quand la foi défaille, alors votre guérison échouera. Diriez-vous que toute personne qui vient à l'autel et se convertit sera chrétienne pour le reste de ses jours ? Il pourrait être un enfant de Dieu ce soir, et demain être un enfant du diable. C'est quand il perd la foi en Dieu qui le fait reculer.

Cette déclaration souligne que la foi n'est pas seulement nécessaire pour recevoir la guérison, mais aussi pour la préserver. Frère Branham illustre ce point en mentionnant des gens qui ont été guéris lors d'une réunion, mais quand ils ont perdu la foi, leur maladie est revenue. Cela nous rappelle les paroles du Seigneur Jésus dans Marc 11:22-24 :

22 Et Jésus leur répondit : Ayez foi en Dieu.

23 Car en vérité, je vous le dis, quiconque dira à cette montagne : Retirez-vous, et jetez-vous dans la mer, et vous ne douterez pas dans son cœur, mais vous croirez que ce qu'il a dit sera fait, ce qu'il dira lui sera fait.

24 C'est pourquoi je vous dis : Tout ce que vous demanderez dans la prière, croyez que vous le recevrez, et qu'il viendra à vous.

La foi, un sens spirituel

Frère Branham décrit la foi comme un sens spirituel qui opère au-delà des cinq sens naturels : la vue, l'ouïe, le toucher, l'odorat et le goût. Bien que ces sens régissent notre perception physique, la foi transcende le visible et le tangible. Il nous dit au paragraphe 60 :

60… La foi est la substance des choses que l'on espère, la preuve des choses que vous ne voyez pas, ne goûtez pas, ne touchez pas, ne sentez pas et n'entendez pas. C'est un autre sens. C'est dans un autre domaine. Ce n'est rien de naturel.

Ce principe est fermement ancré dans Hébreux 11:1, où les Écritures définissent la foi comme la substance des choses qu'on espère et la démonstration des choses qu'on ne voit pas. La foi n'est pas basée sur ce que les sens naturels perçoivent, mais sur une confiance totale en la Parole et la Puissance de Dieu.

Au paragraphe 57, Frère Branham nous dit, et je cite :

E-57 Eh bien, la foi, c'est l'essence des choses qu'on espère, l'évidence des choses que vous ne voyez pas, que vous ne goûtez pas, que vous ne touchez pas, que vous ne sentez pas, que vous n'entendez pas. Mais le sens de la foi est aussi réel que l'est sa vue, ou tout autre de ses sens. Vous voyez ce que je veux dire ? Vous. Il y croit, tout simplement... Il n'y a personne qui puisse vous faire douter, parce que vous avez ce sentiment qui vous dit que c'est ainsi.

Exemple de haute foi

Frère Branham, dans ce Message « Maladie et Affliction », partage des témoignages qui illustrent comment la foi peut déclencher des miracles. Il raconte le cas d'une jeune femme les yeux croisés qui n'avait aucun moyen d'entrer dans la ligne de prière. Sur le conseil d'une sœur présente à la réunion, la jeune femme décida de croire de tout son cœur qu'elle serait guérie. Bien qu'elle n'ait pas eu de contact direct avec Frère Branham à l'époque, sa foi a été reconnue par Dieu et elle a reçu la guérison sans qu'on ait spécifiquement prié pour elle. Frère Branham nous dit aux paragraphes 71 à 74 :

71… Il a dit : « Si seulement je pouvais passer par là et entrer dans cette ligne de prière ! Mais je ne peux même pas obtenir de carte.

72La compassion de Mme Bosworth s'étendit à la jeune fille. Il a dit : « Chérie, si tu retournes là où tu peux voir cela, et vraiment... Eh bien, non, ne vous laissez pas imaginer. Mais croyant de tout votre cœur que c'est un don de Dieu, je vous assure qu'il vous appellera dans quelques minutes.

73 Je priais pour les malades sur l'estrade, je tournais le dos à la jeune fille. Soudain, j'ai senti que c'était venu, la foi à l'œuvre. J'ai regardé autour de moi, je n'arrivais pas à le distinguer, il y avait trop de gens debout, très encombrés. Et je savais que cela venait de là, et j'ai essayé de discerner de quel genre d'esprit il s'agissait. Voyez-vous, sa foi avait

élevé à cette catégorie.

74Et quand je me retournai, je la trouvai enfin. Oh, deux fois la distance de ce bâtiment, j'ai vu où c'était. Elle portait un manteau vert. J'ai dit : « La jeune dame qui se tient là-bas, les yeux croisés et un manteau vert, n'a plus peur ; Dieu l'a guérie. Ses yeux se redressèrent parfaitement. Ce n'est qu'un des

des milliers de cas qui se sont produits comme ça.

Cet exemple reflète ce qui est arrivé à la femme qui a touché le vêtement du Seigneur Jésus dans Luc 8:43-48. Malgré la foule, sa foi l'a amenée à tendre la main et à recevoir la guérison. Le Seigneur Jésus lui dit : « Ma fille, ta foi t'a sauvée ; Va en paix.

Croire et agir avec foi

Frère Branham insiste sur le fait que la foi doit être accompagnée d'actes. Il ne suffit pas de dire « je crois », il faut agir comme quelqu'un qui a déjà reçu la promesse de Dieu. Au paragraphe 64, Frère Branham dit ce qui suit, et je cite :

64… Dieu ne peut rien faire pour vous tant que vous ne confessez pas d'abord qu'Il l'est. Alors, quand vous le confessez, alors croyez-le, agissez en conséquence et gardez-le, et Dieu vous délivrera.

Cet appel est cohérent avec les paroles de Jacques 2:17 :

17 De même, la foi, si elle n'a pas d'œuvres, est morte en elle-même.

La guérison comme épreuve de la foi

Frère Branham enseigne également que les guérisons miraculeuses sont des preuves tangibles de la puissance de Dieu et de Sa fidélité à Sa Parole. Cependant, le plus grand miracle est la capacité de garder la foi, car seuls ceux qui restent fermes dans leur confiance en Dieu peuvent faire l'expérience d'une guérison durable et d'une relation plus profonde avec Dieu.

Démons et maladies

Frère Branham explique que de nombreuses maladies ont une racine spirituelle, identifiant les démons comme la véritable origine de maux tels que le cancer, les tumeurs et les cataractes. Selon Frère Branham, ces conditions ne sont pas simplement des problèmes physiques. Ce sont des manifestations de forces spirituelles maléfiques qui cherchent à détruire le corps humain. Il nous dit au paragraphe 43 :

43… Le germe est une vie. Tout d'abord, le germe est une minuscule cellule minuscule qui contient la vie. Et que la vie ne peut venir que de deux sources : de Dieu ou du diable. Et vous venez du germe de la vie, de Dieu. Le cancer, la tumeur et tout ça, sont venus du germe de vie du diable. Et il s'efforce de détruire sa vie. Il ronge la circulation sanguine et–et vous attaque de différentes manières. Par conséquent, je sais qu'ils sont des démons. Jésus-Christ les a appelés démons ; et ce qu'Il dit est la Vérité. Ils sont le diable. Le diable est un bourreau. Il est ici pour déchirer votre corps en morceaux, pour vous dévorer, pour vous détruire, pour abréger vos soixante-dix ans, s'Il le peut.

Les maladies en tant qu'agents du diable

Frère Branham décrit comment la maladie agit comme un ennemi infiltré qui tente de perturber le plan parfait de Dieu pour la santé de l'homme. Il prend l'exemple du cancer, expliquant qu'il commence par un coup ou une cellule endommagée qui se multiplie de manière incontrôlable. Il affirme que le cancer est une sorte de vie mauvaise qui n'appartient pas au corps humain et qui a un mauvais esprit derrière lui, je cite le paragraphe 42 :

42… Par conséquent, ce cancer qu'il–il commence ou cette tumeur, peu importe ce que c'est, commence à se multiplier à partir de ce germe, comme une tumeur devient maligne, et ainsi de suite. C'est un corps, comme si vous étiez d'un corps. Qui a un esprit tout comme vous êtes esprit, seulement vous n'avez pas d'âme. Mais vous avez une vie comme vous avez la vie.

Cette compréhension s'aligne sur les Écritures. Dans Marc 9:25, où le Seigneur Jésus réprimande l'esprit impur qui avait un enfant muet et sourd en disant :

25… Esprit muet et sourd, je vous ordonne, sortez de là, et n'y entrez plus.

La puissance du Christ sur les démons

Bien que les maladies soient influencées par les démons, Frère Branham nous assure que Jésus-Christ a un pouvoir absolu sur ces forces. Il déclare que toute vie, qu'elle soit d'origine divine ou mauvaise, est soumise à la Puissance de Dieu. Lorsque l'Esprit de Dieu se manifeste, les démons doivent se soumettre et laisser la personne affligée s'en aller, nous dit-il au paragraphe 44 :

44 C'est pourquoi, quand cet ange de Dieu descendra là où je suis... Je ne sais rien d'aucun d'entre vous. Mais c'est pourquoi Il vous dit le genre de maladie que vous avez dans votre corps, parce que cette vie est soumise à la Vie que Dieu vous a envoyée pour que vous la discerniez. ainsi que les choses que vous avez faites dans votre vie. C'est fait par la puissance de Dieu, donc je peux dire si c'est là ou si c'est déjà parti. Et vous pouvez le dire par les résultats physiques qu'ils présentent. On peut le voir chez le patient, lorsque son corps se redresse et devient normal, ses yeux s'ouvrent ou ses oreilles s'ouvrent.

Cette puissance a été mise en évidence dans les miracles de guérison accomplis par le Seigneur Jésus. Luc 13:11-13 raconte comment Jésus a guéri une femme qui était courbée par l'esprit de la maladie :

11 Et voici, une femme de dix-huit ans qui avait l'esprit de la maladie, et qui était accablée, au point de ne plus pouvoir s'enfiler du tout.

12 Et Jésus, la vit, l'appela, et lui dit : Femme, tu es libérée de ton infirmité.

13 Et il lui imposa les mains. puis il s'est redressé et a glorifié Dieu.

Témoignages de délivrance

Le sermon est rempli de témoignages choquants qui illustrent comment les démons opèrent et comment ils sont vaincus par la puissance du Christ. Frère Branham raconte l'histoire d'une femme possédée par un esprit violent qui l'a amenée à agir avec une force surhumaine, allant même jusqu'à se faire du mal. Malgré son état, Branham a prié et le démon a été chassé. Plus tard, la femme est revenue tout à fait normale et restaurée, témoignant de la puissance libératrice de Dieu.

