Repaso:
"Preguntas y Respuestas Sobre Génesis"
Por: Hno. Francisco Velázquez Cruz
Por: Hno. Francisco Velázquez Cruz
Introducción
Paz a todos ustedes, amados oyentes, y bienvenidos una vez más a su programa “La Palabra Hablada de Dios”. Es siempre un gozo y un verdadero privilegio reunirnos en este espacio para compartir las riquezas de la Palabra de Dios que fue restaurada en nuestro día.
Antes de sumergirnos en el tema de hoy, queremos hacer una mención especial, algo que siempre llevamos en nuestro corazón al preparar cada episodio. El propósito de este podcast es repasar juntos algunos de los puntos más sobresalientes de los sermones predicados por el Hermano Branham. No buscamos reemplazar la experiencia de escuchar el mensaje completo, sino todo lo contrario: anhelamos que este repaso motive su corazón a buscar la cinta, a leer el folleto, y a sumergirse personalmente en la plenitud de lo que Dios habló a través de Su siervo.
Dicho esto, hoy tenemos un episodio verdaderamente especial. Vamos a repasar un sermón que se desarrolló en un formato muy personal y directo: un servicio de preguntas y respuestas centrado en el libro de los comienzos, el libro de Génesis.
Este mensaje fue predicado por el Hermano William Marrion Branham en su hogar espiritual, el Tabernáculo Branham en Jeffersonville, Indiana, Estados Unidos, en una noche de verano, del día 29 de julio de 1953.
Imaginen la escena por un momento: la congregación, gente como usted y como yo, con preguntas sinceras en su mente sobre la creación, sobre Adán, sobre Caín... escritas en pedazos de papel y pasadas al púlpito. Y allí, el profeta de Dios, listo para traer luz, no con sabiduría de hombre, sino con la Revelación del Espíritu Santo.
Así que, póngase cómodo, abra su corazón, y acompáñenos a repasar las respuestas que Dios proveyó en aquella noche memorable. Comencemos.
LA CREACIÓN DEL HOMBRE – ESPÍRITU Y CARNE
Muy bien, entremos en materia. La primera serie de preguntas que el Hermano Branham abordó aquella noche se centra en un punto que ha sido un verdadero rompecabezas para muchos estudiantes de la Biblia a lo largo de los años. Se trata de la aparente contradicción en el relato de la creación del hombre.
Por un lado, en el primer capítulo de la Biblia, Génesis 1, versículo 27, leemos lo siguiente: “Y crio Dios al hombre á su imagen, á imagen de Dios lo crio; varón y hembra los crio.” Parece bastante claro. Pero luego, pasamos al siguiente capítulo, a Génesis 2, versículo 7, y la Escritura dice: “Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y alentó en su nariz soplo de vida; y fué el hombre en alma viviente.”
Entonces, la pregunta que surge naturalmente es: ¿Qué pasó aquí? ¿Acaso Dios creó a dos hombres diferentes? ¿O es que la Biblia se contradice a sí misma? Hermanos, la Palabra de Dios no se contradice. (Repito: La Palabra de Dios no se contradice.) Lo que necesitamos es la Revelación del Espíritu Santo para que nos la abra, y eso es exactamente lo que Dios hizo a través de Su Profeta.
El Hermano Branham comienza a desentrañar este misterio haciéndonos una pregunta fundamental. Si Génesis 1 dice que Dios creó al hombre a Su Propia Imagen, entonces primero debemos saber: ¿Cuál es la Imagen de Dios? ¿Qué es Dios? La propia Biblia nos da la respuesta. En el Evangelio de San Juan, capítulo 4, versículo 24, el Señor Jesús mismo le dice a la mujer en el pozo: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que (Le) adoren.”
Dios es un Espíritu. Él no tiene un cuerpo físico como el nuestro. Entonces, si Dios, que es Espíritu, creó al hombre a Su Propia Imagen, ¿qué clase de hombre creó primero? El Hermano Branham lo dice con una claridad asombrosa, cito del párrafo 21: “Bien, y si Dios creó al hombre a Su imagen y conforme a Su semejanza, ¿qué clase de hombre El creó? Un hombre espíritu.”
¡Ahí está la clave! La primera creación no fue el hombre de carne y hueso que conocemos. Fue un ser espiritual, una teofanía, como el profeta lo llamaría en otros mensajes. Un ser sobrenatural creado para tener dominio sobre la Creación, para guiar a los animales y cuidar de la Tierra, no por la fuerza física, sino por la Palabra hablada, de una manera similar a como el Espíritu Santo guía hoy al verdadero creyente.
Entonces, ¿quién es el hombre de Génesis 2, el que fue formado del polvo? ¿Es otro ser? ¡No! Es el mismo. Escuchen esta poderosa declaración del profeta que une ambos capítulos perfectamente, cito del párrafo 79: “El segundo hombre es el mismo primer hombre hecho manifiesto en cinco sentidos.”
¿Ven la progresión? Dios primero creó la parte eterna de nosotros, nuestro ser espiritual. Luego, en una segunda etapa, Él vino a la tierra y, como un alfarero, formó un cuerpo físico del polvo. Un cuerpo hecho a la imagen de la vida animal, con manos como un mono y pies como un oso, diseñado para funcionar en esta dimensión terrenal a través de los cinco sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto.
Y el clímax de la creación llega en ese momento sagrado cuando Dios toma a ese “hombre espíritu” que ya existía y lo sopla dentro del cuerpo de barro. Ese “soplo de vida” no fue solo aire; fue la unión del ser espiritual con el cuerpo terrenal, y en ese instante, el hombre se convirtió en un “alma viviente”.
Este mismo principio se aplica a la creación de la mujer. Cuando la Biblia dice “varón y hembra los crio” en Génesis 1, se refiere a que Dios creó tanto el espíritu masculino, recio, como el espíritu femenino, suave y delicado. Ambos fueron creados en el principio, en el mundo espiritual. Más tarde, en el huerto, Dios simplemente le dio un cuerpo físico a ese espíritu femenino, formándola de la costilla de Adán.
Así que, amados oyentes, no hay dos creaciones, sino una sola creación en dos etapas. Primero lo espiritual, luego lo físico. Una Revelación que no solo resuelve una supuesta contradicción, sino que nos enseña una verdad profunda sobre nuestra propia naturaleza: somos seres espirituales viviendo temporalmente en un cuerpo físico.
¿DÓNDE TOMÓ CAÍN A SU ESPOSA?
Hermanos y hermanas, ahora llegamos a una de esas preguntas que, con toda seguridad, ha cruzado la mente de casi todo lector de la Biblia. Es una pregunta clásica, una que los escépticos han usado por años para intentar desacreditar las Escrituras y que ha dejado perplejos a muchos creyentes sinceros. La pregunta es: Si Adán y Eva fueron las primeras y únicas personas, y sus primeros hijos registrados fueron Caín y Abel, ¿de dónde tomó Caín a su esposa?
La Biblia nos dice en Génesis 4, verso 17: “Y conoció Caín á su mujer, la cual concibió y parió á Henoch...” De repente, aparece una mujer en la narrativa, y la Biblia no parece dar una explicación inmediata de su origen. Es en estos puntos donde la Revelación de Dios es tan vital.
El Hermano Branham, antes de dar la respuesta directa, nos comparte una experiencia personal que ilustra las peligrosas y erróneas conclusiones a las que la gente puede llegar sin la guía del Espíritu Santo. Él cuenta que, poco después de su conversión, escuchó a un hombre argumentar con mucha seguridad una teoría terrible. Este hombre decía, y voy a citar del párrafo 108: “Te voy a decir de dónde Caín tomó a su esposa. Caín se casó con una gorila. Y de esa gorila salió la raza negra.”
¡Qué declaración tan espantosa y absolutamente antibíblica! Pero el profeta, aun siendo un joven creyente en ese entonces, la refutó inmediatamente con la lógica de la propia Palabra de Dios. Si eso fuera cierto, esa supuesta nueva raza habría sido completamente destruida en el diluvio, ya que la Biblia es clara en que solo Noé y su familia entraron en el arca. El Hermano Branham fue firme al declarar, cito del párrafo 109: “La raza de color proviene del mismo árbol, del que proviene cada ser humano, del mismo. No hay diferencia.”
Todos, sin importar el color de nuestra piel, venimos del mismo árbol original: Adán. Habiendo derribado esa mentira, el profeta nos da la respuesta, que es tan sencilla como lógica. La única fuente posible para una esposa para Caín era la misma fuente de la que él vino: sus padres, Adán y Eva. La respuesta es que Caín se casó con su propia hermana.
Ahora, para nuestra mente moderna, esto puede sonar extraño o incluso incorrecto. Pero debemos transportarnos a ese tiempo, al amanecer de la humanidad. No había otras familias en la tierra. Era una necesidad absoluta para que la raza humana se propagara. El Hermano Branham lo explica con una lógica irrefutable, cito del párrafo 123: “Eva fue la única mujer que fue creada por Dios, y si ella no hubiera tenido hijas, entonces al morir (esa única mujer), la raza humana hubiera dejado de existir.”
La Biblia, en su soberanía, no siempre registra el nacimiento de las hijas, pero es una conclusión lógica y necesaria que Adán y Eva tuvieron hijas además de los hijos que se nombran. No había otra opción. El profeta lo reitera, cito del mismo párrafo 123: “Y Caín se casó con su propia hermana, tenía que, pues no había otro lugar de donde pudieron haber venido las mujeres.”
En ese entonces, esto no era pecado. La sangre de la humanidad era pura, directamente de la Creación de Dios. Las leyes que prohibían este tipo de uniones vinieron miles de años después, a través de Moisés, cuando la raza humana se había multiplicado y la genética se había degradado.
De hecho, la propia Biblia nos muestra que esta práctica continuó incluso entre los patriarcas. Miren—miren el ejemplo de Abraham, el padre de la fe. Cuando estuvo en Gerar, por temor, dijo que Sarah era su hermana. Y no era una mentira completa. En Génesis 20, versículo 12, Abraham aclara: “Y á la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y toméla por mujer.” ¡Abraham se casó con su media hermana!
Pero, como siempre con la enseñanza del profeta, la respuesta no se queda solo en el plano histórico. Hay un tipo, una sombra espiritual profunda. ¿Por qué Dios lo ordenó de esta manera en el principio?
El Hermano Branham nos lleva a Isaac y Rebeca. Isaac es un tipo de Cristo, y Rebeca es un tipo de la Iglesia, la Novia. Y Rebeca era pariente cercana de Isaac. El profeta, con gran emoción, exclama, cito del párrafo 125: “¡Y ellos deben de estar vinculados por la Sangre! ¡Aleluya! ¡Amén! ¡El vínculo Sanguíneo!”
¿Lo ven, amados oyentes? Así como Eva fue tomada del costado de Adán, carne de su carne y hueso de sus huesos... Así como la esposa de Isaac tenía que venir de su propia parentela... Así la Novia de Jesucristo tiene que estar vinculada a Él, no por un lazo terrenal, sino por el vínculo de Su propia Sangre Redentora. ¡No podemos ser una Novia extraña! Debemos haber nacido de Su Espíritu y haber sido lavados en Su Sangre para ser Su Parentela Espiritual, listos para las Bodas del Cordero.
Así que, una simple pregunta sobre la esposa de Caín nos abre la Revelación sobre la intimidad y la conexión de sangre que debemos tener con nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Y aún en este tema hay todavía más Revelaciones que en su tiempo serán manifestadas.
EL VERDADERO DÍA DE REPOSO PARA EL CRISTIANO
Habiendo entendido esa verdad tan profunda sobre nuestra conexión con Cristo, que somos espíritu y carne, y que nuestra relación con Él es por un vínculo de Sangre, pasemos ahora a otra pregunta que ha generado incontables debates y, tristemente, divisiones en el mundo cristiano. Es un tema que toca la práctica misma de nuestra adoración.
La pregunta es sobre el día de reposo. ¿Deberíamos, como cristianos del Nuevo Pacto, guardar el sábado, el séptimo día de la semana, como lo hacían los judíos? ¿O es correcto congregarnos en domingo, el primer día, como lo hace la mayoría del cristianismo? ¿Hay un mandamiento para uno u otro?
El Hermano Branham aborda esta cuestión con una simplicidad y una profundidad que corta toda contención. Primero, nos lleva al significado original y fundamental de la palabra. ¿Qué significa realmente la palabra “sábado”? Nos sorprenderá saber que no significa “séptimo día”. Como el profeta nos enseña, consultando las propias Escrituras, la palabra “sábado” significa “descanso”.
Bajo la Ley de Moisés, Dios le dio a la nación de Israel un descanso físico, un día literal para cesar de todas sus labores. Era una ley estricta. Pero, como todo en el Antiguo Testamento, era una sombra, un tipo de algo mucho más grande y glorioso que había de venir.
Cuando el original de esa sombra llegó, en la Persona de nuestro Señor Jesucristo, el tipo tuvo que dar paso a la realidad. Escuchen la invitación personal y directa del Maestro en el evangelio de San Mateo, capítulo 11, versículo 28: “Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar.”
¡Qué Revelación! El Señor Jesús no dijo: “Vengan a un día para descansar”. Él dijo: “Venid a MÍ”. ¡Él es nuestro Descanso! ¡Él es nuestro Sábado! El Hermano Branham aclara que este es el sábado para nuestras almas, no simplemente un reposo para el cuerpo físico.
El apóstol Pablo, escribiéndole a los creyentes hebreos que venían de un trasfondo de guardar estrictamente el sábado, dedica casi todo el capítulo 4 de su epístola a esta verdad. Él les dice en Hebreos 4, versículo 9: “Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.”