L'appel à la vigilance

Frère Branham met également en garde contre les dangers de l'incrédulité et de la critique, déclarant que celles-ci peuvent ouvrir des portes à l'influence démoniaque. Il raconte le cas d'un homme incroyant qui a assisté à une réunion et, rejetant l'appel de Dieu, a fini par souffrir de crises d'épilepsie, pour finalement être libéré après l'intervention divine. Ce récit renforce l'avertissement biblique selon lequel la foi et l'obéissance sont essentielles pour résister à l'ennemi : Jacques 4:7 : « 7Soumettez-vous donc à Dieu ; résistez au diable, et il s'enfuira loin de vous.

La victoire finale

À travers ces exemples, Frère Branham réaffirme que la maladie n'est pas seulement un défi physique, mais une bataille spirituelle. Cependant, la victoire est assurée pour ceux qui font confiance à la puissance de Jésus-Christ. Comme le dit 1 Jean 3:8 :

8Celui qui commet le péché est du diable ; Parce que le diable pèche dès le commencement. C'est dans ce but que le Fils de Dieu est apparu pour défaire les œuvres du diable.

LE RÔLE DU DON DE GUÉRISON

Frère Branham souligne le rôle essentiel du Don de Guérison en tant que Manifestation de la Puissance de Dieu pour délivrer les malades et les affligés. Ce don, selon lui, n'est pas un mérite humain, mais une Œuvre de l'Esprit Saint qui agit au moment fixé par Dieu. Frère Branham insiste sur le fait que ce Don est une extension du Plan de Compassion et de Rédemption du Christ pour restaurer l'homme dans son corps, son âme et son esprit.

Le don comme outil de foi

Frère Branham souligne que le but du Don de Guérison n'est pas de glorifier la personne qui le possède, mais d'élever la foi des croyants afin qu'ils puissent recevoir Son miracle. Il nous dit dans ce Message ce que l'Ange du Seigneur lui a dit quand il est venu à lui, nous le trouvons au paragraphe 63 : 

63… Quand l'Ange est venu à moi, Il a dit : « Si vous pouvez amener les gens à être sincères... » Ou : « Si tu es sincère et que tu peux amener les gens à te croire, rien n'arrêtera ta prière. » Je le crois.

La base biblique de cette déclaration se trouve dans Marc 16:17-18, où le Seigneur Jésus dit :

17 Et voici les miracles qui accompagneront ceux qui auront cru : en mon nom, ils chasseront les démons ; ils parleront de nouvelles langues ;

18 Ils enlèveront les serpents, et s'ils boivent quelque chose de mortel, cela ne leur fera pas de mal. Sur les malades, ils imposeront les mains et ils guériront.

Le don de guérison est un signe de l'Évangile en action, conçu pour confirmer la Parole de Dieu et fortifier la foi des croyants.

Le don en action : un partenariat avec Dieu

Frère Branham décrit comment le Don de Guérison exige que le ministre agisse en totale dépendance de Dieu. Il explique que le discernement de la maladie et de la maladie est possible parce que le Saint-Esprit révèle ces choses au ministre. Frère Branham déclare, au paragraphe 44, que :

44… C'est pourquoi, lorsque cet Ange de Dieu descend là où je suis... Je ne sais rien d'aucun d'entre vous. Mais c'est pourquoi Il vous dit le genre de maladie que vous avez dans votre corps, parce que cette vie est soumise à la Vie que Dieu vous a envoyée pour que vous la discerniez. ainsi que les choses que vous avez faites dans votre vie. C'est fait par la puissance de Dieu, donc je peux dire si c'est là ou si c'est déjà parti. Et vous pouvez le dire par les résultats physiques qu'ils présentent. On peut le voir chez le patient, lorsque son corps se redresse et devient normal, ses yeux s'ouvrent ou ses oreilles s'ouvrent.

Ce processus se reflète dans les ministères des apôtres, comme dans Actes 5:15-16, où l'ombre de Pierre guérissait les malades et délivrait ceux qui étaient tourmentés par des esprits impurs. Cela montre que le don de la guérison est un canal par lequel Dieu manifeste sa puissance sur la terre.

La responsabilité de garder la foi

Frère Branham avertit que bien que le Don de Guérison puisse apporter la délivrance, la permanence du miracle dépend de la foi continue du destinataire. Il illustre cela avec des cas de personnes qui, après avoir été guéries, ont perdu leur miracle à cause de l'incrédulité ou de l'insouciance spirituelle. Cela reflète l'enseignement de Jésus dans Jean 5:14, lorsqu'il dit à l'homme qui a été guéri :

14… Voici, vous avez été guéri ; ne pèche plus, de peur qu'il ne t'arrive quelque chose de pire.

Le Don de la Guérison est donc un appel non seulement à recevoir la Guérison, mais à persévérer dans la foi et dans une relation avec Dieu.

Un don pour la gloire de Dieu

Frère Branham indique aussi clairement que le but du Don de Guérison est de glorifier le Christ et de construire Son Église. Il ne s'agit pas d'un spectacle ou d'un outil pour le bénéfice personnel du ministre. Il dit au paragraphe 31 et je cite :

31… Il n'y a pas d'homme qui puisse faire quoi que ce soit. Tout doit venir de Dieu.

Cela nous rappelle les paroles de l'apôtre Paul dans 2 Corinthiens 4:7 :

7 Mais nous avons ce trésor dans des vases d'argile, afin que la grandeur de la puissance soit à Dieu et non à nous.

Le Don de Guérison, selon Frère Branham, n'est pas seulement un miracle physique, mais un signe du Royaume de Dieu se manifestant parmi Son Peuple.

L'ACTION DE DIEU FACE À L'INCRÉDULITÉ

Frère Branham insiste sur le fait que l'incrédulité est une barrière qui peut limiter la manifestation de la puissance de Dieu. Cependant, Dieu, dans Sa miséricorde, œuvre même dans des contextes d'incrédulité pour montrer Sa Gloire et attirer les gens à la foi. Frère Branham rapporte plusieurs expériences qui illustrent comment Dieu répond à l'incrédulité par des actes de puissance, réaffirmant que Son Autorité n'est pas conditionnée par le doute humain mais par la volonté du cœur de croire.

L'incrédulité comme obstacle

Frère Branham souligne que beaucoup de gens qui assistent aux réunions de guérison arrivent avec des attitudes de jugement ou d'incrédulité, ce qui affecte l'environnement spirituel. Il explique que la foi collective de la congrégation est cruciale pour que les miracles se produisent efficacement, le Frère dit aux paragraphes 46 et 47 :

46… Si ce–si ce groupe de personnes assises ici, probablement celles pour lesquelles on doit prier ce soir, qui viennent à l'estrade, s'ils étaient d'accord et unanimes, dans les cinq prochaines minutes, il n'y en aurait plus un seul dans ces fauteuils roulants ou ces lits de camp ; s'ils croient que c'est la Vérité. Et pendant que vous marchez un par un ce soir, jusqu'à l'estrade, s'ils ne se lèvent pas tous de ces fauteuils roulants, de ces lits de camp et tout, et qu'ils ne sortent pas de cette estrade normalement, alors vous pouvez dire que j'ai tort.

47 Et je montre de nouveau Dieu, qui est infaillible. Vous serez guéri. Maintenant, Il est ici pour confirmer Sa Parole. Chaque Parole que Dieu dit est vraie. Mais vous ne pouvez pas y croire à moitié ; Vous devez en être sûr.

Cet enseignement trouve son soutien dans l'Évangile de Matthieu 13:58, qui dit du Seigneur Jésus :

58 Et il n'y fit pas beaucoup de prodiges, à cause de leur incrédulité.

L'incrédulité ne limite pas la puissance de Dieu, mais elle peut bloquer notre capacité à recevoir Son Œuvre.

Exemples d'incrédulité et de jugement

Frère Branham raconte le cas d'un homme critique lors d'une réunion à Phoenix qui a refusé d'incliner la tête pendant un moment de prière, bien qu'il ait été averti des conséquences. Bien qu'elle n'ait pas ressenti de changement au départ, quelques jours plus tard, elle a commencé à souffrir de crises d'épilepsie. Finalement, après un acte d'intercession, il a été relâché, reconnaissant son erreur et la puissance de Dieu. C'est ce que rapporte le frère aux paragraphes 161 à 173 et je cite :

E-161 Maintenant, j'aimerais que tout le monde se souvienne de ceci : Vous–vous. Tout le monde est toujours le bienvenu aux rencontres. Mais quand je vous demande d'incliner la tête, vous devriez incliner la tête. Et puis quand je... Ne levez pas votre visage avant de m'avoir entendu dire dans ce microphone, ou frère Bosworth qui se tient ici, de lever votre visage. S'ils le font plus tôt, je ne serai pas responsable de ce qui se passera.

162M. Hooper, assis à proximité, il était dans un... J'aime voir quelqu'un qui a assisté à d'autres réunions. Il était à Phoenix, en Arizona, avec nous, où l'un des responsables de la ville était à la réunion.

Il a dit : « Eh bien, c'est un bon exemple de psychologie, a-t-il dit, je... Il n'y a rien de vrai là-dedans.

164J'ai senti l'homme. C'était derrière à ma droite. J'ai dit : « Il y a quelqu'un à ma droite qui n'a pas la tête baissée. » Il ne voulait pas baisser le visage. L'un des huissiers lui a dit : « Garde la tête baissée. » C'était un fonctionnaire de la ville, alors il a dit : « Vous ne pouvez pas me forcer. » Donc : « Très bien. » Et il m'a apporté le message.

E-165J'avais là un petit garçon, et il avait un chiffon épinglé autour avec une pince à linge, essayant de... Il avait eu une crise d'épilepsie ; Je lui en avais donné un juste là sur l'estrade à ce moment-là. Parfois, lorsqu'un épileptique passe, il a des crises immédiatement. Et j'ai dit : « D'accord, monsieur, je vous ai demandé ; c'est tout ce que je peux faire.

J'ai prié, j'ai dit : « Dieu, ne laisse pas cet enfant innocent souffrir à cause de la désobéissance de cet homme. » Il est sorti de l'enfant. L'homme se contenta de sourire et continua.

167Environ deux jours plus tard, il arriva... Il a commencé à avoir un sentiment étrange, il a dit : « Oh, je ne fais que l'imaginer, c'est tout. » Il a dit : « C'est juste—c'est juste mon imagination, ça me dérange. » Il essaya de ne pas y penser.

168Un jour plus tard, les officiers le ramassèrent dans le centre de la ville, marchant sans but. Environ six semaines plus tard, il est venu...

169J'avais un service où Charles Fuller... avec Charles Fuller, de retour à Long Beach. Si l'un d'entre vous l'était, vous savez combien il y en avait. Littéralement des milliers là-bas, debout sur la plage, alors ils... Il ne pouvait pas y entrer. Il est allé à Los Angeles, il n'a pas pu y entrer.

170 Et, enfin, à Modesto. Sa femme, par une nuit pluvieuse, s'est prostrée sur la route. Il s'était laissé pousser une barbe sur le visage, horrible, affreuse. Et c'était là. Il a dit : « Frère Branham, il faut faire quelque chose. » Il a dit : « Il–il–il ne mange même pas. Nous ne pouvons pas lui faire avaler de l'eau. Oh, ça avait l'air affreux !

Alors qu'il était assis là, ses yeux ne faisaient que fixer.

171Je suis entré. Il a commencé à faire « hummmm », à s'éloigner de moi, comme ça.

172 Je leur dis de fermer la porte à clé. Et nous étions fatigués, nous avions passé des heures au club-house à nous occuper des malades. J'ai demandé à frère Brown et à frère Moore de verrouiller la porte pour que les gens n'entrent pas. Sa femme était boueuse

s'être prosterné sur la route et s'être accroché à mon pantalon. Je ne pouvais même pas bouger. Ils ne pouvaient pas me traîner, elle s'accrochait, pour que je puisse aller voir son mari.

E-173 Environ quarante-cinq minutes plus tard, il l'a quitté. Il m'a pris dans ses bras et m'a serré dans ses bras. Il a mis son chapeau sur sa tête comme ça, m'a serré la main, est rentré chez lui en bonne santé.

Ce récit rappelle l'avertissement de Galates 6:7 :

7 Ne vous y trompez pas : on ne peut se moquer de Dieu, car tout ce que l'homme sème, il le moissonnera aussi.

La miséricorde de Dieu face à l'incrédulité

Malgré les attitudes critiques, Frère Branham montre que Dieu, dans Son Infinie Miséricorde, agit pour amener les gens à la foi. Un exemple est celui d'un homme brun de l'Arkansas qui, bien qu'ignorant le ministère de Frère Branham, a obéi à une vision de sa mère décédée lui demandant de chercher la guérison. La foi de l'homme dans la vision et la direction de Dieu l'a conduit à recevoir la guérison immédiate de sa cécité. Frère Branham nous parle de nous, et je cite les paragraphes 145 à 148 :

145 Il a dit : « Curé de la paroisse, dit-il, ma vieille mère était une bonne religieuse. » Il a dit : « Elle ne m'a jamais menti de toute sa vie. » Il a dit : « Cela fait dix ans qu'il est parti. » Il a dit : « D'ailleurs, je n'ai jamais entendu parler de toi de ma vie. » Il a dit : « J'habite à une centaine de kilomètres d'ici. » Et il a dit : « Hier soir... Il a dit : « Je suis aveugle depuis de nombreuses années. » Il a dit : « La nuit dernière, je me suis réveillé, et à mon chevet se tenait ma vieille maman. Et il a dit : 'Chérie, mon fils, va à El Dorado, dans l'Arkansas, et demande quelqu'un qui s'appelle Branham.' Il a dit : « Le Seigneur a fait don de la guérison divine. Tu vas retrouver la vue. Oh mon Dieu, j'ai senti mon cœur devenir aussi grand. J'ai vu que c'était Dieu qui parlait.

146Si l'homme ne croit pas, Dieu le déclarera d'une manière ou d'une autre à ceux qui ont le cœur sincère ; Il le fera.

Je lui ai imposé les mains et lui ai dit : « Frère, le Seigneur Jésus qui t'a envoyé cette vision se tient ici maintenant pour te guérir. » Je lui ai enlevé les mains.

148Je lui pris la main ; La cascade était morte. Des larmes coulaient et coulaient sur sa joue. Il a dit : « Je Te remercie, Seigneur. Je te remercie, Seigneur.

Ce miracle reflète ce qui s'est passé dans Jean 9:1-7, lorsque le Seigneur Jésus a guéri l'aveugle-né afin que les œuvres de Dieu puissent être révélées.

L'appel à croire

Frère Branham insiste sur le fait que la foi est le point de départ pour faire l'expérience de l'action de Dieu, mais il avertit que cette foi doit être authentique et persistante, je cite les paragraphes 47 et 48 :

47 Et je montre de nouveau Dieu, qui est infaillible. Vous serez guéri. Maintenant, Il est ici pour confirmer Sa Parole. Chaque Parole que Dieu dit est vraie. Mais vous ne pouvez pas y croire à moitié ; Vous devez en être sûr.

48Il y a des gens qui viennent et qui disent : « Je crois. » Ils pensent qu'ils croient ; Mais peut-être y a-t-il un sur mille qui croit vraiment. « La foi est la substance des choses qu'on espère, l'évidence des choses qu'on ne voit pas. »

Cet appel à la foi authentique est soutenu par Hébreux 11:6 :

6 Mais sans la foi, il est impossible de plaire à Dieu ; car celui qui vient à Dieu doit croire qu'il est, et qu'il est le rémunérateur de ceux qui le cherchent.

La réponse de Dieu : signes et prodiges

Continuant, Frère Branham déclare que les miracles et les guérisons sont la preuve de l'Action de Dieu au milieu de l'incrédulité, comme un témoignage pour attirer les cœurs incroyants. Il dit, et je cite le paragraphe 68 :

68L'heure est venue, peuple. Le moment est venu. Je dirai ceci, et vous pouvez me traiter de fanatique si vous voulez : je crois que ceci indique la Seconde Venue de Jésus-Christ. Amen. Eh bien, il y aura des signes et des prodiges. Et le truc, c'est que si vous n'êtes pas dans le royaume de Dieu, efforcez-vous d'y entrer. Je devrais certainement savoir de quelque chose dont je parle, sinon Dieu n'honorerait pas ma prière en faisant ce qu'Il fait. Et vous qui n'êtes pas encore entrés dans le royaume, regardez maintenant Christ comme votre refuge, pendant qu'il y a du temps et de l'opportunité.

Cet accent mis sur les Signes comme preuve de l'Œuvre Divine est cohérent avec Marc 16:20 :

20 Et ils sortirent et prêchèrent partout, le Seigneur agissant avec eux, et confirmant la parole par les signes qui suivaient. Amour.

Dieu agit face à l'incrédulité non seulement comme un jugement, mais comme un appel à la foi. La miséricorde et la puissance du Christ continuent d'être disponibles pour ceux qui sont prêts à croire et à recevoir.

CONCLUSION

Chers frères et sœurs, alors que nous réfléchissons à la révision du Message « Maladie et Affliction »  prêché par le Frère et Serviteur du Très-Haut William Marrion Branham, il nous est rappelé que la guérison divine est une promesse disponible pour ceux qui croient en la puissance de Jésus-Christ. Frère Branham insiste sur le fait que toutes les maladies sont enracinées dans le péché et infligées par l'ennemi, mais il nous assure que rien n'est trop difficile pour le Seigneur.

Jésus-Christ, qui a guéri les malades et libéré les captifs pendant son ministère dans la condition mortelle, reste le même hier, aujourd'hui et éternellement (Hébreux 13:8). Ses promesses n'ont pas changé et Sa puissance de guérison est disponible pour tous ceux qui croient. Le Psaume 103:3 nous rappelle qu'Il est :

3C'est Lui qui pardonne toutes vos iniquités, Celui qui guérit toutes vos maladies.

Frère Branham insiste sur le fait que la foi est l'élément essentiel pour recevoir la guérison divine. Il ne suffit pas de désirer la santé ; il est nécessaire de croire de tout notre cœur que Jésus-Christ a le pouvoir d'opérer le miracle. Il dit au paragraphe 64 :

64… Dieu ne peut rien faire pour vous tant que vous ne confessez pas d'abord qu'Il l'est. Alors, quand vous le confessez, alors croyez-le, agissez en conséquence et gardez-le, et Dieu vous délivrera.

Tout comme le Seigneur Jésus a dit à l'aveugle Bartimée dans Marc 10:52 : « Ta foi t'a sauvé », aujourd'hui il nous dit aussi la même chose. Nous n'avons qu'à venir à Lui avec un cœur plein de foi et de confiance en Sa puissance.

Frère Branham partage de multiples témoignages de personnes qui, malgré leur incrédulité initiale ou des situations apparemment impossibles, ont été complètement guéries en croyant en l'Œuvre du Christ. De l'aveugle qui a recouvré la vue en Arkansas à la fille aux yeux louches, qui a été guérie en un instant, chaque miracle est un rappel de l'amour et de la fidélité de Dieu. Frère Branham déclare avec conviction :

41Dieu n'a pas voulu que tu sois malade. Dieu vous a créé à sa ressemblance. Il veut que vous alliez bien. Il a fait tout ce qu'il pouvait pour vous garder en bonne santé.

Si vous faites face à la maladie, à la maladie ou à l'affliction, c'est le moment de vous tourner vers Christ, la Parole. Il est le même Sauveur compatissant qui a guéri les malades et ressuscité les opprimés aux jours bibliques. Ne laissez pas le doute ou la peur être un obstacle. Comme le dit Jacques 5:15 : « Et la prière de la foi sauvera le malade, et le Seigneur le ressuscitera ; et s'il est dans les péchés, ils lui seront pardonnés.

Aujourd'hui, je vous invite à placer toute votre confiance dans le Christ. Il est disposé et prêt à travailler dans votre vie. À ce moment-là, joignez-vous à la prière et déclarez avec foi que Jésus est votre guérisseur.