Y aquí, en el siguiente versículo, está el corazón de toda la Revelación. Esto es lo que significa entrar en el verdadero sábado cristiano. El versículo 10 dice: “Porque el que ha entrado en su reposo, él también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas.”
¡Oh, qué verdad tan gloriosa y liberadora! El verdadero sábado para un creyente no es dejar de trabajar de 6 a 6 en un día específico. ¡Es entrar en Cristo y dejar de hacer nuestras propias obras para siempre! Es cesar de nuestros propios esfuerzos para salvarnos, de nuestra propia justicia, de intentar ganar el Favor de Dios por nuestros méritos. Es, simplemente, descansar por fe en la Obra perfectamente terminada de Cristo en la Cruz del Calvario, y permitir que sea el Espíritu Santo quien viva Su Vida a través de nosotros.
De hecho, el profeta Isaías vio este día y profetizó sobre este mismo descanso espiritual. El Hermano Branham nos lleva a Isaías capítulo 28, donde Dios prometió que hablaría a Su Pueblo de una manera nueva, dándoles un descanso que ellos, en su incredulidad, rechazarían. Escuchen lo que dijo Isaías, en los versículos 11 y 12 de ese capítulo 28: “Porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará á este pueblo, A los cuales él dijo: Este es el reposo, dad reposo al cansado; y este es el refrigerio...”
El Hermano Branham enseña que este es el reposo prometido, la experiencia de Pentecostés, el bautismo del Espíritu Santo que trae un refrigerio y un descanso al alma que ninguna observancia de un día podría jamás dar.
Entonces, para concluir el punto, ¿por qué nos congregamos en domingo? El profeta explica que no es porque sea un nuevo sábado ordenado por mandamiento. No hay una sola Escritura en todo el Nuevo Testamento que nos ordene “guardar el domingo”. Más bien, lo hacemos como un memorial, una conmemoración voluntaria y llena de gozo de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, quien conquistó la muerte y se levantó de la tumba en la mañana del primer día de la semana. Seguimos el ejemplo de los apóstoles, quienes, según la historia y la propia Escritura, se reunían en “el día del Señor” para partir el pan, tener comunión y adorar.
Así que el tipo ha sido perfectamente cumplido. El día de descanso era la sombra; la Persona de Cristo y la experiencia del Espíritu Santo son la realidad. Hemos pasado de un día a una Deidad. Nuestro descanso ya no es un horario en el calendario; es una relación viva y permanente con el verdadero Señor del Sábado, nuestro Señor Jesucristo.
EL FUTURO DE ISRAEL Y LAS SEÑALES DEL FIN
Amados oyentes, después de haber establecido verdades tan fundamentales sobre nuestra creación, nuestra relación con Cristo y nuestro descanso espiritual en Él, el Hermano Branham ahora nos levanta la mirada del plano personal al Plano Profético. Nos invita a mirar el escenario mundial, no con los ojos de los noticieros, sino con los Ojos de la Palabra de Dios. Y aquí abordamos una de las preguntas más trascendentales para nuestra generación.
Durante casi dos mil años, la nación de Israel fue dispersada por todo el mundo. Su tierra fue hollada, su templo destruido, y para muchos, parecía que Dios los había desechado para siempre. La pregunta que le hicieron al profeta fue directa:
¿Tendrán los judíos otra oportunidad de ser salvos después de que termine la dispensación de los Gentiles? Y, ligada a ella: ¿Es el regreso actual de los judíos a Palestina un cumplimiento de la profecía bíblica?
La respuesta del profeta es un rotundo e inconfundible ¡SÍ! Dios no ha terminado con Su Pueblo del pacto, Israel. Y para que nosotros, la Iglesia entre los gentiles, entendamos en qué punto de la historia nos encontramos, Dios nos ha dado una señal infalible. El Hermano Branham nos entrega una de las claves más importantes de su Ministerio Profético con esta declaración, cito del párrafo 220: “Si Ud. quiere saber en qué época del año estamos viviendo, mire el calendario. Si Ud. quiere saber qué hora es, mire el reloj. Pero si Ud. quiere saber en qué día está viviendo, mire en dónde están los Judíos. Ese es el Reloj de Dios.”
¡Qué afirmación tan poderosa! Israel es el Reloj Profético de Dios. Y este Reloj, que pareció detenerse por siglos, ha comenzado a sonar su alarma en nuestra generación. El propio Señor Jesucristo nos dio esta clave. En Mateo capítulo 24, después de describir las señales de Su venida, Él dijo, versos 32 y 33: “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, á las puertas.”
Todo estudiante de la Biblia sabe que la higuera es el símbolo nacional de Israel. Por dos milenios, ese árbol estuvo seco, sin vida, disperso. Pero en nuestro tiempo, hemos visto cómo sus ramas se han enternecido y sus hojas han comenzado a brotar. ¡Israel ha vuelto a ser una nación en su propia tierra! El Señor Jesús dijo que cuando viéramos esto, supiéramos que Su Venida no está a siglos de distancia, sino “cercano, á las puertas.”
Y aquí, el Hermano Branham comparte un testimonio personal tan asombroso que nos deja sin aliento. Es una Confirmación Divina de que su ministerio y el renacimiento de Israel estaban perfectamente sincronizados en el Plan de Dios. Escuchen atentamente, cito del párrafo 221: “¡Y mire! La misma noche, ese mismo día, que el ángel del Señor me apareció, el 7 de mayo de 1946... ese mismo día el tratado de paz fue firmado por los Judíos y se establecieron como una nación por primera vez en dos mil quinientos años. ¡Aleluya!”
¿Pueden captar la magnitud de esto? El mismo día que Dios comisionó a Su Profeta con un mensaje que restauraría la fe apostólica a los Gentiles, fue el mismo día que Dios soberanamente restauró a Israel a su tierra, preparando el escenario para el acto final del Gran Drama de la Redención.
La Biblia enseña que Dios se apartó de Israel como nación para poder visitar a los Gentiles, “para tomar de ellos pueblo para su nombre”, como dice Hechos 15:14. Esta es la Era de la Iglesia, la dispensación Gentil. Pero Jesús mismo dijo que Jerusalén sería “hollada de las gentes, hasta que los tiempos de las gentes sean cumplidos.” El regreso de Israel es la señal de que “los tiempos de los Gentiles” están llegando a su fin.
Una vez que Dios haya tomado a Su Novia de entre los gentiles, Él volverá Su Atención a Israel. Entonces se cumplirán las profecías de Daniel, los 144,000 serán sellados, y los dos testigos de Apocalipsis 11 predicarán a la nación por tres años y medio.
Amados oyentes, esto no es historia antigua. Es el titular profético de hoy. El Reloj de Dios está marcando los minutos finales. El ver a la bandera de David, la estrella de seis puntas, ondeando sobre Jerusalén, es una confirmación de que todo lo que la Biblia dijo está a punto de culminar. No es tiempo de dormir espiritualmente. Es tiempo de despertar, de asegurarnos de que tenemos aceite en nuestros vasos y en nuestras lámparas, porque el ver a la higuera brotar nos dice una cosa: el Esposo viene pronto.
CONCLUSIÓN
Amados oyentes, hemos viajado juntos a través de las profundidades del repaso del sermón de preguntas y respuestas sobre Génesis, guiados por la Luz de la Palabra revelada. Hemos visto cómo no hay contradicción en la creación del hombre, sino un Plan Glorioso en dos etapas: espíritu y carne. Hemos resuelto el antiguo enigma de la esposa de Caín, solo para descubrir un tipo profundo de nuestra relación de Sangre con Cristo. Hemos sido liberados de la letra de la ley de un día de reposo, para entrar en el Verdadero Descanso que es una Persona: nuestro Señor Jesucristo, a través de Su Espíritu Santo. Y hemos levantado nuestra vista para ver el Reloj Profético de Dios, Israel, marcando los minutos finales de esta era, anunciando que la Venida del Señor está a las puertas.
Pero ahora, al llegar al final de nuestro tiempo juntos, la pregunta más importante no es qué hemos aprendido, sino qué vamos a hacer con lo que hemos oído. ¿Puede nuestra fe, nuestra experiencia cristiana, permanecer igual después de escuchar estas verdades? Para sellar este mensaje, el Hermano Branham comparte una historia verídica, una anécdota tan penetrante y desafiante que debería sacudir los cimientos mismos de cualquier fe tibia.
Él relata la historia del Dr. Reedhead, un gran misionero, un hombre fundamental y muy educado, quien conversaba con un erudito Mahometano. El Dr. Reedhead le preguntó al hombre por qué no dejaba a su profeta muerto, Mahoma, para aceptar al Cristo vivo y resucitado.
La respuesta del Mahometano fue una daga al corazón del cristianismo moderno. Con respeto, pero con una lógica implacable, le dijo, cito del párrafo 236: “Señor, bondadoso señor, ¿qué más puede hacer por mí tu Jesús resucitado que lo que mi profeta muerto ya ha hecho? Mi profeta muerto me prometió Vida después de que yo muriera. Eso fue lo que tu Jesús prometió. Ambos escribieron un libro. Tú crees el que Jesús escribió y yo creo el que Mahoma escribió. ¿Qué más puede ofrecerme Jesús a mí que mi Mahoma no me ofrezca?”
El misionero se quedó sin palabras. Pero el erudito continuó, y aquí viene el desafío para cada uno de nosotros. Él dijo, sigo en el párrafo 236: “Espere un momento, bondadoso señor. Mi Mahoma nunca me prometió cosas como tu Jesús prometió. Tu Jesús prometió... que iba a estar contigo todo el tiempo... y que las mismas señales y prodigios que El hizo, tú también las harías... sanarías al enfermo, resucitarías al muerto... Ahora déjame ver a tus maestros producir a Jesucristo, y entonces creeré que El se levantó de los muertos. Fuera de eso... eludes las otras promesas.”
El Hermano Branham cuenta que el Dr. Reedhead, ese gran hombre de Dios, se quedó allí y lloró, porque se dio cuenta de que su fe fundamental, aunque correcta en doctrina, carecía del Poder que la validaba.
Amados oyentes, ¡ese es el reto para la Iglesia del siglo XXI! El mundo ya no se impresiona con nuestros credos, nuestros edificios o nuestros programas. Están hambrientos y sedientos de ver la Evidencia de un Cristo vivo. No un Cristo histórico sobre el cual leemos, sino un Cristo resucitado que actúa, sana, habla, revela y transforma hoy, tal como lo hizo en los días de los apóstoles.
El Evangelio no es solo la muerte, sepultura y resurrección. ¡Es la perpetuación de Su Vida a través de Su Iglesia por el bautismo del Espíritu Santo! El Hermano Branham clama en este mensaje, cito del párrafo 238: “¡Yo digo que Jesús se levantó de los muertos, El vive hoy! Y El hace las mismas cosas hoy que hizo entonces, toda clase de señales y maravillas. Y Uds. gente fundamentalista que está sentada tratando de explicarlo de esa manera, está fallando en la verdadera parte fundamental de la Biblia.”
La Sanidad Divina, la profecía, el hablar en lenguas, las visiones... no son opcionales. Son parte del Evangelio completo. Son las herramientas y los Dones que Cristo dejó en Su Cuerpo para demostrar que Él no es un profeta muerto más, sino el Dios vivo y Todopoderoso.
Así que la conclusión de hoy es un llamado. Un llamado a salir de una “forma de piedad” que niega el poder. Un llamado a no conformarnos con ser una de esas vírgenes que, aunque puras y buenas, no tenían el Aceite del Espíritu Santo en sus lámparas. El mundo no necesita otra teoría; necesita un encuentro con el Cristo viviente. Y Él solo puede manifestarse a través de usted y de mí, cuando estamos verdaderamente llenos de Su Espíritu.
Oremos: Padre Celestial, Te damos gracias por Tu Palabra, que es viva y eficaz. Señor, perdóname si he tenido una fe meramente intelectual. No quiero ser un testigo con un argumento vacío. Anhelo ser una evidencia de Tu Resurrección. Llénanos hasta rebosar con Tu Espíritu Santo, para que el mundo no solo oiga de Jesucristo, sino que vea a Jesús vivo en nosotros. En Su Precioso Nombre oramos, Amén.
Gracias por acompañarnos en “La Palabra Hablada de Dios”. Que este mensaje no sea el final, sino el comienzo de una búsqueda más profunda por todo lo que Dios tiene para usted. Que el Señor les bendiga ricamente. Hasta la próxima. Dios te siga bendiciendo. ¡Amén!
Himno: “EL CRISTO VIVO ES MI REALIDAD”
Escrita por: Hno. Francisco Velázquez Cruz
[A]
En Tu imagen de Espíritu, me creaste, oh Señor,
Un reflejo de Tu gloria, de Tu eterno resplandor.
Luego un cuerpo de la tierra, con Tus manos se formó,
Y Tu soplo me hizo un alma, con la vida que me dio.
[B]
El misterio de los tiempos, Tu Palabra reveló,
No una esposa de extrañeza, sino Sangre que nos unió.
Como Eva fue de Adán, y Rebeca de su hogar,
Tu Novia, por Tu herida, es Tu linaje eternal.
[Coro]
¡No es la letra, es Tu Vida! ¡No es historia, es poder!
¡No es un credo en el olvido, es un nuevo amanecer!
Es Tu Espíritu en nosotros, la evidencia, la Verdad,
Que el profeta muerto es polvo, ¡pero el Cristo vivo está!