PRIÈRE

Prions : Père céleste, Tout-Puissant, nous venons devant Ton Trône de Grâce et de Miséricorde, reconnaissant que Tu es le Dieu de l'impossible. Vous êtes le Créateur des cieux et de la terre, l'Auteur de la vie, et le seul qui a le pouvoir de guérir, de restaurer et de ressusciter même les morts. En ce moment, Seigneur, nous invoquons Ton Nom qui est au-dessus de tout nom : le Nom du Seigneur Jésus-Christ.

Ô Dieu, comme Ta Parole le dit dans Hébreux 13:8, Tu es le même hier, aujourd'hui et éternellement. Tout comme tu as marché parmi les hommes en guérissant les malades, en purifiant les lépreux, en ouvrant les yeux des aveugles et en ressuscitant les morts, nous croyons que tu travailles encore avec cette même Puissance aujourd'hui. Seigneur, Tu as dit dans Jean 11:25 : « Je suis la résurrection et la vie ; Celui qui croit en moi, même s'il est mort, vivra.  En ce moment, nous nous accrochons à cette Promesse et déclarons que Ta Vie coule vers nous.

Cher Père, nous réprimandons tout esprit de maladie, toute maladie, tout démon qui opprime le corps et l'esprit de Vos enfants. Au Nom de Jésus-Christ, nous ordonnons que chaque maladie soit desséchée à sa racine, que chaque cancer, chaque tumeur, chaque paralysie, chaque aveuglement et chaque surdité soient éliminés par Ta Puissance. Nous réprimandons toute œuvre de l'ennemi qui a tenté de détruire la santé de Ton peuple. Seigneur, comme le dit Ésaïe 53:5, c'est par Tes meurtrissures que nous sommes guéris. Maintenant, nous revendiquons cette guérison complète au Nom Tout-Puissant du Seigneur Jésus-Christ.

Saint-Père, nous déclarons que les os desséchés sont remplis de vie, que les organes malades sont restaurés, que les cellules endommagées se renouvellent. Nous annonçons la vie sur tout corps qui a été affaibli et le rétablissement sur tout ce que l'ennemi a détruit. Ô Seigneur, la même puissance qui a ressuscité Christ d'entre les morts est maintenant à l'œuvre en nous ! Nous prions pour que cet Esprit vivifiant remplisse chaque cœur et chaque corps en ce moment.

Seigneur Dieu éternel, nous pleurons pour ceux qui ont perdu tout espoir. Nous savons que lorsque Tu parles, même les morts dans leurs tombes entendent Ta Voix. Comme tu l'as dit à Lazare : « Lazare, sors ! » (Jean 11:43), aujourd'hui nous déclarons en Ton Nom : Lève-toi, reçois la vie, reçois la guérison, et marche dans la Plénitude du Christ !

Père, remplis chaque maison de Ta gloire. Que l'atmosphère soit saturée de Ta Présence, que tout esprit d'incrédulité soit chassé et que la foi soit élevée dans chaque cœur. Nous prions pour une manifestation surnaturelle de ta puissance. Oh Dieu, touche les corps, les âmes et les esprits dès maintenant. Que les boiteux marchent, que les aveugles voient, que les malades soient guéris et que les morts se lèvent pour témoigner de ta puissance.

Nous Te donnons Gloire et Honneur, parce que nous savons que Ta Parole ne revient pas vide, mais accomplit tout ce pour quoi elle a été envoyée. Maintenant, Nous déclarons que les chaînes sont brisées, que les ténèbres sont dissipées et que Ta lumière brille puissamment sur Ton peuple.

Nous te le demandons, Père, au Nom qui a toute autorité dans le ciel et sur la terre, au Nom glorieux de notre Seigneur Jésus-Christ. Amen et amen !

Aujourd'hui est votre jour de guérison ! Croyez, agissez avec foi et ayez confiance que le Seigneur Jésus-Christ est votre Guérisseur. Que Dieu vous bénisse toujours. Amen!

Introdução

Queridos irmãos e irmãs, ao iniciarmos esta revisão da Mensagem intitulada "Doença e Aflição", pregada pelo irmão William Marrion Branham em janeiro de 1950, somos convidados a meditar profundamente sobre a Obra de Cura e Libertação que Deus está fazendo no meio de Seu Povo. Esta Mensagem nos lembra que, mesmo que enfrentemos doenças físicas, doenças emocionais ou aflições espirituais, há uma resposta e esperança em Jesus Cristo.

O irmão Branham abre sua Mensagem com as palavras do Salmo 103:2-3, uma declaração poderosa e eterna, onde ele diz:

2Bendize ao Senhor, ó minha alma, e não te esqueças de nenhum dos seus benefícios.

3Ele é quem perdoa todas as suas iniqüidades, quem cura todas as suas enfermidades;

Esta Escritura não é apenas palavras inspiradoras, mas um convite para lembrar a fidelidade e os benefícios de Deus. Neste sermão, o irmão Branham nos direciona para uma verdade crucial: toda doença tem sua origem no pecado, não necessariamente no pecado pessoal, mas na queda do homem quando Satanás introduziu a morte e as aflições no mundo (Gênesis 3:17-19).

O irmão Branham ensina que o inimigo, o diabo, é o autor da doença e da aflição. Antes de sua entrada, a Criação era perfeita, mas desde a queda, Satanás tem procurado destruir o Plano Divino, atacando a saúde e a vida das pessoas. No entanto, a Mensagem nos assegura que o poder de Jesus Cristo é suficiente para vencer qualquer doença, qualquer tormento e qualquer obra do inimigo.

Nos parágrafos 25 a 27 desta Mensagem que estamos revisando, o irmão Branham nos diz e cito:

25Hoje, temos os melhores médicos que já tivemos. Temos os melhores avanços médicos, os melhores hospitais que já tivemos; e mais doenças do que jamais tivemos. E no dia em que tivermos a melhor ciência médica que já tivemos, as instituições continuam a ser construídas para os doentes terminais. Justamente quando temos a melhor pesquisa científica sobre aflições e doenças que já tivemos, construímos instituições, anualmente, para os sem-teto.

26 Mas nada foi apresentado a Jesus Cristo, o Filho de Deus, que Ele fosse capaz de vencer. E Ele ainda é o mesmo hoje como era ontem, e Ele será para sempre. E Ele prova isso. E você vai ver, noite após noite. E se não, então eles têm o direito de duvidar. Alguém disse: "As curas duram?"

27 Eles duram enquanto durar a fé. Mas quando a fé falha, então sua cura falhará. Você diria que toda pessoa que vem ao altar e se converte será um cristão pelo resto de seus dias? Ele poderia ser um filho de Deus esta noite, e amanhã ser um filho do diabo. É quando ele perde a fé em Deus que o faz recuar.

Esta introdução não apenas busca estabelecer o fundamento bíblico da Cura Divina, mas nos chama a reconhecer que a fé é a chave para acessar os benefícios de Deus. O irmão Branham enfatiza que quando a fé é perdida, a cura é perdida, pois é a fé que conecta o crente ao poder de cura de Deus.

Portanto, esta Mensagem é mais do que apenas um sermão sobre a doença; é um chamado para cada um de nós examinar nossa fé, nosso relacionamento com Deus e nossa disposição de acreditar que Jesus Cristo, por meio de Seu Sacrifício e Ressurreição, tornou possível nossa cura total; física e espiritualmente.

Ao passarmos por esta revisão, oramos ao Espírito Santo para nos guiar, aumentando nossa fé e abrindo nosso entendimento para receber a verdade desta Mensagem de esperança e restauração. Que possamos hoje afirmar em nossos corações que Jesus Cristo é o mesmo ontem, hoje e eternamente!

A Mensagem intitulada "DOENÇAS E AFLIÇÕES", foi pregada no mês de janeiro de 1950, na Igreja da Porta Aberta, em Louisville, Kentucky, Estados Unidos da América, onde nos trouxe qual foi a causa da doença e da morte, e também nos conta vários testemunhos.  Nesta Mensagem o irmão Branham citou o Salmo 103, versículos 1 a 3, como já lemos, mas para este episódio citarei o Mandamento de Deus junto com sua advertência e o resultado final da desobediência: Gênesis 2:16-17 e Gênesis 3:16-19:

Gênesis 2:16-17:

16 E o Senhor Deus ordenou ao homem, dizendo: Comerás de toda árvore do jardim;

17 Mas da árvore do conhecimento do bem e do mal não comereis dela; pois no dia em que dele comeres, morrerás.

Gênesis 3:16-19:

16 À mulher ele disse: "Multiplicarei grandemente as suas dores e a sua gravidez; na tristeza você dará à luz filhos; e o teu desejo será teu marido, e ele terá domínio sobre ti.

17 E disse ao homem: Porquanto obedeceste à voz de tua mulher, e comeste da árvore de que te ordenei, dizendo: Não comerás dela; maldita será a terra por causa de vós; com dor comereis dela todos os dias da vossa vida;

18 Isso lhes trará espinhos e abrolhos, e vocês comerão a erva do campo;

19No suor do teu rosto comerás o teu pão até que tornes à terra; porque dela fostes tirados, porque sois pó e ao pó sereis devolvidos.

A ORIGEM DAS DOENÇAS E AFLIÇÕES

O irmão Branham, neste sermão "Doença e aflição", explica que toda doença e aflição tem sua origem no pecado, não necessariamente nos pecados pessoais daqueles que sofrem com eles, mas no pecado original que entrou no mundo através da queda do homem. Como o irmão Branham explica, antes da vinda do diabo, não havia doença ou sofrimento. Foi a partir da entrada do inimigo que as doenças se tornaram parte da experiência humana.

O irmão Branham diz, e cito os parágrafos 23 e 24:

23A doença e a aflição são todas o resultado do pecado, talvez não na sua vida, mas na vida de alguém antes de você. O diabo é o autor de doenças e aflições. Antes de termos um demônio, não tínhamos doenças ou aflições. Mas quando Satanás veio, ele trouxe doenças e aflições com ele.

24 Muitas vezes nos referimos a eles como bênçãos. Eu não acreditava que Deus pudesse receber uma bênção de uma pessoa doente. a menos que ele fosse um pecador, levando-o a Deus; ou um filho desobediente, levando-o a se reconciliar com seu Pai. Mas a doença é o resultado do diabo e da queda.