[C]
Ya no un día de reposo, un mandato que guardar,
Sino un Sábado perfecto, donde puedo yo entrar.
Al cesar de mis esfuerzos, de mi propia y vana ley,
Mi descanso es Jesucristo, por la gracia de mi Rey.
[D]
La higuera está brotando, Tu reloj marcando está,
Israel en su terruño, nos anuncia el "cerca ya".
Los Tiempos Gentiles cumplen su final destinación,
Levantemos la mirada, ¡viene nuestra redención!
[Coro]
¡No es la letra, es Tu Vida! ¡No es historia, es poder!
¡No es un credo en el olvido, es un nuevo amanecer!
Es Tu Espíritu en nosotros, la evidencia, la Verdad,
Que el profeta muerto es polvo, ¡pero el Cristo vivo está!
[Puente]
Grita el mundo confundido: "¿Dónde está su Salvador?"
"No me hablen de Su tumba, de un lejano y muerto amor."
"¡Si Él vive como dicen, si venció la obscuridad,"
"Manifiesten Sus promesas, ¡muéstrennos Su realidad!"
[Coro]
¡Sí, es Tu letra y es Tu Vida! ¡Sí, es historia y es poder!
¡Y Tu credo es una llama que nos hace renacer!
¡Que Tu Espíritu en nosotros sea la evidencia y la Verdad!
Que el profeta muerto es polvo, ¡PERO EL CRISTO VIVO ESTÁ!
Introduction
Peace to all of you, beloved listeners, and welcome once again to your program "The Spoken Word of God." It is always a joy and a true privilege to gather in this space to share the riches of God's Word that was restored in our day.
Before we dive into today's topic, we want to make a special mention, something that we always carry in our hearts when preparing each episode. The purpose of this podcast is to review together some of the highlights of the sermons preached by Brother Branham. We do not seek to replace the experience of hearing the whole message, but quite the opposite: we long for this review to motivate your heart to reach for the tape, to read the booklet, and to personally immerse yourself in the fullness of what God spoke through His servant.
That said, today we have a truly special episode. Let's review a sermon that unfolded in a very personal and straightforward format: a question-and-answer service centered on the book of beginnings, the book of Genesis.
This message was preached by Brother William Marrion Branham in his spiritual home, the Branham Tabernacle in Jeffersonville, Indiana, U.S.A., on a summer evening on July 29, 1953.
Imagine the scene for a moment: the congregation, people like you and me, with sincere questions in their minds about creation, about Adam, about Cain... written on pieces of paper and passed into the pulpit. And there, the prophet of God, ready to bring light, not with the wisdom of man, but with the Revelation of the Holy Spirit.
So, sit back, open your heart, and join us as we review the answers God provided on that memorable night. Start.
THE CREATION OF MAN – SPIRIT AND FLESH
All right, let's get into it. The first set of questions Brother Branham addressed that evening focuses on a point that has been a veritable puzzle for many Bible students over the years. It is about the apparent contradiction in the account of the creation of man.
On the one hand, in the first chapter of the Bible, Genesis 1, verse 27, we read the following: "And God created man in his own image, in the image of God he created him; male and female I raise them." It seems quite clear. But then we move on to the next chapter, to Genesis 2, verse 7, and the Scripture says, "Therefore the Lord God formed man out of the dust of the ground, and breathed into his nostrils the breath of life; and man was a living soul."
So the question that naturally arises is: What happened here? Did God create two different men? Or does the Bible contradict itself? Brethren, the Word of God does not contradict itself. (I repeat: God's Word does not contradict itself.) What we need is the Revelation of the Holy Spirit to open it to us, and that is exactly what God did through His Prophet.
Brother Branham begins to unravel this mystery by asking us a fundamental question. If Genesis 1 says that God created man in His Own Image, then we must first know: What is the Image of God? What is God? The Bible itself gives us the answer. In the Gospel of St. John, chapter 4, verse 24, the Lord Jesus Himself says to the woman at the well, "God is Spirit; and those who worship Him must worship Him in spirit and in truth ."
God is a Spirit. He doesn't have a physical body like ours. So, if God, who is Spirit, created man in His Own Image, what kind of man did He create first? Brother Branham says it with amazing clarity, I quote from paragraph 21: "Well, if God created man in His image and after His likeness, what kind of man did He create? A spirit man."
That's the key! The first creation was not the flesh-and-blood man we know. He was a spiritual being, a theophany, as the prophet would call him in other messages. A supernatural being created to have dominion over Creation, to guide animals and care for the Earth, not by physical force, but by the spoken Word, in a manner similar to how the Holy Spirit guides the true believer today.
So who is the man of Genesis 2, the one who was formed from dust? Is he another being? It's the same. Listen to this powerful statement of the prophet that ties the two chapters together perfectly, and I quote from paragraph 79: "The second man is the same first man made manifest in five ways."
Do you see the progression? God first created the eternal part of us, our spiritual selves. Then, in a second stage, He came to earth and, like a potter, formed a physical body from dust. A body made in the image of animal life, with hands like a monkey and feet like a bear, designed to function in this earthly dimension through the five senses: sight, hearing, taste, smell and touch.
And the climax of creation comes at that sacred moment when God takes that "spirit man" that already existed and blows him into the clay body. That "breath of life" was not just air; It was the union of the spiritual being with the earthly body, and in that instant, man became a "living soul."
This same principle applies to the creation of woman. When the Bible says "male and female I create them" in Genesis 1, it means that God created both the strong, masculine spirit and the gentle, delicate feminine spirit. Both were created in the beginning, in the spiritual world. Later, in the garden, God simply gave a physical body to that female spirit, forming it from Adam's rib.
So, beloved hearers, there are not two creations, but one creation in two stages. First the spiritual, then the physical. A Revelation that not only resolves a supposed contradiction, but teaches us a profound truth about our own nature: we are spiritual beings living temporarily in a physical body.
WHERE DID CAIN TAKE HIS WIFE?
Brothers and sisters, now we come to one of those questions that has surely crossed the mind of almost every Bible reader. It's a classic question, one that skeptics have used for years to try to discredit Scripture and that has perplexed many sincere believers. The question is: If Adam and Eve were the first and only persons, and their first recorded children were Cain and Abel, where did Cain take his wife from?
The Bible tells us in Genesis 4, verse 17: "And Cain knew his wife, and she conceived and bore Henoch..." Suddenly, a woman appears in the narrative, and the Bible does not seem to give an immediate explanation of her origin. It is at these points that God's Revelation is so vital.
Brother Branham, before giving the direct answer, shares with us a personal experience that illustrates the dangerous and erroneous conclusions that people can reach without the guidance of the Holy Spirit. He relates that, shortly after his conversion, he heard a man argue with great confidence a terrible theory. This man said, and I'm going to quote from paragraph 108, "I'm going to tell you where Cain got his wife from. Cain married a gorilla. And from that gorilla came the black race."
What an appalling and utterly unbiblical statement! But the prophet, even though he was a young believer at the time, immediately refuted it with the logic of God's own Word. If that were true, that supposed new race would have been completely destroyed in the flood, since the Bible is clear that only Noah and his family entered the ark. Brother Branham was firm in stating, I quote from paragraph 109: "The colored race comes from the same tree, from which every human being comes, from the same. There is no difference."
All of us, regardless of the color of our skin, come from the same original tree: Adam. Having overturned that lie, the prophet gives us the answer, which is as simple as it is logical. The only possible source for a wife for Cain was the same source from which he came: his parents, Adam and Eve. The answer is that Cain married his own sister.
Now, to our modern mind, this may sound strange or even incorrect. But we must transport ourselves to that time, to the dawn of humanity. There were no other families on earth. It was an absolute necessity for the human race to spread. Brother Branham explains it with irrefutable logic, I quote from paragraph 123: "Eve was the only woman who was created by God, and if she had not had daughters, then at death (that only woman), the human race would have ceased to exist."
The Bible, in its sovereignty, does not always record the birth of daughters, but it is a logical and necessary conclusion that Adam and Eve had daughters in addition to the sons that are named. There was no other option. The prophet reiterates it, quoting from the same paragraph 123: "And Cain married his own sister, he had to, for there was no other place from which the women could have come."
Back then, this was not a sin. The blood of mankind was pure, directly from God's Creation. Laws prohibiting such unions came thousands of years later, through Moses, when the human race had multiplied and genetics had degraded.
In fact, the Bible itself shows us that this practice continued even among the patriarchs. Look--look at the example of Abraham, the father of faith. When he was in Gerar, out of fear, he said that Sarah was his sister. And it wasn't a complete lie. In Genesis 20, verse 12, Abraham clarifies, "And she is also my sister, my father's daughter, but not my mother's daughter, and I took her as my wife." Abraham married his half-sister!
But, as always with the prophet's teaching, the answer does not remain only on the historical level. There is a type, a deep spiritual shadow. Why did God ordain it this way in the beginning?
Brother Branham takes us to Isaac and Rebekah. Isaac is a type of Christ, and Rebekah is a type of the Church, the Bride. And Rebekah was a close relative of Isaac. The prophet, with great emotion, exclaims, I quote from paragraph 125: "And they must be bound by the Blood! Hallelujah! Amen! The Blood Link!"
Do you see it, beloved hearers? Just as Eve was taken from Adam's side, flesh from his flesh and bone from his bones... Just as Isaac's wife had to come from her own kindred... Thus the Bride of Jesus Christ must be linked to Him, not by an earthly bond, but by the bond of His own Redeeming Blood. We can't be a weird Bride! We must have been born of His Spirit and washed in His Blood to be His Spiritual Kindred, ready for the Marriage of the Lamb.
So, a simple question about Cain's wife opens up the Revelation about the intimacy and blood connection we should have with our Lord and Savior, Jesus Christ. And even in this subject there are still more Revelations that will be manifested in due time.
THE TRUE SABBATH FOR THE CHRISTIAN
Having understood that profound truth about our connection to Christ, that we are spirit and flesh, and that our relationship with Him is by a bond of Blood, let us now turn to another question that has generated countless debates and, sadly, divisions in the Christian world. It is a subject that touches on the very practice of our worship.
The question is about the Sabbath. Should we, as New Covenant Christians, keep the Sabbath, the seventh day of the week, as the Jews did? Or is it right to gather on Sunday, the first day, as most Christianity does? Is there a commandment for one or the other?
Brother Branham addresses this question with a simplicity and depth that cuts through all contention. First, it brings us to the original and fundamental meaning of the word. What does the word "Sabbath" really mean? We will be surprised to learn that it does not mean "seventh day". As the prophet teaches us, by consulting the Scriptures themselves, the word "Sabbath" means "rest."
Under the Law of Moses, God gave the nation of Israel a physical rest, a literal day to cease all labors. It was a strict law. But, like everything in the Old Testament, it was a shadow, a kind of something much greater and more glorious to come.
When the original of that shadow came, in the Person of our Lord Jesus Christ, the type had to give way to reality. Listen to the Master's personal and direct invitation in the Gospel of St. Matthew, chapter 11, verse 28: "Come to me, all you who labor and are heavy laden, and I will give you rest."
What a revelation! The Lord Jesus did not say, "Come to a day to rest." He said, "Come unto ME." He is our Rest! He is our Sabbath! Brother Branham makes it clear that this is the Sabbath for our souls, not simply a rest for the physical body.
The apostle Paul, writing to the Hebrew believers who came from a background of strictly keeping the Sabbath, devotes almost the entire 4th chapter of his epistle to this truth. He tells them in Hebrews 4, verse 9, "Therefore there remains a rest for the people of God."
And here, in the next verse, is the heart of all Revelation. This is what it means to enter into the true Christian Sabbath. Verse 10 says, "For he who has entered into his rest has also rested from his works, as God from his."
Oh, what a glorious and liberating truth! The true Sabbath for a believer is not to stop working from 6 to 6 on a specific day. It's entering into Christ and ceasing to do our own works forever! It is to cease from our own efforts to save ourselves, from our own righteousness, from trying to earn God's favor by our merits. It is simply to rest by faith in the perfectly finished Work of Christ on the Cross of Calvary, and to allow the Holy Spirit to live His Life through us.
In fact, the prophet Isaiah saw this day and prophesied about this same spiritual rest. Brother Branham takes us to Isaiah chapter 28, where God promised that He would speak to His people in a new way, giving them a rest that they, in their unbelief, would refuse. Listen to what Isaiah said, in verses 11 and 12 of that chapter 28: "For in the tongue of stammerers, and in a strange tongue he will speak to this people, to whom he said, This is rest, give rest to the weary; and this is refreshment..."
Brother Branham teaches that this is the promised rest, the experience of Pentecost, the baptism of the Holy Spirit that brings refreshment and rest to the soul that no observance of a day could ever give.
So, to conclude the point, why do we gather on Sunday? The prophet explains that it is not because it is a new Sabbath commanded by commandment. There is not a single Scripture in the entire New Testament that commands us to "keep Sunday." Rather, we do it as a memorial, a willing, joy-filled commemoration of the resurrection of our Lord Jesus Christ, who conquered death and rose from the grave on the morning of the first day of the week. We follow the example of the apostles, who, according to history and Scripture itself, gathered together on "the Lord's day" to break bread, fellowship, and worship.
So the type has been perfectly fulfilled. The day of rest was the shade; the Person of Christ and the experience of the Holy Spirit are reality. We have passed from one day to a Deity. Our rest is no longer a schedule on the calendar; it is a living and abiding relationship with the true Lord of the Sabbath, our Lord Jesus Christ.