Este princípio encontra apoio na Palavra de Deus. Romanos 5:12 diz:

12 Portanto, a reconciliação veio por meio de um, assim como o pecado entrou no mundo por meio de um homem, e pelo pecado a morte, e assim também a morte passou a todos os homens, por todos os pecados.

O pecado não apenas trouxe morte espiritual, mas também permitiu que o inimigo tivesse um lugar para causar estragos no corpo humano. Isso se manifesta por meio de doenças físicas, doenças emocionais e tormentos espirituais.

O irmão Branham enfatiza que Deus não criou o homem para sofrer de doenças. No início, a humanidade foi projetada para viver em perfeita comunhão com Ele, desfrutando de saúde, paz e prosperidade. No entanto, Satanás, ao introduzir o pecado, também trouxe sofrimento com ele. O irmão Branham descreve desta forma, e cito os parágrafos 41 e 42:

41Deus não queria que você ficasse doente. Deus te fez à Sua semelhança. Ele quer que você fique bem. Ele fez tudo o que pôde para mantê-lo saudável.

42 Mas Satanás está contra ele.

Por meio desse ensinamento, fica claro que as doenças não vêm de Deus. Embora às vezes se permita que a aflição nos aproxime Dele ou nos leve à reconciliação, ela sempre vem do adversário. Esse entendimento é crucial para que os crentes identifiquem o verdadeiro inimigo e se aproximem do Poder de Cura de Cristo.

A vitória de Cristo sobre a doença

Embora a doença seja resultado do pecado e do ataque de Satanás, o irmão Branham nos assegura que nenhuma doença é grande demais para Cristo, volto e cito o parágrafo 26:

26 Mas nada foi apresentado a Jesus Cristo, o Filho de Deus, que Ele fosse capaz de vencer. E Ele ainda é o mesmo hoje como era ontem, e Ele será para sempre.

Isaías 53:4-5 nos lembra que Cristo levou nossas enfermidades e carregou nossos pecados para nos curar:

4 Certamente ele levou as nossas fraquezas e as nossas dores sobre si as nossas dores; e nós o consideramos aflito, ferido de Deus e afligido.

5 Mas ele foi ferido por causa das nossas transgressões, e moído por causa das nossas iniqüidades, o castigo que nos traz a paz; e pelas suas pisaduras fomos sarados.

Essa verdade nos leva a confiar no Poder de Deus para nos curar de qualquer enfermidade, entendendo que a Cura faz parte da Redenção adquirida por Cristo em Sua Missão Redentora.

O irmão Branham nos ensina que toda doença e aflição tem sua origem no pecado. Não são necessariamente nossos próprios pecados individuais, mas o pecado que entrou no mundo através da queda do homem. Ele enfatiza que o diabo é o autor de doenças e aflições, e que antes da entrada do pecado, não havia tais doenças.

Agora, o que é doença? A doença é um dos atributos do pecado. Antes de termos qualquer doença, não tínhamos pecado. A doença vem como resultado do pecado, talvez não o seu pecado, mas o pecado de seus pais, assim como acontece com aqueles que nascem com algum tipo de doença.

Na Mensagem "BATALHANDO PELA FÉ", pregada em fevereiro de 1956, nos parágrafos 20 e 21, o irmão Branham nos diz: "A doença é um atributo do pecado. Agora, talvez você não tenha pecado, fazendo com que você ficasse doente. Mas foi por causa do pecado em primeiro lugar que a doença foi trazida ao mundo. Antes de termos qualquer pecado, não tínhamos doença. Mas quando a doença chegou, o pecado é um atributo. E agora, não há como você lidar com o pecado sem lidar com a doença ou com todos os atributos que o pecado produziu. O pecado, quando lidamos com o pecado, lidamos com a morte. E a doença é o primeiro estágio da morte, quando a doença toma conta de seu corpo.

Se você olhar atentamente para Gênesis 3:17-18, onde a Palavra de Deus nos diz o seguinte:

17… maldita será a terra por causa de vós; com dor comereis dela todos os dias da vossa vida;

18Ele lhes trará espinhos e abrolhos,...

Se você pode notar, a terra foi amaldiçoada, a terra da qual nos alimentamos foi amaldiçoada por causa do pecado. Deus não amaldiçoou diretamente o homem Adão, mas amaldiçoou a terra. Estando sob uma maldição, não iria mais produzir com a glória que produziu no início. E é por isso que no início do versículo 18 ele nos diz: "Ele vos produzirá espinhos e abrolhos,...."

A Palavra de Deus nos mostra que a doença e a aflição são consequências do pecado que entrou no mundo através da queda do homem. No entanto, por meio da fé em Jesus Cristo e em Seu Sacrifício, podemos encontrar cura e redenção.

O irmão Branham faz uma declaração sobre a recaída na doença da qual as pessoas foram libertadas pela oração da fé, diz ele, e cito nos parágrafos 28 e 29: "E qualquer poder que possa curá-lo. Aqui nesta plataforma você pode mantê-lo saudável. É por isso que eu disse isso, aquilo: todo aquele que vier aqui receberá libertação. Saindo daqui, será de acordo com a sua fé, se ele a guardar. Já vi pessoas chegarem à plataforma completamente cegas e serem capazes de ler esta mesma Bíblia. E em menos de cinco dias, eles voltarão tão cegos quanto antes. Por que você leu aqui? O poder do diabo reconheceu esse dom de Deus e ele teve que partir. Eu sei que é uma declaração muito forte, mas eu sei onde estou. E eu sei em quem acreditei e conheço Seu poder de curar."

Quando desviarmos o olhar de Cristo e de todas as Suas promessas, isso acontecerá conosco como o apóstolo Pedro, que, já andando sobre as águas, perdeu o foco quando observou as circunstâncias ao seu redor e começou a afundar. É por isso que, uma vez libertados do mal, mantenhamos nossa Fé focada em Sua Promessa, mantendo nosso olhar no Autor e Consumador de nossa Fé.

 A NATUREZA DAS DOENÇAS

O irmão Branham explica que doenças como câncer, tumores e outras enfermidades são manifestações físicas de demônios. Essas doenças são ataques do diabo para destruir nossas vidas e nos afastar de Deus. Ele enfatiza que por trás de cada doença existe uma força espiritual maligna que busca nossa destruição.

Nesta Mensagem e no parágrafo 32, o irmão Branham nos diz: " Por exemplo, vamos tirar um momento para falar sobre câncer. Parece ser um dos maiores inimigos da atualidade. O que é câncer? De onde veio? Tumor, catarata, úlcera, pneumonia, tuberculose, todos esses nomes são nomes médicos que a ciência médica lhes deu. A Bíblia declara que eles são demônios. Por exemplo, câncer, o que é câncer? Geralmente vem de uma só vez.  Mais tarde, o irmão Branham nos diz nos parágrafos 38 e 39, o seguinte: "E um câncer, no natural... Espiritualmente, ele é um demônio. É um tipo de animal necrófago, um abutre; coma coisas mortas. O câncer vem de um golpe. Por exemplo, minha mão não tem câncer. E em algum momento eu posso. Então, o que causa o câncer? Alguma célula, um germe no meu corpo que se perde, é atingido ou algo entra lá. E a partir desse germe ou célula, uma multiplicação de células começa, multiplicando-se, e forma um câncer e começa a comer o corpo.

O irmão Branham também aponta que o Senhor Jesus, durante Seu ministério terreno, enfrentou e venceu esses demônios, demonstrando Seu Poder sobre as forças do mal. O Senhor Jesus não apenas curou doenças físicas, mas também libertou as pessoas da opressão demoníaca. Então, se o demônio pode ser expulso, então a pessoa se sente bem. Agora, o câncer é um demônio. O tumor é um demônio. A tuberculose é um demônio. A doença em geral é um demônio atormentador e destrutivo que o diabo produziu para destruir os Filhos de Deus.

O irmão Branham ensina que a raiz de todas as doenças é espiritual e que a verdadeira cura só pode vir através da intervenção divina. somente Deus e Seu Poder de Cura podem curar nossas doenças. A fé em Jesus Cristo e a oração fervorosa são essenciais para receber cura e libertação dessas forças malignas.

Na Mensagem "BATALHANDO PELA FÉ", no parágrafo 19, o irmão Branham nos diz: "Deus somente deu a Cristo a comissão de vir à terra, de morrer em nosso lugar, por nossos pecados e nossas doenças. As escrituras dizem: "Ele foi ferido por causa das nossas transgressões, por causa da sua pisadura éramos", estávamos no passado, "fomos sarados". E cremos que, com base em nossa confissão de fé, Jesus, nosso Sumo Sacerdote, morreu e ressuscitou, para tirar o pecado do mundo; e ele está sentado à direita de Deus, o Pai, intercedendo ali com base em nossa confissão. E quando Ele morreu por nossos pecados, Ele não poderia morrer pelos pecados sem morrer pela doença."

Nesta citação do irmão Branham, ele se refere a Isaías 53:5, onde diz:

5 Mas ele foi ferido por causa das nossas transgressões, e moído por causa das nossas iniqüidades, o castigo que nos traz a paz; e pelas suas pisaduras fomos sarados.

Devemos lembrar que devemos ter fé nas promessas de Deus e confiar em Seu poder de curar. A incredulidade é um obstáculo para receber a Cura Divina, e devemos combatê-la com a Palavra de Deus.

Hebreus 11:1:

1 A fé é, pois, o firme fundamento das coisas que se esperam, e a manifestação das coisas que não se veem.

Vimos que a natureza das doenças são manifestações físicas de demônios e ataques do diabo. No entanto, por meio da fé em Jesus Cristo e da oração, podemos encontrar cura e libertação. A cura divina é uma promessa de Deus e parte integrante da Expiação de Cristo.

A FÉ COMO CAMINHO PARA A CURA

Continuando com a revisão do sermão "Doença e Aflição", o irmão Branham enfatiza que a Fé é a única maneira de receber a Cura Divina. Ele enfatiza que, embora Deus seja Todo-Poderoso e capaz de curar qualquer doença, Seu Poder só se manifesta plenamente quando há fé genuína no coração do Crente. O irmão Branham diz: "Mas quando a fé falhar, então sua cura falhará. Você diria que toda pessoa que vem ao altar e se converte será um cristão pelo resto de seus dias? Ele poderia ser um filho de Deus esta noite, e amanhã ser um filho do diabo. É quando ele perde a fé em Deus que o faz retroceder."

Esta declaração enfatiza que a fé não é apenas necessária para receber a cura, mas também para preservá-la. O irmão Branham ilustra esse ponto mencionando pessoas que foram curadas em uma reunião, mas quando perderam a fé, sua doença voltou. Isso nos lembra das palavras do Senhor Jesus em Marcos 11:22-24:

22 E Jesus, respondendo, disse-lhes: Tende fé em Deus.

23 Porque em verdade vos digo que qualquer que disser a este monte: Retira-te, e lança-te ao mar, e não duvidares no seu coração, mas creres que se fará o que ele disser, o que disser lhe será feito.

24 Portanto, eu vos digo: Tudo o que pedirdes em oração, crede que o recebereis, e ele virá a vós.

Fé, um sentido espiritual

O irmão Branham descreve a fé como um sentido espiritual que opera além dos cinco sentidos naturais: visão, audição, tato, olfato e paladar. Embora esses sentidos governem nossa percepção física, a fé transcende o visível e o tangível. Ele nos diz no parágrafo 60:

60… A fé é a substância das coisas que são esperadas, a evidência de coisas que você não vê, saboreia, toca, cheira ou ouve. É outro sentido. Está em outra esfera. Não é nada natural.

Este princípio está firmemente fundamentado em Hebreus 11:1, onde a Escritura define a fé como a substância das coisas que se esperam e a demonstração das coisas que não se veem. A fé não se baseia no que os sentidos naturais percebem, mas na plena confiança na Palavra e no Poder de Deus.

No parágrafo 57, o irmão Branham nos diz, e cito:

57 Agora, a fé é a substância das coisas que são esperadas, a evidência das coisas que você não vê, não prova, não toca, cheira, ou ouve. Mas o senso de fé é tão real quanto sua visão, ou qualquer outro de seus sentidos. Vê o que quero dizer? Você. Ele acredita nisso, simplesmente... Não há ninguém que possa fazer você duvidar, porque você tem aquele senso que lhe diz que é assim.

Exemplo de Alta Fé

O irmão Branham nesta Mensagem "Doença e Aflição" compartilha testemunhos que ilustram como a fé pode desencadear milagres. Ele relata o caso de uma jovem com os olhos cruzados que não tinha como entrar na fila de oração. Seguindo o conselho de uma Irmã na reunião, a jovem decidiu acreditar de todo o coração que seria curada. Apesar de não ter contato direto com o irmão Branham na época, sua fé foi reconhecida por Deus e ela recebeu a cura sem receber oração específica. O irmão Branham nos diz nos parágrafos 71 a 74:

71… Disse: "Se eu pudesse simplesmente passar por lá e entrar naquela fila de oração! Mas não consigo nem pegar um cartão."

72A compaixão da Sra. Bosworth foi estendida à garota. Ele disse: "Querida, se você voltar lá onde você pode vê-lo, e realmente... Bem, não - não seja apenas imaginado. Mas acreditando de todo o coração que este é um dom de Deus, garanto-lhe que ele o chamará em poucos minutos.

73 Eu estava orando pelos enfermos na plataforma, estava de costas para a menina. De repente, senti que isso veio, fé em ação. Olhei em volta, não consegui entender, havia muitos em pé, muito congestionados. E eu sabia que vinha de lá, e tentei discernir que tipo de espírito era. Veja, sua fé tinha

elevado a essa categoria.

74E quando me virei, finalmente a encontrei. Oh, duas vezes a distância deste prédio, eu vi onde estava. Ela estava vestindo um casaco verde. Eu disse: "A jovem parada lá atrás, com os olhos cruzados e um casaco verde, não tenha mais medo; Deus a curou." Seus olhos se endireitaram perfeitamente. Esse é apenas um dos

milhares de casos que aconteceram assim.

Este exemplo reflete o que aconteceu com a mulher que tocou as vestes do Senhor Jesus em Lucas 8:43-48. Apesar da multidão, sua fé a levou a estender a mão e receber a cura. O Senhor Jesus disse-lhe: "Filha, a tua fé te salvou; Vá em paz."

Crer e agir com fé

O irmão Branham enfatiza que a fé deve ser acompanhada de ação. Não basta dizer «creio»; é necessário agir como quem já recebeu a promessa de Deus. No parágrafo 64, o irmão Branham diz o seguinte, e cito:

64… Deus não pode fazer nada por você até que você primeiro confesse que Ele é. Então, quando você confessar, então acredite, aja de acordo com isso e guarde-o, e Deus o livrará.

Este chamado é consistente com as palavras de Tiago 2:17:

17 Assim também a fé, se não tiver obras, é morta em si mesma.

A cura como um teste de fé

O irmão Branham também ensina que curas milagrosas são evidências tangíveis do poder de Deus e de Sua fidelidade à Sua Palavra. No entanto, o maior milagre é a capacidade de manter a fé, pois somente aqueles que permanecem firmes em sua confiança em Deus podem experimentar uma cura duradoura e um relacionamento mais profundo com Deus.

Demônios e Doenças

O irmão Branham explica que muitas doenças têm uma raiz espiritual, identificando os demônios como a verdadeira origem de doenças como câncer, tumores e catarata. De acordo com o irmão Branham, essas condições não são simplesmente problemas físicos. Eles são manifestações de forças espirituais malignas que procuram destruir o corpo humano. Ele nos diz no parágrafo 43:

43… O germe é uma vida. Primeiro, o germe é uma minúscula célula que contém vida. E essa vida só pode vir de duas fontes: de Deus ou do diabo. E você vem do germe da vida, de Deus. O câncer, o tumor e tudo mais, vieram do germe da vida do diabo. E ele se esforça para destruir sua vida. Ele corrói a corrente sanguínea e - e ataca você de maneiras diferentes. Portanto, eu sei que eles são demônios. Jesus Cristo os chamou de demônios; e o que Ele diz é a Verdade. Eles são o diabo. O diabo é um atormentador. Ele está aqui para rasgar seu corpo em pedaços, para devorá-lo, destruí-lo, encurtar seus "setenta anos", se puder.

Doenças como agentes do diabo

O irmão Branham descreve como a doença age como um inimigo infiltrado tentando interromper o Plano Perfeito de Deus para a saúde do homem. Ele usa o exemplo do câncer, explicando que começa com um golpe ou uma célula danificada que se multiplica incontrolavelmente. Ele afirma que o câncer é um tipo de vida maligna que não pertence ao corpo humano e que tem um espírito maligno por trás dela, cito o parágrafo 42:

42… Portanto, este câncer que ele – ele começa ou este tumor, seja ele qual for, começa a se multiplicar a partir desse germe, como um tumor se torna maligno, e assim por diante. É um corpo, como se você fosse de um corpo. Isso tem um espírito assim como você é espírito, só que você não tem uma alma. Mas você tem uma vida como você tem vida.

Esse entendimento se alinha com as Escrituras. Em Marcos 9:25, onde o Senhor Jesus repreende o espírito imundo que tinha uma criança muda e surda dizendo:

25… Espírito mudo e surdo, eu te ordeno, sai dele, e não entres mais nele.

O Poder de Cristo Sobre os Demônios

Embora as doenças sejam influenciadas por demônios, o irmão Branham nos assegura que Jesus Cristo tem poder absoluto sobre essas forças. Ele declara que toda a vida, seja de origem divina ou má, está sujeita ao Poder de Deus. Quando o Espírito de Deus se manifesta, os demônios devem se submeter e deixar a pessoa aflita ir livre, ele nos diz no parágrafo 44:

44 Portanto, quando este anjo de Deus descer para onde eu estou... Eu não sei nada sobre nenhum de vocês. Mas é por isso que Ele lhe diz o tipo de doença que você tem em seu corpo, porque essa vida está sujeita à Vida que Deus enviou para você discernir. bem como as coisas que você fez em sua vida. É feito pelo poder de Deus, então posso dizer se está lá ou se já se foi. E você pode dizer pelos resultados físicos que eles mostram. Pode ser visto no paciente, quando seu corpo se endireita e se torna normal, seus olhos abertos ou seus ouvidos abertos.

Este Poder foi evidenciado nos milagres de Cura realizados pelo Senhor Jesus. Lucas 13:11-13 relata como Jesus curou uma mulher que estava curvada pelo espírito da doença:

11 E eis que uma mulher que tinha o espírito de enfermidade dezoito anos e estava sobrecarregada, de modo que não conseguia se enfiar de forma alguma.

12 E Jesus, vendo-a, chamou-a e disse-lhe: Mulher, estás livre da tua enfermidade.

13 E ele impôs as mãos sobre ela; e então se endireitou e glorificou a Deus.

Testemunhos de libertação

O sermão está repleto de testemunhos chocantes que ilustram como os demônios operam e como são derrotados pelo Poder de Cristo. O irmão Branham conta a história de uma mulher possuída por um espírito violento que a levou a agir com força sobre-humana, até mesmo prejudicando a si mesma. Apesar de sua condição, Branham orou e o demônio foi expulso. Mais tarde, a mulher voltou totalmente normal e restaurada, testificando o Poder Libertador de Deus.

O Chamado à Vigilância

O irmão Branham também adverte sobre os perigos da incredulidade e da crítica, afirmando que isso pode abrir portas para a influência demoníaca. Ele relata um caso em que um homem incrédulo participou de uma reunião e, rejeitando o chamado de Deus, acabou sofrendo ataques epilépticos, sendo finalmente libertado após a intervenção divina. Esse relato reforça a advertência bíblica de que a fé e a obediência são essenciais para resistir ao inimigo: Tiago 4:7: "7Sujeitai-vos, pois, a Deus; resista ao diabo, e ele fugirá de você."

A vitória final

Por meio desses exemplos, o irmão Branham reafirma que a doença não é apenas um desafio físico, mas uma batalha espiritual. No entanto, a vitória é garantida para aqueles que confiam no Poder de Jesus Cristo. Como diz 1 João 3:8:

8Quem comete pecado é do diabo; porque o diabo peca desde o princípio. Para este propósito apareceu o Filho de Deus, para desfazer as obras do diabo.