THE FUTURE OF ISRAEL AND THE SIGNS OF THE END
Beloved hearers, having established such fundamental truths about our creation, our relationship with Christ, and our spiritual rest in Him, Brother Branham now lifts our gaze from the personal plane to the Prophetic Plane. He invites us to look at the world stage, not with the eyes of the news, but with the eyes of God's Word. And here we address one of the most transcendental questions for our generation.
For nearly two thousand years, the nation of Israel was scattered throughout the world. Their land was trodden down, their temple destroyed, and to many, it seemed that God had cast them off forever. The question they asked the prophet was direct:
Will the Jews have another chance to be saved after the Gentile dispensation ends? And, linked to it: Is the current return of the Jews to Palestine a fulfillment of Bible prophecy?
The prophet's answer is a resounding and unmistakable YES! God is not done with His covenant people, Israel. And in order for us, the Church among the Gentiles, to understand where we are in history, God has given us an infallible sign. Brother Branham gives us one of the most important keys to his Prophetic Ministry with this statement, I quote from paragraph 220: "If you want to know what time of year we are living, look at the calendar. If you want to know what time it is, look at the clock. But if you want to know what day you're living in, look where the Jews are. That's God's Clock."
What a powerful statement! Israel is God's Prophetic Clock. And this Clock, which seemed to stand still for centuries, has begun to sound its alarm in our generation. The Lord Jesus Christ Himself gave us this key. In Matthew chapter 24, after describing the signs of His coming, He said, verses 32 and 33, "Learn the parable from the fig tree: When its branch is already softened, and the leaves sprout, you know that summer is near. So you also, when you see all these things, know that he is near at the gates."
Every student of the Bible knows that the fig tree is the national symbol of Israel. For two millennia, that tree was dry, lifeless, scattered. But in our time, we have seen how its branches have become tender and its leaves have begun to sprout. Israel has once again become a nation in its own land! The Lord Jesus said that when we saw this, we would know that His Coming is not centuries away, but "near, at the gates."
And here, Brother Branham shares a personal testimony so amazing that it takes our breath away. It is a Divine Confirmation that his ministry and the rebirth of Israel were perfectly synchronized in God's Plan. Listen carefully, I quote from paragraph 221: "And look! The same night, that same day, that the angel of the Lord appeared to me, May 7, 1946... On that same day the peace treaty was signed by the Jews and they established themselves as a nation for the first time in 2,500 years. Hallelujah!"
Can you grasp the magnitude of this? The same day that God commissioned His Prophet with a message that would restore the apostolic faith to the Gentiles, was the same day that God sovereignly restored Israel to their land, setting the stage for the final act of the Great Drama of Redemption.
The Bible teaches that God set Himself apart from Israel as a nation in order to visit the Gentiles, "to take from them a people for His name," as Acts 15:14 says. This is the Church Age, the Gentile dispensation. But Jesus Himself said that Jerusalem would be "trodden down by the Gentiles, until the times of the Gentiles be fulfilled." Israel's return is the sign that "the times of the Gentiles" are coming to an end.
Once God has taken His Bride from among the Gentiles, He will turn His Attention to Israel. Then Daniel's prophecies will be fulfilled, the 144,000 will be sealed, and the two witnesses of Revelation 11 will preach to the nation for three and a half years.
Dear listeners, this is not ancient history. It is today's prophetic headline. God's clock is ticking down the final minutes. The sight of the flag of David, the six-pointed star, flying over Jerusalem is a confirmation that all that the Bible said is about to come to an end. It is not time to sleep spiritually. It is time to wake up, to make sure that we have oil in our vessels and in our lamps, because seeing the fig tree sprout tells us one thing: the Bridegroom is coming soon.
CONCLUSION
Beloved listeners, we have journeyed together through the depths of the question-and-answer sermon review of Genesis, guided by the Light of the revealed Word. We have seen how there is no contradiction in the creation of man, but a Glorious Plan in two stages: spirit and flesh. We have solved the ancient riddle of Cain's wife, only to discover a profound type of our Blood relationship with Christ. We have been freed from the letter of the law of a Sabbath, to enter into the True Rest that is a Person: our Lord Jesus Christ, through His Holy Spirit. And we have lifted our eyes to see God's Prophetic Clock, Israel, marking the final minutes of this age, announcing that the coming of the Lord is at the door.
But now, as we come to the end of our time together, the bigger question is not what we've learned, but what we're going to do with what we've heard. Can our faith, our Christian experience, remain the same after hearing these truths? To seal this message, Brother Branham shares a true story, an anecdote so penetrating and challenging that it should shake the very foundations of any lukewarm faith.
He tells the story of Dr. Reedhead, a great missionary, a fundamental and highly educated man, who conversed with a Mohammedan scholar. Dr. Reedhead asked the man why he did not leave his dead prophet, Mohammed, to accept the living, resurrected Christ.
The Mohammedan's response was a dagger to the heart of modern Christianity. Respectfully, but with implacable logic, he said to him, I quote from paragraph 236: "Lord, gracious sir, what more can your risen Jesus do for me than what my dead prophet has already done? My dead prophet promised me Life after I died. That's what your Jesus promised. They both wrote a book. You believe what Jesus wrote and I believe what Mohammed wrote. What more can Jesus offer me that my Mohammed does not offer me?"
The missionary was speechless. But the scholar continued, and here comes the challenge for each of us. He said, I follow paragraph 236: "Wait a moment, kind sir. My Muhammad never promised me things like your Jesus promised. Your Jesus promised... that I was going to be with you all the time... and that the same signs and wonders that He did, you would also do... you would heal the sick, you would raise the dead... Now let me see your teachers produce Jesus Christ, and then I'll believe that He rose from the dead. Apart from that... you elude the other promises."
Brother Branham relates that Dr. Reedhead, that great man of God, stood there and wept, because he realized that his fundamental faith, though correct in doctrine, lacked the Power to validate it.
Dear listeners, that is the challenge for the Church of the twenty-first century! The world is no longer impressed by our creeds, our buildings, or our programs. They are hungry and thirsty to see the Evidence of a living Christ. Not a historical Christ we read about, but a risen Christ who acts, heals, speaks, reveals, and transforms today, just as he did in the days of the apostles.
The Gospel is not just death, burial, and resurrection. It is the perpetuation of His Life through His Church by the baptism of the Holy Spirit! Brother Branham cries out in this message, I quote from paragraph 238: "I say Jesus rose from the dead, He lives today! And He does the same things today that He did then, all kinds of signs and wonders. And you fundamentalist people that's sitting around trying to explain it that way, you're failing in the real fundamental part of the Bible."
Divine Healing, prophecy, speaking in tongues, visions... they are not optional. They are part of the whole gospel. They are the tools and gifts that Christ left in His Body to demonstrate that He is not just another dead prophet, but the living and Almighty God.
So today's conclusion is a calling. A call to get out of a "form of piety" that denies power. A call not to be satisfied with being one of those virgins who, although pure and good, did not have the Oil of the Holy Spirit in their lamps. The world needs no other theory; it needs an encounter with the living Christ. And He can only manifest Himself through you and me, when we are truly filled with His Spirit.
Let us pray: Heavenly Father, we thank You for Your Word, which is living and active. Lord, forgive me if I have had a merely intellectual faith. I don't want to be a witness with an empty argument. I long to be an evidence of Your Resurrection. Fill us to overflowing with Your Holy Spirit, so that the world will not only hear of Jesus Christ, but see Jesus alive in us. In His precious Name we pray, Amen.
Thank you for joining us on "The Spoken Word of God." May this message not be the end, but the beginning of a deeper search for all that God has for you. May the Lord bless you richly. Until next time. God continue to bless you. Amen!
Hymn: "THE LIVING CHRIST IS MY REALITY"
Written by: Bro. Francisco Velázquez Cruz
[A]
In Your image of Spirit, You created me, O Lord,
A reflection of Your glory, of Your eternal radiance.
Then a body of the earth, with Thy hands was formed,
And Your breath made me a soul, with the life He gave me.
[B]
The mystery of the times, Your Word revealed,
Not a wife of strangeness, but Blood that united us.
As Eve was Adam's, and Rebekah from her home,
Your Bride, by Your wound, is Your eternal lineage.
[Chorus]
It's not the lyrics, it's Your Life! It's not history, it's power!
It is not a creed in oblivion, it is a new dawn!
It is Your Spirit in us, the evidence, the Truth,
That the dead prophet is dust, but the living Christ is!
[C]
No longer a Sabbath, a command to keep,
But a perfect Sabbath, where I can enter.
When I ceased from my efforts, from my own vain law,
My rest is Jesus Christ, by the grace of my King.
[D]
The fig tree is sprouting, Your clock is ticking,
Israel in its homeland, announces to us the "near now".
The Gentile Times fulfill their final destiny,
Let us raise our eyes, our redemption is coming!
[Chorus]
It's not the lyrics, it's Your Life! It's not history, it's power!
It is not a creed in oblivion, it is a new dawn!
It is Your Spirit in us, the evidence, the Truth,
That the dead prophet is dust, but the living Christ is!
[Bridge]
The confused world cries out, "Where is your Savior?"
"Do not tell me of His grave, of a distant and dead love."
"If He lives as they say, if He overcame darkness,"
"Manifest Your promises, show us Your reality!"
[Chorus]
Yes, it is Your letter and it is Your Life! Yes, it's history and it's power!
And Your creed is a flame that makes us reborn!
May Your Spirit in us be the evidence and the Truth!
That the dead prophet is dust, BUT THE LIVING CHRIST IS!
Introduction
Paix à vous tous, chers auditeurs, et bienvenue encore une fois dans votre émission « La parole parlée de Dieu ». C'est toujours une joie et un véritable privilège de se réunir dans cet espace pour partager les richesses de la Parole de Dieu qui a été restaurée à notre époque.
Avant de plonger dans le sujet d'aujourd'hui, nous voulons faire une mention spéciale, quelque chose que nous portons toujours dans notre cœur lors de la préparation de chaque épisode. Le but de ce podcast est de passer en revue ensemble certains des points forts des sermons prêchés par Frère Branham. Nous ne cherchons pas à remplacer l'expérience d'entendre le message dans son intégralité, mais bien au contraire : nous aspirons à ce que cette revue motive votre cœur à prendre la bande, à lire le livret et à vous immerger personnellement dans la plénitude de ce que Dieu a dit à travers son serviteur.
Cela dit, aujourd'hui, nous avons un épisode vraiment spécial. Passons en revue un sermon qui s'est déroulé dans un format très personnel et direct : un service de questions-réponses centré sur le livre des commencements, le livre de la Genèse.
Ce message a été prêché par Frère William Marrion Branham dans sa maison spirituelle, le Branham Tabernacle à Jeffersonville, Indiana, États-Unis, un soir d'été le 29 juillet 1953.
Imaginez un instant la scène : la congrégation, des gens comme vous et moi, avec des questions sincères dans leur esprit sur la création, sur Adam, sur Caïn... écrit sur des morceaux de papier et passé en chaire. Et là, le prophète de Dieu, prêt à apporter la lumière, non pas avec la sagesse de l'homme, mais avec la Révélation de l'Esprit Saint.
Alors, asseyez-vous, ouvrez votre cœur et rejoignez-nous alors que nous passons en revue les réponses que Dieu a fournies lors de cette nuit mémorable. Commencer.
LA CRÉATION DE L'HOMME – L'ESPRIT ET LA CHAIR
Très bien, entrons dans le vif du sujet. La première série de questions que Frère Branham a abordées ce soir-là porte sur un point qui a été une véritable énigme pour de nombreux étudiants de la Bible au fil des ans. Il s'agit de l'apparente contradiction dans le récit de la création de l'homme.
D'une part, dans le premier chapitre de la Bible, Genèse 1, verset 27, nous lisons ce qui suit : « Et Dieu créa l'homme à son image, à l'image de Dieu il le créa ; mâle et femelle, je les élève. Cela semble assez clair. Mais ensuite, nous passons au chapitre suivant, à Genèse 2, verset 7, et l'Écriture dit : « C'est pourquoi l'Éternel Dieu forma l'homme de la poussière de la terre, et souffla dans ses narines un souffle de vie ; et l'homme était une âme vivante.
La question qui se pose naturellement est donc la suivante : que s'est-il passé ici ? Dieu a-t-il créé deux hommes différents ? Ou la Bible se contredit-elle elle-même ? Frères, la Parole de Dieu ne se contredit pas. (Je le répète : la Parole de Dieu ne se contredit pas.) Ce dont nous avons besoin, c'est de la révélation du Saint-Esprit pour nous l'ouvrir, et c'est exactement ce que Dieu a fait par l'intermédiaire de son prophète.
Frère Branham commence à percer ce mystère en nous posant une question fondamentale. Si Genèse 1 dit que Dieu a créé l'homme à son image, alors nous devons d'abord savoir : Qu'est-ce que l'image de Dieu ? Qu'est-ce que Dieu ? La Bible elle-même nous donne la réponse. Dans l'Évangile de saint Jean, chapitre 4, verset 24, le Seigneur Jésus lui-même dit à la femme au puits : « Dieu est Esprit ; et ceux qui l'adorent doivent l'adorer en esprit et en vérité .
Dieu est un Esprit. Il n'a pas un corps physique comme le nôtre. Donc, si Dieu, qui est Esprit, a créé l'homme à Son image, quel genre d'homme a-t-Il créé en premier ? Frère Branham le dit avec une clarté étonnante, je cite le paragraphe 21 : « Eh bien, si Dieu a créé l'homme à Son image et à Sa ressemblance, quel genre d'homme a-t-Il créé ? Un homme spirituel.