O PAPEL DO DOM DA CURA

O irmão Branham destaca o papel essencial do Dom de Cura como uma Manifestação do Poder de Deus para libertar os enfermos e aflitos. Esse dom, segundo ele, não é um mérito humano, mas uma Obra do Espírito Santo que age no tempo designado por Deus. O irmão Branham enfatiza que este Dom é uma extensão da Compaixão e do Plano Redentor de Cristo para restaurar o homem em corpo, alma e espírito.

O dom como instrumento de fé

O irmão Branham ressalta que o propósito do Dom de Cura não é glorificar a pessoa que o possui, mas elevar a fé dos crentes para que eles possam receber Seu milagre. Ele nos diz nesta Mensagem o que o Anjo do Senhor lhe disse quando veio a ele, encontramos isso no parágrafo 63: 

63… Quando o Anjo veio a mim, Ele disse: "Se você conseguir que as pessoas sejam sinceras..." Ou: "Se você for sincero e conseguir que as pessoas acreditem em você, nada impedirá sua oração". Eu acredito nisso.

A base bíblica para esta afirmação é encontrada em Marcos 16:17-18, onde o Senhor Jesus diz:

17 E estes sinais seguirão aos que crerem: Em meu nome expulsarão demônios; eles falarão novas línguas;

18 Removerão as serpentes, e se beberem alguma coisa mortífera, não lhes fará mal; Sobre os enfermos imporão as mãos e serão curados.

O Dom de Cura é um sinal do Evangelho em ação, projetado para confirmar a Palavra de Deus e fortalecer a fé dos crentes.

O Dom em Ação: Uma Parceria com Deus

O irmão Branham descreve como o Dom de Cura exige que o ministro aja em completa dependência de Deus. Ele explica que o discernimento da doença e da enfermidade é possível porque o Espírito Santo revela essas coisas ao ministro. O irmão Branham afirma, no parágrafo 44, que:

44… Por isso, quando este Anjo de Deus desce até onde estou... Eu não sei nada sobre nenhum de vocês. Mas é por isso que Ele lhe diz o tipo de doença que você tem em seu corpo, porque essa vida está sujeita à Vida que Deus enviou para você discernir. bem como as coisas que você fez em sua vida. É feito pelo poder de Deus, então posso dizer se está lá ou se já se foi. E você pode dizer pelos resultados físicos que eles mostram. Pode ser visto no paciente, quando seu corpo se endireita e se torna normal, seus olhos abertos ou seus ouvidos abertos.

Esse processo se reflete nos Ministérios dos Apóstolos, como em Atos 5:15-16, onde a sombra de Pedro curou os enfermos e libertou os atormentados por espíritos imundos. Isso mostra que o dom de cura é um canal através do qual Deus manifesta Seu poder na terra.

A Responsabilidade de Manter a Fé

O irmão Branham adverte que, embora o Dom de Cura possa trazer libertação, a permanência do milagre depende da fé contínua do destinatário. Ele ilustra isso com casos de pessoas que, depois de curadas, perderam seu milagre devido à incredulidade ou descuido espiritual. Isso reflete o ensinamento de Jesus em João 5:14, quando ele diz ao homem que foi curado:

14… Eis que fostes curados; não peques mais, para que não venha algo pior a ti.

O Dom de Cura, portanto, é um chamado não apenas para receber a Cura, mas para perseverar na fé e no relacionamento com Deus.

Um presente para a glória de Deus

O irmão Branham também deixa claro que o propósito do Dom de Cura é glorificar a Cristo e edificar Sua Igreja. Não é um espetáculo ou uma ferramenta para o benefício pessoal do Ministro. Ele afirma no parágrafo 31 e cito:

31… Não há homem que possa fazer qualquer coisa. Tudo tem que vir de Deus.

Isso nos lembra as palavras do apóstolo Paulo em 2 Coríntios 4:7:

7 Mas temos este tesouro em vasos de barro, para que a alteza do poder seja de Deus, e não nossa.

O Dom de Cura, de acordo com o irmão Branham, não é apenas um milagre físico, mas um sinal do Reino de Deus se manifestando entre Seu Povo.

A AÇÃO DE DEUS EM FACE DA INCREDULIDADE

O irmão Branham enfatiza que a incredulidade é uma barreira que pode limitar a Manifestação do Poder de Deus. No entanto, Deus, em Sua Misericórdia, trabalha mesmo em contextos de incredulidade para mostrar Sua Glória e atrair as pessoas à fé. O irmão Branham relata várias experiências que ilustram como Deus responde à incredulidade com atos de poder, reafirmando que Sua Autoridade não é condicionada pela dúvida humana, mas pela disposição do coração em crer.

A incredulidade como obstáculo

O irmão Branham ressalta que muitas pessoas que participam de reuniões de cura chegam com atitudes de julgamento ou descrença, o que afeta o ambiente espiritual. Ele explica que a fé coletiva da congregação é crucial para que os milagres ocorram efetivamente, o irmão diz nos parágrafos 46 e 47:

46… Se isto – se este grupo de pessoas assentado aqui, provavelmente aqueles por quem se orará esta noite, que virá à plataforma, se eles estiverem de acordo e unânimes, nos próximos cinco minutos, não haveria um deles deixado nestas cadeiras de rodas ou berços; se eles acreditam que esta é a Verdade. E enquanto você caminha um por um esta noite, para a plataforma, se eles, todos, não se levantarem daquelas cadeiras de rodas e berços e outras coisas, e saírem desta plataforma normalmente, então você pode dizer que estou errado.

47 E aponto novamente para Deus, que é infalível. Você será curado. Agora, Ele está aqui para confirmar Sua Palavra. Cada Palavra que Deus diz é verdadeira. Mas você não pode acreditar pela metade; Você tem que ter certeza disso.

Este ensinamento encontra apoio no Evangelho de Mateus 13:58, que diz do Senhor Jesus:

58 E não fez ali muitos prodígios, por causa da incredulidade deles.

A incredulidade não limita o Poder de Deus, mas pode bloquear nossa capacidade de receber Sua Obra.

Exemplos de incredulidade e julgamento

O irmão Branham relata o caso de um homem crítico em uma reunião em Phoenix que se recusou a abaixar a cabeça durante um momento de oração, apesar de ter sido avisado das consequências. Embora inicialmente não tenha experimentado uma mudança, dias depois começou a sofrer ataques epilépticos. Finalmente, após um ato de intercessão, ele foi libertado, reconhecendo seu erro e o Poder de Deus. Isso é relatado pelo Irmão nos parágrafos 161 a 173 e cito:

161 Agora eu quero que todos se lembrem disto: Você – você. Todos são sempre bem-vindos aos encontros. Mas quando eu pedir que você incline a cabeça, você deve inclinar a cabeça. E então quando eu... Não levante o rosto até que me ouça dizer neste microfone, ou o irmão Bosworth de pé aqui, para levantar o rosto. Se eles fizerem isso antes, não serei responsável pelo que acontecer.

162 Sr. Hooper, sentado por perto, ele estava em um... Gosto de ver alguém que já esteve em outras reuniões. Ele estava em Phoenix, Arizona, conosco, onde um dos funcionários da cidade estava na reunião.

Ele disse: "Bem, esse é um bom exemplo de psicologia", disse ele, "eu só... Não há nada de verdadeiro nisso."

164 Eu senti o homem. Estava atrás à minha direita. Eu disse: "Há alguém à minha direita que não está com a cabeça baixa". Ele não queria curvar o rosto. Um dos porteiros disse a ele: "Mantenha a cabeça baixa". Ele era um funcionário da cidade, então disse: "Você não pode me forçar". Então: "Muito bom." E ele me trouxe a mensagem.

165Eu tinha um garotinho ali, e ele tinha um trapo preso em volta dele com um prendedor de roupa, tentando... Ele teve um ataque epiléptico; Eu tinha dado a ele um ali mesmo na plataforma naquela época. Às vezes, quando um epiléptico passa, eles têm convulsões imediatamente. E eu disse: "Ok, senhor, eu perguntei a você; é tudo o que posso fazer."

Eu orei. Eu disse: "Deus, não deixe essa criança inocente sofrer por causa da desobediência daquele homem". Ele saiu da criança. O homem apenas sorriu e continuou.

167Cerca de dois dias depois, ele veio... Ele começou a ter uma sensação estranha, ele disse: "Oh, eu só estou imaginando, isso é tudo." Disse: "Apenas - é apenas minha imaginação, está me incomodando." Ele tentou não pensar nisso.

168Mais ou menos um dia depois, os policiais o pegaram no centro da cidade andando sem rumo. Cerca de seis semanas depois, ele veio...

169Eu estava tendo um culto onde Charles Fuller ... com Charles Fuller, de volta a Long Beach. Se algum de vocês estava, sabe quantos estavam lá. Literalmente milhares lá, de pé na praia, então eles... Ele não conseguiu entrar lá. Ele foi para Los Angeles, não conseguiu entrar lá.

170 E, finalmente, em Modesto. Sua esposa, em uma noite chuvosa, prostrou-se na estrada. Ele tinha deixado crescer uma barba no rosto, horrível, de aparência terrível. E lá estava. Disse: "Irmão Branham, algo tem que ser feito." Disse: "Ele – ele – ele não, ele nem mesmo come. Não podemos fazê-lo engolir água." Oh, parecia horrível!

Enquanto ele estava sentado lá, seus olhos estavam apenas olhando.

171Eu entrei. Ele começou a fazer "hummmm", afastando-se de mim, assim.

172 Eu disse a eles para trancar a porta. E estávamos cansados, estávamos no sábado à noite na sede do clube lá, por horas, lidando com os doentes. Pedi ao irmão Brown e ao irmão Moore que trancassem a porta, para que as pessoas não entrassem. Sua esposa estava enlameada

tendo-se prostrado na estrada e agarrado às minhas calças. Eu não conseguia nem me mover. Eles não podiam me arrastar, ela estava segurando, para que eu pudesse ir até o marido dela.

173 Cerca de quarenta e cinco minutos depois, deixou-o. Ele me pegou nos braços e me abraçou. Ele colocou o chapéu na cabeça assim, apertou minha mão, foi para casa um homem saudável.