C'est la clé ! La première création n'était pas l'homme de chair et de sang que nous connaissons. C'était un être spirituel, une théophanie, comme le prophète l'appelait dans d'autres messages. Un être surnaturel créé pour dominer la Création, pour guider les animaux et prendre soin de la Terre, non pas par la force physique, mais par la Parole parlée, d'une manière similaire à la façon dont le Saint-Esprit guide le vrai croyant aujourd'hui.
Qui est donc l'homme de Genèse 2, celui qui a été formé de poussière, est-ce un autre être ? C'est la même chose. Écoutez cette puissante déclaration du prophète qui relie parfaitement les deux chapitres, et je cite le paragraphe 79 : « Le deuxième homme est le même premier homme manifesté de cinq manières. »
Voyez-vous la progression ? Dieu a d'abord créé la partie éternelle de nous, notre moi spirituel. Puis, dans une deuxième étape, Il est venu sur terre et, comme un potier, a formé un corps physique à partir de poussière. Un corps fait à l'image de la vie animale, avec des mains comme un singe et des pieds comme un ours, conçu pour fonctionner dans cette dimension terrestre à travers les cinq sens : la vue, l'ouïe, le goût, l'odorat et le toucher.
Et le point culminant de la création arrive à ce moment sacré où Dieu prend cet « homme-esprit » qui existait déjà et le souffle dans le corps d'argile. Ce « souffle de vie » n'était pas seulement de l'air ; C'était l'union de l'être spirituel avec le corps terrestre, et à cet instant, l'homme est devenu une « âme vivante ».
Ce même principe s'applique à la création de la femme. Lorsque la Bible dit « mâle et femelle, je les crée, » dans Genèse 1, cela signifie que Dieu a créé à la fois l'esprit fort et masculin et l'esprit féminin doux et délicat. Les deux ont été créés au commencement, dans le monde spirituel. Plus tard, dans le jardin, Dieu a simplement donné un corps physique à cet esprit féminin, le formant à partir de la côte d'Adam.
Ainsi, chers auditeurs, il n'y a pas deux créations, mais une création en deux étapes. D'abord le spirituel, puis le physique. Une révélation qui non seulement résout une supposée contradiction, mais nous enseigne une vérité profonde sur notre propre nature : nous sommes des êtres spirituels vivant temporairement dans un corps physique.
OÙ CAÏN A-T-IL EMMENÉ SA FEMME ?
Frères et sœurs, nous arrivons maintenant à l'une de ces questions qui a sûrement traversé l'esprit de presque tous les lecteurs de la Bible. C'est une question classique, que les sceptiques ont utilisée pendant des années pour essayer de discréditer les Écritures et qui a laissé perplexes de nombreux croyants sincères. La question est la suivante : si Adam et Ève étaient les premiers et les seuls êtres humains, et que leurs premiers enfants enregistrés étaient Caïn et Abel, d'où Caïn a-t-il pris sa femme ?
La Bible nous dit dans Genèse 4, verset 17 : « Et Caïn reconnut sa femme, et elle conçut et enfanta Hénoch... Soudain , une femme apparaît dans le récit, et la Bible ne semble pas donner une explication immédiate de son origine. C'est à ces moments-là que la Révélation de Dieu est si vitale.
Frère Branham, avant de donner la réponse directe, partage avec nous une expérience personnelle qui illustre les conclusions dangereuses et erronées auxquelles les gens peuvent arriver sans la direction du Saint-Esprit. Il raconte que, peu de temps après sa conversion, il entendit un homme argumenter avec une grande confiance une théorie terrible. Cet homme a dit, et je vais citer le paragraphe 108 : « Je vais vous dire d'où Caïn a tiré sa femme. Caïn a épousé un gorille. Et de ce gorille est née la race noire.
Quelle déclaration épouvantable et totalement non biblique ! Mais le prophète, bien qu'il fût un jeune croyant à l'époque, le réfuta immédiatement avec la logique de la Parole de Dieu. Si c'était vrai, cette prétendue nouvelle race aurait été complètement détruite dans le déluge, puisque la Bible est claire sur le fait que seuls Noé et sa famille sont entrés dans l'arche. Frère Branham a été ferme en déclarant, je cite le paragraphe 109 : « La race de couleur vient du même arbre, d'où vient chaque être humain, du même. Il n'y a pas de différence.
Nous tous, quelle que soit la couleur de notre peau, nous venons du même arbre originel : Adam. Ayant renversé ce mensonge, le prophète nous donne la réponse, qui est aussi simple que logique. La seule source possible d'épouse pour Caïn était la même source d'où il venait : ses parents, Adam et Eve. La réponse est que Caïn a épousé sa propre sœur.
Maintenant, pour notre esprit moderne, cela peut sembler étrange ou même incorrect. Mais nous devons nous transporter dans ce temps-là, à l'aube de l'humanité. Il n'y avait pas d'autres familles sur terre. C'était une nécessité absolue pour la race humaine de se propager. Frère Branham l'explique avec une logique irréfutable, je cite le paragraphe 123 : « Ève était la seule femme qui ait été créée par Dieu, et si elle n'avait pas eu de filles, alors à la mort (cette seule femme), la race humaine aurait cessé d'exister. »
La Bible, dans sa souveraineté, n'enregistre pas toujours la naissance des filles, mais c'est une conclusion logique et nécessaire qu'Adam et Eve ont eu des filles en plus des fils qui sont nommés. Il n'y avait pas d'autre option. Le prophète le répète, citant le même paragraphe 123 : « Et Caïn épousa sa propre sœur, il le devait, car il n'y avait pas d'autre endroit d'où les femmes auraient pu venir. »
À l'époque, ce n'était pas un péché. Le sang de l'humanité était pur, directement issu de la Création de Dieu. Des milliers d'années plus tard, par l'intermédiaire de Moïse, les lois interdisant de telles unions sont apparues, lorsque la race humaine s'est multipliée et que la génétique s'est dégradée.
En fait, la Bible elle-même nous montre que cette pratique a continué même parmi les patriarches. Regardez–regardez l'exemple d'Abraham, le père de la foi. Quand il était à Guérar, par peur, il a dit que Sara était sa sœur. Et ce n'était pas un mensonge complet. Dans Genèse 20, verset 12, Abraham précise : « Et elle est aussi ma sœur, la fille de mon père, mais pas la fille de ma mère, et je l'ai prise pour femme. » Abraham a épousé sa demi-sœur !
Mais, comme toujours avec l'enseignement du prophète, la réponse ne reste pas seulement sur le plan historique. Il y a un type, une ombre spirituelle profonde. Pourquoi Dieu l'a-t-il ordonné ainsi au début ?
Frère Branham nous emmène à Isaac et Rebecca. Isaac est un type de Christ, et Rebecca est un type de l'Église, l'Épouse. Et Rebecca était une proche parente d'Isaac. Le prophète, avec une grande émotion, s'exclame, je cite le paragraphe 125 : « Et ils doivent être liés par le Sang ! Alléluia! Amen! Le lien de sang !
Le voyez-vous, chers auditeurs ? Tout comme Ève a été prise du côté d'Adam, la chair de sa chair et les os de ses os... Tout comme la femme d'Isaac devait venir de sa propre famille... Ainsi, l'Épouse de Jésus-Christ doit être liée à Lui, non par un lien terrestre, mais par le lien de Son propre Sang Rédempteur. Nous ne pouvons pas être une mariée bizarre ! Nous devons être nés de Son Esprit et lavés dans Son Sang pour être Sa Parenté Spirituelle, prêts pour les Noces de l'Agneau.
Ainsi, une simple question sur la femme de Caïn ouvre l'Apocalypse sur l'intimité et le lien de sang que nous devrions avoir avec notre Seigneur et Sauveur, Jésus-Christ. Et même dans ce domaine, il y a encore plus de Révélations qui se manifesteront en temps voulu.
LE VRAI SABBAT POUR LE CHRÉTIEN
Ayant compris cette vérité profonde sur notre lien avec le Christ, que nous sommes esprit et chair, et que notre relation avec Lui se fait par un lien de sang, tournons-nous maintenant vers une autre question qui a généré d'innombrables débats et, malheureusement, des divisions dans le monde chrétien. C'est un sujet qui touche à la pratique même de notre culte.
La question concerne le sabbat. Devrions-nous, en tant que chrétiens de la Nouvelle Alliance, observer le sabbat, le septième jour de la semaine, comme le faisaient les Juifs ? Ou est-il juste de se rassembler le dimanche, le premier jour, comme le fait la plupart des chrétiens ? Y a-t-il un commandement pour l'un ou pour l'autre ?
Frère Branham aborde cette question avec une simplicité et une profondeur qui coupent court à toute controverse. Tout d'abord, cela nous amène au sens originel et fondamental du mot. Que signifie vraiment le mot « sabbat » ? Nous serons surpris d'apprendre que cela ne signifie pas « septième jour ». Comme le prophète nous l'enseigne, en consultant les Écritures elles-mêmes, le mot « sabbat » signifie « repos ».
Sous la Loi de Moïse, Dieu a donné à la nation d'Israël un repos physique, un jour littéral pour cesser tous les travaux. C'était une loi stricte. Mais, comme tout dans l'Ancien Testament, c'était une ombre, une sorte de quelque chose de beaucoup plus grand et de plus glorieux à venir.
Lorsque l'original de cette ombre est venu, dans la personne de notre Seigneur Jésus-Christ, le type a dû céder la place à la réalité. Écoutez l'invitation personnelle et directe du Maître dans l'Évangile de saint Matthieu, chapitre 11, verset 28 : « Venez à moi, vous tous qui peinez et qui êtes chargés, et je vous donnerai du repos. »
Quelle révélation ! Le Seigneur Jésus n'a pas dit : « Venez un jour pour vous reposer. » Il a dit : « Venez à MOI. » Il est notre Repos ! Il est notre Sabbat ! Frère Branham indique clairement que c'est le sabbat pour nos âmes, pas simplement un repos pour le corps physique.
L'apôtre Paul, écrivant aux croyants hébreux qui venaient d'un milieu où le sabbat était strictement observé, consacre presque tout le chapitre 4 de son épître à cette vérité. Il leur dit dans Hébreux 4, verset 9 : « Il reste donc du repos pour le peuple de Dieu. »
Et ici, dans le verset suivant, se trouve le cœur de toute l'Apocalypse. C'est ce que signifie entrer dans le vrai sabbat chrétien. Le verset 10 dit : « Car celui qui est entré dans son repos s'est aussi reposé de ses œuvres, comme Dieu des siennes. »
Oh, quelle vérité glorieuse et libératrice ! Le vrai sabbat pour un croyant n'est pas d'arrêter de travailler de 6 à 6 heures un jour précis. C'est entrer en Christ et cesser de faire nos propres œuvres pour toujours ! C'est cesser nos propres efforts pour nous sauver, de notre propre justice, d'essayer de gagner la faveur de Dieu par nos mérites. C'est simplement se reposer par la foi en l'Œuvre parfaitement achevée du Christ sur la Croix du Calvaire, et permettre à l'Esprit Saint de vivre Sa Vie à travers nous.
En fait, le prophète Isaïe a vu ce jour et a prophétisé sur ce même repos spirituel. Frère Branham nous emmène au chapitre 28 d'Ésaïe, où Dieu a promis qu'Il parlerait à Son peuple d'une nouvelle manière, lui donnant un repos qu'il refuserait, dans son incrédulité. Écoutez ce qu'Isaïe a dit, dans les versets 11 et 12 de ce chapitre 28 : « Car c'est dans la langue des bégaiements, et dans une langue étrangère, qu'il parlera à ce peuple, à qui il a dit : Ceci est le repos, donne du repos à ceux qui sont fatigués ; et c'est un rafraîchissement...
Frère Branham enseigne que c'est le repos promis, l'expérience de la Pentecôte, le baptême du Saint-Esprit qui apporte à l'âme un rafraîchissement et un repos qu'aucune observance d'un jour ne pourrait jamais donner.
Alors, pour conclure, pourquoi nous réunissons-nous le dimanche ? Le prophète explique que ce n'est pas parce que c'est un nouveau sabbat ordonné par commandement. Il n'y a pas une seule Écriture dans tout le Nouveau Testament qui nous ordonne de « garder le dimanche ». Au contraire, nous le faisons comme un mémorial, une commémoration volontaire et remplie de joie de la résurrection de notre Seigneur Jésus-Christ, qui a vaincu la mort et est ressuscité du tombeau le matin du premier jour de la semaine. Nous suivons l'exemple des apôtres qui, selon l'histoire et l'Écriture elle-même, se sont rassemblés le « jour du Seigneur » pour rompre le pain, communier et adorer.
Le type a donc été parfaitement rempli. Le jour de repos était l'ombre ; la personne du Christ et l'expérience de l'Esprit Saint sont la réalité. Nous sommes passés d'un jour à une Divinité. Notre repos n'est plus un horaire sur le calendrier ; c'est une relation vivante et durable avec le vrai Seigneur du sabbat, notre Seigneur Jésus-Christ.
L'AVENIR D'ISRAËL ET LES SIGNES DE LA FIN
Chers auditeurs, après avoir établi des vérités fondamentales sur notre création, notre relation avec le Christ et notre repos spirituel en Lui, Frère Branham élève maintenant notre regard du plan personnel vers le plan prophétique. Il nous invite à regarder la scène mondiale, non pas avec les yeux de l'actualité, mais avec les yeux de la Parole de Dieu. Et nous abordons ici l'une des questions les plus transcendantales de notre génération.
Pendant près de deux mille ans, la nation d'Israël a été dispersée dans le monde entier. Leur pays a été foulé aux pieds, leur temple détruit, et pour beaucoup, il semblait que Dieu les avait rejetés pour toujours. La question qu'ils posèrent au prophète fut directe :
Les Juifs auront-ils une autre chance d'être sauvés après la fin de la dispensation des Gentils ? Et, lié à cela : le retour actuel des Juifs en Palestine est-il un accomplissement de la prophétie biblique ?
La réponse du prophète est un OUI retentissant et sans équivoque ! Dieu n'en a pas fini avec son peuple de l'alliance, Israël. Et pour que nous, l'Église parmi les nations, comprenions où nous en sommes dans l'histoire, Dieu nous a donné un signe infaillible. Frère Branham nous donne l'une des clés les plus importantes de son ministère prophétique avec cette déclaration, je cite le paragraphe 220 : « Si vous voulez savoir à quelle époque de l'année nous vivons, regardez le calendrier. Si vous voulez savoir quelle heure il est, regardez l'horloge. Mais si vous voulez savoir à quelle époque vous vivez, regardez où sont les Juifs. C'est l'horloge de Dieu.
Quelle déclaration puissante ! Israël est l'horloge prophétique de Dieu. Et cette horloge, qui a semblé s'arrêter pendant des siècles, a commencé à sonner l'alarme dans notre génération. Le Seigneur Jésus-Christ lui-même nous a donné cette clé. Dans Matthieu chapitre 24, après avoir décrit les signes de sa venue, il a dit, versets 32 et 33 : « Apprenez la parabole du figuier : quand sa branche est déjà ramollie et que les feuilles poussent, vous savez que l'été est proche. Ainsi toi aussi, quand tu vois toutes ces choses, tu sais qu'il est près des portes.
Tous les étudiants de la Bible savent que le figuier est le symbole national d'Israël. Pendant deux millénaires, cet arbre a été sec, sans vie, dispersé. Mais à notre époque, nous avons vu comment ses branches sont devenues tendres et ses feuilles ont commencé à germer. Israël est redevenu une nation sur sa propre terre ! Le Seigneur Jésus a dit que lorsque nous verrions cela, nous saurions que Sa venue n'est pas dans des siècles, mais « proche, aux portes ».
Et ici, Frère Branham partage un témoignage personnel si étonnant qu'il nous coupe le souffle. C'est une confirmation divine que son ministère et la renaissance d'Israël étaient parfaitement synchronisés dans le Plan de Dieu. Écoutez attentivement, je cite le paragraphe 221 : « Et regardez ! La même nuit, ce même jour, où l'ange du Seigneur m'est apparu, le 7 mai 1946... Le même jour, le traité de paix a été signé par les Juifs et ils se sont établis en tant que nation pour la première fois en 2 500 ans. Alléluia !
Pouvez-vous saisir l'ampleur de cela ? Le même jour où Dieu a chargé Son Prophète d'un message qui restaurerait la foi apostolique aux Gentils, c'était le même jour où Dieu a souverainement restauré Israël dans leur pays, préparant le terrain pour l'acte final du Grand Drame de la Rédemption.
La Bible enseigne que Dieu s'est établi lui-même à part d'Israël en tant que nation afin de visiter les païens, « pour prendre d'entre eux un peuple pour son nom », comme le dit Actes 15:14. C'est l'âge de l'Église, la dispensation des Gentils. Mais Jésus lui-même a dit que Jérusalem serait « foulée aux pieds par les païens, jusqu'à ce que les temps des païens soient accomplis ». Le retour d'Israël est le signe que « les temps des Gentils » touchent à leur fin.
Une fois que Dieu aura pris son épouse parmi les païens, il tournera son attention vers Israël. Alors les prophéties de Daniel s'accompliront, les 144 000 seront scellés et les deux témoins d'Apocalypse 11 prêcheront à la nation pendant trois ans et demi.
Chers auditeurs, ce n'est pas de l'histoire ancienne. C'est le titre prophétique d'aujourd'hui. L'horloge de Dieu tourne les dernières minutes. La vue du drapeau de David, de l'étoile à six branches, flottant au-dessus de Jérusalem est une confirmation que tout ce que la Bible a dit est sur le point de prendre fin. Ce n'est pas le moment de dormir spirituellement. Il est temps de se réveiller, de s'assurer que nous avons de l'huile dans nos vases et dans nos lampes, car voir le figuier germer nous dit une chose : l'Époux vient bientôt.
CONCLUSION
Chers auditeurs, nous avons voyagé ensemble dans les profondeurs de la revue de sermon de la Genèse sous forme de questions-réponses, guidés par la lumière de la Parole révélée. Nous avons vu qu'il n'y a pas de contradiction dans la création de l'homme, mais un Plan Glorieux en deux étapes : l'esprit et la chair. Nous avons résolu l'ancienne énigme de la femme de Caïn, seulement pour découvrir un type profond de notre relation de sang avec Christ. Nous avons été libérés de la lettre de la loi du sabbat, pour entrer dans le Vrai Repos qui est une Personne : notre Seigneur Jésus-Christ, par Son Esprit Saint. Et nous avons levé les yeux pour voir l'horloge prophétique de Dieu, Israël, marquant les dernières minutes de cet âge, annonçant que la venue du Seigneur est à la porte.
Mais maintenant, alors que nous arrivons à la fin de notre temps ensemble, la plus grande question n'est pas ce que nous avons appris, mais ce que nous allons faire de ce que nous avons entendu. Notre foi, notre expérience chrétienne, peut-elle rester la même après avoir entendu ces vérités ? Pour sceller ce message, Frère Branham partage une histoire vraie, une anecdote si pénétrante et si stimulante qu'elle devrait ébranler les fondements mêmes de toute foi tiède.
Il raconte l'histoire du Dr Reedhead, un grand missionnaire, un homme fondamental et très instruit, qui s'entretint avec un érudit mahométan. Le Dr Reedhead a demandé à l'homme pourquoi il n'avait pas quitté son prophète défunt, Mohammed, pour accepter le Christ vivant et ressuscité.
La réponse du mahométan fut un coup de poignard au cœur du christianisme moderne. Respectueusement, mais avec une logique implacable, il lui dit, je cite le paragraphe 236 : « Seigneur, gracieux seigneur, que peut faire pour moi votre Jésus ressuscité que ce que mon prophète défunt a déjà fait ? Mon prophète mort m'a promis la vie après ma mort. C'est ce que votre Jésus a promis. Ils ont tous les deux écrit un livre. Vous croyez ce que Jésus a écrit et je crois ce que Mahomet a écrit. Qu'est-ce que Jésus peut m'offrir de plus que mon Mahomet ne m'offre pas ?
Le missionnaire resta sans voix. Mais l'érudit a continué, et voici le défi pour chacun d'entre nous. Il a dit, je suis le paragraphe 236 : « Attendez un instant, gentil monsieur. Mon Mohammed ne m'a jamais promis des choses comme votre Jésus l'a promis. Votre Jésus a promis... que j'allais être avec toi tout le temps... et que les mêmes signes et prodiges qu'Il a faits, vous les feriez aussi... Vous guéririez les malades, vous ressusciteriez les morts... Maintenant, laissez-moi voir vos docteurs produire Jésus-Christ, et alors je croirai qu'Il est ressuscité des morts. À part ça... vous éludez les autres promesses.
Frère Branham raconte que le Dr Reedhead, ce grand homme de Dieu, se tenait là et pleurait, parce qu'il se rendait compte que sa foi fondamentale, bien que correcte dans la doctrine, n'avait pas le pouvoir de la valider.
Chers auditeurs, tel est le défi de l'Église du XXIe siècle ! Le monde n'est plus impressionné par nos croyances, nos bâtiments ou nos programmes. Ils ont faim et soif de voir l'évidence d'un Christ vivant. Ce n'est pas un Christ historique que nous lisons, mais un Christ ressuscité qui agit, guérit, parle, révèle et transforme aujourd'hui, comme il l'a fait au temps des apôtres.
L'Évangile n'est pas seulement la mort, l'ensevelissement et la résurrection, c'est la perpétuation de sa vie à travers son Église par le baptême de l'Esprit Saint ! Frère Branham s'écrie dans ce message, je cite le paragraphe 238 : « Je dis que Jésus est ressuscité des morts, Il vit aujourd'hui ! Et Il fait aujourd'hui les mêmes choses qu'Il a faites à l'époque, toutes sortes de signes et de prodiges. Et vous, les fondamentalistes, qui êtes assis là à essayer d'expliquer cela de cette façon, vous échouez dans la partie vraiment fondamentale de la Bible.
La guérison divine, la prophétie, le parler en langues, les visions... Ils ne sont pas facultatifs. Ils font partie de tout l'Évangile. Ce sont les outils et les cadeaux que le Christ a laissés dans son corps pour démontrer qu'il n'est pas simplement un autre prophète mort, mais le Dieu vivant et tout-puissant.
La conclusion d'aujourd'hui est donc une vocation. Un appel à sortir d'une « forme de piété » qui nie le pouvoir. Un appel à ne pas se contenter d'être l'une de ces vierges qui, bien que pures et bonnes, n'avaient pas l'huile de l'Esprit Saint dans leurs lampes. Le monde n'a pas besoin d'une autre théorie ; elle a besoin d'une rencontre avec le Christ vivant. Et Il ne peut se manifester à travers vous et moi que lorsque nous sommes vraiment remplis de Son Esprit.
Prions : Père céleste, nous te remercions pour ta Parole, qui est vivante et agissante. Seigneur, pardonne-moi si j'ai eu une foi purement intellectuelle. Je ne veux pas être un témoin avec un argument vide. J'aspire à être une preuve de Ta Résurrection. Remplis-nous jusqu'à ce qu'ils débordent de ton Esprit Saint, afin que le monde n'entende pas seulement parler de Jésus-Christ, mais qu'il voie Jésus vivant en nous. C'est en Son précieux Nom que nous prions, Amen.
Merci de vous joindre à nous sur « La Parole Parlée de Dieu ». Que ce message ne soit pas la fin, mais le début d'une recherche plus profonde de tout ce que Dieu a pour vous. Que le Seigneur vous bénisse abondamment. Jusqu'à la prochaine fois. Que Dieu continue de vous bénir. Amen!
Hymne : « LE CHRIST VIVANT EST MA RÉALITÉ »
Écrit par : Frère Francisco Velázquez Cruz
[UNE]
À ton image de l'Esprit, Tu m'as créé, Seigneur,
Un reflet de Ta gloire, de Ton rayonnement éternel.
Alors un corps de la terre s'est formé avec tes mains,
Et ton souffle a fait de moi une âme, avec la vie qu'il m'a donnée.
[B]
Le mystère des temps, Ta Parole a révélé,
Non pas une épouse d'étrangeté, mais le sang qui nous a unis.
Comme Ève était à Adam, et Rebecca de sa maison,
Votre Épouse, par Votre blessure, est Votre lignée éternelle.
[Refrain]
Ce ne sont pas les paroles, c'est Your Life ! Ce n'est pas l'histoire, c'est le pouvoir !
Ce n'est pas un credo dans l'oubli, c'est une aube nouvelle !
C'est Ton Esprit en nous, l'évidence, la Vérité,
Que le prophète mort est poussière, mais que le Christ vivant est !
[C]
Ce n'est plus un sabbat, un commandement à observer,
Mais un sabbat parfait, où je peux entrer.
Quand j'ai cessé mes efforts, ma propre loi vaine,
Mon repos, c'est Jésus-Christ, par la grâce de mon Roi.
[D]
Le figuier germe, Ton horloge tourne,
Israël, dans sa patrie, nous annonce le « proche maintenant ».
Les temps des Gentils accomplissent leur destin final,
Levons les yeux, notre rédemption arrive !
[Refrain]
Ce ne sont pas les paroles, c'est Your Life ! Ce n'est pas l'histoire, c'est le pouvoir !
Ce n'est pas un credo dans l'oubli, c'est une aube nouvelle !
C'est Ton Esprit en nous, l'évidence, la Vérité,
Que le prophète mort est poussière, mais que le Christ vivant est !
[Pont]
Le monde confus crie : « Où est ton Sauveur ? »
« Ne me parlez pas de sa tombe, d'un amour lointain et mort. »
« S'il vit comme on dit, s'il a vaincu les ténèbres »,
« Manifeste tes promesses, montre-nous ta réalité ! »
[Refrain]
Oui, c'est Ta lettre et c'est Ta Vie ! Oui, c'est l'histoire et c'est le pouvoir !
Et ton credo est une flamme qui nous fait renaître !
Que Ton Esprit en nous soit l'évidence et la Vérité !
Que le prophète mort est poussière, MAIS QUE LE CHRIST VIVANT L'EST !
Introdução
Paz a todos vocês, amados ouvintes, e bem-vindos mais uma vez ao seu programa "A Palavra Falada de Deus". É sempre uma alegria e um verdadeiro privilégio reunir-se neste espaço para compartilhar as riquezas da Palavra de Deus que foi restaurada em nossos dias.
Antes de mergulharmos no tema de hoje, queremos fazer uma menção especial, algo que sempre carregamos em nossos corações ao preparar cada episódio. O objetivo deste podcast é rever juntos alguns dos destaques dos sermões pregados pelo irmão Branham. Não procuramos substituir a experiência de ouvir toda a mensagem, mas muito pelo contrário: ansiamos por esta revisão para motivar seu coração a pegar a fita, ler o livreto e mergulhar pessoalmente na plenitude do que Deus falou por meio de Seu servo.