Este relato lembra a advertência de Gálatas 6:7:

7 Não vos enganeis: de Deus não se zomba, porque tudo o que o homem semear, isso também ceifará.

A misericórdia de Deus diante da incredulidade

Apesar das atitudes críticas, o irmão Branham mostra que Deus, em Sua Infinita Misericórdia, age para levar as pessoas à fé. Um exemplo é o de um homem moreno em Arkansas que, embora não soubesse do ministério do irmão Branham, obedeceu a uma visão de sua falecida mãe instruindo-o a buscar a cura. A fé do homem na visão e direção de Deus o levou a receber a cura imediata de sua cegueira. O irmão Branham se relaciona conosco e cito os parágrafos 145 a 148:

145 Ele disse: "Pároco", disse ele, "minha velha mãe era uma boa mulher religiosa". Ele disse: "Ela nunca me contou uma mentira em toda a sua vida". Ele disse: "Já se passaram dez anos desde que ele saiu". Disse: "Além disso, não ouvi falar de você na minha vida." Ele disse: "Eu moro a cerca de cem milhas daqui". E ele disse: "Ontem à noite..." Ele disse: "Estou cego há muitos anos". Ele disse: "Ontem à noite, acordei e ao lado da minha cama estava minha velha mamãe. E ele disse: 'Querida, filho, vá a El Dorado, Arkansas, e pergunte por alguém chamado Branham.' Ele disse: 'O Senhor deu um dom de cura divina. Você vai conseguir sua visão.'" Oh meu, eu senti meu coração ficar tão grande. Eu vi que era Deus falando.

146Se o homem não crê, Deus de alguma forma o declarará aos sinceros de coração; Ele vai.

Impus as mãos sobre ele e disse: "Irmão, o Senhor Jesus, que lhe enviou esta visão, está aqui agora para curá-lo". Eu tirei minhas mãos dele.

148Peguei sua mão; A cachoeira havia morrido. Lágrimas escorriam e rolavam por sua bochecha. Ele disse: "Eu te agradeço, Senhor. Eu te agradeço, Senhor."

Este milagre reflete o que aconteceu em João 9:1-7, quando o Senhor Jesus curou o cego de nascença para que as obras de Deus fossem reveladas.

O Chamado para Acreditar

O irmão Branham enfatiza que a fé é o ponto de partida para experimentar a ação de Deus, mas ele adverte que essa fé deve ser genuína e persistente, cito os parágrafos 47 e 48:

47 E aponto novamente para Deus, que é infalível. Você será curado. Agora, Ele está aqui para confirmar Sua Palavra. Cada Palavra que Deus diz é verdadeira. Mas você não pode acreditar pela metade; Você tem que ter certeza disso.

48Algumas pessoas vêm e dizem: "Eu creio". Eles pensam que acreditam; mas talvez haja um em mil que realmente acredite. "A fé é o firme fundamento das coisas que se esperam, e a prova das coisas que não se veem."

Este chamado à fé autêntica é apoiado por Hebreus 11:6:

6 Mas sem fé é impossível agradar a Deus; pois aquele que se aproxima de Deus deve crer que ele existe e que é galardoador daqueles que o buscam.

A Resposta de Deus: Sinais e Maravilhas

Continuando, o irmão Branham declara que milagres e curas são evidências da Ação de Deus em meio à incredulidade, como um testemunho para atrair corações incrédulos. Ele diz, e cito o nº 68:

68Chegou a hora, pessoal. Chegou a hora. Vou dizer isso, e você pode me chamar de fanático se quiser: acredito que isso aponta para a Segunda Vinda de Jesus Cristo. Amém. Bem, haverá sinais e maravilhas. E a questão é, se você não está no reino de Deus, esforce-se para entrar nele. Eu certamente deveria saber algo sobre o que estou falando, ou Deus não honraria minha oração fazendo o que Ele faz. E você que não entrou no reino, olhe para Cristo agora como seu refúgio, enquanto há tempo e oportunidade.

Essa ênfase nos Sinais como evidência da Obra Divina é consistente com Marcos 16:20:

20 E eles saíram e pregaram por toda parte, o Senhor cooperando com eles e confirmando a palavra pelos sinais que se seguiram. Amor.

Deus age diante da incredulidade não apenas como um julgamento, mas como um chamado à fé. A Misericórdia e o Poder de Cristo continuam disponíveis para aqueles que estão dispostos a crer e receber.

CONCLUSÃO

Queridos irmãos e irmãs, ao refletirmos sobre a revisão da Mensagem "Doença e Aflição"  pregada pelo Irmão e Servo do Altíssimo William Marrion Branham, fomos lembrados de que a Cura Divina é uma promessa disponível para aqueles que acreditam no Poder de Jesus Cristo. O irmão Branham enfatiza que todas as doenças estão enraizadas no pecado e infligidas pelo inimigo, mas ele nos garante que nada é difícil demais para o Senhor.

Jesus Cristo, que curou os enfermos e libertou os cativos durante Seu ministério mortal, permanece o mesmo ontem, hoje e para sempre (Hebreus 13:8). Suas promessas não mudaram e Seu poder de curar está disponível para todos os que acreditam. O Salmo 103:3 nos lembra que Ele é:

3Ele é quem perdoa todas as suas iniqüidades, quem cura todas as suas doenças.

O irmão Branham enfatiza que a fé é o elemento essencial para receber a Cura Divina. Não basta desejar Saúde; é necessário crer de todo o coração que Jesus Cristo tem o poder de fazer o milagre. Ele diz no parágrafo 64:

64… Deus não pode fazer nada por você até que você primeiro confesse que Ele é. Então, quando você confessar, então acredite, aja de acordo com isso e guarde-o, e Deus o livrará.

Assim como o Senhor Jesus disse ao cego Bartimeu em Marcos 10:52: "A tua fé te salvou", hoje ele também diz a mesma coisa para nós. Precisamos apenas ir a Ele com o coração cheio de fé e confiança em Seu Poder.

O irmão Branham compartilha vários testemunhos de pessoas que, apesar de sua incredulidade inicial ou situações aparentemente impossíveis, foram completamente curadas por crer na Obra de Cristo. Do cego que recuperou a visão no Arkansas à menina vesga que foi curada em um instante, todo milagre é um lembrete do amor e da fidelidade de Deus. O irmão Branham afirma com convicção:

41Deus não queria que você ficasse doente. Deus te fez à Sua semelhança. Ele quer que você fique bem. Ele fez tudo o que pôde para mantê-lo saudável.

Se você está enfrentando doença, enfermidade ou aflição, este é o momento de se voltar para Cristo, a Palavra. Ele é o mesmo Salvador compassivo que curou os enfermos e levantou os oprimidos nos dias bíblicos. Não deixe que a dúvida ou o medo sejam um obstáculo. Como Tiago 5:15 diz: "E a oração da fé salvará o enfermo, e o Senhor o levantará; e se ele estiver em pecados, ser-lhe-ão perdoados."

Convido-vos hoje a depositar toda a vossa confiança em Cristo. Ele está disposto e pronto para trabalhar em sua vida. Neste momento, junte-se à oração e declare com fé que Jesus é o seu curador.

ORAÇÃO

Oremos: Pai Celestial, Todo-Poderoso, chegamos diante do Seu Trono de Graça e Misericórdia, reconhecendo que Tu és o Deus do impossível. Você é o Criador dos céus e da terra, o Autor da Vida e o único que tem o Poder de curar, restaurar e ressuscitar até mesmo os mortos. Neste momento, Senhor, invocamos o Teu Nome que está acima de todo nome: o Nome do Senhor Jesus Cristo.

Ó Deus, como Tua Palavra diz em Hebreus 13:8, Tu és o mesmo ontem, hoje e eternamente. Assim como você andou entre os homens curando os enfermos, limpando os leprosos, abrindo os olhos dos cegos e ressuscitando os mortos, acreditamos que você ainda está trabalhando com esse mesmo Poder hoje. Senhor, Tu disseste em João 11:25: "Eu sou a ressurreição e a vida; quem crê em mim, mesmo que esteja morto, viverá."  Neste momento, nos apegamos a essa Promessa e declaramos que Sua Vida está fluindo para nós.

Querido Pai, nós repreendemos todo espírito de enfermidade, toda enfermidade, todo demônio que oprime os corpos e mentes de Seus Filhos. Em Nome de Jesus Cristo, ordenamos que toda doença seque pela raiz, que todo câncer, todo tumor, toda paralisia, toda cegueira e toda surdez sejam removidos pelo Seu Poder. Repreendemos toda obra do inimigo que tentou destruir a saúde de Teu povo. Senhor, como Isaías 53:5 diz, pelas tuas pisaduras somos sarados. Agora reivindicamos essa cura completa no Nome Todo-Poderoso do Senhor Jesus Cristo.

Santo Padre, declaramos que os ossos secos estão cheios de vida, que os órgãos doentes são restaurados, que as células danificadas são renovadas. Pronunciamos vida sobre todo corpo que foi enfraquecido e restauração sobre tudo o que o inimigo destruiu. Ó Senhor, o mesmo poder que ressuscitou Cristo dentre os mortos está agora trabalhando em nós! Oramos para que esse Espírito vivificante encha cada coração e cada corpo neste momento.

Senhor Eterno Deus, clamamos por aqueles que perderam toda a esperança. Sabemos que quando Tu falas, até os mortos em seus túmulos ouvem a Tua Voz. Assim como você disse a Lázaro: "Lázaro, vem para fora!" (João 11:43), hoje declaramos em Teu Nome: Levanta-te, recebe a vida, recebe a cura e anda na Plenitude de Cristo!

Pai, encha cada lar com Sua glória. Que a atmosfera seja saturada com Sua Presença, que todo espírito de incredulidade seja expulso e que a fé seja elevada em cada coração. Oramos por uma manifestação sobrenatural do seu poder. Oh Deus, toque corpos, almas e espíritos agora mesmo. Que os coxos andem, que os cegos vejam, que os enfermos sejam curados e que os mortos se levantem para testemunhar do Teu Poder.

Nós Te damos Glória e Honra, porque sabemos que a Tua Palavra não volta vazia, mas cumpre tudo o que foi enviado. Agora declaramos que as cadeias foram quebradas, que as trevas se dissiparam e que Tua luz brilha poderosamente sobre Teu Povo.

Nós te pedimos, Pai, no Nome que tem toda autoridade no céu e na terra, no glorioso Nome de nosso Senhor Jesus Cristo. Amém e amém!

Hoje é o seu dia de cura! Creia, aja com fé e confie que o Senhor Jesus Cristo é o seu Curador. Deus te abençoe sempre. Amém!