Dito isso, hoje temos um episódio verdadeiramente especial. Vamos rever um sermão que se desenrolou em um formato muito pessoal e direto: um culto de perguntas e respostas centrado no livro dos começos, o livro de Gênesis.
Esta mensagem foi pregada pelo irmão William Marrion Branham em seu lar espiritual, o Tabernáculo Branham em Jeffersonville, Indiana, EUA, em uma noite de verão em 29 de julho de 1953.
Imagine a cena por um momento: a congregação, pessoas como você e eu, com perguntas sinceras em suas mentes sobre a criação, sobre Adão, sobre Caim... escrito em pedaços de papel e passado para o púlpito. E ali, o profeta de Deus, pronto a trazer luz, não com a sabedoria do homem, mas com a Revelação do Espírito Santo.
Então, sente-se, abra seu coração e junte-se a nós enquanto revisamos as respostas que Deus forneceu naquela noite memorável. Começar.
A CRIAÇÃO DO HOMEM – ESPÍRITO E CARNE
Tudo bem, vamos entrar nisso. O primeiro conjunto de perguntas que o irmão Branham abordou naquela noite se concentra em um ponto que tem sido um verdadeiro quebra-cabeça para muitos estudantes da Bíblia ao longo dos anos. É sobre a aparente contradição no relato da criação do homem.
Por um lado, no primeiro capítulo da Bíblia, Gênesis 1, versículo 27, lemos o seguinte: "E Deus criou o homem à sua imagem, à imagem de Deus o criou; homem e mulher eu os crio." Parece bastante claro. Mas então passamos para o próximo capítulo, para Gênesis 2, versículo 7, e a Escritura diz: "Portanto, o Senhor Deus formou o homem do pó da terra e soprou em suas narinas o fôlego da vida; e o homem era uma alma vivente.
Portanto, a pergunta que surge naturalmente é: O que aconteceu aqui? Deus criou dois homens diferentes? Ou a Bíblia se contradiz? Irmãos, a Palavra de Deus não se contradiz. (Repito: a Palavra de Deus não se contradiz.) O que precisamos é da Revelação do Espírito Santo para abri-lo para nós, e foi exatamente isso que Deus fez por meio de Seu Profeta.
O irmão Branham começa a desvendar esse mistério nos fazendo uma pergunta fundamental. Se Gênesis 1 diz que Deus criou o homem à Sua Própria Imagem, então devemos primeiro saber: Qual é a Imagem de Deus? O que é Deus? A própria Bíblia nos dá a resposta. No Evangelho de São João, capítulo 4, versículo 24, o próprio Senhor Jesus diz à mulher junto ao poço: "Deus é Espírito; e aqueles que o adoram devem adorá-lo em espírito e em verdade .
Deus é um Espírito. Ele não tem um corpo físico como o nosso. Então, se Deus, que é Espírito, criou o homem à Sua Própria Imagem, que tipo de homem Ele criou primeiro? O irmão Branham diz isso com incrível clareza, cito o parágrafo 21: "Bem, se Deus criou o homem à Sua imagem e semelhança, que tipo de homem Ele criou? Um homem espiritual."
Essa é a chave! A primeira criação não foi o homem de carne e osso que conhecemos. Ele era um ser espiritual, uma teofania, como o profeta o chamaria em outras mensagens. Um ser sobrenatural criado para ter domínio sobre a Criação, para guiar os animais e cuidar da Terra, não pela força física, mas pela Palavra falada, de maneira semelhante à forma como o Espírito Santo guia o verdadeiro crente hoje.
Então, quem é o homem de Gênesis 2, aquele que foi formado do pó? Ele é outro ser? É a mesma coisa. Ouça esta poderosa declaração do profeta que une os dois capítulos perfeitamente, e cito o parágrafo 79: "O segundo homem é o mesmo primeiro homem manifestado de cinco maneiras".
Você vê a progressão? Deus primeiro criou a parte eterna de nós, nosso eu espiritual. Então, em um segundo estágio, Ele veio à terra e, como um oleiro, formou um corpo físico do pó. Um corpo feito à imagem da vida animal, com mãos como um macaco e pés como um urso, projetado para funcionar nesta dimensão terrena através dos cinco sentidos: visão, audição, paladar, olfato e tato.
E o clímax da criação vem naquele momento sagrado em que Deus pega aquele "homem espiritual" que já existia e o sopra no corpo de barro. Esse "fôlego de vida" não era apenas ar; Era a união do ser espiritual com o corpo terreno e, naquele instante, o homem se tornou uma "alma vivente".
Este mesmo princípio se aplica à criação da mulher. Quando a Bíblia diz "homem e mulher eu os crio" em Gênesis 1, isso significa que Deus criou tanto o espírito forte e masculino quanto o espírito feminino gentil e delicado. Ambos foram criados no início, no mundo espiritual. Mais tarde, no jardim, Deus simplesmente deu um corpo físico àquele espírito feminino, formando-o a partir da costela de Adão.
Então, amados ouvintes, não há duas criações, mas uma criação em dois estágios. Primeiro o espiritual, depois o físico. Uma Revelação que não apenas resolve uma suposta contradição, mas nos ensina uma verdade profunda sobre nossa própria natureza: somos seres espirituais vivendo temporariamente em um corpo físico.
PARA ONDE CAIM LEVOU SUA ESPOSA?
Irmãos e irmãs, agora chegamos a uma daquelas perguntas que certamente passaram pela cabeça de quase todos os leitores da Bíblia. É uma pergunta clássica, que os céticos usam há anos para tentar desacreditar as Escrituras e que tem deixado perplexos muitos crentes sinceros. A questão é: Se Adão e Eva foram as primeiras e únicas pessoas, e seus primeiros filhos registrados foram Caim e Abel, de onde Caim tirou sua esposa?
A Bíblia nos diz em Gênesis 4, versículo 17: "E Caim conheceu sua mulher, e ela concebeu e deu à luz Enoque..." De repente, uma mulher aparece na narrativa, e a Bíblia não parece dar uma explicação imediata de sua origem. É nesses pontos que a Revelação de Deus é tão vital.
O irmão Branham, antes de dar a resposta direta, compartilha conosco uma experiência pessoal que ilustra as conclusões perigosas e errôneas que as pessoas podem chegar sem a orientação do Espírito Santo. Ele relata que, logo após sua conversão, ouviu um homem argumentar com grande confiança uma teoria terrível. Este homem disse, e vou citar o parágrafo 108: "Vou lhe dizer de onde Caim tirou sua esposa. Caim se casou com um gorila. E daquele gorila veio a raça negra.
Que declaração terrível e totalmente antibíblica! Mas o profeta, embora fosse um jovem crente na época, imediatamente refutou com a lógica da própria Palavra de Deus. Se isso fosse verdade, essa suposta nova raça teria sido completamente destruída no dilúvio, já que a Bíblia deixa claro que apenas Noé e sua família entraram na arca. O irmão Branham foi firme em afirmar, cito o parágrafo 109: "A raça de cor vem da mesma árvore, da qual todo ser humano vem, da mesma. Não há diferença."
Todos nós, independentemente da cor da nossa pele, viemos da mesma árvore original: Adão. Tendo derrubado essa mentira, o profeta nos dá a resposta, que é tão simples quanto lógica. A única fonte possível de uma esposa para Caim era a mesma fonte de onde ele veio: seus pais, Adão e Eva. A resposta é que Caim se casou com sua própria irmã.
Agora, para nossa mente moderna, isso pode soar estranho ou mesmo incorreto. Mas devemos nos transportar para esse tempo, para o alvorecer da humanidade. Não havia outras famílias na terra. Era uma necessidade absoluta para a raça humana se espalhar. O irmão Branham explica isso com lógica irrefutável, cito o parágrafo 123: "Eva foi a única mulher que foi criada por Deus, e se ela não tivesse tido filhas, então na morte (essa única mulher), a raça humana teria deixado de existir."
A Bíblia, em sua soberania, nem sempre registra o nascimento de filhas, mas é uma conclusão lógica e necessária que Adão e Eva tiveram filhas além dos filhos que são nomeados. Não havia outra opção. O profeta reitera isso, citando o mesmo parágrafo 123: "E Caim se casou com sua própria irmã, ele teve que fazê-lo, pois não havia outro lugar de onde as mulheres pudessem ter vindo".
Naquela época, isso não era pecado. O sangue da humanidade era puro, diretamente da Criação de Deus. As leis que proibiam tais uniões vieram milhares de anos depois, por meio de Moisés, quando a raça humana se multiplicou e a genética se degradou.
De fato, a própria Bíblia nos mostra que essa prática continuou mesmo entre os patriarcas. Olhe - olhe para o exemplo de Abraão, o pai da fé. Quando ele estava em Gerar, por medo, ele disse que Sara era sua irmã. E não era uma mentira completa. Em Gênesis 20, versículo 12, Abraão esclarece: "E ela também é minha irmã, filha de meu pai, mas não filha de minha mãe, e eu a tomei por minha esposa". Abraão se casou com sua meia-irmã!
Mas, como sempre acontece com o ensinamento do profeta, a resposta não permanece apenas no nível histórico. Existe um tipo, uma sombra espiritual profunda. Por que Deus ordenou dessa maneira no princípio?
O irmão Branham nos leva a Isaque e Rebeca. Isaque é um tipo de Cristo, e Rebeca é um tipo da Igreja, a Noiva. Rebeca era parente íntima de Isaque. O profeta, com grande emoção, exclama, cito o parágrafo 125: "E eles devem ser amarrados pelo Sangue! Aleluia! Amém! O Elo de Sangue!"
Vocês veem isso, amados ouvintes? Assim como Eva foi tirada do lado de Adão, carne de sua carne e osso de seus ossos... Assim como a esposa de Isaque teve que vir de seus próprios parentes... Assim, a Noiva de Jesus Cristo deve estar ligada a Ele, não por um vínculo terreno, mas pelo vínculo de Seu próprio Sangue Redentor. Não podemos ser uma noiva estranha! Devemos ter nascido de Seu Espírito e lavado em Seu Sangue para sermos Sua Parente Espiritual, prontos para o Casamento do Cordeiro.
Então, uma simples pergunta sobre a esposa de Caim abre o Apocalipse sobre a intimidade e a conexão de sangue que devemos ter com nosso Senhor e Salvador, Jesus Cristo. E mesmo neste assunto ainda há mais Revelações que se manifestarão no devido tempo.
O VERDADEIRO SÁBADO PARA O CRISTÃO
Tendo compreendido essa verdade profunda sobre nossa conexão com Cristo, que somos espírito e carne, e que nosso relacionamento com Ele é por um vínculo de Sangue, vamos agora nos voltar para outra questão que gerou inúmeros debates e, infelizmente, divisões no mundo cristão. É um assunto que toca na própria prática de nossa adoração.
A questão é sobre o sábado. Devemos, como cristãos da Nova Aliança, guardar o sábado, o sétimo dia da semana, como os judeus fizeram? Ou é certo se reunir no domingo, o primeiro dia, como a maioria dos cristãos faz? Existe um mandamento para um ou outro?
O irmão Branham aborda esta questão com uma simplicidade e profundidade que atravessa toda contenda. Primeiro, nos leva ao significado original e fundamental da palavra. O que a palavra "sábado" realmente significa? Ficaremos surpresos ao saber que não significa "sétimo dia". Como o profeta nos ensina, consultando as próprias Escrituras, a palavra "sábado" significa "descanso".
Sob a Lei de Moisés, Deus deu à nação de Israel um descanso físico, um dia literal para cessar todos os trabalhos. Era uma lei estrita. Mas, como tudo no Antigo Testamento, era uma sombra, uma espécie de algo muito maior e mais glorioso por vir.
Quando veio a origem dessa sombra, na Pessoa de nosso Senhor Jesus Cristo, o tipo teve que dar lugar à realidade. Ouça o convite pessoal e direto do Mestre no Evangelho de São Mateus, capítulo 11, versículo 28: "Vinde a mim, todos os que estais cansados e oprimidos, e eu vos aliviarei".
Que revelação! O Senhor Jesus não disse: "Venha descansar um dia". Ele disse: "Vinde a MIM". Ele é o nosso descanso! Ele é o nosso sábado! O irmão Branham deixa claro que este é o sábado para nossas almas, não simplesmente um descanso para o corpo físico.
O apóstolo Paulo, escrevendo aos crentes hebreus que vinham de um histórico de estrita observância do sábado, dedica quase todo o capítulo 4 de sua epístola a essa verdade. Ele diz a eles em Hebreus 4, versículo 9: "Portanto, permanece um descanso para o povo de Deus".
E aqui, no próximo versículo, está o coração de toda a Revelação. Isso é o que significa entrar no verdadeiro sábado cristão. O versículo 10 diz: "Pois aquele que entrou no seu descanso também descansou das suas obras, como Deus das suas".
Oh, que verdade gloriosa e libertadora! O verdadeiro sábado para um crente é não parar de trabalhar das 6 às 6 em um dia específico. É entrar em Cristo e deixar de fazer nossas próprias obras para sempre! É cessar de nossos próprios esforços para salvar a nós mesmos, de nossa própria justiça, de tentar ganhar o favor de Deus por nossos méritos. É simplesmente descansar pela fé na Obra de Cristo perfeitamente acabada na Cruz do Calvário e permitir que o Espírito Santo viva Sua Vida através de nós.
De fato, o profeta Isaías viu esse dia e profetizou sobre esse mesmo descanso espiritual. O irmão Branham nos leva ao capítulo 28 de Isaías, onde Deus prometeu que falaria ao Seu povo de uma nova maneira, dando-lhes um descanso que eles, em sua incredulidade, recusariam. Ouça o que Isaías disse, nos versículos 11 e 12 desse capítulo 28: "Porque na língua dos gagos e numa língua estranha falará a este povo, a quem disse: Isto é descanso, dá descanso aos cansados; e isso é refrigério..."
O irmão Branham ensina que este é o descanso prometido, a experiência de Pentecostes, o batismo do Espírito Santo que traz refrigério e descanso à alma que nenhuma observância de um dia jamais poderia dar.
Então, para concluir o ponto, por que nos reunimos no domingo? O profeta explica que não é porque é um novo sábado ordenado por mandamento. Não há uma única Escritura em todo o Novo Testamento que nos ordene a "guardar o domingo". Em vez disso, fazemos isso como um memorial, uma comemoração voluntária e cheia de alegria da ressurreição de nosso Senhor Jesus Cristo, que venceu a morte e ressuscitou da sepultura na manhã do primeiro dia da semana. Seguimos o exemplo dos apóstolos, que, de acordo com a história e as próprias Escrituras, se reuniram no "dia do Senhor" para partir o pão, a comunhão e a adoração.
Portanto, o tipo foi perfeitamente cumprido. O dia de descanso era a sombra; a Pessoa de Cristo e a experiência do Espírito Santo são realidade. Passamos de um dia para uma Divindade. Nosso descanso não é mais uma programação no calendário; é um relacionamento vivo e duradouro com o verdadeiro Senhor do sábado, nosso Senhor Jesus Cristo.
O FUTURO DE ISRAEL E OS SINAIS DO FIM
Amados ouvintes, tendo estabelecido tais verdades fundamentais sobre nossa criação, nosso relacionamento com Cristo e nosso descanso espiritual Nele, o irmão Branham agora eleva nosso olhar do plano pessoal para o Plano Profético. Ele nos convida a olhar para o cenário mundial, não com os olhos das notícias, mas com os olhos da Palavra de Deus. E aqui abordamos uma das questões mais transcendentais para nossa geração.
Por quase dois mil anos, a nação de Israel esteve espalhada por todo o mundo. Sua terra foi pisada, seu templo destruído e, para muitos, parecia que Deus os havia rejeitado para sempre. A pergunta que fizeram ao profeta foi direta:
Os judeus terão outra chance de serem salvos após o término da dispensação gentia? E, ligado a isso: o atual retorno dos judeus à Palestina é um cumprimento da profecia bíblica?
A resposta do profeta é um retumbante e inconfundível SIM! Deus não terminou com Seu povo da aliança, Israel. E para que nós, Igreja entre os gentios, possamos entender onde estamos na história, Deus nos deu um sinal infalível. O irmão Branham nos dá uma das chaves mais importantes para seu Ministério Profético com esta declaração, cito do parágrafo 220: "Se você quer saber em que época do ano estamos vivendo, olhe para o calendário. Se você quiser saber que horas são, olhe para o relógio. Mas se você quer saber em que dia está vivendo, veja onde estão os judeus. Esse é o relógio de Deus."
Que declaração poderosa! Israel é o Relógio Profético de Deus. E este Relógio, que parecia ter parado por séculos, começou a soar seu alarme em nossa geração. O próprio Senhor Jesus Cristo nos deu essa chave. Em Mateus capítulo 24, depois de descrever os sinais de Sua vinda, Ele disse, versículos 32 e 33: "Aprendei a parábola da figueira: Quando os seus ramos já estiverem amolecidos e as folhas brotarem, sabeis que o verão está próximo. Assim também vós, quando virdes todas estas coisas, sabei que ele está perto das portas."
Todo estudante da Bíblia sabe que a figueira é o símbolo nacional de Israel. Por dois milênios, aquela árvore ficou seca, sem vida, espalhada. Mas, em nosso tempo, vimos como seus galhos se tornaram tenros e suas folhas começaram a brotar. Israel tornou-se mais uma vez uma nação em sua própria terra! O Senhor Jesus disse que quando víssemos isso, saberíamos que Sua Vinda não está a séculos de distância, mas "perto, às portas".
E aqui, o irmão Branham compartilha um testemunho pessoal tão incrível que nos tira o fôlego. É uma confirmação divina de que seu ministério e o renascimento de Israel estavam perfeitamente sincronizados no Plano de Deus. Ouçam com atenção, cito o nº 221: "E olhe! Na mesma noite, naquele mesmo dia, em que o anjo do Senhor me apareceu, em 7 de maio de 1946... Naquele mesmo dia, o tratado de paz foi assinado pelos judeus e eles se estabeleceram como nação pela primeira vez em 2.500 anos. Aleluia!"
Você pode entender a magnitude disso? O mesmo dia em que Deus comissionou Seu Profeta com uma mensagem que restauraria a fé apostólica aos gentios, foi o mesmo dia em que Deus soberanamente restaurou Israel à sua terra, preparando o cenário para o ato final do Grande Drama da Redenção.
A Bíblia ensina que Deus se separou de Israel como nação para visitar os gentios, "para tirar deles um povo para o seu nome", como diz Atos 15:14. Esta é a Era da Igreja, a dispensação gentia. Mas o próprio Jesus disse que Jerusalém seria "pisada pelos gentios, até que os tempos dos gentios se completem". O retorno de Israel é o sinal de que "os tempos dos gentios" estão chegando ao fim.
Uma vez que Deus tenha tomado Sua Noiva dentre os gentios, Ele voltará Sua atenção para Israel. Então as profecias de Daniel serão cumpridas, os 144.000 serão selados e as duas testemunhas de Apocalipse 11 pregarão à nação por três anos e meio.
Caros ouvintes, esta não é uma história antiga. É a manchete profética de hoje. O relógio de Deus está marcando os minutos finais. A visão da bandeira de Davi, a estrela de seis pontas, voando sobre Jerusalém é uma confirmação de que tudo o que a Bíblia disse está prestes a chegar ao fim. Não é hora de dormir espiritualmente. É hora de acordar, de ter certeza de que temos óleo em nossos vasos e em nossas lâmpadas, porque ver a figueira brotar nos diz uma coisa: o Noivo está chegando.
CONCLUSÃO
Amados ouvintes, viajamos juntos pelas profundezas da revisão do sermão de perguntas e respostas de Gênesis, guiados pela Luz da Palavra revelada. Vimos como não há contradição na criação do homem, mas um Plano Glorioso em duas etapas: espírito e carne. Resolvemos o antigo enigma da esposa de Caim, apenas para descobrir um tipo profundo de nosso relacionamento de sangue com Cristo. Fomos libertados da letra da lei de um sábado, para entrar no Verdadeiro Descanso que é uma Pessoa: nosso Senhor Jesus Cristo, por meio de Seu Espírito Santo. E levantamos nossos olhos para ver o Relógio Profético de Deus, Israel, marcando os minutos finais desta era, anunciando que a vinda do Senhor está às portas.
Mas agora, ao chegarmos ao fim de nosso tempo juntos, a grande questão não é o que aprendemos, mas o que vamos fazer com o que ouvimos. Nossa fé, nossa experiência cristã, pode permanecer a mesma depois de ouvir essas verdades? Para selar esta mensagem, o irmão Branham compartilha uma história verdadeira, uma anedota tão penetrante e desafiadora que deve abalar os próprios alicerces de qualquer fé morna.
Ele conta a história do Dr. Reedhead, um grande missionário, um homem fundamental e altamente educado, que conversou com um estudioso muçulmano. O Dr. Reedhead perguntou ao homem por que ele não deixou seu profeta morto, Maomé, para aceitar o Cristo vivo e ressuscitado.
A resposta do maometano foi uma adaga no coração do cristianismo moderno. Respeitosamente, mas com lógica implacável, ele disse a ele, cito o parágrafo 236: "Senhor, gracioso senhor, o que mais seu Jesus ressuscitado pode fazer por mim do que o que meu profeta morto já fez? Meu profeta morto me prometeu Vida depois que eu morresse. Isso é o que o seu Jesus prometeu. Ambos escreveram um livro. Você acredita no que Jesus escreveu e eu acredito no que Maomé escreveu. O que mais Jesus pode me oferecer que meu Maomé não me oferece?"
O missionário ficou sem palavras. Mas o estudioso continuou, e aí vem o desafio para cada um de nós. Ele disse, eu sigo o parágrafo 236: "Espere um momento, gentil senhor. Meu Muhammad nunca me prometeu coisas como o seu Jesus prometeu. Seu Jesus prometeu... que eu ia estar com você o tempo todo... e que os mesmos sinais e maravilhas que Ele fez, vós também fareis... você curaria os enfermos, ressuscitaria os mortos ... Agora deixe-me ver seus professores produzirem Jesus Cristo, e então eu crerei que Ele ressuscitou dos mortos. Além disso... você escapa das outras promessas.
O irmão Branham relata que o Dr. Reedhead, aquele grande homem de Deus, ficou ali e chorou, porque percebeu que sua fé fundamental, embora correta na doutrina, não tinha o poder de validá-la.
Queridos ouvintes, este é o desafio para a Igreja do século XXI! O mundo não está mais impressionado com nossos credos, nossos edifícios ou nossos programas. Eles estão famintos e sedentos para ver a evidência de um Cristo vivo. Não um Cristo histórico sobre o qual lemos, mas um Cristo ressuscitado que age, cura, fala, revela e transforma hoje, assim como fez nos dias dos apóstolos.
O Evangelho não é apenas morte, sepultamento e ressurreição. É a perpetuação de Sua Vida através de Sua Igreja pelo batismo do Espírito Santo! O irmão Branham clama nesta mensagem, cito o parágrafo 238: "Eu digo que Jesus ressuscitou dos mortos, Ele vive hoje! E Ele faz as mesmas coisas hoje que fez então, todos os tipos de sinais e maravilhas. E vocês, pessoas fundamentalistas que estão sentadas tentando explicar dessa maneira, estão falhando na parte fundamental real da Bíblia.
Cura Divina, profecia, falar em línguas, visões... eles não são opcionais. Eles fazem parte de todo o evangelho. Eles são as ferramentas e dons que Cristo deixou em Seu Corpo para demonstrar que Ele não é apenas mais um profeta morto, mas o Deus vivo e Todo-Poderoso.
Portanto, a conclusão de hoje é um chamado. Um chamado para sair de uma "forma de piedade" que nega o poder. Um chamado para não nos contentarmos em ser uma daquelas virgens que, embora puras e boas, não tinham o Óleo do Espírito Santo em suas lâmpadas. O mundo não precisa de outra teoria; precisa de um encontro com Cristo vivo. E Ele só pode se manifestar através de você e de mim, quando estamos verdadeiramente cheios de Seu Espírito.
Oremos: Pai Celestial, nós Te agradecemos por Tua Palavra, que é viva e ativa. Senhor, perdoe-me se tive uma fé meramente intelectual. Não quero ser uma testemunha com um argumento vazio. Anseio ser uma evidência de Sua Ressurreição. Encha-nos até transbordar com o Seu Espírito Santo, para que o mundo não apenas ouça falar de Jesus Cristo, mas veja Jesus vivo em nós. Em Seu precioso Nome oramos, Amém.
Obrigado por se juntar a nós em "A Palavra Falada de Deus". Que esta mensagem não seja o fim, mas o início de uma busca mais profunda por tudo o que Deus tem para você. Que o Senhor vos abençoe ricamente. Até a próxima. Deus continue a abençoá-lo. Amém!
Hino: "O CRISTO VIVO É A MINHA REALIDADE"
Escrito por: Ir. Francisco Velázquez Cruz
[A]
À Tua imagem do Espírito, Tu me criaste, ó Senhor,
Um reflexo da Tua glória, do Teu eterno esplendor.
Então um corpo da terra, com Tuas mãos, foi formado,
E o Teu sopro me fez uma alma, com a vida que Ele me deu.
[B]
O mistério dos tempos, Tua Palavra revelada,
Não uma esposa de estranheza, mas Sangue que nos uniu.
Como Eva era de Adão, e Rebeca de sua casa,
Sua Noiva, por Sua ferida, é Sua linhagem eterna.
[Refrão]
Não é a letra, é Your Life! Não é história, é poder!
Não é um credo no esquecimento, é um novo amanhecer!
É o Seu Espírito em nós, a evidência, a Verdade,
Que o profeta morto é pó, mas o Cristo vivo é!
[C]
Não é mais um sábado, um mandamento para guardar,
Mas um sábado perfeito, onde posso entrar.
Quando parei de meus esforços, de minha própria lei vã,
Meu descanso é Jesus Cristo, pela graça do meu Rei.
[D]
A figueira está brotando, Seu relógio está correndo,
Israel, na sua pátria, anuncia-nos o «agora próximo».
Os Tempos dos Gentios cumprem seu destino final,
Levantemos os olhos, a nossa redenção está a chegar!
[Refrão]
Não é a letra, é Your Life! Não é história, é poder!
Não é um credo no esquecimento, é um novo amanhecer!
É o Seu Espírito em nós, a evidência, a Verdade,
Que o profeta morto é pó, mas o Cristo vivo é!
[Ponte]
O mundo confuso clama: "Onde está o seu Salvador?"
"Não me fale de Seu túmulo, de um amor distante e morto."
"Se Ele vive como dizem, se Ele venceu as trevas",
"Manifeste Suas promessas, mostre-nos Sua realidade!"
[Refrão]
Sim, é a Tua carta e é a Tua Vida! Sim, é história e é poder!
E o Teu credo é uma chama que nos faz renascer!
Que o Teu Espírito em nós seja a evidência e a Verdade!
Que o profeta morto é pó, MAS O CRISTO VIVO É!
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